Una nueva normalidad
El final del tratamiento del cáncer es a menudo un tiempo para alegrarse. Muy probablemente se siente aliviado por haber terminado con las exigencias del tratamiento. Quizás esté preparado para dejar la experiencia atrás y hacer que la vida vuelva a ser como solía serlo. Sin embargo, al mismo tiempo, puede sentir tristeza y preocupación. La recuperación puede llevar un tiempo. Y es muy común estar pensando sobre si el cáncer va a regresar y lo que va a pasar ahora. A menudo este tiempo se llama tiempo de adaptación a una “nueva normalidad”. Usted va a tener muchos sentimientos diferentes durante este tiempo.
Una de las cosas más difíciles cuando termina el tratamiento es no saber qué sucederá después. Quienes han pasado por el tratamiento del cáncer describen los primero meses como un tiempo de cambios. No es tanto el hecho de "volver a lo normal" sino saber qué es lo normal para uno ahora. La gente dice con frecuencia que la vida tiene un significado nuevo o que ve las cosas de un modo diferente.
Su nueva normalidad puede incluir:
- Hacer cambios en la forma de comer y en las cosas que hace
- Nuevas o diferentes fuentes de apoyo
- Cicatrices permanentes en su cuerpo
- No poder hacer algunas cosas que antes solía hacer más fácilmente
- Marcas emocionales por haber pasado por tantas cosas
Es posible que se vea a sí mismo de manera diferente, o que encuentre que los demás ahora piensan distinto de usted. Cualquiera que sea su nueva normalidad, dese tiempo para adaptarse a los cambios. Hágalo día a día.
Temor al regreso de la enfermedad
Es normal preocuparse de que el cáncer regrese. Casi todos los supervivientes de cáncer tienen este temor, así que usted no es el único que se siente así. Es común que la gente sienta que no tiene control sobre sus vidas o que tenga dificultad para confiar en su cuerpo. Cada dolor o dolencia trae nuevamente el temor de que vuelva el cáncer. Algunos consejos sobre cómo sobrellevar esta situación son:
- Esté bien informado. Entienda lo que puede hacer por su salud ahora, y averigüe sobre los servicios que tiene a su disposición. Hacer esto puede darle un mayor sentido de control. Algunos estudios incluso indican que las personas que están bien informadas sobre su enfermedad son más propensas a recuperarse más rápidamente que quienes no lo están.
- Sea franco y hable con su equipo de atención de salud sobre sus temores. Ellos pueden asegurarle que están pendientes de usted y ayudarle a que tenga menos preocupación.
- Exprese sus sentimientos de temor, enojo o tristeza. Las personas han encontrado que cuando expresan sentimientos fuertes como enojo o tristeza, están en más capacidad de liberarse de ellos.
- Busque lo positivo. En ocasiones esto significa buscar lo bueno incluso en tiempos malos o tratar de estar esperanzado en lugar de pensar lo peor. Trate de usar su energía para enfocarse en el bienestar y en lo que puede hacer para mantenerse lo más saludable posible.
- Encuentre maneras que le ayuden a relajarse. Se ha comprobado que los ejercicios de relajación ayudan a otras personas y pueden ayudarle a usted a relajarse cuando siente preocupación.
- Sea lo más activo que pueda. Salir de la casa puede ayudarle a enfocarse en otras cosas además del cáncer y de las preocupaciones que esta enfermedad conlleva.
- Enfóquese en lo que puede controlar. Participar en su atención médica, asistir a sus citas y hacer cambios en su estilo de vida son algunas de las cosas que están bajo su control. Incluso establecer un programa diario puede ser de ayuda. Y si bien nadie puede controlar todos los pensamientos, algunos dicen que tratan de no mortificarse pensando en las cosas que les causan temor.
A algunas personas les puede resultar difícil dejar de lado el temor y la falta de confianza en su cuerpo. Si su temor al regreso del cáncer parece ser abrumador, hable con un consejero. Es posible que pueda ayudarle a reducir su ansiedad y calmar sus temores.