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Un nuevo enfoque ayuda a las personas con cáncer a controlar mejor la depresión, el dolor y la fatiga

, por Edward Winstead

Una mujer mayor está en su casa frente a una computadora portátil. Está en una videollamada con una terapeuta.

En un estudio clínico, las personas con cáncer que recibieron terapia cognitivo-conductual por telemedicina informaron mejoras en la calidad de vida.

Fuente: iStock

Muchas personas que reciben tratamiento del cáncer tienen síntomas de depresión, dolor y fatiga. Sin embargo, los científicos aún estudian la mejor forma de controlar estos síntomas en las personas con cáncer.

Un enfoque es integrar la evaluación y el tratamiento de los síntomas en la atención habitual del cáncer. Con este enfoque, a las personas que necesitan apoyo se les ofrecen sesiones semanales de terapia (o psicoterapia) cognitivo-conductual con un consejero capacitado o medicamentos recetados por los profesionales médicos para tratar los síntomas.

La estrategia, llamada evaluación integrada y atención colaborativa escalonada, fue prometedora en un estudio clínico grande en el que participaron personas con diferentes tipos y estadios de cáncer.

En el estudio que financió el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), los participantes se asignaron al azar a la evaluación integrada y atención colaborativa escalonada o atención estándar, que consistió en remitir a los pacientes a proveedores de atención de la salud para recibir tratamiento.

Según los resultados publicados el 12 de marzo en la revista The Lancet, el grupo de atención colaborativa escalonada obtuvo un beneficio mayor en la calidad de vida relacionada con la salud, incluso en el bienestar emocional, físico y funcional, durante los primeros 6 meses de tratamiento.

Esta mejora se mantuvo hasta por 1 año. Además, los participantes que recibieron atención colaborativa escalonada también informaron una disminución de los tres síntomas más comunes.

“Nuestros resultados resaltan la importancia de integrar la evaluación y el tratamiento en la atención habitual del cáncer y ofrecerlos sin costo a los pacientes”, indicó la investigadora principal del estudio, la doctora Jennifer Steel, psicóloga de salud clínica del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (UPMC).

“Necesitamos replantear nuestro enfoque actual al evaluar los síntomas del paciente y remitirlo a tratamiento”, dijo la doctora Steel. “Esperamos que esta investigación conduzca a un cambio en la atención para mejorar la calidad de vida del paciente”.

Momento de comenzar a tratar los síntomas

El estudio se realizó durante la pandemia, y la atención colaborativa escalonada se prestó mediante telemedicina. Los consejeros capacitados colaboraron de cerca con el equipo de atención del cáncer para controlar los síntomas de las personas.

Con la atención estándar, se evalúa a las personas que reciben tratamiento del cáncer para detectar síntomas de depresión, dolor y fatiga. Las personas que necesitan tratamiento para estos síntomas se remiten a un especialista dentro o fuera de los centros de atención médica. Los pacientes programan una cita y quizás deban abonar algunos o todos los costos del tratamiento.

Sin embargo, los investigadores señalaron que este enfoque no suele brindar a las personas todo el apoyo que necesitan. Es posible que tan solo dar el primer paso sea un desafío. Por el contrario, al ofrecer a los pacientes un enfoque integrado para evaluar los síntomas y remitirlos de forma automática a la atención colaborativa escalonada aumenta la probabilidad de que inicien el tratamiento, comentó la doctora Steel.

En el estudio, alrededor del 75 % de los pacientes a quienes se les ofreció el apoyo iniciaron el tratamiento con un consejero capacitado, en comparación con solo el 4 % de los pacientes del grupo de tratamiento estándar.

Algunos de los participantes del grupo de colaboración escalonada dijeron que estaban dispuestos a probar la terapia porque era gratuita y formaba parte de la atención habitual del cáncer.

La invitación para participar en la terapia fue “útil”, señaló un participante. La persona agregó que, el consejero “te guía por el proceso y conoce a tu médico”. “Eso te hace sentir cómodo porque de por ya estás muerto de miedo”.

Otro participante indicó que, “que me preguntaran sin duda influyó mucho en mi decisión” de recibir tratamiento.

Menor uso de los recursos de atención de la salud

En el estudio se incluyeron a 459 personas que recibían tratamiento del cáncer con ciertos grados de depresión, dolor o fatiga (o todos estos). Recibían tratamiento en uno de los 29 consultorios oncológicos afiliados al UPMC. La gran mayoría de los participantes eran de raza blanca y mayores de 60 años.

Los investigadores asignaron al azar a los participantes a recibir atención colaborativa escalonada o atención estándar. La atención estándar incluía remitirlos a un profesional de la salud cuando en las evaluaciones presentaran indicios de depresión, dolor o fatiga .

En el grupo de atención colaborativa escalonada, se contactó a los participantes para que iniciaran la terapia cognitivo-conductual que se realizaría por una hora, una vez a la semana, por telemedicina. Para empezar, los pacientes recibían de 8 a 12 sesiones, pero podían continuar la terapia hasta por 6 meses en caso necesario. También se disponía de medicamentos para la depresión, el dolor y la fatiga si el paciente lo prefería o no respondía a la terapia cognitivo-conductual. 

Después de una mediana de seguimiento de 6 meses, las personas del grupo de atención colaborativa escalonada presentaron mejoras de importancia clínica en el bienestar emocional, funcional y físico, mientras que las personas del grupo de tratamiento estándar no tuvieron mejoras. Las mejoras duraron hasta 1 año, que es el tiempo que se siguió a los participantes.

Además, en comparación con el grupo de atención estándar, las personas del grupo de atención colaborativa escalonada fueron menos veces al servicio de urgencias, tuvieron menos reingresos hospitalarios en los 90 días siguientes, y las hospitalizaciones fueron más cortas.

La doctora Steel señaló que el uso menor de los recursos de atención de la salud podría ser importante para los pacientes. Comentó que, con menos hospitalizaciones y consultas en el servicio de urgencias, “bajarían los costos de la atención del cáncer para el paciente, así como el estrés relacionado con esas consultas y hospitalizaciones, tanto para el paciente como para la familia”.

“El estudio destaca los posibles logros con el uso de la telemedicina”, indicó la doctora Paige A. Green, psicóloga de salud e investigadora de medicina conductual de la División de Control del Cáncer y Ciencias Demográficas (DCCPS) del NCI, que no participó en el estudio.

La doctora Green calificó los resultados como “prometedores”, pero señaló que el estudio tenía limitaciones, como una población de estudio que era más del 90 % de raza blanca.

“La falta de inclusión significativa de las poblaciones de pacientes que no suelen tener suficiente representación en la investigación del cáncer podría limitar la utilidad de los resultados del estudio para esos grupos”, comentó la doctora Green.

¿Cómo se usa la terapia cognitivo-conductual para controlar los síntomas?

Los participantes del estudio que recibieron la terapia cognitivo-conductual aprendieron estrategias para tratar los síntomas, como técnicas de relajación y formas de alterar las creencias fundamentales sobre sí mismos y su entorno.

Los participantes que tenían dolor y fatiga aprendieron estrategias para influir de forma positiva en su manera de pensar, mejorar los hábitos saludables para el sueño y aumentar la actividad física.

Con la atención escalonada, los proveedores de atención de la salud ofrecen supervisión continua de la respuesta de una persona al tratamiento hasta lograr un alivio adecuado de los síntomas.

“Si la persona no respondía, los proveedores podían 'escalonar' la atención al aumentar la frecuencia o la intensidad del tratamiento que brindaban o al probar otro enfoque de tratamiento”, explicó la doctora Steel.

Ahorros con la atención colaborativa escalonada

Según los investigadores, si los sistemas de atención de la salud ofrecieran al paciente un programa integrado de evaluación y tratamiento sin costo, estos sistemas ahorrarían alrededor de $16 000 por paciente al año. El cálculo se basó en los ahorros a partir de hospitalizaciones más cortas, menos idas al servicio de urgencias y menos reingresos a los 90 días.

“Este estudio es una contribución importante” a los datos sobre la atención colaborativa escalonada como parte del tratamiento del cáncer, comentó la doctora Barbara L. Andersen, psicóloga clínica que estudia los aspectos bioconductuales del cáncer en la Universidad Estatal de Ohio.

“Espero que la inclusión de los datos sobre los costos sea un respaldo sólido para el argumento de [ofrecer] atención psicológica a los pacientes que la necesitan”, agregó la doctora Andersen, que también es miembro de un panel de expertos sobre el tratamiento de la ansiedad y la depresión en los adultos sobrevivientes de cáncer.

Para algunos participantes del estudio, recibir apoyo de salud mental sin costo influyó en la decisión de probar la terapia cognitivo-conductual. Un participante dijo que el costo fue “un factor muy importante”.

Explicó que, “los mayores de mi edad deben cuidar sus gastos”. El costo de hablar con un terapeuta por teléfono “es lo primero que cualquier persona va a notar, sobre todo si tiene 65 o más años”.

Evaluación de la atención colaborativa escalonada en hasta 100 consultorios oncológicos

En el estudio, la doctora Steel y sus colegas evaluaron a casi 1600 pacientes. Solo hubo 481 personas (el 30 %) que no informaron ninguno de los tres síntomas incluidos en la intervención.

La doctora Susanne Oksbjerg Dalton y el doctor y licenciado en Medicina Christoffer Johansen, de la Universidad de Copenhague, escribieron en un editorial adjunto que el resultado destaca la necesidad de ampliar la atención colaborativa para incluir a casi todas las personas con cáncer.

Escribieron que, “una prevalencia tan alta de síntomas en los pacientes tratados por cáncer es abrumadora, pero destaca el efecto negativo del tratamiento en la calidad de vida del paciente”.

La doctora Steel y sus colegas planean crear un instituto de capacitación para preparar a los profesionales de la salud mental para administrar la intervención.

También planifican llevar a cabo un estudio clínico para evaluar el nuevo enfoque en casi 100 consultorios del Centro Oncológico Hillman del UPMC.

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