Pasar al contenido principal
Un sitio oficial del Gobierno de Estados Unidos
English
Enviar por correo electrónico

Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes

Información general sobre los efectos tardíos

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos son problemas de salud que ocurren meses o años después de terminar el tratamiento del cáncer.
  • Los efectos tardíos en los sobrevivientes de un cáncer infantil afectan el cuerpo y la mente.
  • Hay tres factores importantes que modifican el riesgo de efectos tardíos.
  • La probabilidad de que aparezcan efectos tardíos aumenta con el tiempo.
  • El seguimiento regular de la salud de los sobrevivientes de cáncer infantil es muy importante.
  • Además, es importante que los sobrevivientes de cáncer infantil mantengan hábitos saludables.

Los efectos tardíos son problemas de salud que ocurren meses o años después de terminar el tratamiento del cáncer.

Los tratamientos del cáncer pueden dañar los órganos, tejidos o huesos del cuerpo y causar problemas de salud más adelante, entre ellos, problemas físicos, mentales y sociales, además de segundos cánceres. Estos problemas de salud se llaman efectos tardíos o efectos a largo plazo.

Los tratamientos que pueden causar efectos tardíos son los siguientes:

Los médicos estudian los efectos tardíos causados por el tratamiento del cáncer, buscan mejorar los tratamientos y disminuir o evitar los efectos tardíos. Aunque la mayoría de los efectos tardíos no ponen en peligro la vida, en ocasiones causan problemas graves que afectan la salud y la calidad de vida.

Los efectos tardíos en los sobrevivientes de un cáncer infantil afectan el cuerpo y la mente.

Los efectos tardíos en los sobrevivientes del cáncer infantil afectan lo siguiente:

  • Órganos, tejidos y funcionamiento del cuerpo.
  • Crecimiento y desarrollo.
  • Estado de ánimo (humor), sentimientos y acciones.
  • Pensamiento, aprendizaje y memoria.
  • Ajuste social y psicológico.
  • Riesgo de segundos cánceres.

Hay tres factores importantes que modifican el riesgo de efectos tardíos.

Muchos sobrevivientes de cáncer infantil tendrán efectos tardíos. El riesgo de estos efectos depende de factores relacionados con el tumor, el tratamiento y el paciente. Entre ellos, los siguientes:

  • Factores relacionados con el cáncer
    • Tipo de cáncer.
    • Órganos y tejidos afectados por el cáncer.
  • Factores relacionados con el tratamiento
    • Tipo de radioterapia, parte del cuerpo tratada y dosis.
    • Tipo de quimioterapia, dosis y programa de administración.
    • Tipo de cirugía.
    • Trasplante de células madre.
    • Efecto en el cuerpo al recibir dos o más tratamientos al mismo tiempo.
    • Si las células madre trasplantadas atacaron las células sanas del cuerpo, una afección conocida como enfermedad de injerto contra huésped crónica.
  • Factores relacionados con el paciente
    • Sexo del sobreviviente de cáncer.
    • Problemas de salud que tuvo el sobreviviente antes de recibir el diagnóstico de cáncer, durante el tratamiento o después de este.
    • Edad y etapa del desarrollo en el momento del diagnóstico y el tratamiento del cáncer.
    • Tiempo desde el diagnóstico y el tratamiento.
    • Cambios en las concentraciones de hormonas.
    • Capacidad de reparación del tejido sano afectado por el tratamiento del cáncer.
    • Ciertos cambios en los genes del sobreviviente o una historia familiar con antecedentes de cáncer u otros problemas de salud.
    • Nivel socioeconómico.
    • Hábitos que influyen sobre la salud.

La probabilidad de que aparezcan efectos tardíos aumenta con el tiempo.

Los nuevos tratamientos para el cáncer infantil han disminuido el número de muertes por el cáncer primario. Como los sobrevivientes de un cáncer infantil viven más tiempo, ahora hay más efectos tardíos después del tratamiento. Por lo general, los sobrevivientes mueren antes que las personas que nunca han tenido cáncer. Las causas más comunes de muerte en los sobrevivientes de cáncer infantil son las siguientes:

  • Cáncer primario que vuelve (recidiva).
  • Formas de cáncer primario diferentes al inicial (segundo tipo de cáncer).
  • Daño en el corazón y los pulmones.

Los estudios sobre las causas de los efectos tardíos han provocado cambios en el tratamiento. Estos cambios han permitido mejorar la calidad de vida de los sobrevivientes y prevenir enfermedades y muertes por efectos tardíos.

El seguimiento regular de la salud de los sobrevivientes de cáncer infantil es muy importante.

El seguimiento regular a cargo de profesionales de la salud capacitados para detectar y tratar los efectos tardíos es importante para mantener la salud a largo plazo de los sobrevivientes de un cáncer infantil. Cada persona necesita una atención de seguimiento diferente. El plan de atención del sobreviviente dependerá del estado de salud general, los hábitos saludables, el tipo de cáncer, el tipo de tratamiento, los factores genéticos (herencia) y otros problemas médicos. La atención de seguimiento incluye la detección de los síntomas de los efectos tardíos y la educación sobre cómo prevenir o disminuir estos efectos.

Es importante que los sobrevivientes de cáncer infantil se controlen con exámenes al menos una vez al año. Estos exámenes deben estar a cargo de un profesional de la salud que conozca el riesgo de efectos tardíos del sobreviviente y que sepa reconocer los signos iniciales de los efectos tardíos. A veces, también se hacen análisis de sangre y pruebas con imágenes.

El seguimiento a largo plazo quizás mejore la salud y la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer. También puede ayudar a los médicos a estudiar los efectos tardíos de los tratamientos del cáncer con el fin de crear terapias más seguras para los niños con diagnóstico reciente de un cáncer.

Además, es importante que los sobrevivientes de cáncer infantil mantengan hábitos saludables.

La calidad de vida de los sobrevivientes tal vez mejore con los comportamientos que promueven la salud y el bienestar; por ejemplo, mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio y asistir a controles médicos y dentales periódicos. Estos comportamientos de autocuidado son especialmente importantes para los sobrevivientes de cáncer debido al riesgo de tener problemas de salud relacionados con el tratamiento. Los comportamientos saludables pueden disminuir la gravedad de los efectos tardíos y el riesgo de otras enfermedades.

También es importante evitar comportamientos que dañan la salud. Por ejemplo, fumar, consumir demasiadas bebidas alcohólicas, usar drogas ilegales, no protegerse del sol y no hacer actividad física puede empeorar el daño a los órganos causado por el tratamiento y aumentar el riesgo de segundos cánceres.

Segundos cánceres

Puntos importantes

  • Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento del riesgo de presentar otro cáncer diferente más adelante en la vida.
  • Ciertas características o síndromes genéticos quizás aumenten el riesgo de un segundo cáncer.
  • Las personas que recibieron tratamiento para un cáncer necesitan exámenes de detección periódicos para detectar un segundo cáncer.
  • El tipo de prueba que se usa para detectar un segundo cáncer depende, en parte, del tipo de tratamiento que los sobrevivientes recibieron para el cáncer en el pasado.

Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento del riesgo de presentar otro cáncer diferente más adelante en la vida.

Un segundo cáncer es otro cáncer primario diferente, que se presenta al menos 2 meses después de que termina el tratamiento del primer cáncer. Es posible que aparezca un segundo cáncer meses o años después de terminar el tratamiento. El nuevo tipo de cáncer depende, en parte, del tipo original de cáncer y de su tratamiento. También pueden aparecer tumores benignos (no cancerosos).

Los segundos cánceres que en ocasiones se presentan después del tratamiento del cáncer son los siguientes:

El síndrome mielodisplásico y la leucemia mieloide aguda pueden aparecer menos de 10 años después del diagnóstico de linfoma de Hodgkin, leucemia linfoblástica aguda, sarcoma, tumor del sistema nervioso central (SNC), linfoma no Hodgkin, neuroblastoma y tumor de Wilms. Además, pueden originarse después de la quimioterapia con los siguientes tipos de medicamentos:

Los niños tratados con radioterapia dirigida a la médula ósea que no reciben quimioterapia también tienen un mayor riesgo de presentar leucemia mieloide aguda como segundo cáncer.

Los tumores sólidos que pueden aparecen más de 10 años después del diagnóstico y tratamiento del cáncer primario son los siguientes:

  • Cáncer de mama. Los sobrevivientes de cánceres diagnosticados en la niñez, adolescencia y juventud que recibieron dosis altas de radioterapia dirigida al tórax tienen un aumento del riesgo de cáncer de mama. Ciertos medicamentos de quimioterapia, como los alquilantes y las antraciclinas, también aumentan el riesgo de cáncer de mama. El riesgo es más alto en las mujeres sobrevivientes de linfoma de Hodgkin, sarcoma y leucemia.
  • Cáncer de tiroides. El cáncer de tiroides puede presentarse después de la radioterapia dirigida al cuello que se usa para el linfoma de Hodgkin, la leucemia linfoblástica aguda o los tumores de encéfalo. También se presenta después de la terapia con yodo radiactivo para el neuroblastoma, la irradiación corporal total que se administra para un trasplante de células madre o después de la quimioterapia sola.
  • Tumores de encéfalo (cerebrales). Los tumores de encéfalo pueden presentarse después de la radioterapia dirigida a la cabeza o de la quimioterapia intratecal con metotrexato para un tumor primario de encéfalo o para un cáncer que se diseminó al encéfalo o la médula espinal, como la leucemia linfocítica aguda o el linfoma no Hodgkin. Cuando la quimioterapia intratecal con metotrexato y la radioterapia se administran juntas, el riesgo de un tumor de encéfalo es aún mayor.
  • Tumores de huesos y tejidos blandos. Hay un aumento del riesgo de tumores de huesos (óseos) y de tejidos blandos después de la radioterapia para el retinoblastoma hereditario, el sarcoma de Ewing y otros cánceres de hueso. Este riesgo aumenta con dosis más altas. La quimioterapia con antraciclinas o alquilantes también aumenta el riesgo de tumores de hueso y de tejidos blandos, y el riesgo aumenta con dosis más altas.
  • Cáncer de pulmón. Hay un aumento del riesgo de cáncer de pulmón después de la radioterapia dirigida al tórax para el linfoma de Hodgkin o el cáncer de hueso, en especial, en los pacientes que fuman.
  • Cáncer de estómago, hígado o colon y recto (colorrectal). Los cánceres de estómago, hígado o colon y recto pueden presentarse después de recibir radioterapia dirigida al abdomen o la pelvis, quimioterapia o ambas terapias. Los sobrevivientes de tumor de Wilms y linfoma de Hodgkin tienen el riesgo más alto de estos segundos cánceres. El riesgo aumenta con dosis más altas de radiación. También hay un aumento del riesgo de pólipos colorrectales.
  • Cáncer de piel no melanoma (carcinoma de células basales o carcinoma de células escamosas). Hay un aumento del riesgo de cáncer de piel no melanoma después de la radioterapia, y por lo general el cáncer aparece en el área donde se administró la radioterapia. La exposición a la radiación ultravioleta (UV) quizás aumente este riesgo. Los pacientes que presentan cáncer de piel no melanoma después de la radioterapia tienen una probabilidad más alta de presentar otros tipos de cáncer en el futuro. El riesgo de carcinoma de células basales también aumenta después del tratamiento con los medicamentos de quimioterapia llamados alcaloides de vinca, como la vincristina y la vinblastina. Los sobrevivientes de retinoblastoma hereditario suelen tener mayor riesgo de cáncer de piel no melanoma.
  • Melanoma maligno. El melanoma maligno puede presentarse después de la radioterapia o la quimioterapia combinada de medicamentos alquilantes y antimitóticos (como la vincristina y la vinblastina). Los sobrevivientes de linfoma de Hodgkin, retinoblastoma hereditario, sarcoma de tejidos blandos y tumores gonadales suelen tener un riesgo más alto de melanoma maligno. El melanoma maligno como segundo cáncer es menos común que el cáncer de piel no melanoma. Es posible que los sobrevivientes de retinoblastoma hereditario tengan mayor riesgo de melanoma.
  • Cáncer oral, laríngeo y de glándulas salivales. El cáncer oral puede presentarse después de un trasplante de células madre en una persona que tuvo enfermedad de injerto contra huésped crónica o que recibió radioterapia o quimioterapia. Los sobrevivientes de leucemia, osteosarcoma, linfoma de Hodgkin y sarcoma de tejido blando tienen el riesgo más alto de cánceres orales. Los sobrevivientes de cánceres diagnosticados en la niñez, adolescencia y juventud quizás también tengan mayor riesgo de cánceres orales relacionados con la infección por el virus del papiloma humano.
  • Cáncer de riñón. Hay un aumento del riesgo de cáncer de riñón después del tratamiento del neuroblastoma, la administración de radioterapia dirigida a la mitad de la espalda o de quimioterapia con cisplatino o carboplatino.
  • Cáncer de vejiga y cáncer de órganos genitales. El cáncer de vejiga puede presentarse después de la quimioterapia con ciclofosfamida. Los sobrevivientes de retinoblastoma hereditario tienen mayor riesgo de cáncer de vejiga. Las sobrevivientes de sexo femenino tienen un aumento del riesgo de cáncer en el útero o la vulva.

Ciertas características o síndromes genéticos quizás aumenten el riesgo de un segundo cáncer.

En algunos sobrevivientes de cáncer el aumento del riesgo de un segundo cáncer quizás se deba a que tienen una historia familiar de antecedentes de cáncer, un síndrome de cáncer hereditario como el síndrome de Li-Fraumeni, o una mutación genética como la que se presenta en casos de neurofibromatosis de tipo 1. Los problemas con la forma en que se repara el ADN en las células y la forma en que el cuerpo usa los medicamentos anticancerosos también modifican el riesgo de segundos cánceres.

Las personas que recibieron tratamiento para un cáncer necesitan exámenes de detección periódicos para detectar un segundo cáncer.

Es importante que las personas tratadas por un cáncer se hagan exámenes de detección para encontrar un segundo cáncer antes de que aparezcan los síntomas. Esto se llama detección sistemática y tal vez ayude a detectar un segundo cáncer que es aún pequeño y no se ha diseminado. Cuando el tejido anormal o el cáncer se encuentran temprano, quizás sea más fácil tratarlos. En el momento en que aparecen los síntomas, es posible que el cáncer se haya empezado a diseminar.

Es importante recordar que el médico no siempre piensa que un sobreviviente tiene cáncer cuando sugiere un examen de detección. Los exámenes de detección se hacen cuando el sobreviviente no tiene síntomas de cáncer. Si el resultado del examen es anormal, es posible que se hagan más pruebas para determinar si hay un segundo cáncer. Estas pruebas adicionales se llaman pruebas diagnósticas.

El tipo de prueba que se usa para detectar un segundo cáncer depende, en parte, del tipo de tratamiento que los sobrevivientes recibieron para el cáncer en el pasado.

Los sobrevivientes de cáncer infantil deben hacerse controles una vez al año, que incluyan un examen físico y la revisión de los antecedentes médicos. El examen físico del cuerpo sirve para determinar el estado general de salud y detectar signos de enfermedad, como masas o bultos, cambios en la piel o cualquier otra cosa que parezca anormal. La revisión de los antecedentes médicos permite conocer los hábitos que influyen en la salud del sobreviviente de cáncer y las enfermedades y tratamientos anteriores.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radioterapia suelen hacerse las siguientes pruebas y procedimientos para verificar si hay cáncer de piel, de mama o de colon y recto:

  • Examen de la piel. Exploración por parte de un médico o enfermero para examinar la piel y detectar bultos o manchas anormales que presenten cambios de color, tamaño, forma o textura, en especial, en el área donde se administró la radiación. Se recomienda un examen de la piel anual para detectar signos de cáncer de piel. El médico también proporcionará información sobre los comportamientos de protección solar para disminuir el riesgo de cáncer de piel.
  • Autoexamen de mama. Examen de las mamas que realiza la propia paciente. La persona palpará con cuidado las mamas y las axilas para buscar masas, bultos o cualquier otra cosa que parezca anormal. Se sugiere que las mujeres tratadas con una dosis más alta de radioterapia dirigida al tórax se hagan un autoexamen mensual de las mamas a partir de la pubertad. Hable con el médico para saber cuándo deben comenzar los autoexámenes de la mama.
  • Examen clínico de la mama (ECM). Exploración de las mamas a cargo de un médico u otro profesional de la salud. El médico palpará con cuidado las mamas y las axilas para buscar masas, bultos o cualquier otra cosa que parezca anormal. Se sugiere que las mujeres tratadas con una dosis más alta de radioterapia dirigida al tórax se hagan un examen clínico de la mama cada año desde la pubertad hasta los 25 años. Después de los 25 años, o tras 8 años de terminar la radioterapia (lo que ocurra primero), los exámenes clínicos de la mama se harán cada 6 meses. Hable con el médico para saber cuándo deben comenzar los exámenes clínicos de la mama.
  • Mamografía. Prueba que consiste en una radiografía de la mama. A veces se hacen mamografías en las mujeres que recibieron una dosis más alta de radiación dirigida al tórax y que no tienen mamas densas. Se sugiere que estas mujeres se hagan una mamografía anual a partir de los 25 años o tras 8 años de terminar el tratamiento, lo que ocurra más tarde. Hable con el médico para saber cuándo deben comenzar las mamografías para detectar el cáncer de mama.
  • Imagen por resonancia magnética (IRM) de la mama. Prueba en la que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de la mama. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN). La IRM suele hacerse en las mujeres que recibieron una dosis más alta de radiación dirigida al tórax y que tienen mamas densas. Se sugiere que estas mujeres se hagan una IRM anual a partir de los 25 años o tras 8 años de terminar el tratamiento, lo que ocurra más tarde. Hable con el médico para saber si se necesita una resonancia magnética de la mama como examen de detección del cáncer de mama.
  • Colonoscopia. Procedimiento para observar el interior del recto y el colon con el fin de determinar si hay pólipos, áreas anormales o cáncer. Se introduce un colonoscopio a través del recto hasta el colon. El colonoscopio es un instrumento delgado en forma de tubo, con una luz y una lente para observar. A veces tiene una herramienta para extraer pólipos o muestras de tejido, que se observan al microscopio para verificar si hay signos de cáncer. Se sugiere que los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron una dosis más alta de radiación dirigida al abdomen, la pelvis o la columna vertebral se hagan una colonoscopia cada 5 años. Esto comienza a los 30 años o tras 5 años de terminar el tratamiento, lo que ocurra más tarde. Hable con el médico para saber cuándo deben comenzar las colonoscopias para detectar el cáncer de colon y recto.
  • Prueba multidirigida de ADN en heces. Análisis de materia fecal para detectar células cancerosas. Es posible que esta prueba se haga cada 3 años a partir de los 30 años o tras 5 años de terminar el tratamiento.

Aparato cardiovascular

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • La radioterapia dirigida al tórax y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Los efectos tardíos que afectan el corazón y los vasos sanguíneos a veces causan determinados problemas de salud.
  • La dificultad para respirar y el dolor en el tórax o pecho son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Los hábitos saludables que promueven la salud del corazón y los vasos sanguíneos son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

La enfermedad cardiovascular se presenta a una edad más temprana en los sobrevivientes de cáncer infantil. Es posible que se presenten efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida al tórax y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el corazón y los vasos sanguíneos aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radioterapia dirigida al corazón o los vasos sanguíneos y ciertos tipos de quimioterapia corren el mayor riesgo de presentar este tipo de efectos tardíos.

Otros factores que también pueden aumentar el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos son los siguientes:

Los nuevos tratamientos que disminuyen la cantidad de radiación, reducen la dosis de quimioterapia y utilizan medicamentos de quimioterapia menos dañinos, además de incorporar dexrazoxano, tal vez disminuyan el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos en los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los efectos tardíos que afectan el corazón y los vasos sanguíneos a veces causan determinados problemas de salud.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radiación o ciertos tipos de quimioterapia tienen un aumento del riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos, así como problemas de salud relacionados, Entre ellos, los siguientes:

La dificultad para respirar y el dolor en el tórax o pecho son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos.

Los efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Dificultad para respirar, en especial cuando se está acostado.
  • Latidos cardíacos demasiado lentos, demasiado rápidos o diferentes del ritmo normal del corazón.
  • Dolor en el tórax (pecho), el brazo o la pierna.
  • Hinchazón en los pies, los tobillos, las piernas o el abdomen.
  • Cambio de color en los dedos, las orejas o la nariz cuando hace frío o cuando la persona tiene emociones fuertes. Estas partes del cuerpo se tornan pálidas y blancas, luego azules y a veces hay dolor u hormigueo en los dedos.
  • Entumecimiento o debilidad de la cara, el brazo o la pierna (en especial, en un lado del cuerpo) que aparecen sin previo aviso.
  • Confusión o dificultad repentinas para hablar o entender lo que se dice.
  • Dificultad para ver por uno o ambos ojos que aparece de repente.
  • Dificultad para caminar o mareo que aparecen de improvisto.
  • Pérdida repentina del equilibrio o la coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.
  • Dolor, calor o enrojecimiento de una parte del brazo o la pierna, en especial, en la pantorrilla.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el corazón y los vasos sanguíneos.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Electrocardiograma (ECG). Procedimiento durante el cual se registra la actividad eléctrica del corazón para verificar su frecuencia y ritmo. Se colocan varias almohadillas pequeñas (electrodos) en el tórax, los brazos y las piernas del paciente, que se conectan mediante cables a la máquina del ECG. Luego se crea un gráfico de líneas en un papel como registro de la actividad del corazón. La actividad eléctrica más rápida o lenta que la normal quizás sea un signo de enfermedad o daño en el corazón.
  • Ecocardiograma. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en el corazón y los tejidos u órganos cercanos para producir ecos. Se obtiene una película en movimiento del corazón y las válvulas cardíacas a medida que el corazón bombea la sangre.
  • Ecografía. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como el corazón, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento también se llama ultrasonografía.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Prueba en la que se usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN), y se hace para verificar si hay coágulos de sangre.
  • Tomografía computarizada (TC). Procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Esta prueba se hace para verificar si hay coágulos de sangre. También se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Tomografía computarizada para el cáncer.
  • Angiografía con resonancia magnética (ARM). Procedimiento en el que se usan ondas de radio y un imán potente conectado a una computadora para crear imágenes detalladas de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo dentro del cuerpo. A veces se inyecta un tinte en una vena para que los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo sean más fáciles de ver. Esta prueba se usa para detectar coágulos sanguíneos u otros problemas de los vasos sanguíneos.
  • Perfil lipídico. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol total y colesterol de las lipoproteínas de baja y alta densidad.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Los hábitos saludables que promueven la salud del corazón y los vasos sanguíneos son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los sobrevivientes de cáncer infantil pueden disminuir el riesgo de efectos tardíos en el corazón y los vasos sanguíneos al llevar un estilo de vida saludable, que incluye prestar atención a lo siguiente:

  • Mantener un peso saludable.
  • Consumir una alimentación saludable para el corazón, es decir una dieta rica en verduras y hortalizas, frutas, granos y cereales integrales, pescado, aves de corral (pollo o pavo), y poca cantidad de carnes rojas o procesadas.
  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • No fumar.

Sistema nervioso central

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal son más comunes después del tratamiento de los tumores de encéfalo y de la leucemia linfoblástica aguda.
  • La radiación dirigida al encéfalo aumenta el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.
  • Los efectos tardíos que afectan el encéfalo y la médula espinal a veces causan determinados problemas de salud.
  • Los dolores de cabeza, la pérdida de coordinación y las convulsiones son síntomas que en ocasiones se deben a los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.
  • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el encéfalo y la médula espinal.
  • Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen mayor riesgo de presentar trastornos de salud mental.
  • Algunos sobrevivientes de cáncer infantil presentan trastorno de estrés postraumático.
  • Los adolescentes que reciben un diagnóstico de cáncer a veces tienen problemas sociales más adelante en la vida.

Los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal son más comunes después del tratamiento de los tumores de encéfalo y de la leucemia linfoblástica aguda.

Es posible que se presenten efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radiación dirigida al encéfalo aumenta el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el encéfalo o la médula espinal aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo de efectos tardíos es más alto cuando se administra al mismo tiempo radioterapia dirigida al encéfalo y quimioterapia intratecal.

El aumento del riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal en los sobrevivientes de tumores de encéfalo infantiles también depende de los siguientes factores:

Los efectos tardíos que afectan el encéfalo y la médula espinal a veces causan determinados problemas de salud.

Los sobrevivientes de cáncer infantil tratados con radioterapia, ciertos tipos de quimioterapia o cirugía en el encéfalo o la médula espinal tienen un aumento del riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal, así como problemas de salud relacionados. Estos problemas a veces se presentan durante la niñez poco después del tratamiento y otras veces aparecen años más tarde, durante la edad adulta. Los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal, son entre otros, los siguientes:

  • Dolores de cabeza que desaparecen después de vomitar.
  • Pérdida del equilibrio, falta de coordinación o dificultad para caminar.
  • Mareos.
  • Convulsiones.
  • Pérdida de la vaina de mielina que cubre las fibras nerviosas del encéfalo.
  • Trastornos del movimiento que afectan las piernas, los ojos o la capacidad de hablar y tragar.
  • Daño a los nervios de manos o pies.
  • Accidente cerebrovascular. Los sobrevivientes que tienen antecedentes de radiación dirigida al encéfalo y presión arterial alta o que tenían más de 40 años cuando tuvieron su primer accidente cerebrovascular, están en riesgo de presentar un segundo accidente.
  • Sangrados o hemorragias pequeñas en el encéfalo (microsangrado cerebral).
  • Somnolencia durante el día.
  • Hidrocefalia.
  • Pérdida del control de la vejiga o los intestinos.
  • Cavernomas. Grupos de vasos sanguíneos anormales.
  • Dolor de espalda.

Los sobrevivientes a veces también presentan efectos tardíos que afectan el pensamiento, el aprendizaje, la memoria, las emociones y el comportamiento.

Las nuevas formas de usar dosis más dirigidas y más bajas de radiación dirigida al encéfalo quizás disminuyan el riesgo de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.

Los dolores de cabeza, la pérdida de coordinación y las convulsiones son síntomas que en ocasiones se deben a los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal.

Los efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Dificultad para hablar o tragar.
  • Dificultad para coordinar el funcionamiento de los ojos (cada uno se mueve de forma independiente).
  • Entumecimiento o adormecimiento, hormigueo o debilidad en manos o pies.
  • Incapacidad para flexionar el tobillo y levantar el pie.
  • Entumecimiento o debilidad de la cara, el brazo o la pierna (en especial, en un lado del cuerpo) que aparece de repente.
  • Somnolencia fuera de lo común o cambio en el nivel de actividad.
  • Cambios de personalidad o comportamiento.
  • Cambio en los hábitos intestinales o dificultad para orinar.
  • Aumento del tamaño de la cabeza (en lactantes).
  • Confusión o dificultad repentinas para hablar o entender lo que se dice.
  • Dificultad para ver por uno o ambos ojos que aparece de repente.
  • Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa aparente.

Otros síntomas son los siguientes:

  • Problemas de memoria.
  • Problemas para prestar atención.
  • Dificultad para resolver problemas.
  • Dificultad para organizar pensamientos y tareas.
  • Capacidad más lenta para aprender y usar información nueva.
  • Dificultad para aprender a leer, escribir o para las matemáticas.
  • Dificultad para coordinar el movimiento de los ojos (cada uno se mueve de forma independiente), las manos y otros músculos.
  • Retrasos en el desarrollo normal.
  • Aislamiento social o dificultad para llevarse bien con los demás.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el encéfalo y la médula espinal.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen neurológico. Exploración que incluye varias preguntas y pruebas para revisar el funcionamiento del encéfalo, la médula espinal y los nervios. Con el examen se verifica el estado mental, la coordinación, la capacidad de caminar bien y el funcionamiento adecuado de los músculos, los sentidos y los reflejos. Este examen también se llama exploración neurológica. En algunos casos, es posible que un neurólogo o neurocirujano haga un examen más completo.
  • Evaluación neuropsicológica. Exploración que incluye una serie de pruebas para examinar los procesos mentales y el comportamiento del paciente. Las áreas que se examinan suelen ser las siguientes:
    • Capacidad de la persona para saber quién es, dónde está y qué día es.
    • Capacidad para aprender y recordar información nueva.
    • Inteligencia.
    • Capacidad para resolver problemas.
    • Uso del lenguaje hablado y escrito.
    • Coordinación entre los ojos y las manos.
    • Capacidad para organizar información y tareas.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en el encéfalo y la médula espinal. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen mayor riesgo de presentar trastornos de salud mental.

Es más probable que los sobrevivientes de cáncer infantil reciban diagnósticos de trastornos de salud mental que el resto de las personas sin antecedentes de cáncer, entre ellos, los siguientes:

Los trastornos de salud mental pueden causar problemas en las personas para relacionarse con los demás, y dificultades académicas, laborales y de salud. A veces, también producen pensamientos de suicidio. Por este motivo, es menos probable que los sobrevivientes sean independientes (vivan solos) al llegar a la edad adulta.

La atención de seguimiento para los sobrevivientes de cáncer infantil debe incluir exámenes de detección y tratamiento de los posibles trastornos psicológicos y mentales o problemas que generan sufrimiento.

Para obtener más información sobre el sufrimiento psicológico y las habilidades para hacer frente en las personas con cáncer, consulte:

Algunos sobrevivientes de cáncer infantil presentan trastorno de estrés postraumático.

Recibir el diagnóstico de una enfermedad potencialmente mortal y someterse al tratamiento quizás sea traumático. Este trauma a veces causa trastorno de estrés postraumático (TEPT). En este trastorno se presentan ciertos comportamientos después de un evento estresante como la muerte de alguien cercano o sentir que se está en peligro de muerte, lesiones graves o situaciones amenazantes para la persona o para otras personas.

El trastorno de estrés postraumático afecta a los sobrevivientes de cáncer de las siguientes maneras:

  • Pensamientos y recuerdos continuos sobre el momento en que escucharon la noticia del diagnóstico o recibieron tratamiento.
  • Pesadillas o recuerdos molestos del trauma (flashbacks).
  • Evitación, es decir dejar de ir a lugares, asistir a eventos o ver a personas que les recuerdan la vivencia del cáncer.

En general, el trastorno de estrés postraumático no es frecuente en los sobrevivientes de cáncer infantil, aunque esto depende de las formas como el niño y sus padres afrontan y se adaptan a la situación. El riesgo de trastorno de estrés postraumático quizás sea más alto en los sobrevivientes tratados con radioterapia a una edad inferior a los 4 años y quienes recibieron un tratamiento más intenso. Los problemas familiares, contar con poco o ningún apoyo social de familiares o amigos y presentar estrés no relacionado con el cáncer aumentan las probabilidades de tener trastorno de estrés postraumático.

Es posible que los sobrevivientes con trastorno de estrés postraumático no reciban el tratamiento médico que necesitan porque evitan lugares y personas relacionadas con el cáncer.

Los adolescentes que reciben un diagnóstico de cáncer a veces tienen problemas sociales más adelante en la vida.

Es posible que los adolescentes que reciben un diagnóstico de cáncer alcancen menos hitos sociales o los alcancen más tarde que los adolescentes que no reciben un diagnóstico de cáncer. Los hitos sociales son, por ejemplo, tener el primer noviazgo, casarse y tener un hijo. También es posible que tengan problemas para llevarse bien con otras personas o que se sientan rechazados por las personas de su edad.

Los sobrevivientes de cáncer en este grupo de edad informaron que estaban menos satisfechos con su salud y vida en general, en comparación con otras personas de la misma edad que no tenían antecedentes de cáncer. Los adolescentes y jóvenes que sobrevivieron al cáncer necesitan programas especiales que brinden apoyo psicológico, educativo y laboral.

Aparato digestivo

Puntos importantes

  • Dientes y maxilares
    • Los problemas en los dientes y los maxilares (mandíbula) son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los dientes y los maxilares.
    • Los efectos tardíos que afectan los dientes y los maxilares a veces causan determinados problemas de salud.
    • Las caries y el dolor en la mandíbula son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los dientes y los maxilares.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la boca y los maxilares.
    • La atención odontológica regular es muy importante en los sobrevivientes de cáncer infantil.
  • Tubo digestivo
    • Los efectos tardíos en el tubo digestivo son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida a la vejiga, la próstata o los testículos y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo.
    • Los efectos tardíos que afectan el tubo digestivo a veces causan determinados problemas de salud.
    • El dolor abdominal y la diarrea son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el tubo digestivo.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el tubo digestivo.
  • Hígado y vías biliares
    • Los efectos tardíos en el hígado y las vías o conductos biliares son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • Ciertos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida al hígado o las vías biliares aumentan el riesgo de efectos tardíos.
    • Los efectos tardíos que afectan el hígado y las vías biliares a veces causan determinados problemas de salud.
    • El dolor abdominal y la ictericia son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el hígado y las vías biliares.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el hígado y las vías biliares.
    • Los hábitos saludables que promueven la salud del hígado son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.
  • Páncreas
    • La radioterapia aumenta el riesgo de efectos tardíos en el páncreas.
    • Los efectos tardíos que afectan el páncreas a veces causan determinados problemas de salud.
    • Orinar con frecuencia y tener sed son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el páncreas.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el páncreas.

El tratamiento con quimioterapia, radioterapia o cirugía a veces causa problemas en todo el aparato digestivo, desde la boca hasta el recto.

Dientes y maxilares

Los problemas en los dientes y los maxilares (mandíbula) son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los dientes y los maxilares después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los dientes y los maxilares.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan los dientes y los maxilares aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo también aumenta en los sobrevivientes que tenían menos de 5 años en el momento del tratamiento, cuando los dientes permanentes todavía no se habían formado por completo.

Los efectos tardíos que afectan los dientes y los maxilares a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los dientes y los maxilares y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Dientes anormales.
  • Caries dentales y enfermedad periodontal (de las encías).
  • Glándulas salivales que no producen suficiente saliva.
  • Destrucción de las células óseas de la mandíbula.
  • Cambios en la forma de la cara, la mandíbula o el cráneo.
  • Segundo cáncer en la boca.

Las caries y el dolor en la mandíbula son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los dientes y los maxilares.

Los efectos tardíos en los dientes y los maxilares, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Dientes pequeños o deformados.
  • Dientes permanentes faltantes.
  • Retraso en la salida de los dientes permanentes.
  • Poco esmalte en los dientes.
  • Caries y enfermedad de las encías más frecuentes de lo normal.
  • Boca seca.
  • Dificultad para masticar, tragar y hablar.
  • Dolor en la mandíbula.
  • Problemas para abrir y cerrar la mandíbula.

La única forma de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los dientes y los maxilares es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la boca y los maxilares.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen dental. Exploración de los dientes, la boca y los maxilares para verificar el estado de salud oral y detectar signos de enfermedad, como caries o cualquier cosa que parezca anormal. Esta exploración también se llama revisión dental y examen odontológico.
  • Radiografía panorámica. Imagen obtenida por radiografía de todos los dientes y sus raíces. La radiografía es un procedimiento en el que se usan rayos X, un tipo de radiación que puede atravesar el cuerpo para crear imágenes.
  • Radiografía de los maxilares. Imagen obtenida por radiografía de los huesos maxilares. La radiografía es un procedimiento en el que se usan rayos X, un tipo de radiación que puede atravesar el cuerpo para crear imágenes.
  • Tomografía computarizada (TC). Procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, como el cuello y la cabeza, desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Tomografía computarizada para el cáncer.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Prueba en la que se usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo, como la cabeza y el cuello. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN),
  • Biopsia. Procedimiento por el que se obtiene una muestra de tejido del tumor para que un patólogo lo observe al microscopio y determine si hay signos de cáncer.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en los dientes y los maxilares. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

La atención odontológica regular es muy importante en los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los médicos recomiendan que los sobrevivientes de cáncer infantil se hagan una revisión dental, con limpieza y un tratamiento con fluoruro cada 6 meses. Los niños que recibieron radioterapia en la cavidad oral también pueden consultar a un ortodoncista o un otorrinolaringólogo. Si hay lesiones en la boca, es posible que se necesite una biopsia.

Tubo digestivo

Los efectos tardíos en el tubo digestivo son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en el tubo digestivo (esófago, estómago, intestino delgado y grueso, recto y ano) después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida a la vejiga, la próstata o los testículos y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el tubo digestivo aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al abdomen o áreas cercanas al abdomen, como el esófago, la vejiga, la próstata o los testículos. Este tipo de tratamiento a veces causa problemas en el tubo digestivo que comienzan rápido y duran poco tiempo. Sin embargo, en algunos pacientes, estos problemas aparecen más adelante y duran mucho más tiempo. Estos efectos tardíos son causados por la radioterapia que daña los vasos sanguíneos. El riesgo también aumenta al recibir dosis más altas de radioterapia o combinarla con quimioterapia de dactinomicina o antraciclinas.
  • Cirugía en el abdomen o en la pelvis para extirpar la vejiga.
  • Quimioterapia con alquilantes como ciclofosfamida, procarbazina e ifosfamida, o con antraciclinas, como doxorrubicina, daunorrubicina, idarrubicina y epirrubicina.
  • Trasplante de células madre.

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en el tubo digestivo:

Los efectos tardíos que afectan el tubo digestivo a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en el tubo digestivo y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

El dolor abdominal y la diarrea son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el tubo digestivo.

Los efectos tardíos en el tubo digestivo, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Dificultad para tragar o sensación de que la comida está atascada en la garganta.
  • Pirosis (ardor de estómago o acidez estomacal).
  • Fiebre con dolor intenso en el abdomen y náuseas.
  • Dolor en el abdomen.
  • Cambios en los hábitos intestinales (estreñimiento o diarrea).
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor ocasionado por gases, distensión abdominal, sensación de llenura o cólicos.
  • Reflujo.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos digestivos es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el tubo digestivo.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen digital del recto. Exploración en la que el médico o enfermero introducen un dedo cubierto por un guante lubricado en el recto para detectar masas o cualquier otra cosa que parezca anormal.
  • Estudios bioquímicos de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad.
  • Radiografías de los riñones, los uréteres y la vejiga. Prueba que se hace con un tipo de radiación (rayos X) que puede atravesar el cuerpo para crear imágenes del abdomen, los riñones, los uréteres o la vejiga y detectar signos de enfermedad.
  • Tomografía computarizada (TC). Procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere para que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Tomografía computarizada para el cáncer.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Prueba en la que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN),
  • Estudio con ingesta de bario. Procedimiento durante el que se obtienen radiografías de la garganta, el esófago, el estómago y la primera parte del intestino delgado (duodeno). Para este procedimiento, el paciente bebe un líquido que contiene bario (compuesto metálico de color blanco plateado). El bario recubre el esófago y el estómago, lo que ayuda a que se observen de forma más clara en las radiografías. Este procedimiento también se llama serie del tubo digestivo superior, estudio con trago de bario, tránsito baritado y serie gastrointestinal superior.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en el tubo digestivo. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Hígado y vías biliares

Los efectos tardíos en el hígado y las vías o conductos biliares son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en el hígado o las vías biliares después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

Ciertos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida al hígado o las vías biliares aumentan el riesgo de efectos tardíos.

Es posible que el riesgo de efectos tardíos en el hígado o las vías biliares en los sobrevivientes de cáncer infantil aumente después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Cirugía para extirpar parte del hígado o para un trasplante de hígado.
  • Quimioterapia con dosis altas de ciclofosfamida que se administra para un trasplante de células madre.
  • Quimioterapia con medicamentos como 6-mercaptopurina, 6-tioguanina, metotrexato y dactinomicina.
  • Radioterapia dirigida al hígado y las vías biliares. El riesgo de la radioterapia depende de lo siguiente:
    • Dosis de radiación y la cantidad de hígado que la recibe.
    • Edad en el momento del tratamiento (cuanto más joven es el paciente en el momento del tratamiento, mayor es el riesgo).
    • Antecedente de cirugía para extirpar parte del hígado.
    • Administración al mismo tiempo de radioterapia y quimioterapia con medicamentos como la doxorrubicina o la dactinomicina.
  • Trasplante de células madre.

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en el hígado y las vías biliares:

Los efectos tardíos que afectan el hígado y las vías biliares a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en el hígado y las vías biliares, y los problemas de salud relacionados, son los siguientes:

El dolor abdominal y la ictericia son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el hígado y las vías biliares.

Los efectos tardíos en el hígado y las vías biliares, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Aumento o pérdida de peso.
  • Distensión o hinchazón del abdomen.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor en el abdomen cerca de las costillas, a menudo en el lado derecho, que puede aparecer después de comer una comida grasosa.
  • Ictericia (color amarillento de la piel y la parte blanca del ojo).
  • Evacuaciones intestinales de color claro.
  • Diarrea.
  • Orina de color oscuro.
  • Aumento del gas intestinal.
  • Falta de apetito.
  • Cansancio o debilidad.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en el hígado y las vías biliares es mediante una consulta médica.

A veces no hay signos o síntomas de efectos tardíos en el hígado o las vías biliares y quizás no se necesite tratamiento.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el hígado y las vías biliares.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios bioquímicos de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad. Por ejemplo, si se daña el hígado, tal vez haya concentraciones más altas, en el cuerpo, de bilirrubina, alanina–aminotransferasa (ALT), aspartato–aminotransferasa (AST).
  • Concentración de ferritina. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir la cantidad de ferritina. La ferritina es una proteína que se une al hierro y lo almacena para que el cuerpo lo use. Después de un trasplante de células madre, una concentración alta de ferritina tal vez sea un signo de enfermedad en el hígado.
  • Recuento sanguíneo completo (RSC). Prueba de laboratorio en la que se extrae una muestra de sangre para analizar los siguientes elementos:

    Esta prueba se usa para verificar la cantidad de plaquetas en el cuerpo.

  • Prueba del tiempo de protrombina (TP). Prueba en la que se mide el tiempo que tarda la sangre en coagularse.
  • Prueba de hepatitis. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para verificar si hay fragmentos del virus de la hepatitis. La muestra de sangre también se usa para medir la cantidad de virus de la hepatitis en la sangre. Todos los pacientes que recibieron una transfusión de sangre antes de 1972 deben hacerse un examen de detección de la hepatitis B. Los pacientes que recibieron una transfusión de sangre antes de 1993 deben hacerse un examen de detección de la hepatitis C.
  • Ecografía. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como la vesícula biliar, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento también se llama ultrasonografía.
  • Tomografía computarizada (TC). Procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere para que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Tomografía computarizada para el cáncer.
  • Imágenes por resonancia magnética (IRM). Prueba en la que usa un imán, ondas de radio y una computadora para crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN),

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en el hígado o las vías biliares. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Los hábitos saludables que promueven la salud del hígado son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los sobrevivientes de cáncer infantil con efectos tardíos en el hígado deben proteger su salud al llevar un estilo de vida saludable, que incluye prestar atención a lo siguiente:

Páncreas

La radioterapia aumenta el riesgo de efectos tardíos en el páncreas.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el páncreas aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al abdomen.
  • Irradiación corporal total que se administra para un trasplante de células madre.

Los efectos tardíos que afectan el páncreas a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en el páncreas y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Resistencia a la insulina. En esta afección el cuerpo no usa la insulina de la manera como debería hacerlo. La insulina es necesaria para controlar la cantidad de glucosa (un tipo de azúcar) en el cuerpo. Debido a que la insulina no funciona como debería, las concentraciones de glucosa y grasa aumentan.
  • Diabetes mellitus. En esta enfermedad el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa como debería. Cuando no hay suficiente insulina, la cantidad de glucosa en la sangre aumenta y los riñones producen grandes cantidades de orina. Los sobrevivientes también tienen un aumento del riesgo de prediabetes, que a veces lleva a diabetes.

Orinar con frecuencia y tener sed son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en el páncreas.

Los efectos tardíos en el páncreas, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Necesidad de orinar con frecuencia.
  • Sed intensa.
  • Hambre intensa.
  • Pérdida de peso de origen desconocido.
  • Sensación de mucho cansancio.
  • Infecciones frecuentes, en especial de la piel, las encías o la vejiga.
  • Visión borrosa.
  • Cortes o moretones que se demoran en sanar.
  • Entumecimiento, adormecimiento u hormigueo en manos o pies.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en el páncreas es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el páncreas.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Prueba de hemoglobina glucosilada (A1C). Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir la cantidad de glucosa que está unida a los glóbulos rojos. Una cantidad más alta que la normal de glucosa unida a los glóbulos rojos puede ser un signo de diabetes mellitus.
  • Prueba de glucemia en ayunas. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir la cantidad de glucosa en la sangre. Esta prueba se hace después de que el paciente pasó la noche en ayunas, es decir, sin comer nada. Una cantidad más alta que la normal de glucosa en la sangre puede ser un signo de diabetes mellitus.

Sistema endocrino

Puntos importantes

  • Glándula tiroidea
    • Los efectos tardíos en la tiroides son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello aumenta el riesgo de efectos tardíos en la tiroides.
    • Los efectos tardíos que afectan la tiroides a veces causan determinados problemas de salud.
    • Los síntomas de los efectos tardíos en la tiroides dependen de si la cantidad de hormona tiroidea en el cuerpo es demasiado baja o demasiado alta.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la tiroides.
  • Hipotálamo e hipófisis
    • Es más probable que se presenten efectos tardíos neuroendocrinos después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • El tratamiento que afecta el hipotálamo o la hipófisis (glándula pituitaria) aumenta el riesgo de efectos tardíos en el sistema neuroendocrino.
    • Los efectos tardíos que afectan el hipotálamo a veces causan determinados problemas de salud.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el sistema neuroendocrino.
  • Síndrome metabólico
    • Es más probable que se presente síndrome metabólico después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia aumenta el riesgo de síndrome metabólico.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar el síndrome metabólico.
    • El síndrome metabólico a veces causa enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos y diabetes.
  • Cambios en el peso y fragilidad
    • Los efectos tardíos relacionados con cambios en el peso y fragilidad son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia aumenta el riesgo de cambios en el peso y fragilidad.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los cambios en el peso.

Glándula tiroidea

Los efectos tardíos en la tiroides son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en la tiroides después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello aumenta el riesgo de efectos tardíos en la tiroides.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan la tiroides aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo también aumenta en las mujeres, en los sobrevivientes de corta edad en el momento del tratamiento, en los sobrevivientes que recibieron una dosis de radiación más alta y a mayor tiempo transcurrido desde el diagnóstico y el tratamiento. El riesgo de problemas endocrinos también depende de la ubicación del tumor.

Los efectos tardíos que afectan la tiroides a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en la tiroides y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Hipotiroidismo (insuficiente hormona tiroidea). Los sobrevivientes tratados con radioterapia en la cabeza y el cuello que afecta la tiroides, en especial en los sobrevivientes de linfoma de Hodgkin, tienen un riesgo más alto de hipotiroidismo, que es el efecto tardío en la tiroides más frecuente. Por lo general, el hipotiroidismo se presenta de 2 a 5 años después de terminar el tratamiento, pero a veces se presenta más de 25 años después de la radioterapia. Es más común en las niñas que en los niños. Los niños, adolescentes y jóvenes tratados con radioterapia con haz de protones quizás tengan un riesgo menor de hipotiroidismo.
  • Hipertiroidismo (demasiada hormona tiroidea). El riesgo de hipertiroidismo aumenta con dosis más altas de radioterapia dirigida a la tiroides. Esta enfermedad es menos común que el hipotiroidismo. Por lo general, se presenta 5 años después de terminar el tratamiento, pero a veces se presenta más de 25 años después de la radioterapia.
  • Nódulos en la tiroides. Los nódulos son tumores o bultos en la tiroides que se relacionan con una dosis más alta de radiación y un tiempo más largo desde el diagnóstico del cáncer primario. Estos nódulos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos) y son más comunes en las niñas que en los niños. El agrandamiento de la tiroides (bocio) a veces se debe a los nódulos en la tiroides.

Los síntomas de los efectos tardíos en la tiroides dependen de si la cantidad de hormona tiroidea en el cuerpo es demasiado baja o demasiado alta.

Los efectos tardíos en la tiroides, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

Hipotiroidismo (muy poca hormona tiroidea)

  • Cansancio o debilidad.
  • Sensibilidad al frío.
  • Piel pálida y seca.
  • Cabello áspero y escaso.
  • Uñas quebradizas.
  • Ronquera.
  • Cara hinchada.
  • Dolores y rigidez en los músculos y las articulaciones.
  • Estreñimiento.
  • Períodos menstruales irregulares o más intensos de lo normal.
  • Aumento de peso de origen desconocido.
  • Depresión, problemas de memoria o concentración.

En casos poco frecuentes, el hipotiroidismo no causa ningún síntoma.

Hipertiroidismo (demasiada hormona tiroidea)

  • Nerviosismo, ansiedad o mal humor.
  • Dificultad para dormir.
  • Cansancio o debilidad.
  • Manos temblorosas.
  • Latidos cardíacos rápidos.
  • Piel enrojecida, que pica y se siente caliente.
  • Pelo fino y delicado, y caída del cabello.
  • Evacuaciones intestinales blandas y frecuentes (diarreicas).
  • Pérdida de peso de origen desconocido.
  • Sensibilidad al calor.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en la tiroides es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la tiroides.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios de hormonas en la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora. Es posible que se haga un análisis de sangre para detectar concentraciones anormales de hormona estimulante de la tiroides (TSH) o tiroxina (T4) libre.
  • Ecografía. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento también se llama ultrasonografía. En la ecografía se observa el tamaño de la tiroides y si hay nódulos (tumores o bultos) en la tiroides.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en la tiroides. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Hipotálamo e hipófisis

Es más probable que se presenten efectos tardíos neuroendocrinos después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El sistema neuroendocrino es la combinación del sistema nervioso y el sistema endocrino.

Los efectos tardíos neuroendocrinos son más comunes después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

El tratamiento que afecta el hipotálamo o la hipófisis (glándula pituitaria) aumenta el riesgo de efectos tardíos en el sistema neuroendocrino.

Los sobrevivientes de cáncer infantil tienen un aumento del riesgo de efectos tardíos neuroendocrinos. Estos efectos son causados por el tratamiento con radioterapia para el cáncer en el encéfalo cerca del hipotálamo o cuando se usa irradiación corporal total antes de un trasplante de células madre. El hipotálamo controla la forma en que la hipófisis produce y libera las hormonas en el torrente sanguíneo. Una cirugía en el área del hipotálamo, la hipófisis o las vías ópticas también puede causar estos efectos.

Los efectos tardíos que afectan el hipotálamo a veces causan determinados problemas de salud.

Los sobrevivientes de cáncer infantil con efectos tardíos neuroendocrinos en ocasiones tienen concentraciones anormales de las hormonas que la hipófisis produce y libera en la sangre. Los efectos tardíos neuroendocrinos, y problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Deficiencia de la hormona del crecimiento. La hormona del crecimiento promueve el crecimiento y controla el metabolismo. Una concentración baja de la hormona del crecimiento es un efecto tardío común de la radiación dirigida al encéfalo en los sobrevivientes de cáncer infantil. Cuanto más alta sea la dosis de radiación y más tiempo haya pasado desde el tratamiento, mayor será el riesgo de este efecto tardío. Es posible que también se presente una concentración baja de la hormona del crecimiento en los sobrevivientes de LLA infantil, quienes recibieron trasplantes de células madre y quienes fueron tratados con quimioterapia o radioterapia dirigida al encéfalo y la médula espinal.

    Una concentración baja de la hormona del crecimiento en la niñez produce una estatura más baja que la normal en la edad adulta. Si los huesos del niño no se han desarrollado por completo, las concentraciones bajas de hormona de crecimiento se tratan con terapia de reemplazo hormonal de esta hormona que comienza 1 año después de terminar el tratamiento.

  • Deficiencia de hormona adrenocorticotrópica (ACTH). La hormona adrenocorticotrópica, también llamada corticotropina, controla la producción de glucocorticoides. Una concentración baja de esta hormona es un efecto tardío poco común, que puede ocurrir en sobrevivientes que tienen las siguientes características:
    • Antecedentes de tumores de encéfalo infantiles, otros tumores o cánceres de la sangre durante la niñez.
    • Concentraciones bajas de la hormona del crecimiento o hipotiroidismo central.
    • Antecedentes de radioterapia dirigida al encéfalo.
    • Antecedentes de terapia hormonal con corticoesteroides.

    Es posible que los síntomas de la deficiencia de adrenocorticotropina no sean graves y no se noten. Estos síntomas son los siguientes:

    • Pérdida de peso de origen desconocido.
    • Inapetencia (no sentir hambre).
    • Náuseas.
    • Vómitos.
    • Dolor abdominal.
    • Presión arterial baja.
    • Cansancio.
    • Mareos.
    • Dolores musculares o articulares.
    • Oscurecimiento de la piel.
    • Piel pálida.
    • Concentración baja de glucosa (azúcar) en la sangre.
    • Antojo de comidas saladas.

    Las concentraciones bajas de adrenocorticotropina se tratan con hidrocortisona.

  • Hiperprolactinemia. La prolactina controla la producción de leche materna y tiene muchos otros efectos en el cuerpo. Es posible que se presente una concentración alta de la hormona prolactina después de una dosis alta de radiación dirigida al encéfalo o de una cirugía en una parte de la hipófisis. Una concentración alta de prolactina puede causar lo siguiente:
    • Pubertad a una edad más avanzada de lo normal.
    • Producción de leche materna en una mujer que no está embarazada ni amamantando.
    • Períodos menstruales menos frecuentes, ausentes o con un flujo muy ligero.
    • Sofocos.
    • Incapacidad para quedar embarazada.
    • Incapacidad para tener una erección necesaria para tener relaciones sexuales.
    • Menor deseo sexual (en hombres y mujeres).
    • Densidad mineral ósea baja (osteopenia).

    A veces no hay signos ni síntomas y casi nunca se necesita tratamiento.

  • Deficiencia de la hormona estimulante de la tiroides (TSH). La hormona estimulante de la tiroides controla la producción de hormonas tiroideas. Es posible que poco a poco vaya bajando la concentración de hormona tiroidea después de recibir radioterapia dirigida al encéfalo. La deficiencia de la hormona estimulante de la tiroides también se llama hipotiroidismo de origen central.

    A veces no se perciben los síntomas de la deficiencia de la hormona estimulante de la tiroides. En ocasiones, las concentraciones bajas de hormona tiroidea causan crecimiento lento y pubertad tardía, además de otros síntomas. Para obtener más información, consulte los síntomas del hipotiroidismo.

    Es posible tratar una concentración baja de hormona tiroidea con terapia de reemplazo de hormona tiroidea.

  • Desequilibrio de la hormona luteinizante o de la hormona foliculoestimulante. La hormona luteinizante y la hormona foliculoestimulante controlan la reproducción. Las concentraciones anormales de estas hormonas causan diferentes problemas de salud. El tipo de problema depende de la dosis de radiación y de si las concentraciones hormonales son más altas o más bajas de lo normal.

    Los sobrevivientes de cáncer infantil que tenían tumores de encéfalo cerca del hipotálamo o la hipófisis, que recibieron dosis más bajas de radiación dirigida al encéfalo o que tienen hidrocefalia pueden presentar pubertad precoz de origen central (afección que hace que la pubertad comience antes de los 8 años en las niñas y de los 9 años en los niños). La pubertad precoz de origen central ocurre cuando el encéfalo libera hormona luteinizante y foliculoestimulante a una edad muy temprana en el desarrollo. Esta afección a veces se trata con terapia con un agonista de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) para retrasar la pubertad y promover el crecimiento durante la niñez.

    En ocasiones, los sobrevivientes de cáncer infantil tratados con dosis más altas de radiación dirigida al encéfalo tienen concentraciones bajas de hormona luteinizante o de hormona foliculoestimulante. Es posible tratar este problema con terapia de reemplazo de hormonas sexuales. La dosis dependerá de la edad y de si ya llegó a la pubertad.

  • Diabetes insípida de origen central. Las cantidades bajas o ausentes de las hormonas que se producen en la parte delantera de la hipófisis y que se liberan en la sangre causa diabetes insípida de origen central. Es posible que esta enfermedad ocurra en sobrevivientes de cáncer infantil tratados con cirugía en el área del hipotálamo o la hipófisis. Los síntomas de la diabetes insípida central son los siguientes:
    • Producción de grandes cantidades de orina.
    • Sed muy intensa.
    • Fatiga.

    Los síntomas de la diabetes insípida central en los lactantes son los siguientes:

    • Vómitos.
    • Diarrea.
    • Irritabilidad.
    • Crecimiento y desarrollo lentos.
    • Pérdida de peso de origen desconocido.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el sistema neuroendocrino.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudio bioquímico de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad.
  • Estudios de hormonas en la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora. Es posible que se haga un análisis de sangre para detectar concentraciones anormales de la hormona foliculoestimulante, la hormona luteinizante, el estradiol, la testosterona el cortisol o la tiroxina libre (T4).
  • Perfil lipídico. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol total y colesterol de las lipoproteínas de baja y alta densidad.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos neuroendocrinos. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Síndrome metabólico

Es más probable que se presente síndrome metabólico después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

El síndrome metabólico es un grupo de afecciones que incluyen tener demasiada grasa alrededor del abdomen y al menos dos de los siguientes problemas:

  • Presión arterial alta.
  • Concentraciones altas de triglicéridos y concentraciones bajas del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) en la sangre.
  • Concentraciones altas de glucosa (azúcar) en la sangre.

Es posible que se presente síndrome metabólico más adelante en la vida después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA).
  • Cánceres tratados con un trasplante de células madre.
  • Cánceres tratados con radiación dirigida al abdomen, como el tumor de Wilms o el neuroblastoma.

La radioterapia aumenta el riesgo de síndrome metabólico.

El riesgo de presentar los problemas de salud que producen síndrome metabólico aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al encéfalo, el abdomen o la pelvis.
  • Irradiación corporal total (ICT) que se administra para un trasplante de células madre.
  • Quimioterapia con medicamentos, como los alquilantes.
  • Edad avanzada.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar el síndrome metabólico.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios bioquímicos de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad.
  • Perfil lipídico. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol total y colesterol de las lipoproteínas de baja y alta densidad.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de síndrome metabólico. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

El síndrome metabólico a veces causa enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos y diabetes.

El síndrome metabólico se relaciona con un aumento del riesgo de enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos y diabetes. Los hábitos saludables que disminuyen estos riesgos son los siguientes:

  • Mantener un peso saludable.
  • Consumir una alimentación saludable para el corazón.
  • Hacer ejercicio con regularidad.
  • No fumar.

Cambios en el peso y fragilidad

Los efectos tardíos relacionados con cambios en el peso y fragilidad son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Los cambios en el peso incluyen estar bajo de peso (peso insuficiente o inferior al normal) o tener sobrepeso (exceso de peso) u obesidad. La fragilidad es una afección que suele afectar a los adultos mayores e incluye fatiga, velocidad lenta al caminar y debilidad muscular.

Es posible que se presenten cambios en el peso o la fragilidad después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA).
  • Tumores de encéfalo (cerebrales), en especial, craneofaringiomas.
  • Tumores de hueso (óseos).
  • Cánceres tratados con radiación dirigida al encéfalo, incluso la irradiación corporal total que se administra para un trasplante de células madre.

La enfermedad de injerto contra huésped también puede afectar el peso de los pacientes tratados con un trasplante de células madre.

La radioterapia aumenta el riesgo de cambios en el peso y fragilidad.

El riesgo de estar bajo de peso aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Irradiación corporal total en las mujeres.
  • Radioterapia dirigida al abdomen en los hombres.
  • Ciertos tipos de quimioterapia (alquilantes y antraciclinas).

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de estar bajo de peso:

  • Ser mujer.
  • Ingreso familiar bajo.
  • Presencia de una enfermedad crónica.

El riesgo de sobrepeso u obesidad aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al encéfalo.
  • Cirugía que daña el hipotálamo o la hipófisis, como la cirugía para extirpar un tipo de tumor de encéfalo llamado craneofaringioma.

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de obesidad:

  • Sobrepeso (exceso de peso) en el momento del diagnóstico de cáncer.
  • Diagnóstico de cáncer entre los 5 y los 9 años.
  • Ser mujer.
  • Deficiencia de la hormona del crecimiento o concentraciones bajas de la hormona leptina.
  • Falta de actividad física.
  • Tratamiento con un antidepresivo llamado paroxetina.

Los sobrevivientes de cáncer infantil que hacen suficiente ejercicio y tienen niveles normales de ansiedad tienen un riesgo más bajo de obesidad.

El riesgo de fragilidad aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al encéfalo.
  • Irradiación corporal total.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los cambios en el peso.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios bioquímicos de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la glucosa, que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad.
  • Perfil lipídico. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de triglicéridos, colesterol total y colesterol de las lipoproteínas de baja y alta densidad.

El peso insuficiente, el sobrepeso y la obesidad se miden con el peso del cuerpo, el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal o el tamaño del abdomen (grasa del vientre).

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para verificar si hay cambios en el peso. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Sistema inmunitario

Puntos importantes

  • Los tratamientos del cáncer y la cirugía para extirpar el bazo aumentan el riesgo de efectos tardíos en el sistema inmunitario.
  • Los efectos tardíos que afectan el sistema inmunitario a veces causan infecciones.
  • Los niños a quienes se les extirpó el bazo o que perdieron la inmunidad de una vacuna tal vez necesiten antibióticos o dosis de refuerzo de la vacuna para disminuir el riesgo de infección.

Los tratamientos del cáncer y la cirugía para extirpar el bazo aumentan el riesgo de efectos tardíos en el sistema inmunitario.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el sistema inmunitario aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el sistema inmunitario aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

Los efectos tardíos que afectan el sistema inmunitario a veces causan infecciones.

Los efectos tardíos que afectan el sistema inmunitario a veces aumentan el riesgo de infecciones muy graves causadas por virus o bacterias. Este riesgo es más alto en los niños más pequeños que en los niños mayores y en los niños que tienen una cobertura de vacunación más baja después del tratamiento del cáncer. El riesgo es más alto durante los primeros años después de que el bazo deja de funcionar o después de que se extirpó en una cirugía. Las infecciones pueden causar los siguientes síntomas:

  • Enrojecimiento, hinchazón o calor en una parte del cuerpo.
  • Dolor en una parte del cuerpo, como el ojo, el oído o la garganta.
  • Fiebre.

Las infecciones a veces causan otros síntomas que dependen de la parte del cuerpo afectada. Por ejemplo, una infección pulmonar puede causar tos y dificultad para respirar.

Los niños a quienes se les extirpó el bazo o que perdieron la inmunidad de una vacuna tal vez necesiten antibióticos o dosis de refuerzo de la vacuna para disminuir el riesgo de infección.

A veces se recetan dosis diarias de antibióticos para los niños menores de 5 años cuyo bazo ya no funciona. También se recetan estos medicamentos durante al menos 1 año después de la cirugía para extirpar el bazo. Es posible que se receten antibióticos diarios durante la niñez y hasta la edad adulta para algunos pacientes de riesgo alto.

Además, los niños con un aumento del riesgo de infecciones deben vacunarse según el calendario de inmunizaciones recomendado hasta la adolescencia, que incluye vacunas contra las siguientes infecciones:

  • Infecciones por neumococo.
  • Infecciones por meningococo.
  • Infecciones por Haemophilus influenzae de tipo b (Hib).
  • Difteria, tétanos y tosferina (vacuna DTPa).
  • Hepatitis B.
  • Sarampión.
  • Parotiditis (paperas).

Algunos niños pierden la protección que tenían de las vacunas durante el tratamiento del cáncer. Hable con el médico para saber si es necesario repetir las vacunas que se administraron durante la niñez antes del tratamiento del cáncer.

Sistema osteomuscular

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos en los huesos y las articulaciones son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • La radioterapia, la cirugía, la quimioterapia y otros tratamientos aumentan el riesgo de efectos tardíos en los huesos y las articulaciones.
    • Radioterapia
    • Cirugía
    • Quimioterapia y otros medicamentos
    • Trasplante de células madre.
  • La hinchazón o inflamación de huesos o el dolor en las articulaciones son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos óseos y articulares.
  • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los huesos y las articulaciones.

Los efectos tardíos en los huesos y las articulaciones son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los huesos y las articulaciones después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

También se producen efectos tardíos en los huesos a causa de una mala nutrición y por la falta de ejercicio.

La radioterapia, la cirugía, la quimioterapia y otros tratamientos aumentan el riesgo de efectos tardíos en los huesos y las articulaciones.

Radioterapia

La radioterapia puede detener o retrasar el crecimiento de los huesos y los músculos. El tipo de efectos tardíos en los huesos y las articulaciones depende de la parte del cuerpo que recibió radioterapia. La radioterapia puede causar lo siguiente:

Cirugía

La amputación o la cirugía con conservación del miembro para extirpar el cáncer y evitar que vuelva a veces causan efectos tardíos según el lugar del tumor, la edad del paciente y el tipo de cirugía. Los problemas de salud después de una amputación o cirugía con conservación del miembro incluyen los siguientes:

  • Problemas para realizar las actividades de la vida diaria.
  • Incapacidad para mantener el nivel de actividad normal.
  • Dolor crónico.
  • Problemas con el ajuste o el funcionamiento de las prótesis.
  • Huesos rotos.
  • Cirugías adicionales más adelante en la vida.
  • Mala cicatrización del hueso después de la cirugía.
  • Un brazo o pierna más corto que el otro.

En los estudios no se ha observado ninguna diferencia en la calidad de vida de los sobrevivientes de cáncer infantil que tuvieron una amputación en comparación con quienes tuvieron una cirugía con conservación del miembro.

Quimioterapia y otros medicamentos

Los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron tratamiento de cáncer con metotrexato, corticoesteroides o glucocorticoides, como la dexametasona, tienen un riesgo más alto de efectos tardíos. El tratamiento con medicamentos puede causar lo siguiente:

  • Huesos débiles o delgados que se rompen con facilidad (osteoporosis).
  • Destrucción de una o más partes de un hueso por falta de flujo sanguíneo (osteonecrosis), sobre todo en la cadera o la rodilla.

Trasplante de células madre.

El trasplante de células madre afecta el hueso y las articulaciones de las siguientes maneras:

  • La irradiación corporal total que se administra para un trasplante de células madre afecta la capacidad del cuerpo para producir hormona del crecimiento y causa estatura baja (altura más baja de lo normal). También produce huesos débiles o delgados que se rompen con facilidad (osteoporosis) o la formación de un tumor benigno llamado osteocondroma.
  • La enfermedad de injerto contra huésped crónica que en ocasiones se presenta después de un trasplante de células madre hace que los músculos alrededor de las articulaciones se contraigan, lo que produce rigidez (contracturas articulares). La enfermedad de injerto contra huésped crónica también causa la destrucción de una o más partes de un hueso por falta de flujo sanguíneo (osteonecrosis).

La hinchazón o inflamación de huesos o el dolor en las articulaciones son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos óseos y articulares.

Los efectos tardíos en los huesos y las articulaciones, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Inflamación sobre un hueso o una parte ósea en el cuerpo.
  • Dolor en un hueso o una articulación.
  • Enrojecimiento o calor sobre un hueso o una articulación.
  • Rigidez de las articulaciones o dificultad para moverse con normalidad.
  • Hueso que se rompe con facilidad o sin razón conocida.
  • Estatura baja (altura más baja de lo normal).
  • Un lado del cuerpo se ve más alto que el otro, o el cuerpo se inclina hacia un lado.
  • Posición desgarbada o espalda encorvada al estar sentado o parado.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los huesos y las articulaciones es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los huesos y las articulaciones.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Prueba de la densidad mineral ósea. Prueba con imágenes en la que se usan rayos X con dos concentraciones de energía diferentes que pasan a través del hueso para medir la densidad ósea (cantidad de minerales en los huesos). Esta prueba se usa para diagnosticar la osteoporosis (huesos débiles o delgados que se rompen con facilidad). También se llama densitometría ósea (DO), absorciometría de rayos X de energía dual, DEXA y DXA.
  • Radiografía. Procedimiento para el que se usan rayos X, un tipo de radiación que es capaz de atravesar el cuerpo y crear imágenes de áreas del interior del cuerpo, como los huesos.
  • Prueba de vitamina D. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir la cantidad de vitamina D en el cuerpo. La vitamina D es un nutriente que el cuerpo necesita para formar los huesos y mantenerlos fuertes.
  • Prueba de calcio en sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir la cantidad de calcio en el cuerpo. El calcio es un mineral que el cuerpo necesita para formar los huesos y mantenerlos fuertes.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en los huesos y las articulaciones. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Aparato reproductor

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos en el aparato reproductor son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • La cirugía, la radioterapia y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos que afectan el aparato reproductor.
  • Testículos
    • Los efectos tardíos que afectan los testículos a veces causan determinados problemas de salud.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los testículos.
  • Ovarios
    • Los efectos tardíos que afectan los ovarios a veces causan determinados problemas de salud.
    • Los periodos menstruales irregulares, la ausencia de menstruación y los sofocos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los ovarios.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los ovarios.
  • Fertilidad y reproducción
    • Las sobrevivientes de cáncer infantil a veces también tienen efectos tardíos que afectan el embarazo.
    • Hay métodos que se usan para ayudar a los sobrevivientes de cáncer infantil a tener hijos.
    • Los hijos e hijas de los sobrevivientes de cáncer infantil no se ven afectados por el tratamiento anterior del cáncer en cualquiera de los padres.

Los efectos tardíos en el aparato reproductor son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los testículos después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

Es posible que se presenten efectos tardíos en los ovarios después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

  • Leucemia linfoblástica aguda (LLA).
  • Tumores de células germinativas.
  • Linfoma de Hodgkin.
  • Tumor de Wilms.
  • Neuroblastoma.
  • Cánceres tratados con un trasplante de células madre.

La cirugía, la radioterapia y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos que afectan el aparato reproductor.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan el aparato reproductor aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

En las sobrevivientes de sexo femenino que recibieron radioterapia dirigida al abdomen, el daño en los ovarios depende de la dosis de radiación, la edad en el momento del tratamiento y si la radioterapia se dirigió a todo el abdomen o una parte de este.

Testículos

Los efectos tardíos que afectan los testículos a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los testículos y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Recuento de espermatozoides bajo. La ausencia de espermatozoides o un recuento bajo es un efecto que puede ser temporal o permanente. Este efecto depende de la dosis de radiación y el programa de administración, el área del cuerpo al que se dirige la radioterapia y la edad en el momento del tratamiento.
  • Concentraciones bajas de testosterona. Estas concentraciones bajas en ocasiones produce testículos poco desarrollados, esterilidad y problemas sexuales en la edad adulta.
  • Esterilidad. Es la incapacidad de tener hijos.
  • Eyaculación retrógrada. Es un problema de salud en el que sale muy poco o nada de semen por el pene durante el orgasmo.

Después del tratamiento con quimioterapia o radioterapia, es posible que la capacidad del cuerpo para producir espermatozoides vuelva con el tiempo.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los testículos.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios de hormonas en la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora. Es posible que se haga un análisis de sangre para detectar concentraciones anormales de la hormona foliculoestimulante, la hormona luteinizante y la testosterona.
  • Análisis de semen (recuento de espermatozoides). Prueba en la que se mide la cantidad y la calidad del semen y los espermatozoides para determinar si hay problemas que causan esterilidad.

Ovarios

Los efectos tardíos que afectan los ovarios a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los ovarios y otros problemas de salud son los siguientes:

  • Menopausia precoz, en especial en mujeres a las que se les extirparon los ovarios o recibieron un alquilante y radioterapia dirigida al abdomen
  • Cambios en los períodos menstruales.
  • Esterilidad (incapacidad para concebir).
  • Ausencia de pubertad.

Es posible usar terapia de reemplazo hormonal para iniciar la pubertad.

Los periodos menstruales irregulares, la ausencia de menstruación y los sofocos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los ovarios.

Los efectos tardíos en los ovarios, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Períodos menstruales irregulares o ausentes.
  • Sofocos.
  • Sudores nocturnos excesivos.
  • Dificultad para dormir.
  • Cambios de humor.
  • Disminución del deseo sexual.
  • Sequedad vaginal.
  • Ausencia del desarrollo normal de los rasgos sexuales, como la salida de vello en brazos, pubis y piernas, o el crecimiento de las mamas durante la pubertad.
  • Huesos débiles o delgados que se rompen con facilidad (osteoporosis).
  • Incapacidad para quedar en embarazo.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los ovarios es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los ovarios.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudios de hormonas en la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas hormonas que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad en el órgano o el tejido que la elabora. Es posible que se haga un análisis de sangre para detectar concentraciones anormales de hormona foliculoestimulante, hormona luteinizante, estradiol u hormona estimulante de la tiroides (TSH).

Fertilidad y reproducción

Las sobrevivientes de cáncer infantil a veces también tienen efectos tardíos que afectan el embarazo.

Los efectos tardíos en el embarazo incluyen un aumento del riesgo de los siguientes problemas:

  • Presión arterial alta.
  • Diabetes durante el embarazo.
  • Anemia.
  • Aborto espontáneo (pérdida involuntaria y temprana del embarazo) o muerte fetal (muerte del bebé antes de nacer).
  • Bebés con bajo peso al nacer.
  • Trabajo de parto o parto prematuros.
  • Disminución del flujo sanguíneo al útero.
  • Parto por cesárea.
  • Posición incorrecta del feto justo antes del nacimiento (por ejemplo, en lugar de presentarse de cabeza, el bebé está sentado o de nalgas).
  • Miocardiopatía del periparto

Los sobrevivientes a largo plazo de cánceres diagnosticados durante la niñez, la adolescencia o la juventud que recibieron radioterapia o ciertos tipos de quimioterapia corren el riesgo de presentar un tipo raro de insuficiencia cardíaca durante el embarazo, llamada cardiomiopatía puerperal o del periparto. Es posible que esta enfermedad ocurra al final del embarazo y hasta 5 meses después del parto. Si los tratamientos del cáncer causaron daño al corazón, es posible que estas pacientes también corran riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva durante el embarazo. Se debe seguir de cerca a las pacientes con riesgo de presentar estos problemas para detectar la debilidad del músculo cardíaco durante el embarazo.

En algunos estudios no se observó un aumento del riesgo de efectos tardíos en el embarazo.

Hay métodos que se usan para ayudar a los sobrevivientes de cáncer infantil a tener hijos.

Los siguientes métodos se usan para que los sobrevivientes de cáncer infantil puedan tener hijos:

  • Almacenamiento de óvulos o espermatozoides. Procedimiento durante el cual se congelan los óvulos o los espermatozoides en pacientes que han alcanzado la pubertad antes del tratamiento del cáncer.
  • Transposición ovárica. Procedimiento durante el cual se mueven uno o ambos ovarios y trompas de Falopio fuera del campo de radiación para unirlos a la pared del abdomen antes del tratamiento con radioterapia, y de esta manera evitar el daño en estos órganos.
  • Extracción de espermatozoides del testículo. Procedimiento para sacar pequeñas cantidades del tejido que contiene espermatozoides de los testículos.
  • Inyección intracitoplasmática de espermatozoides. Procedimiento de fecundación de un óvulo fuera del cuerpo mediante la inyección de un espermatozoide.
  • Fecundación in vitro (FIV). Procedimiento durante el cual se colocan óvulos y espermatozoides juntos en un recipiente para que los espermatozoides tengan la oportunidad de entrar en un óvulo y fecundarlo.

Los hijos e hijas de los sobrevivientes de cáncer infantil no se ven afectados por el tratamiento anterior del cáncer en cualquiera de los padres.

Los hijos de los sobrevivientes de cáncer infantil no tienen un aumento del riesgo de defectos de nacimiento, enfermedades genéticas o cáncer.

Sistema respiratorio

Puntos importantes

  • Los efectos tardíos en los pulmones son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
  • Ciertos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida a los pulmones aumentan el riesgo de efectos tardíos pulmonares.
  • Los efectos tardíos que afectan los pulmones a veces causan determinados problemas de salud.
  • La dificultad para respirar y la tos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los pulmones.
  • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los pulmones.
  • Los hábitos saludables que promueven la salud de los pulmones son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los efectos tardíos en los pulmones son más comunes después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los pulmones después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

Ciertos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida a los pulmones aumentan el riesgo de efectos tardíos pulmonares.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan los pulmones aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

En los sobrevivientes que recibieron radiación en el tórax, el daño en los pulmones y la pared torácica depende de varios factores, por ejemplo, la dosis de radiación, si la radiación se dirigió a una parte de los pulmones y la pared torácica o se dirigió a ambos pulmones y a toda la pared torácica, si la dosis se dividió en pequeñas dosis diarias, y la edad del niño en el momento del tratamiento.

El riesgo de efectos en los pulmones es mayor en los sobrevivientes de cáncer infantil tratados con una combinación de cirugía, quimioterapia o radioterapia. El riesgo también aumenta en los sobrevivientes con antecedentes de los siguientes problemas:

Los efectos tardíos que afectan los pulmones a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los pulmones y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

La dificultad para respirar y la tos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los pulmones.

Los efectos tardíos en los pulmones, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Dificultad para respirar (disnea), sobre todo cuando la persona está activa.
  • Sibilancias (silbidos al respirar).
  • Fiebre.
  • Tos crónica.
  • Congestión (sensación de que no llega suficiente aire a los pulmones debido al exceso de moco).
  • Infecciones pulmonares crónicas.
  • Cansancio.

La única forma de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los pulmones es mediante una consulta médica.

Los efectos tardíos pulmonares en los sobrevivientes de cáncer infantil a veces ocurren de forma lenta con el tiempo o no producen síntomas. Es posible que el daño pulmonar solo se detecte mediante imágenes o pruebas del funcionamiento pulmonar. Los efectos tardíos en los pulmones tal vez mejoren con el tiempo.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los pulmones.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Radiografía del tórax. Imagen obtenida por radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax. La radiografía es un procedimiento en el que se usa rayos X, un tipo de radiación que puede atravesar el cuerpo para crear imágenes de áreas del interior de este.
  • Prueba de funcionamiento pulmonar (PFT). Prueba que se hace para saber qué tan bien funcionan los pulmones. Mide la cantidad de aire que pueden contener los pulmones y la rapidez con que el aire se mueve hacia adentro y afuera de los pulmones. Además, mide cuánto oxígeno se usa y cuánto dióxido de carbono sale durante la respiración. Esta prueba también se llama prueba de función pulmonar.
  • Tomografía computarizada (TC). Procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo, como el tórax, desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere para que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Tomografía computarizada para el cáncer.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en los pulmones. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Los hábitos saludables que promueven la salud de los pulmones son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los sobrevivientes de cáncer infantil con efectos tardíos en los pulmones deben proteger su salud, por ejemplo con los siguientes comportamientos:

Sentidos

Puntos importantes

  • Audición
    • Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la audición después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida al encéfalo y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de pérdida de audición.
    • La pérdida de audición es el signo más común de efectos tardíos en la audición.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el oído y la pérdida de la audición.
  • Visión
    • Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la visión después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La radioterapia dirigida al encéfalo o la cabeza aumenta el riesgo de problemas oculares o pérdida de la visión.
    • Los efectos tardíos que afectan los ojos a veces causan determinados problemas de salud.
    • Los posibles signos y síntomas de los efectos tardíos en los ojos y la visión incluyen cambios en la visión y sequedad en los ojos.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los ojos y la pérdida de visión.

Audición

Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la audición después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en la audición después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida al encéfalo y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de pérdida de audición.

El riesgo de pérdida de audición aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo de pérdida de audición por la radioterapia es mayor en los niños que reciben un diagnóstico de cáncer antes de los 5 años, y el riesgo aumenta en los niños que recibieron dosis de radiación más altas a cualquier edad. El riesgo de pérdida de audición también es más alto en los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron radioterapia dirigida al encéfalo y quimioterapia al mismo tiempo.

El riesgo de pérdida de audición se puede reducir si los niños tratados con cisplatino también reciben un medicamento llamado tiosulfato de sodio.

La pérdida de audición es el signo más común de efectos tardíos en la audición.

Los efectos tardíos en la audición, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Pérdida de audición.
  • Zumbido en los oídos.
  • Mareo.
  • Demasiada cera endurecida en el oído.

La única forma de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en la audición es mediante una consulta médica.

La pérdida de audición se puede presentar durante el tratamiento, poco después de terminarlo, o varios meses o años después, y a veces este problema empeora con el tiempo. Cuando un niño pequeño pierde la audición, es posible que tenga problemas para aprender, comunicarse, tener buenos resultados en la escuela e interactuar con los demás. En la edad adulta, la pérdida de audición causa aislamiento social, depresión, ansiedad y problemas para encontrar un empleo estable. Pida una consulta médica para obtener información sobre el uso de audífonos o prótesis auditivas u otras formas de manejar la pérdida de audición.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en el oído y la pérdida de la audición.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen otoscópico. Exploración del oído mediante un otoscopio, que permite observar el conducto auditivo y la membrana del tímpano para detectar signos de infección o pérdida de audición. A veces, el otoscopio tiene una pera de plástico que se aprieta para soplar un poco de aire en el conducto auditivo y cuando está sano, hacer que la membrana del tímpano se mueva. En los casos en que hay líquido detrás, la membrana del tímpano no se mueve.
  • Prueba de audición. Prueba que se hace de diferentes maneras según la edad y que sirve para verificar si la persona puede oír sonidos suaves, fuertes, agudos y graves. Cada oído se examina por separado.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en la audición. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Visión

Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la visión después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los ojos y en la visión después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

La radioterapia dirigida al encéfalo o la cabeza aumenta el riesgo de problemas oculares o pérdida de la visión.

El riesgo de presentar problemas oculares o pérdida de la visión aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Radioterapia dirigida al encéfalo, el ojo o la órbita (cavidad del ojo).
  • Cirugía para extirpar el ojo o un tumor cerca del nervio óptico.
  • Ciertos tipos de quimioterapia, como la citarabina y la doxorrubicina.
  • Irradiación corporal total, busulfano y corticoesteroides que se administran para un trasplante de células madre.

Tener antecedentes de enfermedad de injerto contra huésped crónica después de un trasplante de células madre también aumenta el riesgo de problemas oculares y pérdida de la visión.

Los efectos tardíos que afectan los ojos a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los ojos y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Órbita pequeña que afecta la forma de la cara del niño a medida que crece.
  • Pérdida de la visión.
  • Problemas de visión, como cataratas o glaucoma.
  • Incapacidad para producir lágrimas.
  • Daño del nervio óptico y la retina.
  • Tumores de párpados.

Los posibles signos y síntomas de los efectos tardíos en los ojos y la visión incluyen cambios en la visión y sequedad en los ojos.

Los efectos tardíos en los ojos y la visión, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Cambios en la visión, como los siguientes:
    • Dificultad para ver objetos que están cerca.
    • Dificultad para ver objetos que están lejos.
    • Visión doble.
    • Visión nublada o borrosa.
    • Visión atenuada de los colores (ver descolorido).
    • Sensibilidad a la luz o dificultad para ver por la noche.
    • Resplandores o halos que se ven alrededor de las luces por la noche.
  • Ojos secos que a veces pican, arden o se inflaman. Sensación de que hay algo en el ojo.
  • Dolor en los ojos.
  • Ojos rojos.
  • Tumor o masa en el párpado.
  • Caída del párpado superior.

La única forma de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los ojos y la visión es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los ojos y la pérdida de visión.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Examen ocular con dilatación pupilar. Exploración en la que se usan gotas en los ojos para dilatar (abrir) la pupila de manera que el médico pueda observar la retina a través del cristalino y la pupila. El interior del ojo, incluso la retina y el nervio óptico, se examina con un instrumento que produce un haz de luz estrecho. Esta exploración a veces se conoce como examen con lámpara de hendidura. Si hay un tumor, es posible que el médico tome imágenes a lo largo del tiempo para vigilar los cambios en el tamaño del tumor y la rapidez con que crece.
  • Oftalmoscopia indirecta. Examen en el que se usa una lupa pequeña y una luz para observar el interior de la parte posterior del ojo.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en los ojos y la visión. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Aparato urinario

Puntos importantes

  • Riñones
    • Es más probable que se produzcan efectos tardíos en los riñones después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • Ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los riñones.
    • Los efectos tardíos que afectan los riñones a veces causan determinados problemas de salud.
    • Los problemas para orinar y la hinchazón en pies y manos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los riñones.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los riñones.
    • Los hábitos saludables que promueven la salud de los riñones son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.
  • Vejiga
    • Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la vejiga después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.
    • La cirugía del área pélvica y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en la vejiga.
    • Los efectos tardíos que afectan la vejiga a veces causan determinados problemas de salud.
    • Los cambios en la orina y la hinchazón de manos y pies son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en la vejiga.
    • Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la vejiga.

Riñones

Es más probable que se produzcan efectos tardíos en los riñones después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en los riñones después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

Ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en los riñones.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan los riñones aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

El riesgo de efectos tardíos en los riñones es mayor en los sobrevivientes de cáncer infantil que recibieron una combinación de cirugía, quimioterapia o radioterapia.

Los siguientes factores también aumentan el riesgo de efectos tardíos en los riñones:

  • Cáncer en ambos riñones.
  • Antecedente de un síndrome genético que aumenta el riesgo de problemas renales, como el síndrome de Denys-Drash o el síndrome WAGR.
  • Tratamiento con más de un tipo de terapia.

Los efectos tardíos que afectan los riñones a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en los riñones y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

Los problemas para orinar y la hinchazón en pies y manos son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en los riñones.

Los efectos tardíos en los riñones, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Incapacidad de orinar a pesar de sentir que necesita hacerlo.
  • Necesidad de orinar con frecuencia (en especial, de noche).
  • Dificultad para orinar.
  • Sensación de mucho cansancio.
  • Hinchazón de piernas, tobillos, pies, cara o manos.
  • Picazón en la piel.
  • Dificultad para respirar.
  • Náuseas o vómitos.
  • Pérdida del apetito.
  • Sabor metálico en la boca o mal aliento.
  • Dolor de cabeza.

A veces no hay signos ni síntomas en los estadios iniciales del daño en los riñones, pero es posible que estos aparezcan a medida que el daño en los riñones continúa con el tiempo. La única forma de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en los riñones es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en los riñones.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudio bioquímico de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como la creatinina, que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad anormal de una sustancia quizás sea un signo de enfermedad.
  • Análisis de orina. Prueba en la que se examina el color de la orina y su contenido; por ejemplo, glucosa (azúcar), proteínas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.
  • Ecografía. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como los riñones, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento también se llama ultrasonografía.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en los riñones. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Si se encuentran problemas renales, hay opciones de tratamiento disponibles, como el trasplante de riñón.

Los hábitos saludables que promueven la salud de los riñones son importantes para los sobrevivientes de cáncer infantil.

Los sobrevivientes de cáncer infantil a quienes se les extirpó todo el riñón o una parte de este deben hablar con el médico sobre los siguientes aspectos:

  • Medidas de seguridad al practicar deportes que tienen un riesgo alto de contacto físico fuerte o choques como el fútbol o el hockey.
  • Medidas de seguridad al montar en bicicleta para evitar lesiones con el manubrio.
  • Recomendaciones sobre el uso del cinturón de seguridad alrededor de las caderas, no en la cintura.

Vejiga

Es más probable que se produzcan efectos tardíos en la vejiga después del tratamiento de ciertos cánceres infantiles.

Es posible que se presenten efectos tardíos en la vejiga después del tratamiento de los siguientes tipos de cáncer infantil:

  • Retinoblastoma.
  • Cánceres tratados con un trasplante de células madre.

La cirugía del área pélvica y ciertos tipos de quimioterapia aumentan el riesgo de efectos tardíos en la vejiga.

El riesgo de presentar los problemas de salud que afectan la vejiga aumenta después de los siguientes tipos de tratamiento:

  • Cirugía para extirpar una parte o toda la vejiga.
  • Cirugía de la pelvis, la columna vertebral o el encéfalo.
  • Ciertos tipos de quimioterapia, como la ciclofosfamida o la ifosfamida.
  • Radioterapia dirigida a áreas cercanas a la vejiga, la pelvis o las vías urinarias.
  • Trasplante de células madre.

Los efectos tardíos que afectan la vejiga a veces causan determinados problemas de salud.

Los efectos tardíos en la vejiga y los problemas de salud relacionados son los siguientes:

  • Inflamación del interior de la pared de la vejiga, que produce sangrado (cistitis hemorrágica).
  • Engrosamiento de la pared de la vejiga.
  • Disminución de la capacidad de almacenamiento de orina.
  • Dificultad para orinar y vaciar la vejiga por completo.
  • Incontinencia.
  • Obstrucción en los riñones, los uréteres, la vejiga o la uretra.
  • Infecciones urinarias que duran mucho tiempo o que reaparecen.

Los cambios en la orina y la hinchazón de manos y pies son síntomas que pueden deberse a los efectos tardíos en la vejiga.

Los efectos tardíos en la vejiga, así como otros problemas de salud, pueden causar los siguientes síntomas:

  • Incapacidad de orinar a pesar de sentir que necesita hacerlo.
  • Necesidad de orinar con frecuencia (en especial, de noche).
  • Dificultad para orinar.
  • Sensación de que la vejiga no se vacía por completo después de orinar.
  • Hinchazón de piernas, tobillos, pies, cara o manos.
  • Poco o ningún control de la vejiga.
  • Sangre en la orina.

La única manera de saber si estos síntomas se producen por efectos tardíos en la vejiga es mediante una consulta médica.

Se usan ciertas pruebas y procedimientos para diagnosticar los problemas de salud en la vejiga.

Además de preguntar al sobreviviente de cáncer infantil sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:

  • Estudio bioquímico de la sangre. Prueba en la que se usa una muestra de sangre para medir las cantidades de ciertas sustancias, como magnesio, calcio y potasio, que los órganos y tejidos del cuerpo liberan en la sangre. Una cantidad inusual de una sustancia tal vez sea un signo de problemas de vejiga.
  • Análisis de orina. Prueba en la que se examina el color de la orina y su contenido; por ejemplo, glucosa (azúcar), proteínas, glóbulos rojos y glóbulos blancos.
  • Cultivo de orina. Prueba en la que se verifica la presencia de bacterias, levaduras y otros microorganismos en la orina cuando hay síntomas de infección. Los cultivos de orina ayudan a identificar el tipo de microorganismo que causa una infección. El tratamiento de la infección depende del tipo de microorganismo que causa la infección.
  • Ecografía. Procedimiento durante el cual se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos, como la vejiga, para producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento también se llama ultrasonografía.

Hable con el médico para saber si se necesitan pruebas y procedimientos para detectar signos de efectos tardíos en la vejiga. Si se necesitan pruebas, averigüe con qué frecuencia se deben hacer.

Información adicional sobre los efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez.

Para obtener más información sobre los efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez, consulte el siguiente enlace:

Los siguientes enlaces solo están disponibles en inglés:

Para obtener más información sobre el cáncer infantil y otros recursos generales sobre el cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, consulte los siguientes enlaces:

Los siguientes enlaces solo están disponibles en inglés:

Información sobre este resumen del PDQ

Información sobre el PDQ

El Physician Data Query (PDQ) es la base de datos integral del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) que contiene resúmenes de la última información publicada sobre los siguientes temas relacionados con el cáncer: prevención, detección, genética, tratamiento, cuidados médicos de apoyo, y medicina complementaria y alternativa. Se publican dos versiones de la mayoría de los resúmenes. La versión dirigida a profesionales de la salud se redacta en lenguaje técnico y contiene información detallada, mientras que la versión dirigida a pacientes se redacta en un lenguaje fácil de comprender, que no es técnico. Ambas versiones contienen información correcta y actualizada sobre el cáncer. Los resúmenes se escriben en inglés y en la mayoría de los casos se cuenta con una traducción al español.

El PDQ es un servicio del NCI, que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH). Los NIH son el centro de investigación biomédica del Gobierno federal. Los resúmenes del PDQ se basan en un análisis independiente de las publicaciones médicas. No constituyen declaraciones de la política del NCI ni de los NIH.

Propósito de este resumen

Este resumen del PDQ sobre el cáncer contiene información actualizada sobre los efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez. El propósito es informar y ayudar a los pacientes, sus familiares y cuidadores. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para la toma de decisiones relacionadas con la atención de la salud.

Revisores y actualizaciones

Los consejos editoriales redactan y actualizan los resúmenes de información sobre el cáncer del PDQ. Estos consejos los conforman equipos de especialistas en el tratamiento del cáncer y otras especialidades relacionadas con esta enfermedad. Los resúmenes se revisan de manera periódica y se modifican con información nueva. La fecha de actualización al pie de cada resumen indica cuándo se hizo el cambio más reciente.

La información en este resumen para pacientes proviene de la versión para profesionales de la salud, que el Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento pediátrico revisa de manera periódica y actualiza en caso necesario.

Información sobre ensayos clínicos

Un ensayo clínico es un estudio para responder a una pregunta científica; por ejemplo, si un tratamiento es mejor que otro. Los ensayos se basan en estudios anteriores y en lo que se aprendió en el laboratorio. Cada ensayo responde a ciertas preguntas científicas con el fin de encontrar formas nuevas y mejores de ayudar a los pacientes con cáncer. Durante los ensayos clínicos de tratamiento, se recopila información sobre los efectos de un tratamiento nuevo y su eficacia. Si un ensayo clínico indica que un tratamiento nuevo es mejor que el tratamiento estándar, el tratamiento nuevo quizás se convierta en el "estándar". Los pacientes pueden considerar la participación en un ensayo clínico. Algunos ensayos clínicos solo aceptan a pacientes que aún no comenzaron un tratamiento.

Para obtener más información sobre ensayos clínicos, consulte el portal de Internet del NCI. También puede llamar al número de contacto del NCI 1-800-422-6237 (1-800-4-CANCER), escribir un correo electrónico o usar el chat del Servicio de Información de Cáncer.

Permisos para el uso de este resumen

PDQ (Physician Data Query) es una marca registrada. Se autoriza el uso del texto de los documentos del PDQ; sin embargo, no se podrá identificar como un resumen de información sobre cáncer del PDQ del NCI, salvo que el resumen se reproduzca en su totalidad y se actualice de manera periódica. Por otra parte, se permitirá que un autor escriba una oración como “En el resumen del PDQ del NCI de información sobre la prevención del cáncer de mama se describen, de manera concisa, los siguientes riesgos: [incluir fragmento del resumen]”.

Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:

PDQ® sobre el tratamiento pediátrico. PDQ Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/infantil/efectos-tardios-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.

Las imágenes en este resumen se reproducen con autorización del autor, el artista o la editorial para uso exclusivo en los resúmenes del PDQ. La utilización de las imágenes fuera del PDQ requiere la autorización del propietario, que el Instituto Nacional del Cáncer no puede otorgar. Para obtener más información sobre el uso de las ilustraciones de este resumen o de otras imágenes relacionadas con el cáncer, consulte Visuals Online, una colección de más de 3000 imágenes científicas.

Cláusula sobre el descargo de responsabilidad

La información en estos resúmenes no se debe utilizar para justificar decisiones sobre reembolsos de seguros. Para obtener más información sobre la cobertura de seguros, consulte la página Manejo de la atención del cáncer en Cancer.gov/espanol.

Comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer

Para obtener más información sobre las opciones para comunicarse con el NCI, incluso la dirección de correo electrónico, el número telefónico o el chat, consulte la página del Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer.

  • Actualización:

Si desea copiar algo de este texto, vea Derechos de autor y uso de imágenes y contenido sobre instrucciones de derechos de autor y permisos. En caso de reproducción digital permitida, por favor, dé crédito al Instituto Nacional del Cáncer como su creador, y enlace al producto original del NCI usando el título original del producto; por ejemplo, “Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez (PDQ®)–Versión para pacientes publicada originalmente por el Instituto Nacional del Cáncer.”