Según un estudio, los pacientes de cáncer que reciben tratamiento de salud mental viven más
, por el Equipo del NCI
Los resultados de un nuevo estudio indican que recibir un tratamiento de salud mental tal vez ayude a los pacientes de cáncer con un trastorno de salud mental a vivir más tiempo.
Más de 50 000 veteranos participaron en el estudio y recibieron tratamiento para cáncer de pulmón en el sistema del Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA). Quienes tenían enfermedad mental y recibieron tratamiento de salud mental (incluso por el consumo de sustancias) vivieron muchísimo más tiempo que quienes no participaron en estos programas. La supervivencia también fue mayor en el caso de los veteranos con enfermedad mental que recibieron asistencia para la vivienda o el empleo.
Los veteranos que recibieron atención de salud mental y apoyo social también tenían mayores probabilidades de que se les diagnosticara el cáncer en estadio temprano y de recibir un mejor tratamiento del cáncer en cualquier estadio. Los resultados se publicaron el 4 de junio en la revista JAMA Oncology.
El estudio fue retrospectivo, es decir, se analizaron acontecimientos del pasado. En este tipo de estudios no es posible descifrar por completo si algunos de los efectos observados ocurrieron por las diferencias entre las personas que recibieron un tratamiento específico y las que no lo recibieron.
“Sin embargo, observamos una disminución en el número de muertes por cualquier causa (y en particular por cáncer) de entre el 25 % y el 30 %”, indicó el investigador principal del estudio, el doctor Jacob Berchuck, del Instituto Oncológico Dana-Farber.
“Si esto fuera una píldora, una disminución del 30 % en la mortalidad por cáncer de pulmón sería una noticia de primera plana. Pienso que nuestros resultados ofrecen un respaldo sólido para evaluar la eficacia de estas intervenciones en estudios prospectivos”, añadió.
Las repercusiones podrían ser enormes
La idea original del estudio surgió cuando el doctor Berchuck era un médico que hacía su residencia en la Clínica de Veteranos del distrito Tenderloin en San Francisco, un barrio en el que siempre hubo problemas por una concentración alta de consumo de drogas y personas sin hogar.
Comentó que, “un punto clave fue ser testigo, una y otra vez, de los resultados desfavorables para la salud por la falta de vivienda, los trastornos por el consumo de sustancias y las enfermedades mentales”. “Mis pacientes venían a verme por problemas médicos que no eran tan importantes en comparación con los comportamientos de salud y necesidades sociales. Cuando se atendían esas necesidades mediante el tratamiento de salud mental y los programas sociales, vi la repercusión increíble que esos programas tenían en la vida y la salud general de los pacientes. Entonces me pregunté, ‘¿será cierto esto para la población de veteranos en general?’”.
Junto con sus colaboradores del Centro Médico del VA en San Francisco, el doctor Berchuck decidió estudiar más a fondo estos problemas relacionados, en especial, en las personas con cáncer. Examinaron los expedientes de 55 315 veteranos de este Centro del VA, en su mayoría hombres, a quienes se les diagnosticó cáncer de pulmón de células no pequeñas entre los años 2000 y 2011.
De estos veteranos, 18 229 tenían uno o más trastornos de salud mental preexistentes, que incluían el trastorno de estrés postraumático, la depresión, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y el trastorno por consumo de sustancias.
Alrededor del 57 % participó en programas de tratamiento de salud mental en el VA, antes o después de recibir el diagnóstico de cáncer, y alrededor del 12 % participó en programas del VA de vivienda o empleo. Los investigadores compararon tanto las muertes por cualquier causa como las muertes específicas por cáncer de pulmón entre las personas que recibieron tratamiento de salud mental, o asistencia para vivienda o empleo, y las que no lo recibieron.
También examinaron si recibir el tratamiento de salud mental o la asistencia para vivienda o empleo afectó el estadio del cáncer en el momento del diagnóstico y los tipos de tratamiento recibidos.
Se observaron mejoras en personas con todo tipo de trastornos
En general, los veteranos con trastornos de salud mental tenían más probabilidades de morir por cáncer de pulmón (o por cualquier otra causa) que quienes no los tenían.
Sin embargo, la participación en los programas de tratamiento de salud mental, o de asistencia para vivienda o empleo, tuvo beneficios considerables. Por ejemplo, los veteranos con trastornos de salud mental que participaron en los programas de tratamiento de salud mental tuvieron más probabilidades de recibir un diagnóstico de cáncer en un estadio más temprano. También tuvieron más probabilidades de recibir todos los tratamientos adecuados para el cáncer, sin importar el estadio en el momento del diagnóstico. Se observaron efectos semejantes en los veteranos que participaron en los programas de asistencia para vivienda y empleo.
Los veteranos con trastornos de salud mental que participaron en programas de tratamiento de salud mental, o de asistencia para vivienda o empleo, tuvieron una disminución considerable en el riesgo de morir por cualquier causa y de morir por cáncer de pulmón en particular, que quienes no participaron en esos programas. (Vea el cuadro).
Participación en programas | Riesgo menor de morir por cualquier causa | Riesgo menor de morir por cáncer de pulmón |
---|---|---|
Tratamiento de salud mental | 26 % | 23 % |
Tratamiento por consumo de sustancias | 26 % | 26 % |
Asistencia para vivienda | 28 % | 30 % |
Asistencia para empleo | 27 % | 20 % |
“Observar estos resultados en el cáncer de pulmón de células no pequeñas es muy sorprendente”, señaló la doctora Wendy Nelson, de la División de Control de Cáncer y Ciencias Demográficas (DCCPS) del NCI, que no participó en el estudio.
Se observaron resultados parecidos para todos los trastornos de salud mental que se analizaron por separado, incluso la esquizofrenia.
El estudio no se diseñó para identificar la causa de estas diferencias. Los investigadores escribieron que es probable que estas diferencias se deban a muchas causas. Entre estas, el hecho de que es más fácil que las personas participen en un tratamiento médico cuando se satisfacen sus necesidades de salud mental y apoyo social.
Explicaron que, tener más apoyo también lleva de forma indirecta a mejorar los comportamientos de salud, como una mejor alimentación y más actividad física. Además, las disminuciones en el estrés por las mejoras de salud mental, vivienda y empleo, tal vez ayuden a fortalecer el sistema inmunitario.
Aumentar la conciencia sobre las necesidades de salud mental
La doctora Nelson señaló que el VA es algo fuera de lo común entre los sistemas de prestación de atención médica en los Estados Unidos porque no solo ofrece atención médica y de salud mental sino también programas de bienestar, asistencia educativa y apoyo social. Explicó que por eso sería difícil sacar conclusiones de estos resultados para aplicarlos a otros sistemas de atención médica.
“El sistema del VA ofreció una oportunidad de estudiar estos temas en un sistema de atención médica integrada”, dijo el doctor Berchuck. “Integrar la atención social y médica sería más complicado en los sistemas civiles de atención médica del país que son más fragmentados. Nuestra esperanza es que con este estudio se cobre mayor conciencia del efecto favorable que tiene abordar la salud mental, el consumo de sustancias y las necesidades sociales en los desenlaces del cáncer y la salud en general”.
Como en el estudio se analizaron casos del pasado, los investigadores no pudieron determinar si algunas de las diferencias entre las personas que accedieron a los servicios y las que no lo hicieron influyeron en los resultados. Por ejemplo, es probable que las personas más saludables en general hayan usado más los programas de salud mental.
“Al tomar en cuenta estos resultados, [deberíamos] evaluar estos programas de una manera prospectiva”, señaló el doctor Berchuck. “Hay una señal importante aquí que resalta el efecto que tienen las inversiones en el tratamiento de salud mental y las necesidades sociales en los desenlaces del cáncer”.
Aunque en otros estudios se demostró que las personas con necesidades de salud mental insatisfechas tienen un riesgo mayor de morir por cáncer de pulmón y otros cánceres, los investigadores apenas han comenzado a explorar si satisfacer esas necesidades de tratamiento disminuye el riesgo de muerte o mejora otros aspectos del tratamiento.
Por ejemplo, la doctora Nelson estudia si abordar el estrés y los traumas durante el tratamiento del cáncer hace que los pacientes cumplan mejor con el tratamiento. En otros estudios en curso del NCI se investigan las experiencias de pacientes adultos mayores que recibieron tratamiento de salud mental además del tratamiento del cáncer.
El doctor Berchuck señala que esto es similar a la apreciación cada vez mayor de los beneficios de integrar los cuidados paliativos, que se concentran en mantener la calidad de vida de un paciente durante el tratamiento, a la medicina del cáncer. Explicó que, aunque los oncólogos conozcan lo esencial sobre el tratamiento paliativo, los pacientes a menudo se benefician al colaborar con los equipos de cuidados paliativos.
También añadió, “Pienso que es importante que los oncólogos estén conscientes de los problemas de salud mental y que integren a los expertos de salud mental en la atención médica”. “Incluso para quienes no tienen antecedentes de enfermedades de salud mental, un diagnóstico de cáncer es algo que les cambiará la vida. Además, al igual que otras áreas de la medicina del cáncer, [la salud mental] se puede beneficiar de un enfoque multidisciplinario”.