Los corticoesteroides quizás limiten la eficacia de la inmunoterapia del cáncer de encéfalo
, por el Equipo del NCI
Según un nuevo estudio, el uso de corticoesteroides para tratar los síntomas de los tumores de encéfalo, como la acumulación de líquido en el cerebro, quizás limite la eficacia de los medicamentos de inmunoterapia para estos tumores.
Los medicamentos de inmunoterapia, llamados inhibidores de puntos de control inmunitario, son eficaces en pacientes con ciertos tipos de cáncer, como el melanoma y el cáncer de pulmón. Pero en general no suelen ser eficaces para tratar los tumores de encéfalo, como el glioblastoma, el tipo más común de estos tumores.
En algunos estudios se indicó que el uso del corticoesteroide dexametasona para tratar los síntomas de los tumores de encéfalo podría limitar la eficacia de los medicamentos de inmunoterapia para el glioblastoma. Esto se comprobó en los datos del nuevo estudio.
En la publicación del 25 de noviembre en la revista Clinical Cancer Research, los investigadores informaron que tras usar dos modelos diferentes de ratones con glioblastoma, descubrieron que los ratones que recibieron corticoesteroides e inmunoterapia no sobrevivieron tanto como los ratones que solo recibieron la inmunoterapia.
Al analizar los datos de 163 pacientes de glioblastoma que recibieron inhibidores de puntos de control inmunitario mediante estudios clínicos o autorización para uso compasivo en el Instituto Oncológico Dana-Farber se descubrieron resultados similares: el uso de la dexametasona se relacionó con una supervivencia menor.
“Sabemos que es posible que los corticoesteroides produzcan efectos secundarios, pero nuestros resultados indican que también tienen efectos perjudiciales al disminuir la respuesta inmunitaria contra un tumor”, explicó el doctor David Reardon, director clínico del Centro de Neurooncología de Dana-Farber, que estuvo a cargo de la investigación.
“Nuestros resultados indican que hay que ser muy prudentes con el uso de corticoesteroides en los pacientes de glioblastoma que reciben inmunoterapia”, señaló el doctor Reardon. “Recomendaríamos que estos pacientes reciban la dosis de dexametasona más baja durante la menor cantidad de tiempo posible”.
Uso de la dexametasona para los tumores de encéfalo
El doctor Reardon destacó que la dexametasona es un medicamento de gran eficacia para tratar los síntomas relacionados con los tumores de encéfalo, como los dolores de cabeza y el debilitamiento. Además de disminuir la inflamación, disminuye la respuesta inmunitaria. Esto se conoce como un medicamento inmunodepresor. “La dexametasona es el único corticoesteroide que ayuda a nuestros pacientes a disminuir con eficacia las reacciones inflamatorias en el encéfalo”, agregó.
Algunos pacientes reciben dexametasona para prevenir la inflamación cerebral y toman el medicamento por tiempo indefinido. Sin embargo, según los resultados del nuevo estudio, los investigadores señalan que tal vez sea hora de reevaluar el uso de la dexametasona para el cáncer de encéfalo.
“Los resultados de este estudio recalcan la importancia de entender cómo los medicamentos que usamos para tratar a los pacientes de cáncer afectan el sistema inmunitario”, comentó el doctor Masaki Terabe, investigador de la División de Neurooncología de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), que no participó en el estudio.
Si se inhibió el sistema inmunitario debido al tratamiento con dexametasona, añadió el doctor Terabe, “entonces tratar al paciente con un medicamento diseñado para facilitar la respuesta inmunitaria contra el cáncer no será eficaz”.
Los corticoesteroides disminuyen la respuesta inmunitaria tanto en ratones como en seres humanos
En el estudio, los investigadores usaron dos modelos diferentes de ratones con glioblastoma: uno que tiende a responder a la inmunoterapia y otro que no. De acuerdo con los autores del estudio, el segundo modelo representa con más precisión el glioblastoma humano.
Pero los investigadores quisieron saber si los corticoesteroides disminuían la respuesta a la inmunoterapia incluso en los ratones con tumores de encéfalo que tienden a responder a la inmunoterapia, explicó el doctor Reardon. Al tratar a algunos ratones con dexametasona e inmunoterapia y a otros ratones solo con inmunoterapia, confirmaron esa suposición.
Por otra parte, como la radioterapia es el tratamiento estándar para el glioblastoma, los investigadores también administraron radioterapia e inmunoterapia a ambos modelos de ratones. En estos ratones, el uso de dexametasona al parecer estuvo relacionado con una supervivencia menor.
Además de los estudios en ratones, los investigadores analizaron los datos de 163 pacientes de glioblastoma que recibieron inmunoterapia en el Instituto Oncológico Dana-Farber a fin de identificar los factores relacionados con el desenlace de los pacientes. Alrededor de un tercio de estos pacientes recibieron también dexametasona.
Los investigadores analizaron distintos factores, incluso el uso de corticoesteroides, el tamaño del tumor al iniciar el tratamiento, si el paciente tuvo un diagnóstico reciente o enfermedad recidivante (que volvió) y la edad. Entre estos factores, descubrieron que el uso de corticoesteroides fue el que más se relacionó con el desenlace del paciente.
“El uso de la dexametasona fue el factor de riesgo más desfavorable para la supervivencia general”, comentó el doctor Reardon. Advirtió que estos hallazgos se deberán confirmar en un estudio clínico prospectivo.
Posibles mecanismos biológicos
Los glioblastomas tienen varias maneras de evitar que el sistema inmunitario los detecte, señaló el doctor Reardon. “Si la dexametasona limita más al sistema inmunitario, entonces tratar a los pacientes con el medicamento es como pegarse un tiro en el pie”.
Para identificar posibles mecanismos biológicos que expliquen cómo la dexametasona limita la respuesta inmunitaria contra los tumores, los investigadores se concentraron en las células T, que son las células inmunitarias esenciales que responden frente a un tumor.
El tratamiento de ambos modelos de ratones con dexametasona disminuyó la cantidad de células T en los animales. “Si hay menos células T para montar una respuesta inmunitaria contra un tumor, entonces será más difícil que el sistema inmunitario ataque el tumor y que el tratamiento beneficie al paciente”, comentó el doctor Reardon.
En los estudios de ratones también se observó que la dexametasona tal vez limite la capacidad de las células T de generar respuestas inmunitarias. “El corticoesteroide quizás influya en la cantidad y la calidad de las respuestas de las células T”, destacó el doctor Reardon.
En un estudio de 2018 a cargo del doctor Mark Gilbert, jefe de la División de Neurooncología de los NIH, se informó acerca de un hallazgo relacionado: es posible que los corticoesteroides afecten la formación de las células T. Los investigadores del estudio llegaron a la conclusión de que administrar corticoesteroides antes de la inmunoterapia “podría debilitar la respuesta antitumoral que se genera”.
Desafíos en el futuro
El doctor Gilbert señala que el nuevo estudio “es crucial para el campo de la neurooncología y podría generar cambios muy necesarios en el diseño de los futuros estudios clínicos de inmunoterapias para tumores de encéfalo”.
Con estos estudios se podría decidir el mejor momento durante el tratamiento para administrar los corticoesteroides. Por ejemplo, tal vez sea mejor esperar a que se produzca una respuesta inmunitaria antes de administrar los corticoesteroides, comentó el doctor Reardon, aunque añadió que se necesita más investigación.
Otro desafío es crear alternativas de tratamientos para la inflamación cerebral que no afecten la respuesta inmunitaria. “Uno de los mensajes principales de nuestro estudio es que hacen falta formas nuevas de tratar los síntomas de los pacientes que no afecten la respuesta inmunitaria”, dijo el doctor Reardon.