Teléfonos celulares y el riesgo de cáncer
¿Por qué preocupa que los celulares causen cáncer?
A las personas les preocupa que los teléfonos celulares (o móviles) causen cáncer u otros problemas de salud por dos motivos: los celulares emiten radiación (por radiofrecuencia o por ondas de radio), y mucha gente los usa. Un pequeño aumento en el riesgo de cáncer por el uso de los celulares sería preocupante porque los usan muchas personas.
Los cánceres de encéfalo y del sistema nervioso central son de mayor preocupación porque los teléfonos se sostienen cerca de la cabeza. También se ha descubierto que la radiación ionizante (una forma de radiación de mayor energía que la emitida por los teléfonos celulares) causa algunos cánceres de encéfalo. Se hicieron muchos estudios diferentes para investigar si el uso de los celulares es peligroso para la salud humana.
Sin embargo, hasta la fecha las pruebas indican que el uso de los celulares no causa cáncer de encéfalo ni de otros tipos en las personas.
¿Causa daño la radiación de los celulares?
Los celulares emiten radiación por radiofrecuencia dentro del espectro electromagnético. Los celulares de segunda, tercera y cuarta generación (2G, 3G y 4G) usan frecuencias de entre 0,7 y 2,7 gigahercios (GHz). Los celulares de quinta generación (5G) usarán frecuencias de hasta 80 GHz.
Estas frecuencias corresponden a la amplitud del espectro no ionizante, que es de baja frecuencia y de baja energía. La energía es demasiado baja para dañar el ácido desoxirribonucleico (ADN). En cambio, la radiación ionizante, que incluye a los rayos X, el radón y los rayos cósmicos, es de alta frecuencia y de alta energía. La energía de la radiación ionizante puede dañar el ADN. Los daños en el ADN pueden causar cambios en los genes que aumentan el riesgo de cáncer.
En la hoja informativa del NCI sobre Campos electromagnéticos y cáncer, se incluye una lista de fuentes de radiación por radiofrecuencia. Para obtener más información sobre la radiación ionizante, consulte la página Radiación.
El cuerpo humano absorbe energía de aparatos que emiten radiación por radiofrecuencia. Para la población general, el único efecto biológico de la absorción de la radiación por radiofrecuencia en los humanos que se reconoce siempre es que se calienta el área del cuerpo donde se sostiene el celular (por ejemplo, el oído y la cabeza). Pero ese calentamiento no alcanza para medir un aumento en la temperatura corporal. No se estableció ningún otro peligro claro para la salud humana debido a la radiación por radiofrecuencia.
¿Hubo más casos de cáncer de encéfalo y cáncer del sistema nervioso central con el aumento del uso de los celulares?
No. Los investigadores estudiaron si la incidencia (casos nuevos) de cáncer de encéfalo o de otros cánceres del sistema nervioso central cambió durante el tiempo en que hubo un aumento notable en el uso de los celulares. En estos estudios, se descubrió lo siguiente:
- En las últimas décadas, tasas de incidencia estables de gliomas en adultos en los Estados Unidos (1), los países nórdicos (2) y Australia (3)
- Entre 1993 y 2013, tasas de incidencia estables en los Estados Unidos de tumores de encéfalo en niños (4)
- Desde 2009, tasas de incidencia estables en los Estados Unidos de neurinoma del acústico (5), que es un tumor benigno, en un nervio del oído, y de meningioma (6), que suele ser benigno
Además, se probaron varias situaciones (simulaciones) en los estudios en las que se usaron los datos de incidencia del cáncer para determinar si las tendencias de la incidencia coincidían con los distintos niveles de riesgo que se notificaron en estudios de entre 1979 y 2008 sobre el uso de teléfonos celulares y los tumores de encéfalo (7, 8). Estas simulaciones indicaron que muchos de los cambios en el riesgo que se notificaron en estudios de casos y controles no coincidían con los datos de incidencia, lo que implica que hubo sesgos y errores en el estudio que distorsionaron los resultados.
La capacidad para observar las posibles diferencias pequeñas en el riesgo de quienes usan celulares con más frecuencia o de las poblaciones susceptibles es limitada. Esto es porque en estos estudios se examinan las tendencias de la incidencia del cáncer en las poblaciones a lo largo del tiempo, en vez de comparar el riesgo entre las personas que usan los celulares y quienes no los usan. Los estudios de observación o epidemiológicos, incluso los estudios de casos y controles, y los de cohortes (que se describen a continuación), se diseñan para medir la exposición individual a la radiación de los celulares y para verificar desenlaces de salud específicos.
¿Cómo se mide la exposición a la radiación por radiofrecuencia en los estudios de grupos de personas?
En los estudios epidemiológicos se usa información de varias fuentes, como cuestionarios y datos de proveedores de servicios de telefonía celular, para calcular la exposición a la radiación por radiofrecuencia de grupos de personas.
Fuera del laboratorio, aún no es posible hacer mediciones directas. Los cálculos de estudios publicados hasta la fecha tienen en cuenta lo siguiente:
- La regularidad con la que los participantes del estudio usan los celulares (el número de llamadas por semana o mes)
- La edad que tenían y el año en que los participantes del estudio usaron un celular por primera vez, y la edad y el año en que lo usaron por última vez (para calcular la duración del uso y el tiempo desde el primer uso)
- El número promedio de llamadas por celular diarias, semanales o mensuales (frecuencia)
- La duración promedio de una llamada usual por celular
- El número total de horas de uso en la vida, que se calcula a partir de la duración de una llamada usual, la frecuencia de uso y la duración del uso.
¿Qué indicaron las investigaciones sobre la relación entre el uso del celular y el riesgo de cáncer?
Los investigadores realizaron varios tipos de estudios de población para investigar la posibilidad de una relación entre el uso del celular y el riesgo de tumores, tanto malignos (cancerosos) como benignos (no malignos, es decir, que no son cancerosos). En los estudios epidemiológicos (también llamaos estudios de observación), los investigadores observan a grupos de personas (poblaciones) y recopilan información sobre ellas, pero no tratan de cambiar nada en los grupos.
Hay dos tipos principales de estudios epidemiológicos: estudios de cohorte y estudios de casos y controles. Estos se usaron para examinar la relación entre el uso del celular y el riesgo de cáncer. En un estudio de casos y controles, se compara el uso del celular entre las personas con tumores y personas sin tumores. En un estudio de cohortes, se sigue a un grupo grande de personas sin cáncer al comenzar el estudio y, con el paso del tiempo, se comparan los grupos para saber si hay tumores en las personas que usaron celulares y las que no los usaron. Los estudios de cohortes están limitados por el hecho de que solo pueden hacer el seguimiento de los suscriptores del servicio de telefonía celular, que no siempre son quienes usan los celulares.
Los tumores investigados en los estudios epidemiológicos incluyen los tumores de encéfalo malignos, como los gliomas, así como los tumores benignos, como los neurinomas del acústico (tumores en las células del nervio responsable de la audición, que también se conocen como schwannomas vestibulares), los meningiomas (que suelen ser tumores benignos en las membranas que recubren y protegen el encéfalo y la médula espinal), los tumores de glándula parótida (tumores en las glándulas salivales), el cáncer de piel y los tumores de glándula tiroidea.
En los siguientes tres estudios epidemiológicos grandes, se examinó la posible relación entre el uso de los celulares y el cáncer: Interphone, un estudio de casos y controles; el Estudio Danés, un estudio de cohortes; y el Estudio del Millón de Mujeres, otro estudio de cohortes. Estos estudios se evaluaron a fondo en revisiones publicadas en 2015 (9) y 2019 (10). Los resultados de estos estudios varían, pero en general no indican una relación entre el uso de los celulares y el cáncer (11–22).
Estudio de casos y controles Interphone
Cómo se hizo el estudio: Este es el estudio más grande de casos y controles sobre el uso de celulares y el riesgo de tumores de cabeza y cuello. Un consorcio de investigadores de 13 países realizó este estudio. Los datos surgen de las respuestas a cuestionarios que llenaron los participantes del estudio en Europa, Israel, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón.
Qué indicó el estudio: En la mayoría de los análisis publicados sobre este estudio, no se observaron aumentos generales en el cáncer de encéfalo ni en otros cánceres del sistema nervioso central (gliomas y meningiomas) por el aumento del uso de los celulares. En un análisis, se indicó un aumento estadísticamente significativo, aunque leve, en el riesgo de glioma en los participantes del estudio que estuvieron la mayor cantidad de tiempo total en llamadas por celular. Sin embargo, por varios motivos, los investigadores consideraron que este hallazgo no era concluyente (11–13).
En un análisis de los datos procedentes de los 13 países participantes del estudio Interphone, se informó de una relación estadísticamente significativa entre la distribución intracraneal de los tumores en el encéfalo y la ubicación del teléfono que notificaron los participantes (14). Sin embargo, los autores de este estudio señalaron que no es posible sacar conclusiones firmes sobre la causa y el efecto de estos hallazgos.
En un análisis de datos de cinco países del norte de Europa en el estudio Interphone, se observó un riesgo mayor de neurinoma del acústico en quienes habían usado un celular por 10 años o más (15).
En análisis posteriores de los datos de Interphone, los investigadores estudiaron si era más probable que los tumores se formaran en las zonas del encéfalo que tuvieron la mayor exposición. En un análisis de datos, no se encontró ninguna relación entre la ubicación del tumor y la cantidad de radiación (16). Sin embargo, en otro estudio se obtuvieron datos de que el glioma y, en menor medida, el meningioma, tenían más probabilidades de formarse en sitios donde la exposición fue mayor (17).
Estudio Danés de Cohortes
Cómo se hizo el estudio: En este estudio de cohortes, se relacionaron los datos de facturación de más de 358 000 suscriptores de telefonía celular con los datos de incidencia de tumores de encéfalo del Registro Danés de Cáncer.
Qué indicó el estudio: No se observó ninguna relación entre el uso de los teléfonos celulares y la incidencia de gliomas, meningiomas o neurinomas del acústico, ni siquiera en personas suscritas a servicios de telefonía celular por 13 años o más (18–20).
Estudio de Cohortes del Millón de Mujeres
Cómo se hizo el estudio: En este estudio prospectivo de cohortes realizado en el Reino Unido, se usaron datos obtenidos de cuestionarios a los que respondieron las participantes del estudio.
Qué indicó el estudio: El uso del celular autonotificado por las usuarias no se relacionó con ningún aumento del riesgo de gliomas, meningiomas o tumores fuera del sistema nervioso central. Aunque en los hallazgos originales publicados se asoció con un riesgo mayor de neurinomas del acústico (21), esta asociación desapareció en los años de seguimiento posteriores de las cohortes (22).
Otros estudios epidemiológicos
Además de estos tres estudios grandes, en otros estudios epidemiológicos más pequeños se buscaron asociaciones entre el uso de los celulares y cánceres específicos, tanto en adultos como en niños. Por ejemplo:
- Dos estudios de casos y controles patrocinados por el NCI realizados en muchos centros médicos académicos u hospitales de los Estados Unidos entre 1994 y 1998, en los que se usaron datos de cuestionarios (23) o de entrevistas personales con ayuda de computadora (24). En ninguno de los dos estudios se observó una relación entre el uso de los celulares y el riesgo de gliomas, meningiomas o neurinomas del acústico en adultos.
- En el estudio CERENAT (otro estudio de casos y controles realizado en varias zonas de Francia de 2004 a 2006), se usaron datos recopilados de entrevistas en persona con cuestionarios estandarizados (25). En este estudio, no se encontró ninguna asociación con gliomas o meningiomas al comparar a adultos que usaban celulares con regularidad con adultos que no usaban celulares. Sin embargo, las personas que los usaban más, tuvieron un aumento significativo del riesgo de gliomas y de meningiomas.
- En un análisis conjunto de dos estudios de casos y controles en Suecia, se observaron tendencias estadísticamente significativas de un mayor riesgo de cáncer de encéfalo según el tiempo total de uso de los celulares y los años de uso en quienes comenzaron a usarlos antes de los 20 años de edad (26).
- En otro estudio de casos y controles en Suecia, que formaba parte de los estudios conjuntos de Interphone, no se encontró un riesgo mayor de cáncer de encéfalo en las personas de 20 a 69 años de edad que eran usuarios de celulares a largo plazo (27).
- En el CEFALO, un estudio internacional de casos y controles de niños de 7 a 19 años de edad con un diagnóstico de cáncer de encéfalo, no se descubrió ninguna relación entre el uso de celulares y el riesgo de cáncer de encéfalo (28).
- En el MOBI-Kids, un estudio internacional grande de casos y controles de jóvenes de 10 a 24 años con diagnóstico de cáncer de encéfalo, no se encontraron pruebas de una relación de causa y efecto entre el uso de celulares y el riesgo de tumores de encéfalo (29).
- En un estudio demográfico de casos y controles en Connecticut, no se encontró ninguna relación entre el uso de celulares y el riesgo de cáncer de tiroides (30).
¿Cuáles son las conclusiones de los estudios sobre los efectos de los celulares en el cuerpo humano?
Los investigadores realizaron varios tipos de estudios para investigar los posibles efectos del uso del celular en el cuerpo humano. En 2011, se publicaron dos estudios pequeños en los que se examinó el metabolismo de la glucosa cerebral en las personas después de usar celulares. Los resultados fueron incongruentes. En un estudio se observó un mayor metabolismo de la glucosa en la región del encéfalo cercana a la antena del celular en comparación con los tejidos del lado contrario del encéfalo (31), pero en otro estudio (32) se encontró un metabolismo menor de la glucosa en el lado del encéfalo donde se usaba el teléfono.
Los autores de estos estudios señalaron que los resultados eran preliminares y que se desconocían los posibles desenlaces de salud por los cambios en el metabolismo de la glucosa en los humanos. Es común que haya resultados incongruentes en los estudios experimentales sobre los efectos fisiológicos de la radiofrecuencia de la radiación electromagnética en las personas (11). Algunos de los factores que contribuyen a las incongruencias en estos estudios son: las suposiciones al calcular las dosis; no considerar los efectos de la temperatura; y el hecho de que no se oculta a los investigadores si los participantes tuvieron exposición.
En otro estudio, se investigó a las personas expuestas a la radiación por radiofrecuencia de teléfonos celulares y no se comprobó que tuviera un efecto en la circulación sanguínea en el encéfalo (33).
¿Qué resultados se obtuvieron de los estudios experimentales en animales de laboratorio?
En los primeros estudios que incluyeron animales de laboratorio, no se comprobó que la radiación por radiofrecuencia aumente el riesgo de cáncer o intensifica los efectos de sustancias químicas que causan cáncer (carcinógenos) conocidas (34 a 37).
Debido a los resultados incongruentes entre los estudios epidemiológicos en seres humanos y la falta de datos claros en los estudios experimentales en animales, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) asignó en 1999 el estudio de la exposición a la radiación por radiofrecuencia asociada a los teléfonos celulares en modelos animales al Programa Nacional de Toxicología (NTP) de los Estados Unidos. El NTP es un programa interinstitucional que coordina las investigaciones y las pruebas toxicológicas del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) de los Estados Unidos, con sede en el Instituto Nacional de las Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS) que forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
El NTP estudió la radiación por radiofrecuencia (2G y 3G) en ratas y ratones (38, 39). Este proyecto extenso se realizó en laboratorios muy especializados. Los roedores tuvieron exposiciones de cuerpo entero de 3, 6 o 9 vatios por kilogramo de peso corporal durante 5 o 7 días a la semana por 18 horas al día en ciclos de 10 minutos de exposición (encendido) y 10 minutos sin exposición (apagado). En el sitio web del NTP, se podrá consultar (en inglés) una reseña de las investigaciones en los estudios de roedores, con enlaces a los resúmenes de las revisiones científicas externas. Los principales desenlaces observados fueron unos pocos cánceres de células de Schwann en el corazón e hiperplasia (cambios no cancerosos) en los mismos tejidos de las ratas macho, pero no en las ratas hembra ni en los ratones en general.
Estos hallazgos experimentales plantean nuevas preguntas porque los cánceres en el corazón son muy poco frecuentes en los seres humanos. Las células de Schwann del corazón en roedores se parecen al tipo de células en los seres humanos en las que se originan los neurinomas del acústico (que también se conocen como schwannomas vestibulares). Los resultados de algunos estudios indicaron que los neurinomas del acústico son más frecuentes en personas que notificaron un mayor uso de celulares. El NTP continuará el estudio de la exposición a la radiofrecuencia en modelos animales para entender mejor los cambios biológicos que tal vez expliquen los resultados del estudio.
Un grupo de investigadores del Instituto Italiano Ramazzini publicaron otro estudio en animales, en el que expusieron ratas durante 7 días a la semana, por 19 horas al día, a radiación por radiofrecuencia de 0,001, 0,03 y 0,1 vatios por kilogramo de peso corporal (40). Entre las ratas con la mayor cantidad de exposición, los investigadores notaron un aumento de schwannomas en las ratas macho y formación de células de Schwann no malignas (no cancerosas) en el corazón de las ratas macho y hembra. Sin embargo, faltaron detalles clave necesarios para interpretar los resultados, como los métodos de exposición; otros procedimientos estándar de trabajo; y aspectos de alimentación y nutrición. Estos datos faltantes en el informe del estudio plantean cuestiones sin resolver.
La Comisión Internacional sobre Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP) evaluó ambos estudios a fondo. La ICNIRP es una organización sin fines de lucro independiente que ofrece asesoramiento y orientación científica sobre los efectos de la radiación no ionizante en la salud y el medio ambiente. La ICNIRP llegó a la conclusión de que en ambos estudios se siguieron buenas prácticas de laboratorio, que incluyó el uso de más animales que en investigaciones anteriores y la exposición de los animales a la radiación por radiofrecuencia durante toda su vida. Sin embargo, también identificó puntos débiles importantes en la forma en que se realizaron los estudios y se analizaron estadísticamente, y determinó que estas limitaciones impiden sacar la conclusión de que las exposiciones a la radiofrecuencia causan cáncer (41).
¿Por qué no concuerdan los resultados de los diferentes estudios sobre el uso de los celulares y el riesgo de cáncer?
Los resultados de algunos estudios ofrecieron ciertas pruebas de una relación estadística entre el uso de los celulares y el riesgo de tumores de encéfalo en seres humanos, pero en la mayoría de los estudios no se encontró ninguna relación. Las razones de estas discrepancias son las siguientes:
- Sesgo de memoria: esto ocurre cuando los datos sobre los hábitos y exposiciones se recopilan mediante cuestionarios a los participantes del estudio después de que se diagnosticó la enfermedad a algunos participantes. Por ejemplo, es posible que los participantes del estudio con tumores de encéfalo recuerden que usaban los celulares de forma diferente que las personas sin estos tumores.
- Notificaciones inexactas: esto se produce cuando las personas indican que algo pasó con mayor o menor frecuencia que en la realidad. Por ejemplo, las personas tal vez no recuerden cuánto usaron los celulares en un tiempo determinado.
- Morbilidad y mortalidad: enfermedad o muerte en los participantes del estudio que tienen cáncer de encéfalo. Los gliomas son muy difíciles de estudiar porque las personas con estos tumores mueren con frecuencia y sobreviven poco tiempo. Los pacientes que sobreviven el tratamiento inicial, a menudo, quedan incapacitados, lo que afecta las respuestas a las preguntas de los cuestionarios.
- Sesgo de participación: esto ocurre a veces porque es más probable que las personas con tumores de encéfalo participen en un estudio de investigación que las personas sanas (que se llaman "controles").
- Cambio tecnológico constante: en los estudios más antiguos, se evaluó la exposición a la radiación por radiofrecuencia de los celulares análogos. Hoy en día, los celulares usan tecnología digital, que operan en una frecuencia diferente y con un nivel de electricidad menor que el de los teléfonos análogos, y la tecnología celular sigue cambiando (42).
- Limitaciones de la evaluación a la exposición: los distintos estudios miden la exposición de forma diferente, lo que dificulta comparar los resultados entre un estudio y otro (43). Hay investigaciones en curso de las fuentes y los niveles de exposición, sobre todo en los niños (44).
- Seguimiento insuficiente de las poblaciones con un grado alto de exposición: quizás se tarde mucho en presentar síntomas tras la exposición a la radiación por radiofrecuencia, y es posible que los estudios actuales no hayan seguido a los participantes por suficiente tiempo.
- Potencia y métodos estadísticos inadecuados: a veces se detectan riesgos muy pequeños o riesgos que solo afectan a pequeños subgrupos
- Casualidad: elemento que podría explicar efectos evidentes que tal vez no se tuvieron en cuenta.
¿Cuáles son otros posibles efectos del uso de los celulares en la salud?
El riesgo más frecuente para la salud relacionado con el uso de los celulares es la distracción al conducir y los accidentes de tráfico (45, 46). Se notificaron otros posibles efectos del uso de los celulares en la salud. En especial, los efectos neurológicos en los jóvenes son preocupantes. Sin embargo, los estudios de memoria, aprendizaje y funcionamiento cognitivo produjeron, en general, resultados incongruentes (47 a 50).
¿Qué opinan las organizaciones de expertos sobre el riesgo de cáncer por el uso de los celulares?
En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la Organización Mundial de la Salud, designó un grupo de trabajo de expertos para examinar todos los datos disponibles sobre el uso de los celulares. El grupo de trabajo clasificó el uso de los celulares como un “posible cancerígeno para seres humanos” a partir de datos limitados de estudios en seres humanos, datos limitados de estudios de radiación por radiofrecuencia y cáncer en roedores, y datos incongruentes de estudios mecánicos (11).
El grupo de trabajo indicó que, aunque los estudios en humanos eran susceptibles a sesgos, no era posible descartar los hallazgos solo por la posibilidad de sesgo, y que no se podía excluir la interpretación causal. El grupo de trabajo señaló que la interpretación de las pruebas también debía considerar que las asociaciones observadas quizás reflejaban casualidad, sesgo o variables de confusión, en vez de un efecto causal subyacente. Además, el grupo de trabajo indicó que la investigación del riesgo de cáncer de encéfalo relacionado con el uso de celulares plantea un desafío de investigación complejo.
En la página sobre teléfonos celulares de la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS) se especifica que, “En este momento, no queda claro si las ondas de radiofrecuencia (RF) de los teléfonos celulares causan efectos peligrosos en la salud de las personas, pero los estudios en curso deberían dar una idea más clara de los posibles efectos futuros en la salud”.
El Instituto Nacional de las Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS) afirma que el peso de las pruebas científicas actuales no indica de forma concluyente que existe una relación entre el uso de los celulares y algún problema de salud, pero que se necesitan más investigaciones.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos señala que en los estudios donde se informa de cambios biológicos relacionados con la radiación por radiofrecuencia no fue posible reproducir los efectos. La FDA también indica que los resultados de la mayoría de los estudios epidemiológicos en seres humanos no demostraron una relación entre la exposición a la radiación por radiofrecuencia de los celulares y los problemas de salud. La FDA, que al comienzo asignó al NTP el examen de esta exposición en 1999, emitió una declaración sobre los informes del NTP publicados en febrero de 2018, e indicó que, “según esta información actual, creemos que los límites de seguridad vigentes de los teléfonos celulares son aceptables para proteger la salud pública”. La FDA y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) comparten la responsabilidad de reglamentar las técnicas de los teléfonos celulares.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos afirman que no hay pruebas científicas que respondan de forma definitiva si el uso de los celulares causa cáncer.
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) concluye que en la actualidad no hay datos científicos que establezcan una relación definitiva entre el uso de aparatos inalámbricos y el cáncer u otras enfermedades.
En 2015, el Comité Científico de los Riesgos Sanitarios Emergentes y Recientemente Identificados de la Comisión Europea concluyó que, en general, los resultados de los estudios epidemiológicos sobre la exposición a radiación por radiofrecuencia electromagnética no indican que haya un riesgo mayor de tumores de encéfalo o de otros cánceres de la región de la cabeza y el cuello (9). El comité también declaró que los datos de los estudios epidemiológicos no indican un riesgo mayor de otras enfermedades malignas, incluso de cáncer infantil (9).
¿Qué estudios hay ahora sobre los efectos del uso de los celulares en la salud?
En marzo de 2010, inició en Europa un estudio prospectivo de cohortes a gran escala del uso de los celulares y de sus posibles efectos a largo plazo en la salud. Hasta la fecha, en este estudio conocido como Estudio de Cohortes sobre el Uso de Teléfonos Celulares y la Salud (COSMOS), se inscribió a alrededor de 290 000 usuarios de celulares de 18 o más años de edad a quienes y se les hará seguimiento durante 20 a 30 años (51, 52).
Al ingresar en el estudio, los participantes de COSMOS respondieron a un cuestionario sobre su salud, estilo de vida y uso de celulares antes y ahora. Esta información se complementará con los datos de expedientes médicos y de registros de las compañías de telefonía celular. La actualización sobre este estudio de investigación se publica (en inglés) en el sitio web de COSMOS.
El desafío de este estudio ambicioso es continuar el seguimiento de los participantes durante muchas décadas para evaluar distintos efectos en la salud. Será necesario que los investigadores determinen si los participantes que dejan el estudio son diferentes de alguna forma de quienes se quedan todo el período de seguimiento.
Aunque el sesgo de recuerdo se minimiza en los estudios como COSMOS que relacionan a los participantes con los registros de sus celulares, estos estudios se enfrentan a otros problemas. Por ejemplo, es imposible saber quién usa el celular registrado en la cuenta o si esa persona también hace llamadas con otros celulares. En menor medida, no queda claro si varios usuarios de un solo teléfono, por ejemplo, parientes que tal vez compartan un teléfono, usan la misma cuenta de la compañía telefónica. Además, para muchos estudios de cohortes a largo plazo, la participación tiende a disminuir con el tiempo
¿Se relacionó la radiación por radiofrecuencia del uso de celulares con el riesgo de cáncer infantil?
Se debe investigar el riesgo en los niños aparte debido a varias consideraciones teóricas. El sistema nervioso de los niños está aún en formación y, por este motivo, son más vulnerables a los factores que causan cáncer. La cabeza del niño es más pequeña que la del adulto y, por consiguiente, tienen una exposición de mayor proporción a la radiación por radiofrecuencia que emiten los celulares. Al ser niños, tienen la posibilidad de acumular más años de exposición a los celulares que los adultos.
Hasta la fecha, los datos de estudios en niños con cáncer no indican que los niños tengan un riesgo mayor de presentar cáncer por el uso de los celulares. El primer análisis publicado fue de un estudio de casos y controles a gran escala llamado CEFALO, que se realizó en Europa. En el estudio se incluyó a 352 niños que recibieron un diagnóstico de tumores de encéfalo de 2004 a 2008, cuando tenían entre 7 y 19 años de edad. Los participaron se emparejaron con 646 jóvenes seleccionados al azar de los registros de población según la edad, el sexo y la región geográfica. Los investigadores no encontraron una relación entre el uso de los celulares y el riesgo de tumores de encéfalo según la frecuencia de uso o la ubicación del tumor (28).
El estudio grande de casos y controles en niños, llamado MOBI-Kids, incluyó a 14 paises y a 899 jóvenes de 10 a 24 años a quienes se les diagnosticó con tumores de encéfalo entre 2010 y 2015. Los participantes fueron emparejados con 1910 jóvenes que estbán siendo operados de apendicitis según el sexo, la edad y la región. Los investigadores no encontraron una relación entre el uso de los celulares y tumores de encéfalo en los niños.
¿Qué organismos federales estadounidenses evalúan los efectos de los celulares o reglamentan su uso?
Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), que incluyen al Instituto Nacional del Cáncer (NCI), investigan el uso de los celulares en cuanto a los riesgos de cáncer y otras enfermedades.
La FDA y la FCC comparten las responsabilidades en la reglamentación sobre los celulares. La FDA es responsable de probar y evaluar la radiación de los productos electrónicos y de dar información al público sobre la energía por radiofrecuencia que emiten los celulares. La FCC fija los límites de las emisiones de energía por radiofrecuencia de los celulares y productos inalámbricos similares.
¿Dónde hay más información sobre la radiación por radiofrecuencia de celulares?
La dosis de la energía que las personas absorben de cualquier fuente de radiación se calcula con una medida llamada velocidad de absorción específica (SAR), que se expresa en vatios por kilogramo de peso corporal (52). La SAR disminuye muy rápido, a medida que aumenta la distancia a la fuente de exposición. En el caso de las personas que sostienen el celular al lado de la cabeza durante las llamadas de voz, la mayor exposición ocurre en el encéfalo, el nervio auditivo, la glándula salival y la tiroides.
La FCC ofrece información sobre la SAR de los celulares fabricados y comercializados en los últimos 1 o 2 años. Los consumidores pueden obtener esta información si buscan con el número de identificación que la FCC asigna al teléfono (que suele estar en la parte de atrás del aparato o la caja) mediante el formulario de búsqueda de identificación (en inglés) de la FCC. Para la SAR de los teléfonos más antiguos hay que buscar en los datos de configuración del teléfono o llamar al fabricante.
¿Cómo se disminuye la exposición a la radiación por radiofrecuencia al usar un cellular?
La FDA recomendó algunas medidas que los usuarios de celulares que les preocupa la radiación por radiofrecuencia pueden tomar para disminuir su exposición (54):
- Reservar el uso de los celulares para conversaciones más cortas o para momentos en que un teléfono fijo no esté disponible.
- Usar un dispositivo de manos libres, como los audífonos con cable, que ponen más distancia entre el teléfono y la cabeza del usuario.
El uso de audífonos (con cable o inalámbricos) disminuye la exposición de la cabeza a la radiación por radiofrecuencia porque el teléfono no se coloca apoya sobre la cabeza (55). La exposición disminuye muchísimo cuando se usan los celulares con sistemas de manos libres.