Falta de apetito y pérdida de peso por cáncer
La falta de apetito y la pérdida de peso son efectos secundarios frecuentes del cáncer y su tratamiento. Cualquier persona con cáncer puede presentar estos efectos secundarios. Sin embargo, la pérdida de peso es más probable si tiene cáncer de cabeza y cuello, pulmón, páncreas, hígado, así como cánceres del aparato digestivo superior, por ejemplo cáncer de garganta, esófago, estómago y de la primera parte del intestino delgado.
La pérdida de apetito a menudo hace que comamos menos de lo que el cuerpo necesita, lo que causa adelgazamiento. Esto también ocurre cuando se queman más calorías de las que se consumen. La pérdida de peso puede producir desnutrición.
Si bien la caquexia también produce adelgazamiento, no se trata de la misma manera que la pérdida de peso porque son problemas de salud diferentes. Para obtener más información, consulte Caquexia por cáncer.
Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que causan dificultades para comer son los siguientes:
Otros factores que pueden causar falta de apetito y pérdida de peso durante el tratamiento del cáncer son la ansiedad, el dolor, la depresión y la fatiga. Para obtener más información, consulte Los sentimientos y el cáncer.
Hable con su médico o nutricionista (dietista) si comienza a perder el apetito y pida una consulta de inmediato si baja de peso. El nutricionista puede ayudarle a usted y a su familia a controlar la pérdida de peso. Las siguientes son algunas recomendaciones que quizás sean útiles.
Consejos sobre qué alimentos comer:
Consejos sobre cuándo comer:
Consejos sobre las bebidas:
Consejos para la preparación de las comidas:
Otros consejos para mejorar la alimentación:
Hable con su médico sobre los estimulantes del apetito (orexígenos). Estos medicamentos aumentan las ganas de comer y pueden ayudarle a ganar peso.
Aumento del apetito y ganancia de peso por cáncer
Si bien muchas personas con cáncer pierden el apetito y adelgazan, otras personas aumentan de peso durante el tratamiento del cáncer.
La ganancia de peso es más común si tiene cáncer de ovario, mama o próstata, aunque cada persona es diferente. Por eso, a pesar de que tenga uno de estos cánceres, no siempre aumentará de peso, y es posible que gane peso con otro tipo de cáncer.
Si aumenta de peso durante el tratamiento del cáncer, hable con su médico para que evalúe la causa y el tipo de ganancia de peso. Los cambios pequeños durante el tratamiento del cáncer son normales. Pero si el aumento es repentino y rápido, como 5 libras en una semana, o no cesa, comuníquese con el médico de inmediato.
Retención de líquidos. Algunos cánceres producen aumento de peso debido al tamaño del tumor o a la acumulación de líquido. Hay diferentes tipos de acumulación de líquido, pero todos causan ganancia de peso. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte Edema relacionado con el tratamiento del cáncer.
Aumento del apetito. Es posible que el cáncer en sí, el tratamiento de esta enfermedad o los medicamentos que se usan para su tratamiento, aumenten el apetito y los antojos de consumir alimentos que engordan.
Cambios metabólicos. La terapia hormonal puede causar aumento de peso al disminuir las hormonas sexuales. Cuando hay concentraciones más bajas de hormonas sexuales, el metabolismo se vuelve más lento. El metabolismo es la velocidad a la que el cuerpo consume la energía. Cuando es más lento, el cuerpo gasta menos energía, lo que facilita el aumento de peso.
Algunas terapias hormonales y quimioterapias producen menopausia precoz en las mujeres y, en ocasiones, esto causa disminución del metabolismo y aumento de peso.
Medicamentos. Los corticoesteroides, que a menudo se administran durante el tratamiento del cáncer, aumentan el apetito y las ganas de comer. Cuando consumimos más calorías de las que nuestro cuerpo quema, aumentamos de peso. Si toma corticoesteroides, trate de comer alimentos ricos en fibra y proteínas en cada comida para ayudarle a mantenerse saciado (lleno).
En ocasiones, los medicamentos también causan aumento de peso al hacer que el cuerpo retenga agua (retención de líquidos). Si esto ocurre, es posible que se vea y se sienta hinchado. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte Edema relacionado con el tratamiento del cáncer.
Disminución de la actividad. Muchos tratamientos contra el cáncer causan cansancio, fatiga y dolor, lo que dificulta la actividad. Esto, a su vez, puede producir aumento de peso. Hable con su médico acerca de cómo controlar problemas, como la fatiga o el dolor, para mantenerse lo más activo posible. Para obtener más información, consulte La fatiga y el cáncer y Dolor.
Los siguientes son algunos consejos para controlar el aumento del apetito y reducir o detener la ganancia de peso. Hable con su médico o nutricionista para saber si son adecuados para usted.
Consejos sobre alimentos que conviene consumir:
Consejos sobre los alimentos que conviene limitar:
Consejos para la compra de comestibles:
Consejos para preparar las comidas:
Otras formas de controlar el aumento de peso:
Si tiene hinchazón por corticoesteroides, evite los alimentos con alto contenido de sodio, como los siguientes:
Si no desea eliminar estos productos, busque opciones con menos sodio. Puede mirar en la parte frontal del envase del producto y ver si dice “bajo en sodio”, “muy bajo en sodio” o “sin sodio”.
En lugar del salero o potorro, use especias secas, deshidratadas o frescas como ajo y cebolla en polvo, o albahaca y orégano frescos.
Hable con el médico o nutricionista antes de comenzar un régimen o dieta para bajar de peso. Si come debido al estrés, el miedo o la depresión, considere hablar con un consejero u orientador psicológico. Es posible que el médico también le recete medicamentos para aliviar estos sentimientos. Para obtener más información, consulte Los sentimientos y el cáncer.
Desnutrición por cáncer
La desnutrición se produce cuando el cuerpo no recibe suficiente energía, proteínas, vitaminas y minerales. Este problema también se conoce como malnutrición.
El cáncer en sí y los efectos secundarios de su tratamiento a veces producen desnutrición.
El cáncer y su tratamiento pueden causar desnutrición de varias maneras, por ejemplo, al disminuir el apetito, hacer que se sacie más rápido y cambiar el sentido del gusto y el olfato. Esto quizás haga que coma menos. De hecho, la disminución o la pérdida del apetito es una de las causas principales de desnutrición en las personas con cáncer. A veces, el cáncer también produce desnutrición porque causa problemas para tragar, digerir y absorber los alimentos.
Los efectos secundarios comunes del tratamiento que aumentan el riesgo de desnutrición son los siguientes:
El cáncer y sus tratamientos en ocasiones también causan fatiga, dolor, ansiedad, angustia y depresión, por lo que comer se vuelve un desafío, físico y emocional. Hable con el médico y el nutricionista acerca de los efectos secundarios y preocupaciones que usted tenga. Ese equipo de profesionales puede apoyarlo y ayudarlo a controlar las dificultades.
La desnutrición puede causarle debilidad, cansancio e incapacidad para combatir infecciones, o incluso provocar la suspensión del tratamiento del cáncer. Los estudios muestran que la desnutrición disminuye la calidad de vida y puede causar la muerte.
Es posible que el equipo de atención de la salud le haga exámenes de detección y evaluaciones nutricionales para detectar los problemas de alimentación de forma temprana y medir el riesgo de desnutrición. Pida a su médico una evaluación nutricional antes de empezar el tratamiento y pregunte cuándo debe repetir la evaluación.
A continuación se ofrecen consejos para prevenir la desnutrición.
Consejos sobre qué comer:
Consejos sobre cuándo comer:
Consejos para hablar con el médico o el nutricionista:
Si continúa con problemas para comer y está perdiendo peso, el médico o el nutricionista quizás le recomienden la alimentación por sonda (nutrición enteral) o vena (nutrición intravenosa o parenteral). Para obtener más información sobre estos tipos de alimentación, consulte Nutrición durante el tratamiento del cáncer.
Búsqueda de apoyo si tiene cambios en el peso y desnutrición
Apoyo de familiares y amigos. Pida a sus familiares y amigos que le ayuden con la planificación de las comidas, la compra de comestibles y víveres, la cocina y la limpieza. Hágales una lista de sus comidas favoritas para que ellos se las puedan preparar.
Apoyo del equipo de atención de la salud. Si tiene problemas para comer y beber, el médico y el nutricionista pueden ayudarlo. El médico quizás le recete medicamentos para controlar algunos de estos problemas y lo derive a un nutricionista. El nutricionista es un experto en nutrición y dietética y le ayudará a mejorar sus hábitos alimenticios antes, durante y después del tratamiento.
Apoyo para los cuidadores. No se sorprenda ni se moleste si las preferencias alimenticias de su ser querido cambian de un día para el otro. Quizás haya días en los que rechace una de sus comidas favoritas o diga que ahora la comida le sabe mal. Ofrézcale su ayuda, pero no lo obligue ni lo presione para comer. Hable con su ser querido sobre las formas de sobrellevar los problemas de alimentación. Pida al médico que lo derive a un nutricionista y asista a esa consulta. Hable sobre los problemas y pida otros consejos que los ayuden a sentirse con un mayor control. Para obtener más información sobre cómo obtener apoyo cuando un ser querido recibe tratamiento para el cáncer, consulte Apoyo para cuidadores de personas con cáncer.