Mutaciones en el gen BRCA: el riesgo de cáncer y las pruebas genéticas
¿Qué son el BRCA1 y el BRCA2?
El BRCA1 (cáncer de seno 1) y el BRCA2 (cáncer de seno 2) son genes que producen proteínas que reparan daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN). Cada persona hereda dos copias de cada uno de estos genes: una de la madre y una del padre. El BRCA1 y el BRCA2 a veces se conocen como genes supresores de tumores porque cuando tienen cambios específicos, llamados variantes (o mutaciones) dañinas (o patógenas), es posible que aparezca el cáncer.
Las personas que heredan variantes dañinas en uno de estos genes tienen un aumento en el riesgo de varios tipos de cáncer, sobre todo del cáncer de seno (mama) y el cáncer de ovario. Las personas que heredan una variante dañina en BRCA1 y en BRCA2 también tienden a presentar cáncer a una edad más joven que las que no la tienen.
Es posible heredar una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 de la madre o del padre. Los hijos de una persona portadora de cualquiera de las mutaciones en uno de estos genes tiene una probabilidad del 50 % de heredar la mutación. Las mutaciones hereditarias (llamadas variantes o mutaciónes de la línea germinal) están presentes en todas las células del cuerpo desde el nacimiento.
Aunque alguien herede una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 de uno de sus padres, también hereda una copia normal de ese gen del otro padre. Esto ocurre porque, en la mayoría de los casos, los embriones con una variante dañina de ambos padres no se desarrollan. Sin embargo, a lo largo de la vida de esa persona, es posible que la copia normal se pierda o cambie en algunas células del cuerpo. Este cambio se llama mutación somática. A veces cuando las células no tienen ninguna proteína BRCA1 o BRCA2 que funciona, se multiplican sin control y se convierten en cáncer.
¿Cuánto aumenta el riesgo de una mujer de tener cáncer de seno (mama) o cáncer de ovario si heredó una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2?
El riesgo de por vida que tiene una mujer de presentar cáncer de seno o cáncer de ovario aumenta mucho si hereda una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2, pero el aumento depende de la mutación.
Cáncer de seno (mama): Cerca del 13 % de las mujeres de la población general tendrán cáncer de seno en algún momento en la vida (1). En cambio, del 55 % al 72 % de las mujeres que heredan una variante dañina en BRCA1 y del 45 % al 69 % de las que heredan una variante dañina en BRCA2, presentarán cáncer de seno entre los 70 y 80 años de edad (2–4). El riesgo para cualquier mujer depende de una serie de factores cuyas características aún no se conocen por completo.
Al igual que las mujeres con cáncer de seno en general, quienes tienen las variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2 tienen también un aumento en el riesgo de presentar cáncer en el seno opuesto (contralateral) años después de un diagnóstico de cáncer de seno (2). El riesgo de cáncer de seno contralateral aumenta con el tiempo transcurrido desde el primer diagnóstico de cáncer de seno. Después de 10 años de seguimiento, el riesgo es del 20 % al 30 %, y después de 20 años, del 40 % al 50 %, según el gen implicado.
Cáncer de ovario: Cerca del 1,2 % de las mujeres de la población general tendrán cáncer de ovario en algún momento en la vida (1). En cambio, del 39 % al 44 % de las mujeres que heredan una variante dañina en BRCA1 y del 11 % al 17 % de las que heredan una variante dañina en BRCA2, presentarán cáncer de ovario entre los 70 y 80 años de edad (2–4).
¿Qué otros cánceres están relacionados con las variantes dañinas en BRCA1 y en BRCA2?
Las variantes dañinas en BRCA1 y en BRCA2 aumentan el riesgo de otros tipos de cáncer. En las mujeres, estos incluyen el cáncer de trompa de Falopio (5, 6) y el cáncer primario de peritoneo (7), ambos de los cuales comienzan en las mismas células que el tipo más común de cáncer de ovario. Los hombres con variantes en BRCA2 y, en un grado menor, con variantes en BRCA1, también tienen un aumento en el riesgo de cáncer de seno (8) y de cáncer de próstata (9–11). Tanto los hombres como las mujeres con variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2 tienen un aumento en el riesgo de cáncer de páncreas, aunque el aumento en el riesgo es bajo (12–14).
Además, algunas variantes en BRCA1 y en BRCA2 causan subtipos de la anemia de Fanconi, un síndrome poco común asociado a tumores sólidos infantiles y a la leucemia mieloide aguda (15–17). Las mutaciones que causan estos subtipos de la anemia de Fanconi afectan menos la actividad de las proteínas que las mutaciones que causan el cáncer de seno y el cáncer de ovario. Los niños que heredan una de estas variantes de cada padre tendrán anemia de Fanconi.
¿Son más comunes las variantes dañinas en BRCA1 y BRCA2 en algunas poblaciones raciales o étnicas que en otras?
Sí. La probabilidad de tener una mutación hereditaria en BRCA1 o en BRCA2 (es decir, la prevalencia) varía en poblaciones específicas. Aunque la prevalencia en la población general es de alrededor del 0,2 % al 0,3 % (o cerca de 1 de cada 400 personas), alrededor del 2,0 % de quienes tienen ascendencia judía asquenazí son portadores de una variante dañina en uno de estos dos genes, y las variantes suelen ser una de tres variantes específicas llamadas mutaciones fundadoras. Otras poblaciones, como las noruegas, holandesas e islandesas también tienen mutaciones fundadoras (18).
Distintas poblaciones raciales o étnicas y geográficas también tienden a ser portadoras de distintas variantes en estos genes. Por ejemplo, los afroamericanos tienen variantes en BRCA1 que no se observan en otros grupos raciales o étnicos en los Estados Unidos (19–21). La mayoría de las personas de ascendencia judía asquenazí en los Estados Unidos que son portadoras de una variante en BRCA tienen una de tres variantes específicas (dos en BRCA1 y una en BRCA2). En la población islandesa, es común una variante distinta en BRCA1 en quienes heredan una mutación en BRCA1.
¿Quién debería considerar el asesoramiento genético y las pruebas genéticas para las variantes en BRCA1 y BRCA2?
Cualquier persona que se preocupe por la posibilidad de tener una variante dañina en el gen BRCA1 o en el gen BRCA2 debe consultar con su proveedor de atención de la salud o un asesor genético.
Hay pruebas para saber si alguien heredó una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2. Sin embargo, en la actualidad, no se recomiendan estas pruebas para el público en general. Los grupos de expertos recomiendan que el uso de las pruebas se centre en quienes tienen una probabilidad mayor de ser portadores de una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2, como las personas con antecedentes familiares de ciertos cánceres. Las pruebas son adecuadas tanto para las personas sin cáncer como para quienes recibieron un diagnóstico de cáncer. Si alguien sabe que tiene una mutación en uno de estos genes, puede tomar medidas para disminuir su riesgo o detectar el cáncer temprano. Y, si esa persona tiene cáncer, la información sobre la mutación es importante para seleccionar el tratamiento.
Antes de las pruebas, por lo general, se hace una evaluación del riesgo. Para esto, la persona se reunirá con un asesor genético u otro profesional médico que examinará factores como qué parientes tuvieron cáncer, qué cáncer tuvieron y a qué edad se les diagnosticó. Si el resultado de esta evaluación indica que alguien tiene un aumento del riesgo de ser portador de una variante dañina en el gen BRCA1 o en el gen BRCA2, el asesor genético le explicará los beneficios y los daños de las pruebas y solicitará la prueba genética adecuada si la persona decide hacérsela (22).
Algunas personas tal vez decidan hacerse pruebas genéticas caseras (dirigidas al consumidor). También se recomienda el asesoramiento genético a estas personas para ayudarlas a entender los resultados de la prueba y asegurarse de que se hicieron la prueba más adecuada. Se debe informar a las personas que es posible que las pruebas dirigidas al consumidor no sean exhaustivas porque algunas no detectan todas las mutaciones dañinas en los dos genes. Por lo tanto, una prueba dirigida al consumidor con un resultado negativo tal vez no significa que no tiene una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2.
Según el caso, la Comisión de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF) recomienda una evaluación del riesgo y el asesoramiento genético de seguimiento a las mujeres con antecedentes familiares o personales de cáncer de seno (mama), cáncer de ovario, cáncer de trompa de Falopio o cáncer de peritoneo o cuya ascendencia se asocie a variantes dañinas en BRCA1 y en BRCA2.
La Red Nacional Oncológica Integral (NCCN) tiene criterios para las pruebas genéticas de BRCA1 y BRCA2 al igual que para otros genes (incluso CDH1, PALB2, PTEN y TP53) que se asocian a un aumento del riesgo de cáncer de seno o cáncer de ovario (23). La NCCN recomienda una evaluación del riesgo para las personas que presenten uno de los siguientes factores de riesgo: un pariente consanguíneo con una variante dañina posible o confirmada en cualquiera de estos genes; antecedentes personales o familiares de cáncer con ciertas características (un diagnóstico de cáncer a una edad joven, determinados tipos de cáncer, personas con dos o más diagnósticos de cáncer, o familias con varios casos de cáncer); trastornos específicos de predisposición hereditaria al cáncer (como el síndrome de Cowden, el síndrome de Peutz-Jeghers, el síndrome de Li-Fraumeni o la anemia de Fanconi).
La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO) recomienda que a todas las mujeres con un diagnóstico de cáncer epitelial de ovario se les ofrezcan pruebas genéticas de las variantes hereditarias en BRCA1, en BRCA2 y en otros genes de predisposición al cáncer de ovario, cualesquiera que sean las características clínicas de su enfermedad o sus antecedentes familiares (24).
Las sociedades profesionales no recomiendan que los niños menores de 18 años se hagan pruebas genéticas de las variantes en BRCA1 y en BRCA2. Esto se debe a que no hay estrategias de disminución del riesgo en niños y a que es muy poco probable que los niños presenten un cáncer relacionado con una variante hereditaria en BRCA.
Las pruebas para detectar variantes hereditarias en BRCA1 y en BRCA2 se hacen con una muestra de sangre o de saliva. Esto es porque las células de la sangre y las que están en la saliva, al igual que todas las otras células del cuerpo, contienen los genes BRCA1 y BRCA2. A veces, los pacientes de cáncer se enteran de que tienen una mutación en BRCA1 o en BRCA2 cuando se examina un tumor para saber si es posible recibir una terapia dirigida específica. Las variantes dañinas en BRCA que se encuentran en un tumor son de origen somático o de la línea germinal. Por lo tanto, quien tenga una variante dañina en el tumor debe considerar hacerse una prueba genética de la línea germinal (en sangre) para determinar si la variante es hereditaria.
Cuando los antecedentes familiares indican la posibilidad de que una persona sin cáncer heredó una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2, lo mejor es que un pariente con diagnóstico de cáncer (si está vivo y dispuesto a hacérsela) se haga la prueba. Si en esa prueba se descubre una variante dañina conocida, hacerle la prueba a la persona sin cáncer para detectar esa variante ayuda a saber con claridad si también es portadora de la variante. Si todos los parientes con cáncer están muertos, no están dispuestos a hacerse la prueba genética o no pueden hacerlo, de todos modos vale la pena evaluar a parientes sin un diagnóstico de cáncer y tal vez ofrezca información útil.
¿Cubre el seguro médico el costo de las pruebas genéticas de las variantes en BRCA1 y en BRCA2?
Se recomienda que las personas que piensen en hacerse pruebas de las variantes en BRCA1 y en BRCA2 confirmen que el seguro médico cubre el asesoramiento genético y las pruebas genéticas. Por lo general, los asesores genéticos podrán responder a las preguntas sobre cobertura del seguro médico para las pruebas genéticas.
Es probable que algunas de las compañías de pruebas genéticas ofrezcan pruebas de las variantes hereditarias en BRCA1 y en BRCA2 sin costo a los pacientes sin seguro médico que cumplen con requisitos médicos y económicos específicos.
¿Qué significan los resultados de una prueba genética de BRCA1 y BRCA2?
Las pruebas de mutaciones en BRCA1 y en BRCA2 dan los siguientes resultados: positivo, negativo o variante de significado incierto (VSI).
Resultado positivo. Un resultado positivo de la prueba indica que la persona heredó una variante dañina conocida en BRCA1 o en BRCA2 (que se llama variante “patógena” o “posiblemente patógena” en los informes de las pruebas de laboratorio) y que tiene un aumento del riesgo de presentar ciertos cánceres. Pero si obtiene un resultado positivo de la prueba, no es posible saber si la persona evaluada tendrá cáncer ni cuándo. Algunas de las personas que heredan una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 nunca presentan cáncer.
Un resultado positivo de la prueba también tiene consecuencias importantes para los miembros de la familia, incluso para las generaciones futuras.
- Es posible que tanto los hombres como las mujeres con una variante hereditaria dañina en BRCA1 o en BRCA2, sin importar si presentan cáncer en algún momento, transmitan la variante a sus hijos. Cada hijo tiene una probabilidad del 50 % de heredar la variante que tenga el padre o la madre.
- Todos los parientes consanguíneos de una persona con una variante dañina hereditaria en BRCA1 o en BRCA2 tienen algún aumento del riesgo de presentar la variante. Por ejemplo, cada hermano carnal de esa persona tiene una probabilidad del 50 % de haber heredado la misma variante.
- Es muy poco frecuente que una persona tenga una variante dañina que no haya heredado de ninguno de los padres. Este tipo de variante se llama de novo (o “nueva”). Esta variante surge de una célula germinativa (espermatozoide u óvulo) de uno de los padres y está en todas las células de la persona que se formó de esa célula germinativa. Los hijos (pero no los hermanos) de alguien con una variante de novo están en riesgo de heredar la variante.
Resultado negativo. Un resultado negativo de la prueba podría tener distintos significados, según los antecedentes médicos familiares y personales de la persona evaluada y la identificación anterior de una mutación dañina en la familia. Si un pariente consanguíneo cercano de la persona evaluada es portador de una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 obtiene un resultado negativo de la prueba, el significado es claro: la persona evaluada no heredó la variante dañina que está presente en la familia y no se la transmitirá a sus hijos. La persona con este resultado, que se llama resultado negativo verdadero, tiene un riesgo de cáncer similar al de alguien de la población general. Sin embargo, hay otros factores además de los genéticos que aumentan el riesgo de cáncer, como las exposiciones a la radiación a una edad joven, y esos factores se deben tener en cuenta al evaluar el riesgo de cáncer.
Si la persona evaluada no tiene antecedentes personales de cáncer y su familia no es portadora de una variante dañina, entonces el resultado negativo de la prueba se considera “no informativo” (no concluyente). Hay varios posibles motivos por los que alguien tendría un resultado negativo no informativo de la prueba:
- Sin hacerles pruebas a los parientes que tuvieron cáncer, no queda claro si el resultado negativo de la prueba significa que la persona no heredó una mutación en BRCA1 o en BRCA2 que está presente en la familia, o si los antecedentes familiares son por una mutación en otro gen que no se evaluó o por otros factores de riesgo que no son genéticos.
- Es posible que la persona tenga una variante dañina que no se detecte con las pruebas actuales.
- En muy pocas ocasiones, podría haber un error en la prueba porque no se recomendaron o solicitaron las pruebas adecuadas, las variantes genéticas se interpretaron de forma errónea o se comunicaron los resultados equivocados al paciente (25).
Resultado de variante de significado incierto (VSI). A veces, con una prueba genética se encuentra un cambio en BRCA1 o en BRCA2 que no se había asociado al cáncer y que no es común en la población general. Este tipo de resultado de la prueba se llama “variante de significado incierto” (VSI) porque no se sabe si este cambio genético específico es dañino.
Mientras más investigaciones se realicen y más personas se evalúen para detectar las variantes en BRCA1 y en BRCA2, más información obtendrán los científicos sobre los cambios de significado incierto y el riesgo de cáncer. Los médicos y los científicos colaboran de forma activa para compartir información sobre estas mutaciones para reclasificarlas como dañinas o no dañinas en definitiva (26, 27).
El asesoramiento genético ayuda a que una persona entienda el efecto de una VSI en BRCA1 o en BRCA2 en su riesgo de cáncer. Hasta que se aclare la interpretación de la variante, el manejo del riesgo se debe basar en los antecedentes familiares y en otros factores de riesgo. Sin embargo, es importante que quienes obtienen un resultado de VSI se mantengan actualizados a través del proveedor de la prueba en caso de que el resultado se reclasifique como una variante dañina o posiblemente dañina. Los proveedores de las pruebas tienen distintas políticas sobre la notificación de un cambio en la interpretación de un resultado de VSI a las personas evaluadas. Algunos se comunican directamente con la persona evaluada, mientras que otros hacen responsable a esa persona de contactarlos con regularidad para enterarse de las actualizaciones en la interpretación del resultado de VSI.
¿Cómo disminuye su riesgo de cáncer una persona que heredó una variante dañina en el gen BRCA1 o en el gen BRCA2?
Hay varias opciones para disminuir el riesgo de cáncer en las personas que heredaron una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2. Estas incluyen los exámenes de detección intensificados, cirugía para disminuir el riesgo (también llamada cirugía profiláctica) y quimioprevención.
Exámenes de detección intensificados. Algunas mujeres cuya prueba indica variantes dañinas en BRCA1 y en BRCA2 tienen la posibilidad de decidir comenzar los exámenes de detección de cáncer de seno (mama) a edades más tempranas, hacerse exámenes de detección con una frecuencia mayor que la recomendada para mujeres con riesgo promedio de cáncer de seno o hacerse exámenes de detección con imágenes por resonancia magnética (IRM), además de las mamografías.
No hay métodos de detección de cáncer de ovario eficaces. Algunos grupos recomiendan la ecografía transvaginal, las pruebas de sangre del antígeno del cáncer 125 (CA-125) que está presente en concentraciones más altas que las normales en mujeres con cáncer de ovario y las exploraciones clínicas para exámenes de detección de cáncer de ovario en mujeres con variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2. Sin embargo, con ninguno de estos métodos se detectan tumores ováricos lo suficientemente temprano como para prolongar la supervivencia a largo plazo (28).
Se desconocen los beneficios de hacer exámenes de detección de cáncer de seno y de otros tipos de cáncer en hombres que son portadores de las variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2. Algunos grupos de expertos recomiendan que esos hombres se hagan exámenes clínicos del seno anuales a partir de los 35 años (23). En las pautas de la Red Nacional Oncológica Integral (NCCN) se recomienda que los hombres con variantes dañinas de la línea germinal en BRCA1 o en BRCA2 hablen con su médico sobre la prueba del antígeno prostático específico (PSA) para el examen de detección de cáncer de próstata a partir de los 40 años (29).
Algunos expertos recomiendan el uso de la ecografía o la colangiopancreatografía retrógrada por resonancia magnética para hacer exámenes de detección de cáncer de páncreas en personas que son portadoras de una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 y que tienen un pariente consanguíneo cercano con cáncer de páncreas (30). Sin embargo, aún no queda claro si el examen de detección de cáncer de páncreas y la detección temprana de este cáncer disminuyen el riesgo general de muerte por cáncer de páncreas.
Todos estos métodos de detección implican tanto posibles daños como posibles beneficios. Por ejemplo, es más probable que las IRM produzcan un resultado positivo falso que la mamografía. También es preocupante porque es posible que las mujeres con una variante dañina en BRCA tengan mayor sensibilidad a los efectos perjudiciales que las pruebas que usan radiación (como la mamografía) tienen en el ADN porque estas mujeres ya tienen un defecto en la reparación del ADN (31).
Cirugía para disminuir el riesgo. En la cirugía para disminuir el riesgo (cirugía profiláctica) se extirpa todo el tejido "en peligro" que sea posible. Algunas mujeres tal vez decidan extirparse ambos senos en una mastectomía bilateral para disminuir el riesgo de cáncer. La cirugía para extirpar los ovarios y las trompas de Falopio (salpingooforectomía bilateral para disminuir el riesgo) disminuye el riesgo de cáncer de ovario. (Los cánceres de ovario se suelen originar en las trompas de Falopio, así que es imprescindible que estas se extirpen junto con los ovarios). La extirpación de los ovarios también disminuye el riesgo de cáncer de seno en las mujeres premenopáusicas porque se elimina una fuente de hormonas que estimulan la formación de algunos tipos de cáncer de seno.
Estas cirugías son irreversibles y cada una tiene posibles complicaciones o daños. Estos incluyen sangrado o infección, ansiedad y preocupación por la imagen corporal (mastectomía bilateral para disminuir el riesgo), y menopausia precoz en las mujeres premenopáusicas (salpingooforectomía bilateral para disminuir el riesgo).
Con la cirugía para disminuir el riesgo no se garantiza que no haya cáncer porque no es posible extirpar todo el tejido peligroso en estos procedimientos. Por eso estos procedimientos quirúrgicos a veces se describen como “cirugías reductoras del riesgo” en vez de “preventivas”. Algunas mujeres presentan cáncer de seno, cáncer de ovario o carcinomatosis peritoneal primaria (un tipo de cáncer similar al cáncer de ovario) incluso después de una cirugía para disminuir el riesgo. De todas formas, estos procedimientos quirúrgicos disminuyen mucho el riesgo. Por ejemplo, en varios estudios, las mujeres que se hicieron la salpingooforectomía bilateral tuvieron una disminución de casi el 80 % en el riesgo de muerte por cáncer de ovario, una disminución del 56 % en el riesgo de muerte por cáncer de seno (32) y una disminución del 77 % en el riesgo de muerte por cualquier causa durante los períodos de seguimiento de los estudios (33).
La disminución en el riesgo de cáncer de seno y de cáncer de ovario a partir de la extirpación de los ovarios y las trompas de Falopio es similar para las portadoras de las variantes en BRCA1 y en BRCA2 (33).
Quimioprevención. La quimioprevención es el uso de medicamentos para disminuir el riesgo de cáncer. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó dos medicamentos quimiopreventivos (el tamoxifeno [Nolvadex] y el raloxifeno [Evista]) para disminuir el riesgo de cáncer de seno en las mujeres con mayor riesgo, pero aún no queda en claro cómo funcionan estos medicamentos en las mujeres con variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2. Los datos de tres estudios indican que el tamoxifeno tal vez disminuya el riesgo de cáncer de seno en mujeres portadoras de variantes dañinas en BRCA2 (34) y el riesgo de cáncer en el seno opuesto en portadoras de variantes en BRCA1 y en BRCA2 con un diagnóstico anterior de cáncer de seno (35, 36). En los estudios no se examinó de forma específica la eficacia del raloxifeno en las portadoras de variantes en BRCA1 y en BRCA2.
Sin embargo, estos medicamentos quizás sean una opción para las mujeres que decidan no operarse o que no puedan hacerlo. Los posibles daños de estos medicamentos incluyen síntomas de menopausia, coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, aumento en el riesgo de cáncer de endometrio (tamoxifeno) y reacciones alérgicas (raloxifeno).
Tanto las mujeres de la población general como las que tienen variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2 que tomaron alguna vez anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) tienen un riesgo casi 50 % menor de cáncer de ovario que las mujeres que nunca tomaron anticonceptivos orales (37). Los posibles daños de los anticonceptivos orales incluyen un aumento del riesgo de cáncer de seno, un aumento del riesgo de que una infección por el virus del papiloma humano (VPH) se convierta en cáncer de cuello uterino y posibles efectos cardiovasculares en mujeres en edad de procrear mayores.
¿Cuáles son los beneficios de las pruebas genéticas de las variantes en BRCA1 y en BRCA2?
Las pruebas genéticas tienen beneficios, sin importar si una persona recibe un resultado positivo o negativo de la prueba.
Los posibles beneficios de un resultado negativo verdadero incluyen sentir alivio por el riesgo de cáncer en el futuro, enterarse de que los hijos no corren riesgo de heredar la predisposición familiar al cáncer, y saber que tal vez no sean necesarias las revisiones médicas, pruebas o cirugías especiales para disminuir el riesgo.
Un resultado positivo en la prueba permite que las personas tomen decisiones informadas sobre la atención médica en el futuro, incluso tomar medidas para disminuir el riesgo de cáncer.
¿Cuáles son los posibles daños de las pruebas genéticas de las variantes en BRCA1 y en BRCA2?
Los daños médicos directos de las pruebas genéticas son mínimos, pero saber los resultados de las pruebas, sin importar si son positivos o negativos, tal vez tenga efectos dañinos en las emociones, las relaciones sociales, las finanzas y las decisiones médicas de una persona.
Enfrentar la incertidumbre que produce un resultado negativo no informativo (no concluyente), o un resultado de variante de significado incierto, es otro daño posible. Por este motivo, es importante recibir asesoramiento genético antes de hacerse pruebas genéticas.
Los resultados de las pruebas genéticas se suelen incluir en la historia clínica de la persona, sobre todo si el médico u otro profesional de la salud solicitó la prueba o recibió una consulta sobre los resultados. Por lo tanto, las personas que piensen hacerse pruebas genéticas deben entender que los resultados tal vez se den a conocer a otras personas u organizaciones con acceso legítimo y legal a su historia clínica. Por ejemplo, la compañía de seguro médico o el empleador podrían tener esta información, si el empleador ofrece el seguro médico como beneficio.
¿Cómo afecta el tratamiento de los pacientes que ya tienen cáncer la presencia de una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2?
Dado que los genes BRCA1 y BRCA2 participan en la reparación del ADN, los tumores con cambios en cualquiera de estos genes son sensibles en particular a los medicamentos anticancerosos que funcionan al dañar el ADN, como el cisplatino (38).
Una clase de medicamentos llamados inhibidores de PARP, que inhiben la reparación del ADN, interrumpen la multiplicación de células cancerosas que tienen variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2. La FDA aprobó cuatro inhibidores de PARP (olaparib [Lynparza], rucaparib [Rubraca], niraparib [Zejula] y talazoparib [Talzenna]) para tratar cánceres específicos que tienen variantes dañinas en BRCA1 o en BRCA2. (En algunos casos, estos medicamentos se usan con una mutación en BRCA1 o en BRCA2 o sin esta).
Es más probable que los cánceres de seno con variantes dañinas en BRCA1 sean triple negativo (es decir, que las células de cáncer de seno no tengan receptores de estrógeno, receptores de progesterona ni concentraciones altas de la proteína HER2/neu) en comparación con los esporádicos o los cánceres de seno con variantes dañinas en BRCA2. Los cánceres triple negativo son más difíciles de tratar y tienen peores pronósticos que otros tipos de cáncer de seno.
Si alguien se hace pruebas genéticas tumorales que revelan la presencia de una variante dañina en BRCA1 o en BRCA2 en el tumor, debe considerar hacerse una prueba genética de la línea germinal (en sangre) para determinar si la variante es hereditaria. Saber si heredó la variante es importante para que esa persona entienda los riesgos de tener otros cánceres en el futuro. Con esta prueba también se determina si otros miembros de la familia están en riesgo de heredar la variante dañina.