Descienden los índices de mortalidad por cáncer en EE. UU., pero algunas regiones están atrasadas, indica un estudio
, por Equipo del NCI
Los índices de muertes por cáncer en los Estados Unidos disminuyeron en 20 % entre 1980 y 2014, según un nuevo estudio del Instituto de Evaluación y Medición de la Universidad de Washington.
Sin embargo, estos logros no se distribuyeron equitativamente en todo el país. En 160 de los 3000 condados aproximados de Estados Unidos, la mortalidad por cáncer aumentó sustancialmente durante el mismo período de tiempo.
Las desigualdades en mortalidad entre algunos condados fueron absolutas, concluyeron los investigadores. En 2014, por ejemplo, el condado con la mayor mortalidad por cáncer en general tuvo alrededor de 7 veces más muertes por cáncer por 100 000 residentes que el condado con menor mortalidad por cáncer en general.
Aunque las desigualdades en la incidencia de cáncer y mortalidad están bien documentadas, el doctor Ali Mokdad, quien dirigió el estudio, dijo que la magnitud de las desigualdades observadas en este estudio fue "una sorpresa".
Los resultados fueron publicados el 24 de enero en JAMA.
Grietas del sistema
Para la realización del estudio, el doctor Mokdad y sus colegas analizaron datos de muertes de 29 tipos de cáncer registrados por el Centro Nacional de Estadística de Salud (NCHS) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y compararon los datos con los recuentos recogidos por la Oficina del Censo, CNES, y la Base de Datos de Mortalidad Humana.
Estudios anteriores habían observado las variaciones de la mortalidad a nivel estatal, pero ninguno examinó las diferencias a un nivel de condados. Estas diferencias granulares son importantes, explicó el doctor Mokdad, ya que las intervenciones de salud pública están, en última instancia, diseñadas y suministradas localmente.
En general, los investigadores encontraron que los índices de mortalidad por cáncer en EE. UU. descendieron de casi 240 muertes por cáncer por 100 000 personas en 1980 a 192 por 100 000 en 2014.
No obstante, las desigualdades en mortalidad a nivel de condados de hecho se ampliaron durante el mismo período. En 1980, el índice más bajo de mortalidad a nivel de condados fue cerca de 130 por 100 000, y el más alto fue cerca de 380 por 100 000. En 2014, el condado con menor mortalidad por cáncer en general vio cerca de 70 muertes por cada 100 000 habitantes, y el condado con mayor mortalidad tuvo más de 500 muertes por cada 100 000 habitantes.
Se encontraron focos de alta mortalidad en muchos estados, incluso en Kentucky, Virginia Occidental, Alabama y Alaska.
El doctor Mokdad explicó que cuatro factores principales impulsan estas desigualdades. Uno es el nivel socioeconómico; la gente con mayores ingresos y grados de educación tienen más probabilidad de buscar asesoramiento médico y tiene los medios para hacerlo, dijo él. El segundo es el acceso a la atención de la salud; muchas personas en los Estados Unidos carecen de seguro médico o tienen seguros deficientes, con planes que no cubren algunos cuidados preventivos.
El tercero, añadió él, es la calidad de la atención de salud disponible: si los pacientes son vistos y reciben tratamiento con prontitud y tienen un seguimiento apropiado después del tratamiento. El cuarto factor es la presencia de los factores de riesgo, como el tabaquismo, la obesidad y la falta de actividad física, que difieren ampliamente en todo el país.
Las variaciones a nivel de condados en estos factores reflejaron tendencias que los investigadores observaron en la mortalidad por tipos individuales de cáncer.
El doctor Mokdad, por ejemplo, señaló lo que los investigadores observaron cuando identificaron los índices de mortalidad por cáncer de pulmón a nivel de condados contra los índices de tabaquismo a ese nivel. “En donde existe un tabaquismo alto, hay un alto cáncer de pulmón", dijo él.
Otras desigualdades—, como una que los investigadores encontraron en las muertes por cáncer testicular— son más probables debido a problemas sistémicos en el sistema de atención de salud, continuó él.
“El índice de supervivencia de cáncer testicular está por encima de 95 %, así que, en teoría, casi nadie debería morir por eso", dijo el doctor Mokdad. “Cuando se ve que gente está muriendo, entonces se sabe que hay problemas de acceso a la atención de salud y de calidad".
¿Demasiado poco?
El análisis de la mortalidad por cáncer a un grado más granular es importante, dijo el doctor Eric Durbin, director de informática del cáncer para el registro de cáncer de Kentucky en el Centro Oncológico Markey de la Universidad de Kentucky.
“Realmente no tenemos otra forma de orientar las actividades de prevención y de control del cáncer más que utilizar [esos] datos", dijo el doctor Durbin. “De lo contrario, estamos tirando el dinero o recursos a un problema sin ninguna forma de medir el impacto".
Tener datos regionales sobre resultados como la mortalidad por cáncer puede ayudar a los investigadores a idear y probar intervenciones, continuó él.
“Entonces podemos medir el éxito o el fracaso de esas intervenciones basándonos en los datos. Si tienen éxito, deberemos ver los cambios en la incidencia y mortalidad", dijo él.
Sin embargo, el doctor Durbin recomendó ejercer extrema precaución cuando las hipótesis se basan en los cambios en la mortalidad en los datos a nivel de condados, especialmente condados rurales o condados de escasa población.
Él citó el ejemplo del condado Owsley, en Kentucky, que se destacó en el informe como el condado que tiene el mayor aumento en los índices de mortalidad por cáncer de pulmón entre 1980 y 2014, y el índice más alto para las mujeres en 2014. El condado Owsley es el segundo condado de población más escasa en Kentucky, explicó el doctor Durbin, lo que hace que las mediciones de un año al siguiente de mortalidad por cáncer "sean muy inestables".
Del año 2000 al 2005, señaló él, hubo un aumento de 214 % en la mortalidad por cáncer en el condado Owsley, "lo cual suena horrible. Pero, cuando se da uno cuenta de que este condado tiene una población relativamente pequeña y relativamente pocos casos de cáncer al año, —no más de seis a diez o algo así,— solo unos pocos casos adicionales al año pueden resultar en estas oscilaciones aparentemente dramáticas en la mortalidad. De la misma forma, la mayor reducción de 200 % en la mortalidad por cáncer de pulmón que se observó en el condado Owsley de 2005 a 2011 no fue tan notable".
Debido a esta limitación en la recolección de datos precisos a nivel de condado, los programas de control de cáncer impulsados por datos en Kentucky están organizados— y medidos— por regiones, llamadas Distritos de Áreas en Desarrollo, explicó el doctor Durbin. Estos grupos de 5 a 10 condados adyacentes con una geografía y factores de riesgo similares han demostrado ser lo suficientemente pequeños como para permitir intervenciones personalizadas pero lo suficientemente grandes como para proporcionar datos estables sobre la incidencia de cáncer y la mortalidad.
Por ejemplo, empezando en 2002, Kentucky se concentró en intervenciones de salud pública en estos distritos para mejorar sus índices de exámenes de detección de cáncer colorrectal, que subieron desde el segundo peor lugar en el país hasta el vigésimo desde arriba, dijo él.
“Lo que fue realmente interesante de esto fue que, poco después de haber empezado la intervención, nuestro estado vio inmediatamente que nuestros [cáncer colorrectal] índices de incidencia empezaron a bajar. Desde entonces, bajaron casi cada uno de los años siguientes, y la mortalidad ha bajado también”, añadió él.
“No es posible cambiar nada en el ámbito de la salud pública a menos que se pueda medir y verificar", dijo el doctor Mokdad. “Queríamos que los condados supieran sus 'números', y capacitar a los profesionales de salud pública para que actuaran".