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Un programa aumentó la actividad física de los sobrevivientes de cáncer de minorías desatendidas

, por Linda Wang

Una mujer hispana hace flexiones con los brazos usando bandas elásticas.

En los estudios se observó que la actividad física tiene efectos beneficiosos para los sobrevivientes de cáncer.

Fuente: iStock/kali9

La actividad física tiene muchos beneficios para los sobrevivientes de cáncer, desde mejorar la calidad de vida hasta disminuir la probabilidad de que la enfermedad vuelva. Sin embargo, en los estudios se demostró que muchos sobrevivientes de cáncer luchan por cumplir con los niveles recomendados de actividad física; en especial, aquellos afectados por las desigualdades en salud.

Según los resultados de un nuevo estudio, en un programa en Texas se demostró que estos sobrevivientes de cáncer se mueven más cuando se les brinda apoyo en las comunidades donde viven y al hacer que las personas que los cuidan también estén más activas.

Los sobrevivientes de cáncer y sus cuidadores participaron en un programa de 12 semanas llamado Vida Activa Después del Cáncer. Al completar el programa, el porcentaje de sobrevivientes con niveles de actividad física recomendada aumentó de forma drástica del 29 % al 60 %. Los sobrevivientes también informaron mejoras en el funcionamiento físico y la calidad de vida en general. Los cuidadores tuvieron avances similares en las tres áreas.

Los resultados se publicaron el 30 de abril en la Journal of the National Cancer Institute.  

"Me sorprendió ver mejoras tan importantes", dijo la investigadora principal del estudio, Scherezade K. Mama, quien es doctora en Salud Pública del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. "Creo que resalta la necesidad" de estos programas de actividad física ​​en la comunidad.

La doctora Lindsey Page, máster en Salud Pública de la Oficina de Supervivencia al Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), explicó que los resultados confirman el valor de los esfuerzos para ayudar a mejorar la actividad física de los sobrevivientes; sobre todo, porque la falta de actividad contribuye de forma significativa a las desigualdades en salud por cáncer.

"Es de suma importancia contar con programas como este, para que todos los sobrevivientes de cáncer tengan acceso equitativo a la actividad física", señaló la doctora Page.

Adaptar un programa de actividad física exitoso 

Las investigaciones demostraron que la actividad física tiene efectos beneficiosos para las personas con cáncer

En un estudio, por ejemplo, se encontró que los niveles altos de actividad física se relacionaban con una mayor supervivencia de las mujeres con cáncer de mama. En otro estudio, se encontró que la actividad física, igual o mayor que la recomendada en las directrices nacionales, se asociaba con menos deterioro cognitivo relacionado con el tratamiento, lo que se suele llamar "cerebro de quimioterapia”

De hecho, a partir de las pruebas favorables en esos estudios, las directrices de los expertos recomiendan que los sobrevivientes de cáncer realicen actividad física con regularidad (consulte el recuadro).

La doctora Karen Basen-Engquist y sus colegas del Centro Oncológico MD Anderson crearon el programa original de Vida Activa Después del Cáncer para ayudar a las sobrevivientes de cáncer de mama a aumentar la actividad física. Tras el éxito del programa, se adaptó para responder a las necesidades de las sobrevivientes de cáncer de mama de minorías que no recibían la atención médica adecuada. 

Hace poco, se adaptó aún más y se puso a disposición de los sobrevivientes de cualquier tipo de cáncer, en particular de grupos con acceso limitado a servicios médicos. Entonces, la doctora Mama y sus colegas quisieron evaluar si el programa era eficaz para este grupo más numeroso de sobrevivientes de cáncer. 

También incluyeron a los cuidadores, que tampoco suelen hacer suficiente actividad física. Incluir a los cuidadores cumple otra función más, indicó la doctora Mama, porque "sobre todo en las minorías raciales y étnicas, el apoyo familiar y el apoyo social en general es muy importante para el cambio de comportamiento".

Pequeñas mejoras en la calidad de vida 

La doctora Mama y sus colegas del Centro Oncológico MD Anderson se asociaron con organizaciones de salud sin fines de lucro en Houston y El Paso, y capacitaron a educadores de salud para que enseñaran el programa de actividad física a los sobrevivientes en sus comunidades. 

De 2017 a 2020, los socios comunitarios reclutaron a 540 sobrevivientes de cáncer y 87 cuidadores de las áreas metropolitanas de Houston y El Paso. Entre estos, 474 sobrevivientes y 68 cuidadores completaron la evaluación de seguimiento. La mayoría de los participantes eran mujeres, personas hispanas y de grupos sin atención médica adecuada. El programa fue gratuito para los participantes y se presentó en inglés y español. 

Durante las sesiones semanales, los participantes practicaron ejercicios variados, recibieron capacitación en habilidades de conocimiento y de conducta; por ejemplo, administración del tiempo y establecimiento de objetivos. Además, conversaron sobre temas como la nutrición. 

Cada participante recibió una banda elástica de resistencia y un podómetro. Se les animó a hacer al menos 30 minutos de actividad física entre moderada y vigorosa al día, 5 días a la semana. Los participantes completaron un cuestionario sobre el ejercicio y una evaluación de estado físico al principio y al final del programa de 12 semanas.

En general, cerca del 76 % de los participantes siguieron el programa durante las 12 semanas y, en promedio, asistieron a casi el 80 % de las sesiones. 

Además de que muchos más sobrevivientes cumplieron con las recomendaciones de actividad física después de completar el programa, también tuvieron leves mejoras de funcionamiento físico, que se midió contando cuántas veces se podían levantar en 30 segundos desde una posición sentada. 

Entre los participantes que completaron el programa, el número medio de estas repeticiones de sentarse y levantarse aumentó de 12,3 a 14,3. Los participantes también informaron mejoras en el bienestar físico y mental. 

Los participantes asiáticos y aquellos con al menos educación universitaria tuvieron los mayores aumentos en la actividad física. 

Los cuidadores también informaron sobre un aumento de la actividad física, así como mejoras en el funcionamiento físico, la calidad de vida y el bienestar mental. Durante el período de evaluación de 3 años, el porcentaje de cuidadores que cumplieron con las recomendaciones de actividad física aumentó del 36 % al 71 %. 

Involucrar a los cuidadores en el programa fue crucial, enfatizó la doctora Page.

"Sabemos que las personas tienden a ser más activas cuando hay personas que las apoyan", dijo. "Además, al involucrar al cuidador en el programa, ese compañero adicional no solo está con la persona durante la sesión sino también en casa para fomentar la actividad física fuera de las sesiones del programa". 

Por otra parte, hay otra ventaja. "También se brinda un servicio a los cuidadores que les ayuda a mantener su salud y función física", continuó la doctora Page.

Modelo para otros programas de supervivencia

La doctora Page señaló que espera que el programa se amplíe para incluir a sobrevivientes en otras partes del país, en especial a quienes viven en áreas rurales, muchos de los cuales tienen acceso limitado a los programas para sobrevivientes.

Sugiere que el trabajo futuro también se centre en asegurar que hayan opciones de atención para los sobrevivientes que al comienzo quizás no reciban autorización médica para participar en un programa de actividad física como Vida Activa Después del Cáncer.

Incluso aquellos sobrevivientes que tal vez necesiten más apoyo o supervisión para participar en tales programas se podrían beneficiar de hacer más actividad física, subrayó la doctora Page.

La doctora Mama indicó que ampliaron el programa a otros sitios en Texas y que ofrecerán una opción virtual para quienes no puedan ir en persona. También están preparando un conjunto de herramientas con la esperanza de compartirlas con otros centros y clínicas oncológicas comunitarias en todos los Estados Unidos para que elaboren sus propios programas de actividad física para sobrevivientes de cáncer. 

Después de dos décadas de trabajar con sobrevivientes de cáncer, el programa está logrando los objetivos que ella y otros establecieron, destacó la doctora Mama. El programa es un “catalizador de cambios permanentes” para los sobrevivientes de cáncer participantes, añadió, ayudándolos a tener vidas más largas y saludables.

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