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El consumo excesivo de alcohol es común en las personas con cáncer y los sobrevivientes de cáncer a largo plazo

, por Carmen Phillips

Una médica conversa con un paciente.

En un estudio se observó que las personas que tienen o tuvieron cáncer consumen alcohol en exceso. Por este motivo, es esencial que los oncólogos conversen con ellas sobre los efectos dañinos del alcohol.

Beber alcohol aumenta el riesgo de tener al menos siete tipos de cáncer. En las personas que reciben tratamiento del cáncer, es posible que tomar unas cervezas o cócteles con regularidad también cause otras consecuencias dañinas, como disminuir la eficacia de los tratamientos. Y en los sobrevivientes a largo plazo, hay algunas pruebas de que el consumo habitual de alcohol aumenta el riesgo de que el cáncer vuelva.

Pero los resultados de un nuevo estudio indican que es probable que esta información no llegue a estos dos grupos de personas. 

En el estudio, muchas personas en tratamiento del cáncer y los sobrevivientes de cáncer a largo plazo informaron que bebían alcohol con regularidad, muchos en moderación, pero algunos también en exceso y con frecuencia. Según los hallazgos del estudio, los hombres que sobrevivieron a largo plazo y las personas jóvenes que recibían tratamiento del cáncer se encontraban entre las más propensas a beber en exceso o con frecuencia.

Como destacó el equipo que realizó el estudio, los resultados deberían ser un llamado de alerta para todos los que trabajan en la atención del cáncer.

"En conjunto, nuestros hallazgos indican que hay una necesidad inmediata e insatisfecha de intervenir en nombre de las personas [con cáncer] que tienen comportamientos de riesgo relacionados con el consumo de alcohol", escribió la investigadora principal del estudio, Yin Cao, doctora en Ciencias y máster en Salud Pública, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis y sus colegas el 10 de agosto en la revista JAMA Network Open.

Para realizar el estudio, los investigadores emplearon los datos de más de 15 000 personas con antecedentes de cáncer que participaban en el Programa de Investigación All of Us de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

En general, alrededor de 12 000 personas de este grupo informaron que bebían alcohol y casi el 40 % dijeron haberlo hecho de forma peligrosa, es decir, bebieron en exceso y en ocasiones repetidas. Entre quienes quizás recibían tratamiento activo para el cáncer en ese momento, alrededor del 75 % consumía alcohol, y muchos de ellos en exceso. 

En comparación, según los datos más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 17 % de los adultos estadounidenses informan episodios de consumo intensivo de alcohol (atracones) y el 6 % informan un consumo excesivo de alcohol (que se define como 15 o más tragos por semana en los hombres, 8 tragos por semana en las mujeres). 

"Esperaba que las personas disminuyeran el consumo [de alcohol]", en especial durante el tratamiento activo para el cáncer, señaló la doctora Noelle LoConte, del Centro Oncológico Carbone en la Universidad de Wisconsin y miembro del equipo del estudio. “Y no fue… lo que observamos”.

Aunque el número de personas que bebe demasiado aumentó mucho en los Estados Unidos en los últimos años, en gran parte, por el consumo generado durante la pandemia de la COVID, también hay más conciencia de que el consumo de bebidas alcohólicas causa daños graves y definitivos, continuó.

"El público está muy dispuesto a hablar" sobre el efecto del consumo de alcohol en la salud, afirmó. "Creo que hay que aprovechar estos hallazgos e incorporarlos a esa conversación". 

Impulso del Programa de Investigación All of Us

En los últimos años aumentó el interés en el hecho de que el consumo de alcohol causa cáncer. Pero, en general, el riesgo potencial de este consumo pasa inadvertido en el caso de las personas con cáncer y los sobrevivientes a largo plazo, explicó la licenciada en Ciencias de la Nutrición Tanya Agurs-Collins, del Programa de Investigación del Comportamiento de la División de Control del Cáncer y Ciencias Demográficas del Instituto Nacional del Cáncer (NCI).

Son pocos los estudios que intentaron registrar los comportamientos relacionados con el consumo de alcohol en los sobrevivientes de cáncer, incluso en quienes aún están en tratamiento, explicó la doctora Agurs-Collins, que no participó en este nuevo estudio. Además, se ha hecho poco para entender cómo ayudar a las personas que beben en exceso a cambiar su comportamiento 

“Es hora de cambiar esto", comentó. 

En los estudios más pequeños, incluso varios realizados en Europa, se observaron comportamientos de consumo de alcohol que podrían ser dañinos, tanto para las personas en tratamiento del cáncer como en los sobrevivientes a largo plazo.

El estudio All of Us, explicaron la doctora Cao y sus colegas, ofreció una oportunidad única para llevar a cabo una observación sólida de las personas de estos grupos en los Estados Unidos.

Desde su inicio en 2018, el estudio All of Us recopila información sobre el estilo de vida, otros comportamientos y antecedentes personales de los participantes a través de encuestas exhaustivas. Los participantes también autorizan el acceso a los registros médicos electrónicos (sin datos personales que los identifiquen), lo que proporciona apreciaciones importantes sobre los tratamientos que reciben y otra información de salud pertinentes. 

Hasta la fecha, se inscribieron 692 000 personas en All of Us.

El consumo de alcohol ya no es leve

Para el estudio, el equipo de investigación identificó a 15 199 participantes que, entre mayo de 2018 y enero de 2022, informaron antecedentes de cáncer en la encuesta inicial. Alrededor del 62 % eran mujeres, el 75 % eran personas blancas y la edad promedio era de 63 años.

Los investigadores reconocieron algunas limitaciones en el uso de los datos de All of Us, como el hecho de que el diagnóstico de cáncer era información facilitada por los pacientes y no se pudo verificar en todos los casos. Además, por la naturaleza del estudio, también es posible que se produzcan ciertos sesgos que a veces influyen en la precisión o la aplicabilidad de estos datos a todas las personas con cáncer y los sobrevivientes a largo plazo.

De las personas que informaron antecedentes de cáncer, 11 815 (78 %) dijeron que bebían alcohol. Los investigadores clasificaron el consumo de alcohol según las respuestas a varias preguntas específicas sobre el alcohol. También usaron una herramienta de evaluación llamada AUDIT-C que se elaboró para estudiar el comportamiento relacionado con el consumo de alcohol. 

Los episodios de consumo intensivo de alcohol fueron más comunes entre los hombres, las personas menores de 50 años, los ex fumadores y los fumadores. Entre quienes bebían, los episodios de consumo intensivo y el consumo peligroso de alcohol también fueron mucho más comunes en las personas cuyo diagnóstico y tratamiento del cáncer había ocurrido antes de los 18 años. 

Además, aunque fue menos probable que las personas que se identificaron como hispanas informaran sobre el consumo de alcohol que las personas blancas, si consumían alcohol, era más probable que bebieran demasiado.

Comportamiento relacionado con el alcohol Definición Tasas de personas que informaron el consumo de alcohol
Exceso en el consumo moderado de alcohol Más de 2 tragos en un día de consumo habitual 13 %
Episodios de consumo intensivo de alcohol Más de 6 tragos en una sola ocasión 24 %
Consumo peligroso Puntaje AUDIT-C de 3 o superior para mujeres, puntaje de 4 o más para hombres (en la escala del 0 al 5) 38 %

De los participantes con antecedentes de cáncer, casi 1 800 recibían tratamiento activo para el cáncer al momento de responder a la encuesta inicial. Entre estos, el 75 % informó que bebía en ese momento. De ese grupo, casi el 25 % informó episodios de consumo intensivo y el 38 % informó el consumo peligroso. Sin embargo, no fue posible para los investigadores verificar si el consumo de alcohol se produjo durante el tratamiento.

En particular, es preocupante que quienes informaron beber demasiado eran más jóvenes (personas de 15 a 39 años, un grupo de edad conocido como adolescentes y adultos jóvenes), indicó el doctor Adam DuVall, del Centro Oncológico de la Universidad de Chicago, especialista en el tratamiento de cánceres de la sangre en niños, adolescentes y adultos jóvenes. 

A pesar de esto, añadió el doctor DuVall, el consumo elevado de alcohol en los adolescentes y adultos jóvenes que tienen o tuvieron cáncer no es sorprendente.

En los estudios se demostró que “hay más comportamientos de alto riesgo en los sobrevivientes [que son adolescentes y adultos jóvenes]”, comentó el doctor DuVall.

"Las tasas de ansiedad y depresión también son más altas", continuó, al igual que otros problemas psicológicos como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). 

"Hasta el 40 % de los adolescentes y adultos jóvenes con cáncer tienen algún tipo de TEPT", señaló. "Y el abuso de sustancias y los comportamientos de alto riesgo acompañan esto".

Es necesario otro tipo de ayuda

Hace falta más investigación para comprender mejor el consumo de alcohol en las personas con cáncer, escribió el equipo del estudio. Pero también hay que actuar rápido, subrayaron.

"La alta prevalencia de sobrevivientes de cáncer que beben de forma peligrosa resalta la necesidad de intervenciones inmediatas", escribieron.

Por el momento, sin embargo, las formas comprobadas de ayudar a las personas con cáncer a limitar el consumo de alcohol durante o después de completar el tratamiento son extremadamente limitadas, explicó el doctor DuVall.

"Hay muchas cosas que [los médicos] están haciendo por su cuenta", explicó. Sin embargo, buena parte del trabajo necesario para ayudar a las personas con problemas de abuso de sustancias de cualquier tipo está fuera del ámbito de la oncología, enfatizó. 

“No soy especialista en psicología ni en intervenciones del comportamiento”, continuó. "Necesitamos colaborar con personas [de esas especialidades] para descifrar qué podemos hacer para ayudar a los pacientes con estos problemas".

La doctora LoConte dijo que tiene conversaciones francas con los pacientes sobre el consumo de alcohol y otros comportamientos que podrían afectar el tratamiento. A menudo dirige parte de esa conversación a los familiares y seres queridos que están con el paciente, en el fondo, reclutándolos para que ayuden a controlar el consumo de alcohol del paciente.

“Trato de estandarizar las preguntas [a los pacientes], tales como si beben, cuánto y cómo sienten que los afecta”, explicó. 

Estuvo de acuerdo con el doctor DuVall en que los oncólogos y otros médicos con quienes trabajan están al límite y rara vez tienen el tiempo o la capacitación para gestionar de forma adecuada estos problemas.

En el futuro será necesaria una mayor colaboración con otras especialidades y profesionales clínicos que interactúan de forma habitual con las personas con cáncer, como el personal de enfermería oncológica, para definir maneras de disminuir los comportamientos de consumo riesgoso de alcohol, señaló la doctora Agurs-Collins. 

Según los hallazgos del estudio, "también hace falta entender mejor por qué tantos sobrevivientes de cáncer consumen tanto alcohol", continuó. 

¿Podría estar relacionado con el dolor no tratado, la depresión u otros motivos? "Necesitamos entender mejor estas causas fundamentales y la mejor manera de abordarlas", indicó.

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