Un momento importante en el control del tabaco
, por Doctores Robert Croyle y Michele Bloch
Este domingo pasado, 26 de noviembre de 2017, marcó un momento único en la historia de la salud pública en los Estados Unidos. En este día, en los principales periódicos (en línea e impresos), las tres compañías tabacaleras principales de los Estados Unidos publicaron la primera de lo que será una serie de cinco “declaraciones correctivas” acerca de sus productos.
El próximo año, las mismas declaraciones aparecerán también como spots de TV durante las horas de transmisión de mayor presencia de televidentes.
Habiéndose originado de una batalla legal que duró 17 años, estas declaraciones ordenadas por la corte —que cubren cinco áreas temáticas diferentes— explicarán en lenguaje sencillo la realidad de los daños causados por los productos de tabaco y expondrán las ideas equívocas comunes acerca de los cigarrillos.
Las declaraciones correctivas son el resultado de una demanda federal de fraude organizado entablada contra las compañías tabacaleras en 1999 por el Departamento de Justicia (DOJ). Inicialmente, se ordenó a las compañías que publicaran declaraciones correctivas en 2006, pero se retrasaron más de una década debido a apelaciones legales.
Habiéndose resuelto las apelaciones finalmente por el momento, las declaraciones empezaron a aparecer ahora.
Y es seguro decir que, como uno de los que respaldaron con mayor intensidad la investigación sobre el daño de los productos de tabaco así como sobre los medios de prevenir y controlar el consumo de tabaco, el NCI hizo importantes contribuciones a este caso.
‘Décadas de decepción deliberada’
Las declaraciones correctivas ordenadas por la corte son solo un elemento de un juicio contra las compañías tabacaleras— Altria; su subsidiaria Philip Morris USA; R.J. Reynolds Tobacco y Lorillard, cuyas marcas son vendidas ahora por R.J. Reynolds y por ITG Brands.
Áreas cubiertas por las declaraciones correctivas
- Efectos adversos para la salud por fumar cigarrillos
- Propiedades adictivas de fumar cigarrillos y de la nicotina
- Beneficio nulo para la salud por fumar cigarrillos “bajos en alquitrán”, “lights”, “ultra lights”, “mild” o “naturales”.
- Manipulación del diseño y composición de los cigarrillos por las empresas tabacaleras para mejorar el suministro de nicotina
- Efectos adversos para la salud de la exposición al humo de tabaco en el ambiente.
La corte permitió a seis organizaciones de salud pública que se unieran a la demanda contra las compañías tabacaleras como interventoras. Los grupos de interventores incluyen a la American Cancer Society, la American Lung Association, la American Heart Association, al Tobacco-Free Kids Action Fund, a Americans for Nonsmokers' Rights, y a la National African American Tobacco Prevention Network.
Las declaraciones correctivas son uno de los cuatro recursos jurídicos incluidos en la sentencia con el fin de “prevenir y frenar” a las compañías tabacaleras de que continúen con sus acciones de muchos años para oscurecer la verdad acerca de los efectos para la salud y la naturaleza adictiva de sus productos.
Gladys Kessler, como juez que supervisó el caso, escribió en su opinión de casi 1700 páginas, “Los acusados han conocido muchos de estos hechos desde hace 50 años o más por lo menos. A pesar de ese conocimiento, ellos han consistentemente, repetidamente, y con habilidad enorme y sofisticación, negado estos hechos al público, al Gobierno, y a la comunidad de salud pública”.
Por sentencia de la corte, las compañías deben: 1) publicar las declaraciones correctivas como anuncios de toda una página en al menos 50 periódicos del país, en 5 números que aparezcan desde el final de noviembre hasta principios de marzo; y 2) una vez a la semana durante un año, transmitirlas en spots de 30 y 45 segundos a horas de más televidentes en las principales redes televisivas.
Apoyo a la investigación sobre el tabaco, aportación de evidencia firme
Como dependencia de investigación, el NCI no tiene un papel directo en esta demanda. Sin embargo, la investigación financiada por el NCI fue citada con frecuencia en el caso y se pidió a muchos investigadores financiados por el NCI que fueran testigos de los resultados de sus investigaciones.
Estas investigaciones incluyeron resultados de los efectos dañinos para la salud por el tabaco, la forma en que las compañías tabacaleras manipulan sus productos para hacerlos más adictivos y usan la comercialización y otros medios para enfocarse en los adolescentes, y en el impacto mortal de la exposición al humo del tabaco en el ambiente.
Por ejemplo, como la juez Kessler encontró, durante decenas de años, las compañías tabacaleras idearon y ejecutaron “una estrategia extensa para debilitar y distorsionar la evidencia” del humo de tabaco en el ambiente como un peligro para la salud con el fin de “engañar al público, distorsionar las pruebas científicas, evitar los descubrimientos adversos por las agencias del gobierno y evitar las restricciones del aire en el interior”.
Una monografía del NCI sobre el control del tabaco que se usó durante el juicio, no obstante, mostró que la exposición de quienes no fuman al humo de tabaco en el ambiente está asociada con problemas graves para la salud, incluyendo enfermedades respiratorias y cardiovasculares, cáncer, y efectos en el desarrollo de los bebés.
Las compañías tabacaleras han comercializado también los cigarrillos con descripciones de salud como “light” y “de bajo contenido de alquitrán”, entre otras, para desalentar a los fumadores a que dejen de fumar, al sugerir que esos cigarrillos tenían menos peligro que los cigarrillos convencionales. No obstante, la investigación apoyada por el NCI estableció firmemente que el uso de esos cigarrillos es simplemente tan tóxico y peligroso como el uso de cigarrillos convencionales, y la juez Kessler encontró que , “[como] el Instituto Nacional del Cáncer concluyó en la Monografía 13, los descriptores [de salud} son inherentemente engañosos”.
Como parte del caso, el Departamento de Justicia pidió también al NCI que evaluara el texto posible de las declaraciones correctivas, para ayudar a proveer a la corte un fundamento científico para determinar en qué forma las declaraciones propuestas afectarían a los consumidores. La investigación determinaría también si las declaraciones que se probaron podrían tener consecuencias no deseadas, como "efecto de bumerán” que ocurre cuando una campaña tiene el efecto opuesto del deseado.
El análisis fue dirigido por el doctor Kelly Blake del Programa de Investigación Conductual de la División de Control de Cáncer y Ciencias Demográficas, y se efectuó en 2010-2011 y se sometió como Informe Pericial del caso. Aunque la corte no dependió del informe del doctor Blake, la investigación provee una base para que el NCI y los investigadores de extramuros consideren cómo las declaraciones ordenadas por la corte serán recibidas por el público.
Un desafío permanente
El papel del NCI en esta demanda es solo una pequeña parte de nuestro compromiso mayor y continuo para reducir los índices de tabaquismo en los Estados Unidos y en otras partes.
Por ejemplo, estamos financiando investigación para responder a los índices siempre altos de consumo de tabaco entre las personas del estrato socioeconómico más bajo y en algunos grupos raciales o étnicos. Esto es importante porque, como se explica en la recientemente publicada monografía de control del tabaco del NCI, Un Planteamiento Socioecológico para Responder a las Desigualdades en Salud Relacionadas con el Tabaco, investigación para entender y responder a las desigualdades en salud relacionadas con el tabaco es de creciente importancia para reducir el gravamen del cáncer en los Estados Unidos.
Hemos también lanzado una nueva iniciativa para ayudar a los fumadores que son diagnosticados con cáncer para que dejen de fumar, que los estudios han mostrado pueden mejorar sus resultados. Y seguimos añadiendo nuevos recursos e instrumentos a todo nuestro sitio web para dejar de fumar, espanol.smokefree.gov.
Estos son solo algunos ejemplos del trabajo que estamos haciendo para reducir los índices de consumo de tabaco entre los jóvenes y los adultos. Y eso es importante, ya que, a pesar de nuestro éxito en reducir drásticamente los índices de tabaquismo en las últimas décadas, no podemos permitirnos ser complacientes: en 2015, 36,5 millones de adultos estadounidenses (15,1 %) fumaban cigarrillos y, por lo tanto, tienen un alto riesgo de padecer cáncer y otras enfermedades graves.
Como hemos visto, el consumo de tabaco es un desafío constante, pero es uno al que estamos comprometidos en responder ahora y en el futuro.