Los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 evitan la reinfección, según se indica en un estudio del NCI
, por Doctor Norman E. Sharpless
En momentos en que llegan a los Estados Unidos los primeros envíos de la vacuna contra la enfermedad por coronavirus de 2019 (COVID-19), surgen datos interesantes y oportunos sobre el coronavirus y la inmunidad a partir de la investigación dirigida por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI). Mediante el análisis de datos de la vida real de más de 3 millones de personas, los investigadores del NCI y nuestros colaboradores descubrieron que las personas en quienes se comprueba una infección anterior por el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave de tipo 2 (SARS-CoV-2), el virus que causa la COVID-19, tienen cierto grado de protección contra la reinfección por el virus.
Este hallazgo tal vez explique por qué la reinfección es muy poco frecuente y ayuda a confirmar lo que muchos esperaban desde que apareció este virus.
Quizás se pregunten por qué el NCI participa en la investigación sobre la COVID-19. En 2020, el Congreso de los Estados Unidos asignó $306 millones al NCI en fondos de emergencia para estudiar la respuesta inmunitaria al SARS-CoV-2. Este es uno de muchos proyectos relacionados con este tema que el NCI lleva a cabo a pedido del Congreso.
El equipo de investigación del NCI, en el que participé, estuvo a cargo de la doctora Lynne Penberthy, máster en Salud Pública y directora asociada del Programa de Investigación sobre la Vigilancia del Cáncer del NCI. Trabajamos con dos compañías de análisis de datos médicos (HealthVerity y Aetion) y laboratorios comerciales (Quest y LabCorp) para obtener los resultados de pruebas de anticuerpos (pruebas serológicas) de más de 3 millones de personas. Esto representa más del 50 % de las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 de origen comercial que se hicieron en los Estados Unidos. En casi el 12 % de estas pruebas se encontraron anticuerpos (resultado positivo). En la mayor parte de las pruebas restantes no se encontraron anticuerpos (resultado negativo, con menos del 1 % no concluyentes).
El equipo de investigación entonces determinó la fracción de personas en cada uno de estos grupos que después tuvo un resultado positivo en la prueba mediante reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de ácido nucleico del SARS-CoV-2, que suele indicar una nueva infección. Descubrimos que, 90 o más días después de la prueba de detección de anticuerpos inicial, se comprobó la infección mediante la PCR en las personas que antes tuvieron un resultado negativo para los anticuerpos. Esta tasa fue alrededor de 10 veces más alta que la de las personas que tuvieron un resultado positivo para los anticuerpos en la prueba inicial.
Este efecto protector es fuerte y comparable a la protección que ofrecen las vacunas que son eficaces contra el SARS-CoV-2. Sin embargo, la protección que surge de la vacunación es mucho menos arriesgada que la que proviene de la infección natural. Este hallazgo indica que las personas con un resultado que da positivo en alguna de las pruebas de anticuerpos de uso generalizado poseen inmunidad contra el SARS-CoV-2 y tienen menos riesgo de infectarse en el futuro.
Repercusiones para la salud pública
Debido al significado de estos datos para la salud pública, ofrecemos los resultados de este estudio en medRxiv (un sitio web con trabajos aún no publicados), mientras los revisores científicos externos examinan el estudio. Nuestra meta es ofrecer la información al público lo antes posible para que los organismos de salud pública y otros grupos la consulten y consideren, junto con otros estudios, para establecer políticas.
El hallazgo de que una prueba de anticuerpos que da positivo indica que el riesgo de reinfección es relativamente bajo tiene repercusiones importantes. Tal vez influya en las decisiones relacionadas con el regreso al lugar de trabajo físico, la asistencia escolar y otras actividades.
Estos resultados también se podrían usar para establecer el orden de prioridad de las personas para la vacunación contra el coronavirus ya que ahora la provisión es limitada, aunque los resultados no deben desalentar a nadie de vacunarse.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) o los organismos estatales de salud pública se ocupan de dar recomendaciones acerca de la forma en que las personas deben usar los resultados de las pruebas serológicas. En la actualidad, los CDC no recomiendan usar los resultados de las pruebas para tomar decisiones sobre el comportamiento personal, la situación laboral ni la distribución de vacunas.
Una complicación para interpretar los resultados de este trabajo es que las personas que se recuperan de una infección por el SARS-CoV-2 todavía tienen restos de material del virus (ácido ribonucleico o ARN) en el cuerpo durante al menos 3 meses. En general, se piensa que hay poco riesgo de que estas personas pasen el virus a otras, aunque en las PCR den resultado positivo para el virus por un tiempo.
Para responder a esta duda, nos concentramos en estudiar los datos probatorios de infecciones nuevas que aparecieron entre 90 días y 120 días después de la prueba de detección de anticuerpos inicial. Esto aumentó al máximo la probabilidad de que las PCR dieran positivo debido a una nueva infección y no por los restos de ARN del virus de la infección anterior.
Desde hace un tiempo, sabemos que las pruebas de anticuerpos al nivel de la población sirven para determinar la tasa de infección anterior en grupos grandes de personas. Esto se conoce como un estudio de seroprevalencia. Sin embargo, no se sabe si las pruebas de anticuerpos son útiles para una persona en particular.
Es decir, ¿es posible pronosticar el riesgo de infección en el futuro si sabemos que una persona tiene anticuerpos?
Además, hay varios tipos de pruebas de detección de anticuerpos, y muchas de las pruebas que se estudiaron hasta ahora se usan en el campo de investigación solo para los estudios de seroprevalencia.
Así que otra pregunta importante es si las pruebas de disponibilidad amplia, como las que usan los laboratorios principales Quest y LabCorp, sirven para evaluar el riesgo de infección de una persona en el futuro. Los resultados del estudio indican que sí.
Datos de la vida real
Para responder por completo a la pregunta de si los anticuerpos detectables protegen contra la infección y el grado de protección que ofrecen, el NCI financia estudios clínicos para vigilar las tasas de infección en grupos grandes de la población que se sabe si tienen o no anticuerpos. Sin embargo, lleva mucho tiempo completar los estudios sobre la protección serológica y tal vez no sea posible obtener respuestas claras por varios meses más.
Por este motivo, decidimos usar datos de la vida real en este estudio. Los métodos de datos de la vida real no son tan poderosos o convincentes como los estudios prospectivos que se diseñan para obtener comprobación clínica. Sin embargo, tienen enormes ventajas, como el tamaño de la población (incluye a muchas más personas) y la velocidad (se terminan mucho más rápido). También representan mejor la población en general, a diferencia de los estudios clínicos, que suelen incluir solo a un subgrupo de personas que quizás no represente a todos los grupos de la población.
Emplear datos de la vida real para responder a las preguntas clínicas requiere juntar y analizar los datos de los pacientes que provienen de muchas fuentes, como los laboratorios comerciales, las historias clínicas electrónicas y los seguros médicos privados.
Lo más importante es que todo este proceso se realiza de tal forma que se protege por completo la privacidad de los datos de salud de cada persona y cumple con las leyes sobre privacidad de los pacientes, que incluyen la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros Médicos (HIPAA).
Usar datos de la vida real también podría crear problemas en la interpretación de los resultados de un estudio (sesgos).
Por ejemplo, algunas personas cuando se enteraron de que dieron positivo en la prueba de detección de anticuerpos tal vez se comportaron de forma distinta que las personas que dieron negativo para los anticuerpos. Si las personas que dieron positivo creían que estaban protegidas durante el estudio, podrían haber participado en comportamientos que aumentan la probabilidad de exponerse al virus, como no guardar suficiente distancia de otras personas o no usar mascarilla en lugares públicos. Si esto ocurrió, el grado de protección que se calculó mediante este estudio estaría por debajo de la protección real.
También es posible que haya un sesgo en la otra dirección. Harán falta otros estudios para resolver estas dudas.
¿Cuánto dura la inmunidad?
Aunque los datos de este trabajo son muy interesantes, quedan varias preguntas importantes sin responder. Una de las más importantes es saber la duración de la inmunidad.
Solo pudimos seguir a las personas por menos de 120 días. Además, no sabemos si los anticuerpos que se detectaron en estas pruebas ofrecen protección directa o solo son un marcador de la inmunidad. Esta es una pregunta importante en algunos pocos casos de personas que se recuperaron de la COVID-19, pero no tienen anticuerpos detectables.
Sin embargo, creemos que estos datos, junto con los de otros estudios, indican que la infección por el SARS-CoV-2 ofrece una inmunidad fuerte contra la reinfección que dura al menos varios meses. Y creemos que es posible identificar la inmunidad en la mayoría de los pacientes mediante las pruebas de detección de anticuerpos disponibles para el público en los Estados Unidos.
A partir de estos resultados, los investigadores del NCI, que trabajan junto a otros organismos federales, incluso los CDC y el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), además de colaboradores de instituciones académicas y de la industria, realizarán estudios en el futuro para que las personas entiendan mejor el riesgo de reinfección por el SARS-CoV-2.