Ocho factores podrían vincular desigualdades entre índices de mortalidad por cáncer e ingresos
, por Equipo del NCI
Las personas que viven en condados de ingresos bajos y medianos en los Estados Unidos tienen una mayor probabilidad de morir por cáncer que quienes viven en condados de ingresos altos. Según un nuevo estudio, hay ocho factores, incluidos la falta de acceso a una atención médica de alta calidad, inseguridad en la alimentación, tabaquismo y obesidad, que pueden explicar más de 80 % de la relación existente entre la pobreza y las desigualdades en los índices de mortalidad por cáncer a nivel de condados.
Aunque se sabe muy bien que algunos de esos factores están asociados al cáncer, el estudio es el primero que vincula inseguridad de la alimentación con un aumento del riesgo de muerte por cáncer. Los resultados se publicaron el 5 de octubre en JAMA Network Open.
Comprender los factores que influyen sobre las desigualdades geográficas en los índices de mortalidad por cáncer ayudará a los investigadores a formular y evaluar intervenciones para abordar estos factores a nivel local.
"Durante los últimos años ha habido un mayor reconocimiento de que las desigualdades geográficas son realmente importantes y necesitan mayor atención, pero el problema ha sido tratar de explicar dicha variación geográfica", dijo el doctor Robert Croyle, director de la División de Control del Cáncer y Ciencias Demográficas del NCI, quien no participó en el estudio.
"Pienso que este nuevo trabajo es una contribución importante para desenmarañar los diferentes factores subyacentes a estas variaciones y para comprender su importancia relativa", agregó el doctor.
Búsqueda de los vínculos entre ingresos y desigualdades a nivel de los condados
La reciente reducción de los índices generales de mortalidad por cáncer varía en diferentes lugares de los Estados Unidos. Incluso, los índices han aumentado en algunas regiones del país en las últimas décadas. Un estudio publicado el año pasado mostró que, en 2014, en el condado con el mayor índice general de mortalidad por cáncer había alrededor de 7 veces más muertes por cáncer por cada 100 000 residentes que el condado con el menor índice general de mortalidad por cáncer.
En un nuevo estudio, los investigadores dirigidos por los doctores Jeremy O’Connor y Cary Gross, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, midieron la relación entre la mediana de los niveles de ingreso familiar en condados de todos los Estados Unidos con los índices de mortalidad por cáncer en esos condados en 2014; esa información se obtuvo del Centro Nacional para Estadísticas de Salud.
Luego, buscaron los factores que posiblemente podrían explicar la relación entre el ingreso a nivel del condado y los índices de mortalidad por cáncer. En modelos estadísticos, se analizaron treinta y ocho factores que se sabe son importantes para la salud pública. El doctor Gross explicó que, "no se trata simplemente de que la falta de dinero en el bolsillo [directamente] haga que alguien muera por cáncer; tiene que haber otros pasos en el proceso". Dichos pasos intermedios se conocen como mediadores.
Estos factores varían desde comportamientos de riesgo para la salud, como fumar e inactividad física, hasta la posibilidad de pagar y la calidad de la atención médica disponible en un condado determinado. Se reunieron datos de posibles mediadores provenientes de fuentes que incluyeron a Robert Wood Johnson Foundation County Health Rankings, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el NCI y la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
Se destaca la necesidad de actuar más allá de los comportamientos
Los investigadores encontraron variaciones considerables en los índices de mortalidad por cáncer en todos los condados de ingresos bajos, medianos y altos, confirmando así los hallazgos de estudios previos. En condados de ingresos bajos, el índice promedio de muerte por cáncer en 2014 fue 230 por cada 100 000 personas, en comparación con 205 por cada 100 000 personas en condados de ingresos medianos y 186 por cada 100 000 personas en condados de ingresos altos.
Cuando analizaron los "puntos calientes" geográficos con los índices de mortalidad por cáncer más altos, los investigadores encontraron que muchos de estos estaban compuestos por condados de bajos ingresos.
De los 38 factores que el equipo evaluó en sus modelos, ocho operaron como mediadores de la relación entre el ingreso y las desigualdades en los índices de mortalidad por cáncer a nivel de condados. El mediador individual más influyente fue la inseguridad de la alimentación, o sea el porcentaje de la población en un condado que carece de una fuente confiable de alimentos.
"No esperaba que fuera este factor el que se presentara como el mediador más grande, pero tiene sentido", dijo el doctor Gross. "Se sabe muy bien que la inseguridad en la alimentación está asociada con obesidad, que en sí mismo es ciertamente un factor de riesgo para el cáncer. Incluso, puede también ser un marcador de tener que depender de alimentos no saludables".
El segundo mediador más influyente fue la calidad de la atención médica disponible, seguido de tabaquismo e inactividad física. Otros mediadores fueron la disponibilidad de atención médica a bajo costo, políticas de lugares libres de tabaco, pagos de Medicaid a los estados y obesidad. En conjunto, los ocho mediadores representaron más del 80 % de las desigualdades por ingresos observadas en los índices de mortalidad por cáncer a nivel de los condados.
Los resultados del estudio destacan la necesidad de enfocarnos tanto en problemas de comportamiento como estructurales, a fin de reducir las desigualdades en los índices de mortalidad por cáncer, dijo el doctor Gross.
"Es fundamental que nos enfoquemos en factores de comportamiento como ayudar a las personas a adelgazar y a hacer ejercicio y a dejar de fumar", explicó el doctor. "Pero por otro lado, debemos también realmente entender y abordar estos problemas estructurales, tales como la falta de atención médica de alta calidad y a bajo costo y la carencia de alimentos saludables, accesibles y de bajo costo", comentó el doctor.
Cómo comprender cuáles son las intervenciones que funcionan
Otro hallazgo importante del estudio, explicó el doctor Gross, fue que dentro de los condados de bajos ingresos, todavía existe una variación considerable en la mortalidad por cáncer. "No siempre es tan simple como los ricos frente a los pobres. Incluso dentro de los condados de ingresos más bajos, algunos están mucho mejor que otros", dijo el doctor. "Hubo algunos condados de bajos ingresos con mejores índices de mortalidad por cáncer que algunos de los condados de ingresos altos. Por lo tanto, ¿qué podemos aprender de estos condados que quizá pueda emularse?"
Es necesario realizar más investigaciones in situ para confirmar estos resultados, dijo el doctor Croyle. "Probar intervenciones que actúan sobre estos factores, y analizar luego el impacto subsiguiente en las desigualdades, es realmente la fase de investigación siguiente y la evidencia que se necesita para planificar el control del cáncer", explicó el doctor.
En el presente, el programa rural de investigación para el control del cáncer del NCI se concentra en comunidades de bajos ingresos con la esperanza de abordar estas desigualdades. El NCI difundió recientemente un pedido de propuestas de subvención para intervenciones que mejoran el alcance y la calidad de la atención del cáncer en poblaciones rurales.
"Esperamos que en el futuro podamos continuar con otras iniciativas que actúan más sobre la salud pública y los factores de riesgo de comportamiento. Un enfoque puramente de atención médica o puramente de salud pública será insuficiente para abordar las desigualdades", concluyó el doctor Croyle.