La fatiga y el cáncer

¿Qué es la fatiga relacionada con el cáncer?

La fatiga relacionada con el cáncer es una afección que causa el cáncer, o el tratamiento de este, por la que la persona siente un cansancio o agotamiento extremos. Algunas personas con cáncer tienen fatiga extrema la mayor parte del tiempo y no pueden realizar sus tareas habituales. Otras, solo se sienten muy cansadas. También se llama fatiga relacionada con el tratamiento del cáncer, cansancio excesivo o astenia tumoral. 
 
Este tipo de fatiga es diferente a cualquier otro cansancio que haya sentido antes. En una persona sana, el cansancio suele estar relacionado con la actividad física, y desaparece después de descansar o dormir. Sin embargo, la fatiga relacionada con el cáncer no se alivia por completo con el sueño ni con el descanso, y en ocasiones se presenta después de hacer poca o ninguna actividad.

La fatiga relacionada con el cáncer es común

La fatiga es uno de los efectos secundarios más comunes del tratamiento del cáncer. Más del 80 % de las personas con cáncer presentan cansancio extremo cuando reciben quimioterapia o radioterapia.

La fatiga relacionada con el cáncer se puede presentar en cualquier momento

Es posible que la fatiga aparezca antes, durante o después del tratamiento del cáncer. Si bien a veces es un síntoma temprano del cáncer, otras veces se produce por el estrés que causa el diagnóstico de esta enfermedad. En ocasiones empeora de forma gradual a medida que transcurre el tratamiento o surge de repente, pero suele disminuir después de que este termina. Sin embargo, con frecuencia algunas personas siguen sintiendo fatiga meses o años más tarde.

La fatiga relacionada con el cáncer afecta muchos aspectos de la vida

La fatiga afecta las actividades cotidianas, así como la vida familiar, laboral y social. Si bien la sensación de cansancio extremo a veces es abrumadora, el equipo de atención de la salud puede ayudarle a encontrar formas de controlarla, tratarla y afrontarla, que se ajusten a sus circunstancias.

Síntomas de la fatiga relacionada con el cáncer

Enfermera con uniforme azul oscuro que señala una tableta electrónica mientras mira a una mujer con cáncer que sonríe con serenidad, tiene la mano izquierda sobre el pecho y lleva un pañuelo de color beige en la cabeza y viste ropa de color claro.

Cuando uno tiene cáncer, es normal sentir mucho cansancio físico y emocional. El equipo de atención de la salud puede ayudarle a identificar y tratar las causas de la fatiga (cansancio extremo) para aliviarla.

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La forma en que se siente la fatiga depende de factores como el tipo, el estadio y el tratamiento del cáncer, así como de su salud física y emocional general, nutrición y patrones de sueño.  
 
Los síntomas de la fatiga relacionada con el cáncer son los siguientes: 

  • Falta de energía; sensación de cansancio, desgaste o letargo extremos.
  • Dificultad para moverse; sensación de pesadez o lentitud.
  • Dificultad para pensar, recordar o prestar atención.
  • Agotamiento físico, emocional o mental.
  • Falta de descanso, incluso después de haber dormido.

Causas de la fatiga relacionada con el cáncer

El cáncer, los tratamientos de esta enfermedad y los efectos secundarios de dichos tratamientos pueden causar fatiga. Por otro lado, el estrés, los cambios en su rutina y otras afecciones médicas, también provocan cansancio en exceso.

Fatiga producida por el cáncer

A veces, en una persona con cáncer, el origen de la fatiga es el cáncer en sí. Las células cancerosas usan las calorías y los nutrientes que el cuerpo necesita para obtener energía, lo que hace que usted sienta un cansancio excesivo. Además, el cáncer a veces produce la liberación de citocinas, unas sustancias que elabora el cuerpo de forma natural para ayudar a combatir las infecciones y el cáncer, pero que, cuando se liberan en concentraciones altas, causan fatiga. De igual forma, la caquexia, un síndrome que consiste en la pérdida de masa muscular y de peso en las personas con cáncer, en ocasiones también provoca cansancio extremo.
 
Los siguientes tipos de cáncer son más propensos a causar fatiga que otros:

  • Cánceres de la sangre, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple. Estas enfermedades afectan la médula ósea, lo que hace que para el cuerpo sea difícil producir células sanguíneas sanas. Si el recuento de glóbulos rojos es bajo, los tejidos del cuerpo no reciben suficiente oxígeno y esto provoca fatiga. 
  • Cáncer de mama y cáncer de próstata. Estas enfermedades producen fatiga debido a que afectan las concentraciones hormonales. 
  • Cánceres del aparato digestivo, como el cáncer de estómago y el cáncer colorrectal. Estas enfermedades afectan la manera en que el cuerpo procesa y usa los alimentos, lo que también causa fatiga.

Fatiga producida por los tratamientos del cáncer

Es posible que muchos tratamientos del cáncer reduzcan su nivel de energía; aunque cada uno de ellos afecta de forma diferente. Además, el programa y las dosis, así como recibir más de un tratamiento, influyen en la intensidad de la fatiga y en qué momento el cansancio es peor. Los siguientes tratamientos causan fatiga:

  • Cirugía. La fatiga es común después de una cirugía debido a que el cuerpo usa la energía para sanar. Los medicamentos para el dolor que se administran después de la cirugía a veces también causan cansancio en exceso. La fatiga relacionada con la cirugía suele mejorar con el tiempo, pero es posible que se prolongue cuando se combina con otros tratamientos.
  • Quimioterapia. Durante la quimioterapia se destruyen tanto las células cancerosas como las sanas, lo que causa fatiga. Algunas personas se sienten más cansadas después de recibir cada quimioterapia, mientras que otras sienten que la fatiga es más intensa hacia la mitad del curso de tratamiento. La fatiga disminuye después de que la quimioterapia termina, pero es posible que usted no sienta que volvió a la normalidad hasta que haya transcurrido un mes o más.
  • Radioterapia. Los médicos no entienden del todo por qué la radioterapia causa fatiga. Por lo general después de que comienza la radioterapia, la fatiga aumenta hasta la mitad del curso de tratamiento y se mantiene más o menos igual hasta el final de este.
  • Otros tratamientos. Las terapias hormonales, las inmunoterapias y las terapias dirigidas en ocasiones causan fatiga. El momento en que aparece la fatiga, así como el momento en que se alivia, dependen de los tratamientos específicos y los efectos secundarios que tenga.

Fatiga producida por los efectos secundarios del tratamiento del cáncer

Los siguientes efectos secundarios del tratamiento del cáncer causan o empeoran la fatiga:

  • Anemia. Ciertos tipos de quimioterapia impiden que la médula ósea elabore suficientes glóbulos rojos. Esto provoca anemia (muy pocos glóbulos rojos que transporten oxígeno a los tejidos del cuerpo), una afección que reduce el nivel de energía.
  • Falta de apetito. La energía del cuerpo proviene de los alimentos. Si usted no come bien, es posible que el cuerpo no obtenga la energía que necesita.
  • Diarrea. Algunos tratamientos del cáncer causan evacuaciones intestinales (heces) sueltas frecuentes en las que el cuerpo pierde líquido y electrólitos. Esto provoca deshidratación y fatiga.
  • Sofocos. Ciertos medicamentos cambian las concentraciones hormonales. Esto a veces causa sofocos y sudores nocturnos que perturban el sueño.
  • Infección. El cuerpo usa energía para combatir las infecciones. Si tiene una infección, quizás tenga fiebre u otros  síntomas que causan fatiga.
  • Dolor. El dolor causa fatiga por muchas razones, como la falta de sueño que suele provocar. Además, este cansancio extremo puede empeorar con los analgésicos.
  • Problemas para dormir. Muchas personas con cáncer tienen problemas para dormir por la noche. Esto quizás se deba al cáncer, los medicamentos o a un patrón de sueño alterado, como dormir mucho durante el día.
  • Vómitos. A veces la quimioterapia causa náuseas y vómitos antes, durante o después de recibirla. Esto provoca deshidratación por la pérdida de líquidos corporales, y fatiga.

Fatiga producida por el impacto emocional del cáncer

Tener una enfermedad grave como el cáncer causa ansiedad, preocupación o miedo. Cuando el sufrimiento es intenso, puede provocar problemas físicos como fatiga, insomnio y pérdida de apetito. Para obtener información sobre las emociones que con frecuencia experimentan las personas con cáncer y las formas de afrontarlas, consulte Los sentimientos y el cáncer.
 
A veces, las personas con fatiga presentan depresión. Si bien es normal sentir tristeza ocasional, tener depresión no lo es ya que se trata de una afección más grave. Para obtener información sobre el sufrimiento y la ansiedad, consulte Adaptación al cáncer: Ansiedad y sufrimiento. Para obtener información sobre los síntomas y el tratamiento de la depresión, consulte Depresión.

Consulta médica para conversar sobre la fatiga relacionada con el cáncer

Hable con el equipo de atención de la salud si siente mucha debilidad o cansancio, en especial si no puede hacer las actividades normales, o si siente mucho cansancio, aún después de descansar o dormir.
 
Es posible que el médico le dé un registro o diario para que escriba todos los días la información sobre sus niveles de energía y la fatiga. Esta información, junto con las pruebas médicas, puede ayudar al médico a determinar cuál es, en su caso, la mejor manera de controlar o sobrellevar esta afección.

Preguntas para el personal médico, de enfermería o trabajo social sobre la fatiga relacionada con el cáncer

  • ¿Cuál es la causa más probable de mi fatiga?
  • ¿El tipo de cáncer que tengo o el tratamiento que recibo aumentan mi riesgo de fatiga?
  • ¿Qué puedo hacer para tener más energía? ¿Se recomiendan tratamientos médicos?
  • ¿Se recomienda hacer ejercicio? ¿Qué tipos de movimiento u otras actividades relajantes ayudan a las personas que tienen fatiga relacionada con el cáncer?   
  • ¿Cuánto debo dormir por la noche? ¿Cuánto descanso o sueño puede ser útil durante el día?
  • ¿Qué alimentos y bebidas recomienda? ¿Cuáles debo evitar?
  • ¿Qué signos o síntomas debo comunicarle?

Pruebas médicas que se usan para evaluar la fatiga

El equipo de atención de la salud evaluará si usted tiene afecciones que contribuyan a la fatiga; además, le harán un examen físico y un análisis de sangre para detectar anemia o infecciones.

Es posible que también le formulen una serie de preguntas estándar sobre su nivel de cansancio y cómo este afecta su vida cotidiana. A esto se le llama evaluación de la fatiga. El equipo de atención de la salud repetirá esta evaluación para saber si hay un patrón cuando se inicia la fatiga y cuando esta empeora. Esta información ayudará a decidir la mejor manera de prevenirla, controlarla o tratarla. Se usa el mismo método para medir la fatiga en cada evaluación. Esto ayuda a observar los cambios con el paso del tiempo.

Tratamiento de la fatiga relacionada con el cáncer

Los equipos de atención de la salud a menudo tratan la fatiga mediante el alivio de las afecciones relacionadas. Elegirán un tratamiento según sus síntomas y la causa de esta afección, en caso de haberla identificado. Cuando se desconoce la causa, el médico tratará los síntomas y le enseñará cómo controlar o sobrellevar la fatiga.

Tratamiento médico para la fatiga relacionada con el cáncer

  • Tratamiento de la anemia. Los tratamientos para la anemia incluyen cambios en la alimentación, transfusiones de sangre o administración de medicamentos. Para obtener más información, consulte Anemia y el tratamiento del cáncer.
  • Tratamiento del dolor. Controlar el dolor con medicamentos reduce el cansancio, pero a veces, la fatiga es un efecto secundario de los analgésicos. Para disminuir el cansancio excesivo, quizás el médico recomiende cambiar el medicamento o ajustar la dosis y la hora del día en que lo toma. Para obtener más información sobre el control del dolor en las personas con cáncer, consulte Dolor.
  • Tratamiento de la depresión y la ansiedad. A veces, los sentimientos de estrés, miedo y desesperanza empeoran la fatiga. Los terapeutas de salud mental usan la terapia cognitivo-conductual y la terapia de conversación como ayuda para controlar estos sentimientos y, de esa manera, disminuir el cansancio extremo. Las personas con cáncer que tienen un diagnóstico de depresión, en ocasiones, reciben medicamentos antidepresivos como tratamiento para la fatiga.
  • Otras terapias que a veces ayudan a controlar la fatiga. Es posible que el equipo de atención de la salud recomiende terapia respiratoria para tratar la falta de aliento u otros problemas respiratorios que en ocasiones causan fatiga. También, quizás recomienden fisioterapia para aliviar problemas en los nervios o los músculos y conservar el funcionamiento físico y la fuerza durante el tratamiento y después de este.
  • Medicamentos para tratar la fatiga relacionada con el cáncer. Aunque no hay un tratamiento estándar para la fatiga, los siguientes medicamentos están en estudio para determinar su posible función en el control de esta afección:
    • Psicoestimulantes. Medicamentos que mejoran el estado de ánimo y ayudan a disminuir la fatiga y la depresión. Es posible que aumenten la energía y mejoren la capacidad de pensar y concentrarse en algunas personas con cáncer, pero la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aún no ha aprobado los psicoestimulantes como tratamiento de la fatiga.
    • Bupropión. Antidepresivo que está en estudio para tratar la fatiga de las personas que tienen cáncer con depresión o sin esta.
    • Corticoesteroides. Este tipo de medicamento está en estudio para el tratamiento de pacientes con cáncer avanzado. La dexametasona es un corticoesteroide que reduce la inflamación, pero tiene efectos secundarios indeseados.

Control de la fatiga relacionada con el cáncer

No siempre es posible eliminar la fatiga, pero hay formas de disminuirla o controlarla. Hable con su equipo de atención de la salud sobre las estrategias que puede intentar usar. Algunas opciones son las siguientes:

Mujer sin cabello y con ojos de color café oscuro que está sentada sobre una colchoneta para yoga, con las piernas cruzadas y las manos en posición de oración.

Las prácticas de cuidado personal, como hacer yoga o ejercicio, comer bien y descansar, pueden aumentar su nivel de energía. 

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  • Descansar y dormir.
    • Practique buenos hábitos de sueño. Es común que las personas que reciben tratamiento para el cáncer tengan cambios en los patrones de sueño o dificultad para dormir. Para obtener información sobre cómo controlar los problemas del sueño, en caso de tenerlos, consulte Trastornos del sueño.
    • Dedique tiempo para descansar durante el día. Si tiene cansancio, tome siestas cortas de menos de 1 hora. Tenga en cuenta que dormir demasiado en el día quizás no le permita dormir bien en la noche.
    • Comience con las actividades más relevantes. Selecciónelas según el grado de importancia y hágalas cuando tenga más energía. Limite las actividades que aumentan la fatiga.
  • Hacer ejercicio y actividad física. En ocasiones el ejercicio (como caminar) ayuda a las personas con cáncer a sentirse mejor y a tener más energía durante y después del tratamiento. Elija una actividad física que disfrute. Hable con su equipo de atención de la salud o con un fisioterapeuta para crear un plan de ejercicios apropiado para usted.
  • Consumir alimentos y bebidas de forma adecuada. Consulte con un nutricionista para obtener información sobre los alimentos y bebidas que contienen los nutrientes que necesita para mantener un buen nivel de energía. A muchas personas les resulta más fácil comer varias comidas pequeñas a lo largo del día en vez de 3 comidas grandes. Beba mucha agua y limite el consumo de cafeína y bebidas alcohólicas. Para obtener más información sobre consejos para comer bien, consulte el folleto Consejos de alimentación: antes, durante y después del tratamiento del cáncer.
  • Participar de prácticas físico-mentales. Se encontró que las prácticas físico-mentales como el qigong, el taichí y el yoga reducen la fatiga en las personas con cáncer. Muchas de estas prácticas combinan el movimiento, el estiramiento, el equilibrio y la respiración controlada con la meditación. Otros tratamientos posibles que ayudan a controlar la fatiga son las técnicas de relajación, las imágenes guiadas, la hipnosis y la acupuntura. Pregunte a su equipo de atención de la salud sobre programas relacionados disponibles en su comunidad. Para obtener más información, consulte Salud complementaria, alternativa o integral: ¿Qué hay detrás de estos nombres?
  • Tomar suplementos. El ginseng americano, en forma de capsulas de raíz de jengibre molida, a veces se usa para el tratamiento de la fatiga. También están en estudio en ensayos clínicos otros suplementos alimentarios, como la coenzima Q10 o la L-carnitina. Sin embargo, no hay evidencia que indique que estos suplementos reducen la fatiga relacionada con el cáncer. Para obtener más información, consulte Coenzima Q10.

Búsqueda de apoyo si tiene fatiga relacionada con el cáncer 

Si tiene fatiga relacionada con el cáncer, es posible que usted o sus cuidadores necesiten ayuda para sobrellevarla. Sepa que no es la única persona que se siente así, busque el apoyo de sus familiares, amigos y equipo de atención de la salud.

  • Apoyo de familiares y amigos. Los familiares y amigos pueden ayudar con las tareas importantes, como cocinar, limpiar y conducir. Para obtener consejos sobre cómo pedir ayuda, consulte Cambios para la familia.
  • Apoyo del equipo de atención de la salud . Si tiene dificultad para completar las actividades diarias, un miembro del personal de enfermería o un trabajador social puede ayudarle a encontrar servicios de asistencia para necesidades personales, como alimentación e higiene.
  • Apoyo para los cuidadores. Si cuida de alguien que tiene fatiga, es importante conocer los recursos disponibles. Para obtener más información, consulte Apoyo para cuidadores de personas con cáncer.