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Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal infantil (PDQ®)–Versión para profesionales de salud

Incidencia

Los tumores de corteza suprarrenal, también llamados tumores corticosuprarrenales o adrenocorticales, abarcan un grupo de enfermedades que, a menudo, presentan una transición continua desde características benignas (adenomas) a características malignas (carcinomas).

La incidencia de los tumores de corteza suprarrenal en la niñez es muy baja (solo representa el 0,2 % de los cánceres en pediatría).[1] Por lo general, en los Estados Unidos se presentan 25 casos nuevos por año en niños, con una incidencia anual estimada de 0,2 a 0,3 casos por millón de personas.[2,3] Sin embargo, en el ámbito internacional la incidencia de los tumores de corteza suprarrenal varía mucho. En el sur de Brasil, esta repercusión es aproximadamente de 10 a 15 veces más alta que la observada en los Estados Unidos.[4-6]

Las tasas de incidencia de los tumores de corteza suprarrenal siguen una distribución bimodal, con picos de incidencia durante la primera y la cuarta década.[7] Por lo general, los tumores de corteza suprarrenal infantiles se presentan durante los primeros 5 años de vida (mediana de edad, 3–4 años), aunque hay un segundo pico de incidencia más bajo durante la adolescencia.[3,8-10]

En la mayoría de los estudios es predominante en el sexo femenino, con una proporción de mujeres a hombres de 1,6:1,0.[7,9,10]

Bibliografía
  1. Ribeiro RC, Figueiredo B: Childhood adrenocortical tumours. Eur J Cancer 40 (8): 1117-26, 2004. [PUBMED Abstract]
  2. Berstein L, Gurney JG: Carcinomas and other malignant epithelial neoplasms. In: Ries LA, Smith MA, Gurney JG, et al., eds.: Cancer incidence and survival among children and adolescents: United States SEER Program 1975-1995. National Cancer Institute, SEER Program, 1999. NIH Pub.No. 99-4649, Chapter 11, pp 139-148. Also available online. Last accessed August 23, 2022.
  3. National Cancer Institute: NCCR*Explorer: An interactive website for NCCR cancer statistics. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Available online. Last accessed August 23, 2024.
  4. Figueiredo BC, Sandrini R, Zambetti GP, et al.: Penetrance of adrenocortical tumours associated with the germline TP53 R337H mutation. J Med Genet 43 (1): 91-6, 2006. [PUBMED Abstract]
  5. Pianovski MA, Maluf EM, de Carvalho DS, et al.: Mortality rate of adrenocortical tumors in children under 15 years of age in Curitiba, Brazil. Pediatr Blood Cancer 47 (1): 56-60, 2006. [PUBMED Abstract]
  6. Rodriguez-Galindo C, Figueiredo BC, Zambetti GP, et al.: Biology, clinical characteristics, and management of adrenocortical tumors in children. Pediatr Blood Cancer 45 (3): 265-73, 2005. [PUBMED Abstract]
  7. Michalkiewicz E, Sandrini R, Figueiredo B, et al.: Clinical and outcome characteristics of children with adrenocortical tumors: a report from the International Pediatric Adrenocortical Tumor Registry. J Clin Oncol 22 (5): 838-45, 2004. [PUBMED Abstract]
  8. Wieneke JA, Thompson LD, Heffess CS: Adrenal cortical neoplasms in the pediatric population: a clinicopathologic and immunophenotypic analysis of 83 patients. Am J Surg Pathol 27 (7): 867-81, 2003. [PUBMED Abstract]
  9. Redlich A, Boxberger N, Strugala D, et al.: Systemic treatment of adrenocortical carcinoma in children: data from the German GPOH-MET 97 trial. Klin Padiatr 224 (6): 366-71, 2012. [PUBMED Abstract]
  10. Gulack BC, Rialon KL, Englum BR, et al.: Factors associated with survival in pediatric adrenocortical carcinoma: An analysis of the National Cancer Data Base (NCDB). J Pediatr Surg 51 (1): 172-7, 2016. [PUBMED Abstract]

Factores de riesgo

Se han identificado factores de predisposición genéticos en más del 50 % de los casos de carcinoma de corteza suprarrenal en América del Norte y Europa, así como en el 95 % de los casos en Brasil.[1] Las variantes patogénicas germinales del gen TP53 son casi siempre el factor de predisposición para los tumores de corteza suprarrenal. La probabilidad de que exista una variante patogénica germinal de TP53 es mayor en los primeros años de vida y disminuye con la edad.

  • En los casos de fuera de Brasil, los familiares de los niños con tumores de corteza suprarrenal con frecuencia, aunque no siempre, presentan una incidencia alta de cánceres no suprarrenales (síndrome de Li-Fraumeni). Por lo general, las variantes patogénicas germinales se presentan dentro de la región que codifica el dominio de unión al DNA en el gen TP53 (exones 5 a 8, principalmente en residuos de aminoácidos muy conservados).[1,2]
  • En los casos de Brasil, las familias de los pacientes exhiben una incidencia más baja de cáncer que en el síndrome de Li-Fraumeni clásico, y se observa de manera consistente una variante única del codón 337 en el exón 10 del gen TP53.[3,4] En un estudio realizado en Brasil, la detección neonatal sistemática de la variante TP53 R337H, que es prevalente en el país, permitió identificar a 461 (0,27 %) portadores entre 171 649 recién nacidos que se sometieron a los exámenes de detección.[5] Se ofreció detección clínica a los portadores y a los familiares menores de 15 años. Los tumores de corteza suprarrenal identificados en los participantes sometidos a detección clínica eran más pequeños y con más probabilidad de cura que los tumores de los portadores que no participaron en la detección clínica.

Los pacientes con síndromes de Beckwith-Wiedemann y de hemihipertrofia tienen predisposición al cáncer y hasta el 16 % de sus neoplasias son tumores de corteza suprarrenal.[6] La hipometilación del gen KCNQ1OT1 también se ha relacionado con la formación de tumores de corteza suprarrenal en pacientes sin características fenotípicas del síndrome de Beckwith-Wiedemann.[7] No obstante, menos de un 1 % de los niños con tumores de corteza suprarrenal tienen estos síndromes.[8]

Se han revisado las características genéticas distintivas del carcinoma de corteza suprarrenal en pediatría.[9]

Bibliografía
  1. Wasserman JD, Novokmet A, Eichler-Jonsson C, et al.: Prevalence and functional consequence of TP53 mutations in pediatric adrenocortical carcinoma: a children's oncology group study. J Clin Oncol 33 (6): 602-9, 2015. [PUBMED Abstract]
  2. Rodriguez-Galindo C, Figueiredo BC, Zambetti GP, et al.: Biology, clinical characteristics, and management of adrenocortical tumors in children. Pediatr Blood Cancer 45 (3): 265-73, 2005. [PUBMED Abstract]
  3. Ribeiro RC, Sandrini F, Figueiredo B, et al.: An inherited p53 mutation that contributes in a tissue-specific manner to pediatric adrenal cortical carcinoma. Proc Natl Acad Sci U S A 98 (16): 9330-5, 2001. [PUBMED Abstract]
  4. Rodriguez-Galindo C: Adrenocortical tumors in children. In: Schneider DT, Brecht IB, Olson TA: Rare Tumors in Children and Adolescents. Springer-Verlag, 2012, pp 436-44.
  5. Custódio G, Parise GA, Kiesel Filho N, et al.: Impact of neonatal screening and surveillance for the TP53 R337H mutation on early detection of childhood adrenocortical tumors. J Clin Oncol 31 (20): 2619-26, 2013. [PUBMED Abstract]
  6. Hoyme HE, Seaver LH, Jones KL, et al.: Isolated hemihyperplasia (hemihypertrophy): report of a prospective multicenter study of the incidence of neoplasia and review. Am J Med Genet 79 (4): 274-8, 1998. [PUBMED Abstract]
  7. Wijnen M, Alders M, Zwaan CM, et al.: KCNQ1OT1 hypomethylation: a novel disguised genetic predisposition in sporadic pediatric adrenocortical tumors? Pediatr Blood Cancer 59 (3): 565-6, 2012. [PUBMED Abstract]
  8. Steenman M, Westerveld A, Mannens M: Genetics of Beckwith-Wiedemann syndrome-associated tumors: common genetic pathways. Genes Chromosomes Cancer 28 (1): 1-13, 2000. [PUBMED Abstract]
  9. El Wakil A, Doghman M, Latre De Late P, et al.: Genetics and genomics of childhood adrenocortical tumors. Mol Cell Endocrinol 336 (1-2): 169-73, 2011. [PUBMED Abstract]

Cuadro clínico inicial

Los tumores de corteza suprarrenal en pacientes pediátricos casi siempre son funcionantes y, por ello, causan alteraciones endocrinas; por lo general, el diagnóstico se realiza entre 5 a 8 meses después de que aparezcan los primeros signos y síntomas.[1,2]

  • Virilización. La virilización (vello púbico, crecimiento acelerado, pene agrandado, clitoromegalia, hirsutismo y acné) debida al exceso de secreción de andrógenos se observa, sola o en combinación con hipercortisolismo, en más del 80 % de los pacientes.[3,4]
  • Hiperestrogenismo. También se puede presentar exceso de estrógenos.[5]
  • Síndrome de Cushing. El síndrome de Cushing aislado es muy poco frecuente (5 % de los pacientes) y se presenta con más frecuencia en niños mayores.[1-3,6,7]

Debido a la hipersecreción hormonal, es posible establecer un perfil endocrino para cada tumor en concreto; tal vez ello facilite la evaluación de la respuesta al tratamiento y la vigilancia de la recidiva tumoral.[3]

Los tumores no funcionantes son poco frecuentes (<10 %) y suelen presentarse en niños mayores.[1]

Bibliografía
  1. Michalkiewicz E, Sandrini R, Figueiredo B, et al.: Clinical and outcome characteristics of children with adrenocortical tumors: a report from the International Pediatric Adrenocortical Tumor Registry. J Clin Oncol 22 (5): 838-45, 2004. [PUBMED Abstract]
  2. Wieneke JA, Thompson LD, Heffess CS: Adrenal cortical neoplasms in the pediatric population: a clinicopathologic and immunophenotypic analysis of 83 patients. Am J Surg Pathol 27 (7): 867-81, 2003. [PUBMED Abstract]
  3. Rodriguez-Galindo C: Adrenocortical tumors in children. In: Schneider DT, Brecht IB, Olson TA: Rare Tumors in Children and Adolescents. Springer-Verlag, 2012, pp 436-44.
  4. Gönç EN, Özön ZA, Cakır MD, et al.: Need for comprehensive hormonal workup in the management of adrenocortical tumors in children. J Clin Res Pediatr Endocrinol 6 (2): 68-73, 2014. [PUBMED Abstract]
  5. Ghazi AA, Mofid D, Salehian MT, et al.: Functioning adrenocortical tumors in children-secretory behavior. J Clin Res Pediatr Endocrinol 5 (1): 27-32, 2013. [PUBMED Abstract]
  6. Hanna AM, Pham TH, Askegard-Giesmann JR, et al.: Outcome of adrenocortical tumors in children. J Pediatr Surg 43 (5): 843-9, 2008. [PUBMED Abstract]
  7. Redlich A, Boxberger N, Strugala D, et al.: Systemic treatment of adrenocortical carcinoma in children: data from the German GPOH-MET 97 trial. Klin Padiatr 224 (6): 366-71, 2012. [PUBMED Abstract]

Características histológicas

A diferencia de los tumores de corteza suprarrenal en la edad adulta, la diferenciación histológica de los adenomas y carcinomas en casos pediátricos es difícil.[1,2] De hecho, los adenomas y los carcinomas comparten múltiples anomalías genéticas y quizás representen puntos de una continuidad en la transformación celular.[3]

Entre el 10 % y el 20 % de los casos pediátricos son adenomas.[1,2] Desde el punto de vista macroscópico, los adenomas suelen estar bien definidos y son esféricos; nunca invaden las estructuras circundantes. A menudo son pequeños (por lo general, <200 cm3); en algunos estudios se incluyó el tamaño como criterio de los adenomas. En contraste, los carcinomas tienen características macroscópicas indicadoras de neoplasias malignas; son más grandes y exhiben marcada lobulación con áreas extensas de hemorragia y necrosis. Desde un punto de vista microscópico, los carcinomas se componen de células más grandes con citoplasma eosinofílico y agrupadas en cúmulos alveolares. Varios autores han propuesto criterios histológicos que tal vez ayuden a distinguir los dos tipos de neoplasias.[4-6]

Los criterios morfológicos quizá no permitan una distinción fiable de los tumores de corteza suprarrenal benignos y malignos. La tasa mitótica es el determinante más importante de comportamiento maligno que se notifica de modo constante.[7] Si bien la expresión de IGF2 también permite discriminar entre los carcinomas y los adenomas en los adultos, no sucede lo mismo en el caso de los niños.[8,9] Otras variables histopatológicas también son importantes. Los grupos de riesgo se identifican a partir de un puntaje derivado de las características del tumor, como la necrosis tumoral, la tasa mitótica, la presencia de mitosis atípicas, así como la invasión venosa, capsular o de un órgano adyacente.[6,7,10,11]

Bibliografía
  1. Wooten MD, King DK: Adrenal cortical carcinoma. Epidemiology and treatment with mitotane and a review of the literature. Cancer 72 (11): 3145-55, 1993. [PUBMED Abstract]
  2. Wieneke JA, Thompson LD, Heffess CS: Adrenal cortical neoplasms in the pediatric population: a clinicopathologic and immunophenotypic analysis of 83 patients. Am J Surg Pathol 27 (7): 867-81, 2003. [PUBMED Abstract]
  3. Figueiredo BC, Stratakis CA, Sandrini R, et al.: Comparative genomic hybridization analysis of adrenocortical tumors of childhood. J Clin Endocrinol Metab 84 (3): 1116-21, 1999. [PUBMED Abstract]
  4. Weiss LM: Comparative histologic study of 43 metastasizing and nonmetastasizing adrenocortical tumors. Am J Surg Pathol 8 (3): 163-9, 1984. [PUBMED Abstract]
  5. van Slooten H, Schaberg A, Smeenk D, et al.: Morphologic characteristics of benign and malignant adrenocortical tumors. Cancer 55 (4): 766-73, 1985. [PUBMED Abstract]
  6. Das S, Sengupta M, Islam N, et al.: Weineke criteria, Ki-67 index and p53 status to study pediatric adrenocortical tumors: Is there a correlation? J Pediatr Surg 51 (11): 1795-1800, 2016. [PUBMED Abstract]
  7. Stojadinovic A, Ghossein RA, Hoos A, et al.: Adrenocortical carcinoma: clinical, morphologic, and molecular characterization. J Clin Oncol 20 (4): 941-50, 2002. [PUBMED Abstract]
  8. Almeida MQ, Fragoso MC, Lotfi CF, et al.: Expression of insulin-like growth factor-II and its receptor in pediatric and adult adrenocortical tumors. J Clin Endocrinol Metab 93 (9): 3524-31, 2008. [PUBMED Abstract]
  9. West AN, Neale GA, Pounds S, et al.: Gene expression profiling of childhood adrenocortical tumors. Cancer Res 67 (2): 600-8, 2007. [PUBMED Abstract]
  10. Rodriguez-Galindo C: Adrenocortical tumors in children. In: Schneider DT, Brecht IB, Olson TA: Rare Tumors in Children and Adolescents. Springer-Verlag, 2012, pp 436-44.
  11. Gupta N, Rivera M, Novotny P, et al.: Adrenocortical Carcinoma in Children: A Clinicopathological Analysis of 41 Patients at the Mayo Clinic from 1950 to 2017. Horm Res Paediatr 90 (1): 8-18, 2018. [PUBMED Abstract]

Alteraciones genómicas

En un estudio de 71 casos pediátricos de tumores de corteza suprarrenal (37 en una cohorte de descubrimiento y 34 en una cohorte independiente) se proporcionó una descripción del panorama genómico de esta enfermedad.[1]

  • Sobreexpresión de IGF2. La alteración genómica más común, presente en casi el 90 % de los casos, fue la pérdida de heterocigosidad de 11p15 con retención del alelo paterno que produce la sobreexpresión de IGF2.
  • Variantes de TP53. Las variantes de TP53 se observaron con frecuencia. De los 71 casos, 12 tenían la variante patogénica germinal con efecto fundador R337H en el gen TP53 encontrada en Brasil. Con exclusión de los casos con la variante con efecto fundador brasileña, las variantes patogénicas germinales de TP53 se observaron en casi un tercio de los casos y las variantes somáticas de TP53 en alrededor del 10 % de los casos restantes; de este modo, alrededor del 40 % de los casos fuera de Brasil exhibían variantes de TP53. En casi todos los casos con variantes de TP53 se observó pérdida de heterocigosidad del cromosoma 17 con selección contra el tipo natural de TP53.
  • Variantes de ATRX. Se presentaron alteraciones genómicas de ATRX (sobre todo variantes estructurales) en alrededor del 20 % de los casos. Todas las alteraciones de ATRX se presentaron junto con alteraciones de TP53. La presencia simultánea de variantes de TP53 y ATRX se correlacionó con una enfermedad en estadio avanzado, tamaño grande del tumor, aumento de la longitud del telómero y pronóstico precario.
  • Variantes de CTNNB1. Se encontraron variantes activadoras de CTNNB1 en cerca del 20 % de los casos; estas fueron mutuamente excluyentes con las alteraciones germinales en TP53.

Disomía uniparental paterna en 11p15. En un análisis retrospectivo de pacientes con tumores de corteza suprarrenal del St. Jude Children's Research Hospital, se identificaron 6 niños con TP53 natural y disomía uniparental paterna germinal en 11p15.[2] La mediana de edad de los pacientes (5 niñas y 1 niño) era de 3,2 años (intervalo, 0,5–11 años). Antes del diagnóstico de tumor de corteza suprarrenal, 2 pacientes cumplían con los criterios del síndrome de Beckwith-Wiedemann. Sin embargo, en 4 de los pacientes el tumor de corteza suprarrenal fue la primera y única manifestación de la disomía uniparental paterna germinal en 11p15. Todos los pacientes estaban con vida de 8 a 21 años después del diagnóstico de cáncer, a pesar de las características de pronóstico precario en el momento del cuadro clínico inicial, como metástasis pulmonar, compromiso adrenal bilateral o tumores de gran tamaño.

Bibliografía
  1. Pinto EM, Chen X, Easton J, et al.: Genomic landscape of paediatric adrenocortical tumours. Nat Commun 6: 6302, 2015. [PUBMED Abstract]
  2. Pinto EM, Rodriguez-Galindo C, Lam CG, et al.: Adrenocortical Tumors in Children With Constitutive Chromosome 11p15 Paternal Uniparental Disomy: Implications for Diagnosis and Treatment. Front Endocrinol (Lausanne) 12: 756523, 2021. [PUBMED Abstract]

Factores pronósticos

La probabilidad general de supervivencia a 5 años para los niños con tumores de corteza suprarrenal depende del estadio y las tasas de supervivencia oscilan entre más del 80 % para los pacientes con enfermedad resecable y menos del 20 % para los pacientes con metástasis.[1-7]

Por lo general, los factores de pronóstico adverso del carcinoma de corteza suprarrenal son los siguientes:

  • Presencia de variantes somáticas de TP53.[8]
  • Tamaño grande del tumor. Los tumores con un peso mayor a 200 g y un volumen mayor a 200 ml se relacionan con un desenlace más precario.[5,6] Los pacientes con tumores pequeños, sin importar las características histológicas, tienen un desenlace excelente cuando se tratan con cirugía sola.[9-11]
  • Estadio de la enfermedad. El estadio I se relaciona con un pronóstico más favorable [11] y la enfermedad metastásica se asocia con desenlaces más precarios.[5-7,10,11]
  • Edad. Mayor de 4 años o, según otros autores, mayor de 5 años.[1,5,6,10,11]
  • Necrosis tumoral microscópica.[11]
  • Compromiso de ganglio linfático paraaórtico.[11]
  • Resección incompleta o derrame durante la cirugía.[5,6,10]
  • Expresión baja de antígenos HLA de clase II. La expresión baja de antígenos HLA de clase II, HLA-DRA, HLA-DPA1 y HLA-DPB1 se relacionó con edad más avanzada, tumor más grande, presencia de enfermedad metastásica y desenlace más precario.[12] En los pacientes pediátricos, el aumento de la expresión de los genes de las MHC de clase II, en especial de HLA-DPA1, se relaciona con un pronóstico más favorable.[13]
  • Índice de marcación Ki-67 más alto. En un análisis retrospectivo de pacientes con carcinoma de corteza suprarrenal se notificó que un índice de marcación Ki-67 más alto se correlacionó con resultados más precarios de supervivencia general (SG) y supervivencia sin enfermedad.[14]

Algunos pacientes con carcinoma de corteza suprarrenal no tienen ninguna variante patogénica germinal de TP53. En una revisión retrospectiva de niños con carcinoma de corteza suprarrenal, se identificó a 60 pacientes sin variantes patogénicas germinales de TP53.[8] Hubo un fuerte predominio femenino (proporción de mujeres a hombres, 42:18) en este grupo de pacientes. La tasa de supervivencia sin progresión (SSP) a 3 años fue del 71,4 % y la tasa de SG fue del 80,5 %. Los factores pronósticos en este grupo fueron los mismos que los factores identificados en análisis previos en los que no hubo diferenciación según el estado de la variantes patogénicas germinales de TP53. Las características de pronóstico desfavorable incluyeron una edad mayor, estadio más avanzado de la enfermedad, peso tumoral mayor, presencia de variantes somáticas de TP53 y un índice de marcación Ki-67 más alto. El índice de marcación Ki-67 y la edad continuaron presentando una relación significativa con la SSP después del ajuste por estadio y peso tumoral.

Bibliografía
  1. Michalkiewicz E, Sandrini R, Figueiredo B, et al.: Clinical and outcome characteristics of children with adrenocortical tumors: a report from the International Pediatric Adrenocortical Tumor Registry. J Clin Oncol 22 (5): 838-45, 2004. [PUBMED Abstract]
  2. Wieneke JA, Thompson LD, Heffess CS: Adrenal cortical neoplasms in the pediatric population: a clinicopathologic and immunophenotypic analysis of 83 patients. Am J Surg Pathol 27 (7): 867-81, 2003. [PUBMED Abstract]
  3. Sandrini R, Ribeiro RC, DeLacerda L: Childhood adrenocortical tumors. J Clin Endocrinol Metab 82 (7): 2027-31, 1997. [PUBMED Abstract]
  4. Redlich A, Boxberger N, Strugala D, et al.: Systemic treatment of adrenocortical carcinoma in children: data from the German GPOH-MET 97 trial. Klin Padiatr 224 (6): 366-71, 2012. [PUBMED Abstract]
  5. McAteer JP, Huaco JA, Gow KW: Predictors of survival in pediatric adrenocortical carcinoma: a Surveillance, Epidemiology, and End Results (SEER) program study. J Pediatr Surg 48 (5): 1025-31, 2013. [PUBMED Abstract]
  6. Cecchetto G, Ganarin A, Bien E, et al.: Outcome and prognostic factors in high-risk childhood adrenocortical carcinomas: A report from the European Cooperative Study Group on Pediatric Rare Tumors (EXPeRT). Pediatr Blood Cancer 64 (6): , 2017. [PUBMED Abstract]
  7. Gupta N, Rivera M, Novotny P, et al.: Adrenocortical Carcinoma in Children: A Clinicopathological Analysis of 41 Patients at the Mayo Clinic from 1950 to 2017. Horm Res Paediatr 90 (1): 8-18, 2018. [PUBMED Abstract]
  8. Pinto EM, Rodriguez-Galindo C, Pounds SB, et al.: Identification of Clinical and Biologic Correlates Associated With Outcome in Children With Adrenocortical Tumors Without Germline TP53 Mutations: A St Jude Adrenocortical Tumor Registry and Children's Oncology Group Study. J Clin Oncol 35 (35): 3956-3963, 2017. [PUBMED Abstract]
  9. Klein JD, Turner CG, Gray FL, et al.: Adrenal cortical tumors in children: factors associated with poor outcome. J Pediatr Surg 46 (6): 1201-7, 2011. [PUBMED Abstract]
  10. Gulack BC, Rialon KL, Englum BR, et al.: Factors associated with survival in pediatric adrenocortical carcinoma: An analysis of the National Cancer Data Base (NCDB). J Pediatr Surg 51 (1): 172-7, 2016. [PUBMED Abstract]
  11. Bulzico D, de Faria PA, de Paula MP, et al.: Recurrence and mortality prognostic factors in childhood adrenocortical tumors: Analysis from the Brazilian National Institute of Cancer experience. Pediatr Hematol Oncol 33 (4): 248-58, 2016. [PUBMED Abstract]
  12. Leite FA, Lira RC, Fedatto PF, et al.: Low expression of HLA-DRA, HLA-DPA1, and HLA-DPB1 is associated with poor prognosis in pediatric adrenocortical tumors (ACT). Pediatr Blood Cancer 61 (11): 1940-8, 2014. [PUBMED Abstract]
  13. Pinto EM, Rodriguez-Galindo C, Choi JK, et al.: Prognostic Significance of Major Histocompatibility Complex Class II Expression in Pediatric Adrenocortical Tumors: A St. Jude and Children's Oncology Group Study. Clin Cancer Res 22 (24): 6247-6255, 2016. [PUBMED Abstract]
  14. Martins-Filho SN, Almeida MQ, Soares I, et al.: Clinical Impact of Pathological Features Including the Ki-67 Labeling Index on Diagnosis and Prognosis of Adult and Pediatric Adrenocortical Tumors. Endocr Pathol 32 (2): 288-300, 2021. [PUBMED Abstract]

Estadificación

La estadificación tumoral se realiza con el sistema de clasificación tumor, ganglio y metástasis (TNM) del American Joint Committee on Cancer (AJCC). Para obtener más información, consultar la sección Información sobre los estadios del carcinoma de corteza suprarrenal en Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal.

Consideraciones especiales para el tratamiento de niños con cáncer

El cáncer en niños y adolescentes es raro, aunque desde 1975 se ha observado un aumento gradual de la incidencia general.[1] Los niños y adolescentes con cáncer se deben derivar a centros médicos que cuenten con equipos multidisciplinarios de especialistas en oncología con experiencia en el tratamiento de los cánceres que se presentan en la niñez y la adolescencia. Este equipo multidisciplinario incorpora la pericia de los siguientes especialistas en pediatría y otros para asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados médicos de apoyo y la rehabilitación que les permitan lograr una supervivencia y calidad de vida óptimas:

  • Médicos de atención primaria.
  • Cirujanos pediatras.
  • Patólogos.
  • Radioncólogo pediatras.
  • Oncólogos y hematólogos pediatras.
  • Oftalmólogos.
  • Especialistas en rehabilitación.
  • Enfermeros de oncología pediátrica.
  • Trabajadores o asistentes sociales.
  • Profesionales de la vida infantil.
  • Psicólogos.
  • Nutricionistas y dietistas.

Para obtener información específica sobre los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los resúmenes de Cuidados médicos de apoyo y cuidados paliativos.

La American Academy of Pediatrics estableció pautas para los centros de oncología pediátrica y su función en el tratamiento de los pacientes con cáncer infantil.[2] En estos centros, se dispone de ensayos clínicos para la mayoría de los tipos de cáncer que se presentan en niños y adolescentes, y se ofrece la oportunidad de participar a la mayoría de los pacientes y familiares. Por lo general, los ensayos clínicos para los niños y adolescentes con cáncer se diseñan a fin de comparar un tratamiento que parece mejor con el tratamiento estándar actual. En otros tipos de ensayos clínicos se prueban tratamientos nuevos cuando no hay un tratamiento estándar para el cáncer que se ha diagnosticado. La mayoría de los avances en la identificación de tratamientos curativos para los cánceres infantiles se lograron mediante ensayos clínicos. Para obtener información sobre los ensayos clínicos en curso, consultar el portal de Internet del NCI.

Se han logrado mejoras notables en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer. Entre 1975 y 2020, la mortalidad por cáncer infantil disminuyó en más del 50 %.[3-5] Los sobrevivientes del cáncer que se presenta en edad pediátrica necesitan un seguimiento minucioso, ya que es posible que los efectos secundarios del tratamiento del cáncer persistan o se presenten meses o años después de este. Para obtener información específica sobre la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en los sobrevivientes de cáncer infantil, consultar Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez.

El cáncer infantil (cáncer en edad pediátrica) es una enfermedad rara con cerca de 15 000 casos anuales diagnosticados antes de los 20 años de edad en los Estados Unidos.[6] En la Rare Diseases Act of 2002 de los Estados Unidos se define una enfermedad rara como la que afecta a poblaciones de menos de 200 000 personas. Por lo tanto, todos los cánceres infantiles se consideran enfermedades raras.

La designación de un tumor raro es diferente entre los grupos pediátricos y de adultos. En el caso de los adultos, se considera que un cáncer es raro cuando su incidencia anual es inferior a 6 casos por 100 000 personas. Representan hasta el 24 % de los cánceres diagnosticados en la Unión Europea y alrededor del 20 % de los cánceres diagnosticados en los Estados Unidos.[7,8] Además, tal como se indica a continuación, la designación de un tumor raro durante la niñez y adolescencia no es uniforme entre los grupos internacionales:

  • En una iniciativa conjunta de la European Union Joint Action on Rare Cancers y el European Cooperative Study Group for Rare Pediatric Cancers se estimó que el 11 % de todos los cánceres en pacientes menores de 20 años se podrían clasificar como muy raros. Este grupo de consenso definió los cánceres muy raros como los cánceres con incidencia anual inferior a 2 casos por millón de personas. Sin embargo, también se incluyen en este grupo de tumores muy raros otros 3 tipos histológicos (carcinoma de tiroides, melanoma y cáncer de testículo) con incidencias superiores a 2 casos por millón de personas, porque se cuenta con poco conocimiento y experiencia sobre el tratamiento de estos tumores.[9]
  • El Children's Oncology Group (COG) define los cánceres raros en pediatría según la lista del subgrupo XI de la International Classification of Childhood Cancer, en la que se incluyen los cánceres de tiroides, los cánceres de piel melanoma y no melanoma, además de los múltiples tipos de carcinomas (por ejemplo, los carcinomas de corteza suprarrenal, los carcinomas de nasofaringe y la mayoría de los carcinomas de tipo adulto, como los cánceres de mama, los cánceres colorrectales, etc.).[10] Estos cánceres representan casi el 5 % de aquellos diagnosticados entre los 0 y 14 años de edad y casi el 27 % de los que se diagnostican entre los 15 a 19 años de edad.[4]

    La mayoría de los cánceres del subgrupo XI son melanomas o cánceres de tiroides, mientras que otros tipos de cáncer solo representan el 2 % de los cánceres diagnosticados entre los 0 y 14 años de edad y el 9,3 % de los cánceres entre los 15 y 19 años de edad.

Estudiar estos cánceres raros es un reto por el número bajo de pacientes con cualquier diagnóstico individual, el predominio de estos cánceres raros en adolescentes y la carencia de ensayos clínicos con adolescentes que tienen estos cánceres.

También es posible obtener información sobre estos tumores en fuentes relacionadas con el cáncer en adultos, por ejemplo en Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal.

Bibliografía
  1. Smith MA, Seibel NL, Altekruse SF, et al.: Outcomes for children and adolescents with cancer: challenges for the twenty-first century. J Clin Oncol 28 (15): 2625-34, 2010. [PUBMED Abstract]
  2. American Academy of Pediatrics: Standards for pediatric cancer centers. Pediatrics 134 (2): 410-4, 2014. Also available online. Last accessed August 23, 2024.
  3. Smith MA, Altekruse SF, Adamson PC, et al.: Declining childhood and adolescent cancer mortality. Cancer 120 (16): 2497-506, 2014. [PUBMED Abstract]
  4. National Cancer Institute: NCCR*Explorer: An interactive website for NCCR cancer statistics. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Available online. Last accessed August 23, 2024.
  5. Surveillance Research Program, National Cancer Institute: SEER*Explorer: An interactive website for SEER cancer statistics. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Available online. Last accessed December 30, 2024.
  6. Ward E, DeSantis C, Robbins A, et al.: Childhood and adolescent cancer statistics, 2014. CA Cancer J Clin 64 (2): 83-103, 2014 Mar-Apr. [PUBMED Abstract]
  7. Gatta G, Capocaccia R, Botta L, et al.: Burden and centralised treatment in Europe of rare tumours: results of RARECAREnet-a population-based study. Lancet Oncol 18 (8): 1022-1039, 2017. [PUBMED Abstract]
  8. DeSantis CE, Kramer JL, Jemal A: The burden of rare cancers in the United States. CA Cancer J Clin 67 (4): 261-272, 2017. [PUBMED Abstract]
  9. Ferrari A, Brecht IB, Gatta G, et al.: Defining and listing very rare cancers of paediatric age: consensus of the Joint Action on Rare Cancers in cooperation with the European Cooperative Study Group for Pediatric Rare Tumors. Eur J Cancer 110: 120-126, 2019. [PUBMED Abstract]
  10. Pappo AS, Krailo M, Chen Z, et al.: Infrequent tumor initiative of the Children's Oncology Group: initial lessons learned and their impact on future plans. J Clin Oncol 28 (33): 5011-6, 2010. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal infantil

En el momento del diagnóstico, dos tercios de los pacientes pediátricos tienen enfermedad limitada (tumores que se pueden resecar por completo); el resto de los pacientes tienen enfermedad irresecable o metastásica.[1]

El European Cooperative Study Group for Pediatric Rare Tumors, como parte del proyecto PARTNER (Paediatric Rare Tumours Network - European Registry), publicó directrices consensuadas para el diagnóstico y el tratamiento de los tumores de corteza suprarrenal infantiles.[2] El tratamiento de los tumores de corteza suprarrenal infantiles ha evolucionado a partir de los datos de estudios en adultos y se utilizan las mismas directrices. La cirugía es el método de tratamiento más importante y se recomiendan regímenes a base de mitotano y cisplatino que, por lo general, incluyen doxorrubicina y etopósido para los pacientes con enfermedad avanzada.[3-6]; [7][Nivel de evidencia C1]

Las opciones de tratamiento de los tumores de corteza suprarrenal infantiles son las siguientes:

  1. Cirugía con quimioterapia adyuvante o sin esta.

Cirugía

Cuando sea factible, se recomienda un abordaje quirúrgico radical para el tumor primario y todos los sitios metastásicos.[8,9] Debido a la friabilidad del tumor, es frecuente la ruptura de la cápsula con el derrame tumoral resultante (alrededor del 20 % de las resecciones iniciales y del 43 % de las resecciones después de recidiva).[1] Cuando se sospecha un diagnóstico de tumor de corteza suprarrenal, se recomienda una laparotomía y un procedimiento curativo, en lugar de una aspiración con aguja fina, para evitar el riesgo de ruptura del tumor.[9,10] La resección laparoscópica se relaciona con un riesgo alto de ruptura y carcinomatosis peritoneal. Por lo tanto, la adrenalectomía abierta sigue siendo el estándar de atención.[11]

Evidencia (cirugía):

  1. Entre 2006 y 2013, el Children's Oncology Group llevó a cabo un estudio prospectivo de intervención en un solo grupo estratificado por riesgo (ARAR0332 [NCT00304070]).[12][Nivel de evidencia B4] Los pacientes con enfermedad en estadio I tenían tumores pequeños confinados a la glándula suprarrenal y se trataron con adrenalectomía sola. Los pacientes con enfermedad en estadio II tenían tumores con volumen mayor a 200 ml o peso mayor a 100 g y se trataron con adrenalectomía y disección ganglionar retroperitoneal. Los pacientes con enfermedad en estadio III tenían tumores primarios cuya resección había sido incompleta. Los pacientes con enfermedad en estadio IV tenían enfermedad metastásica a distancia. Los pacientes con enfermedad en estadio III y estadio IV se trataron con cirugía del tumor primario, disección ganglionar retroperitoneal, cisplatino, etopósido, doxorrubicina y mitotano.
    • La estimación de tasa de supervivencia sin complicaciones a 5 años fue del 86,2 % en los pacientes con enfermedad en estadio I (n = 24), del 53,3 % en los pacientes con enfermedad en estadio II (n = 15), del 81 % en los pacientes con enfermedad en estadio III (n = 24) y del 7,1 % en los pacientes con enfermedad en estadio IV (n = 14).
    • En el análisis multivariante, solo el estadio y la edad se relacionaron de manera significativa con el desenlace.
    • Los autores notificaron que la combinación de mitotano y quimioterapia produjo toxicidad significativa. Un tercio de los pacientes con enfermedad avanzada no pudo completar el tratamiento programado.

    El objetivo declarado del estudio fue determinar si la disección ganglionar retroperitoneal podría mejorar los desenlaces de los pacientes con enfermedad en estadio II. Las notas quirúrgicas para evaluar si la disección había sido adecuada estuvieron disponibles en 11 de 15 pacientes. La mediana del número de ganglios linfáticos resecados fue de 4 (intervalo, 1–30). En un análisis multivariante de una cohorte de 283 pacientes adultos con carcinoma de corteza suprarrenal, los pacientes sometidos a disección ganglionar retroperitoneal (definida como >5 ganglios resecados) tuvieron un riesgo de recidiva y una tasa de mortalidad relacionada con la enfermedad significativamente más bajos que los pacientes que no se sometieron a disección ganglionar.[13] Los autores especulan que las disecciones ganglionares retroperitoneales en este estudio tal vez no hayan sido tan completas como los procedimientos de la serie de adultos, lo que podría causar confusión en cuanto a las conclusiones sobre el valor potencial de la disección ganglionar retroperitoneal.

Quimioterapia

Hay poca información disponible sobre el uso del mitotano en los niños, aunque las tasas de respuesta son similares a las observadas en los adultos.[4,14] En los adultos, el mitotano se usa de manera habitual como monoterapia en el entorno adyuvante después de la resección completa.[4]

Evidencia (cirugía y quimioterapia):

  1. En una revisión se incluyó a 11 niños con tumores de corteza suprarrenal avanzados que se trataron con un régimen quimioterapéutico a base de mitotano y cisplatino.[4]
    • Se observaron respuestas mensurables en 7 pacientes.
    • La dosis diaria de mitotano necesaria para lograr concentraciones terapéuticas fue de alrededor de 4 g/m2 y las concentraciones terapéuticas se alcanzaron después de 4 a 6 meses de tratamiento.
  2. En el ensayo GPOH-MET 97 las concentraciones de mitotano superiores a 14 mg/l se correlacionaron con una mejor supervivencia en los niños.[6,7]
  3. En un análisis retrospectivo se identificaron 177 pacientes adultos con carcinoma de corteza suprarrenal completamente resecado en Italia y Alemania.[15]
    • La supervivencia sin recidiva se prolongó de manera significativa con el uso de mitotano adyuvante.
    • El beneficio se presentó con la administración de 1 a 3 g diarios de mitotano, y se relacionó con menos efectos secundarios tóxicos que las dosis de 3 a 5 g por día.

    Para obtener más información, consultar Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal.

Por lo general, se considera que los tumores de corteza suprarrenal son radiorresistentes. No se ha investigado de manera uniforme el uso de la radioterapia para pacientes pediátricos con tumores de corteza suprarrenal. Además, debido a que muchos niños con tumores de corteza suprarrenal son portadores de variantes patogénicas germinales de TP53, que los predisponen al cáncer, la radiación quizá aumente la incidencia de tumores secundarios. En un estudio se notificó que de 3 de 5 sobrevivientes a largo plazo de tumores de corteza suprarrenal que ocurrieron en edad pediátrica murieron a causa de sarcomas secundarios que surgieron en el campo de radiación.[6,16]

Para obtener más información, consultar Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal.

Bibliografía
  1. Michalkiewicz E, Sandrini R, Figueiredo B, et al.: Clinical and outcome characteristics of children with adrenocortical tumors: a report from the International Pediatric Adrenocortical Tumor Registry. J Clin Oncol 22 (5): 838-45, 2004. [PUBMED Abstract]
  2. Virgone C, Roganovic J, Vorwerk P, et al.: Adrenocortical tumours in children and adolescents: The EXPeRT/PARTNER diagnostic and therapeutic recommendations. Pediatr Blood Cancer 68 (Suppl 4): e29025, 2021. [PUBMED Abstract]
  3. Rodriguez-Galindo C, Figueiredo BC, Zambetti GP, et al.: Biology, clinical characteristics, and management of adrenocortical tumors in children. Pediatr Blood Cancer 45 (3): 265-73, 2005. [PUBMED Abstract]
  4. Zancanella P, Pianovski MA, Oliveira BH, et al.: Mitotane associated with cisplatin, etoposide, and doxorubicin in advanced childhood adrenocortical carcinoma: mitotane monitoring and tumor regression. J Pediatr Hematol Oncol 28 (8): 513-24, 2006. [PUBMED Abstract]
  5. Hovi L, Wikström S, Vettenranta K, et al.: Adrenocortical carcinoma in children: a role for etoposide and cisplatin adjuvant therapy? Preliminary report. Med Pediatr Oncol 40 (5): 324-6, 2003. [PUBMED Abstract]
  6. Rodriguez-Galindo C: Adrenocortical tumors in children. In: Schneider DT, Brecht IB, Olson TA: Rare Tumors in Children and Adolescents. Springer-Verlag, 2012, pp 436-44.
  7. Redlich A, Boxberger N, Strugala D, et al.: Systemic treatment of adrenocortical carcinoma in children: data from the German GPOH-MET 97 trial. Klin Padiatr 224 (6): 366-71, 2012. [PUBMED Abstract]
  8. Stewart JN, Flageole H, Kavan P: A surgical approach to adrenocortical tumors in children: the mainstay of treatment. J Pediatr Surg 39 (5): 759-63, 2004. [PUBMED Abstract]
  9. Hubertus J, Boxberger N, Redlich A, et al.: Surgical aspects in the treatment of adrenocortical carcinomas in children: data of the GPOH-MET 97 trial. Klin Padiatr 224 (3): 143-7, 2012. [PUBMED Abstract]
  10. Kardar AH: Rupture of adrenal carcinoma after biopsy. J Urol 166 (3): 984, 2001. [PUBMED Abstract]
  11. Gonzalez RJ, Shapiro S, Sarlis N, et al.: Laparoscopic resection of adrenal cortical carcinoma: a cautionary note. Surgery 138 (6): 1078-85; discussion 1085-6, 2005. [PUBMED Abstract]
  12. Rodriguez-Galindo C, Krailo MD, Pinto EM, et al.: Treatment of Pediatric Adrenocortical Carcinoma With Surgery, Retroperitoneal Lymph Node Dissection, and Chemotherapy: The Children's Oncology Group ARAR0332 Protocol. J Clin Oncol 39 (22): 2463-2473, 2021. [PUBMED Abstract]
  13. Reibetanz J, Jurowich C, Erdogan I, et al.: Impact of lymphadenectomy on the oncologic outcome of patients with adrenocortical carcinoma. Ann Surg 255 (2): 363-9, 2012. [PUBMED Abstract]
  14. Ribeiro RC, Figueiredo B: Childhood adrenocortical tumours. Eur J Cancer 40 (8): 1117-26, 2004. [PUBMED Abstract]
  15. Terzolo M, Angeli A, Fassnacht M, et al.: Adjuvant mitotane treatment for adrenocortical carcinoma. N Engl J Med 356 (23): 2372-80, 2007. [PUBMED Abstract]
  16. Driver CP, Birch J, Gough DC, et al.: Adrenal cortical tumors in childhood. Pediatr Hematol Oncol 15 (6): 527-32, 1998 Nov-Dec. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del carcinoma de corteza suprarrenal infantil en recaída

Las opciones de tratamiento de los tumores de corteza suprarrenal infantiles en recaída son las siguientes:

  1. Inhibidores de puntos de control. En un ensayo de fase I/II de pacientes pediátricos con tumores sólidos en estadio avanzado o en recaída que recibieron tratamiento con pembrolizumab, 2 de 4 pacientes con carcinomas de corteza suprarrenal obtuvieron respuestas parciales.[1]
  2. Inhibidores de tirosina–cinasas. En un ensayo de fase II de un solo grupo, se incluyeron pacientes a partir de los 18 años de edad que presentaban carcinoma de corteza suprarrenal y que no eran aptos para cirugía con intención curativa. La administración de cabozantinib se relacionó con enfermedad estable en 12 de 16 pacientes para una mediana de duración de 3,7 meses, y se confirmaron respuestas parciales en 2 pacientes.[2]
Bibliografía
  1. Geoerger B, Kang HJ, Yalon-Oren M, et al.: Pembrolizumab in paediatric patients with advanced melanoma or a PD-L1-positive, advanced, relapsed, or refractory solid tumour or lymphoma (KEYNOTE-051): interim analysis of an open-label, single-arm, phase 1-2 trial. Lancet Oncol 21 (1): 121-133, 2020. [PUBMED Abstract]
  2. Campbell MT, Balderrama-Brondani V, Jimenez C, et al.: Cabozantinib monotherapy for advanced adrenocortical carcinoma: a single-arm, phase 2 trial. Lancet Oncol 25 (5): 649-657, 2024. [PUBMED Abstract]

Opciones de tratamiento en evaluación clínica para el carcinoma de corteza suprarrenal infantil

La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.

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  • Denise Adams, MD (Children's Hospital Boston)
  • Karen J. Marcus, MD, FACR (Dana-Farber of Boston Children's Cancer Center and Blood Disorders Harvard Medical School)
  • William H. Meyer, MD
  • Paul A. Meyers, MD (Memorial Sloan-Kettering Cancer Center)
  • Thomas A. Olson, MD (Aflac Cancer and Blood Disorders Center of Children's Healthcare of Atlanta - Egleston Campus)
  • Alberto S. Pappo, MD (St. Jude Children's Research Hospital)
  • D. Williams Parsons, MD, PhD (Texas Children's Hospital)
  • Arthur Kim Ritchey, MD (Children's Hospital of Pittsburgh of UPMC)
  • Carlos Rodriguez-Galindo, MD (St. Jude Children's Research Hospital)
  • Stephen J. Shochat, MD (St. Jude Children's Research Hospital)

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