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Se espera que el relugolix cambie el tratamiento del cáncer de próstata avanzado

, por el Equipo del NCI

Imagen del efecto del relugolix en el cáncer de próstata avanzado

Cuando se une a receptores de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) en la hipófisis, el relugolix hace que la hipófisis produzca menos hormonas, incluso la testosterona en los testículos.

Fuente: Imagen por cortesía del doctor Neal Shore

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó un nuevo medicamento que se prevé que afectará de inmediato el tratamiento de algunos hombres con cáncer de próstata. En un estudio clínico grande se demostró que el tratamiento con relugolix (Orgovyx) fue más eficaz que el tratamiento común con leuprorelina (Lupron) para disminuir las concentraciones de la hormona testosterona en los hombres con cáncer de próstata avanzado.

Por varias décadas, los tratamientos que inhiben la producción de la testosterona en los testículos han sido el tratamiento básico del cáncer de próstata avanzado. Estos tratamientos, que se conocen como terapias de privación de andrógenos (TPA), sirven para frenar la multiplicación y la diseminación de los tumores de próstata. Es como tapar la gasolina del tanque de un automóvil para que este no funcione.

En el estudio clínico llamado HERO, fue menos probable que el relugolix causara problemas de corazón graves, comentó el doctor Neal Shore, del Carolina Urologic Research Center (CURC), encargado principal del estudio clínico en que se fundamentó la aprobación. El doctor Shore destacó la importancia de este hallazgo porque antes la leuprorelina y otras TPA se había vinculado con un aumento en el riesgo de problemas cardíacos, como ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca.

“Para mí, esta [aprobación] es notable”, dijo el doctor Shore. “Muchos de los pacientes que reciben la terapia de privación de testosterona como tratamiento inicial corren riesgo de complicaciones cardíacas”.

Debido al efecto superior del relugolix en la disminución de la testosterona y la seguridad en cuanto a problemas cardíacos, comentó el doctor Shore, “es perfectamente posible plantear” que se prefiera la TPA para tratar a los hombres con cáncer de próstata avanzado.

La doctora Alicia Morgans, que se especializa en el tratamiento del cáncer de próstata en el Centro Oncológico Robert H. Lurie de la Universidad Northwestern, en general estuvo de acuerdo.

“Creo que este es un nuevo tratamiento de referencia para los hombres con cáncer de próstata [avanzado]”, dijo la doctora Morgans. “Disminuyó las concentraciones de testosterona de forma significativa y eficaz, que es lo que manipulamos para tratar de controlar el cáncer de próstata”.

Añadió que quizás no “reemplace todas las opciones [de TPA] en todos los pacientes, pero en definitiva es un nuevo estándar que parece seguro y eficaz”, en especial para los hombres a quienes les preocupa el posible riesgo cardíaco.

La meta es controlar la testosterona

El cáncer de próstata confinado en la próstata se suele tratar con cirugía o radioterapia. Una vez que se disemina fuera de la próstata, ya sea a los tejidos cercanos o a otras partes del cuerpo (como el hueso o el hígado), se suele tratar con TPA.

Aunque hay varios medicamentos para la TPA, la opción más común en los Estados Unidos es la leuprorelina. La leuprorelina es un agonista de la hormona liberadora de hormona luteinizante (LHRH) que también se llama agonista de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH). Este medicamento actúa en la hipófisis, una glándula pequeña en el cerebro que produce una hormona que a la larga disminuye la producción de testosterona en los testículos. Por lo general se aplica una inyección intramuscular una vez cada varios meses.

Este tipo de disminución en la producción de testosterona hasta lograr concentraciones muy bajas mediante el uso de medicamentos se suele llamar castración médica o química, porque se obtiene el mismo resultado que con la extirpación de los testículos.

El relugolix se conoce como un antagonista de LHRH (o de GnRH). También afecta a la hipófisis, pero bloquea de forma mucho más directa y rápida la producción de testosterona en los testículos. Además, los pacientes toman el medicamento en píldora todos los días.
 

“No pensamos que esto se podía mejorar porque… durante décadas tuvimos estrategias eficaces para bajar la testosterona con buenos medicamentos ”, dijo la doctora Morgans sobre la TPA. Añadió que elaborar medicamentos como el relugolix es importante porque “surgió de algo que hicimos desde siempre y se buscó mejorarlo”.

Mejoras en la privación de testosterona y disminución del riesgo cardíaco

Más de 900 hombres con cáncer de próstata avanzado cuyos tumores aún se relacionaban con la testosterona (que se conoce como cáncer de próstata sensible a las hormonas) se inscribieron en el estudio HERO, financiado por Myovant Sciences, el fabricante de relugolix.

Los participantes se asignaron al azar al tratamiento diario con relugolix por 48 semanas o a las inyecciones de leuprorelina cada 3 meses por la misma duración.

Alrededor del 97 % de los hombres que se trataron con relugolix obtuvieron y mantuvieron concentraciones de testosterona muy bajas durante las 48 semanas, en comparación con el 89 % de los hombres que recibieron leuprorelina. Además, los hombres del grupo de relugolix obtuvieron resultados mucho mejores en otros aspectos, como volver a concentraciones de testosterona normales a los pocos meses de dejar la terapia.

Este último hallazgo es “muy importante”, señaló el doctor Shore. Explicó que la privación de testosterona por mucho tiempo lleva a efectos secundarios importantes, incluso fatiga, sofocos y problemas en los huesos. En la práctica clínica, la TPA solo se podría usar por poco tiempo, como cuando se administra junto con la radioterapia.

“O sea que si la concentración de testosterona regresa a valores normales más pronto después de dejar la TPA, para mí eso es una gran ventaja”, comentó.

En general los efectos secundarios son parecidos en ambos grupos de tratamiento, aunque la diarrea fue más común en los hombres que recibieron relugolix. La mayor diferencia, sin embargo, fue el efecto en el corazón: en el grupo de leuprorelina el doble de hombres (6,2 %) tuvo un “acontecimiento adverso importante” (como un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular) en comparación con el grupo de relugolix (2,9 %).

Cuando los investigadores del estudio HERO examinaron los casos de hombres con antecedentes de problemas cardíacos, la diferencia en la frecuencia de estos efectos secundarios cardíacos fue aún más notable:  17,8 % en el grupo de leuprorelina frente al 3,6 % en el grupo de relugolix.

En la última década se prestó más atención a estos posibles riesgos cardíacos por la TPA con agonistas de LHRH a largo plazo como la leuprorelina, comentó el doctor Shore. Agregó que, en las conversaciones con colegas especializados en el estudio y el tratamiento de los efectos cardíacos por las terapias del cáncer, “ellos mencionan que la probabilidad de que un hombre que suele recibir TPA tenga un problema cardíaco es mayor al 30 o 40 %”.

Efecto en la atención cotidiana

La doctora Fatima Karzai, de la Unidad de Cánceres Genitourinarios del Centro de Investigación Oncológica del NCI, dice que el relugolix es una “opción fascinante” para los hombres con cáncer de próstata avanzado. Queda claro que será útil para los hombres con cáncer de próstata avanzado que también tienen enfermedad cardiovascular, señaló la doctora Karzai.

Aunque los participantes del estudio que recibieron relugolix presentaron un riesgo mucho menor al 50 % de problemas cardíacos graves, la doctora dijo que no está claro por qué es menos peligroso para el corazón. Explicó que en algunos estudios se indica que la manera diferente en que funcionan los dos medicamentos también podría influir en el efecto que tiene en los depósitos de placa en el sistema cardiovascular

El relugolix no es el primer antagonista de la GnRH que la FDA aprueba para tratar a hombres con cáncer de próstata avanzado. El degarelix (Firmagon) se aprobó hace más de una década. Pero el degarelix se inyecta una vez al mes y a veces causa un dolor intenso en el lugar de la inyección, lo que limita mucho su uso.

La doctora Karzai observó que todavía hay dudas sobre el uso del relugolix para tratar a los pacientes. Por ejemplo, tomar una píldora todos los días podría ser un problema, en comparación con una inyección de leuprorelina u otro medicamento cada varios meses. 

Aunque la doctora Morgans estuvo de acuerdo con que esta podría ser una preocupación, dijo que los hombres con cáncer de próstata avanzado también reciben otros medicamentos en píldoras y en general siguen bien las indicaciones para tomarlas. 

La opción de tomar una píldora en casa en vez de viajar hasta el consultorio del médico para recibir una inyección es en definitiva una ventaja, comentó la doctora Morgans. “Es bueno que los pacientes tengan este control”.

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