Estudio provee mayores detalles sobre sangrado posmenopáusico y cáncer de endometrio
, por Equipo del NCI
En el mayor análisis realizado hasta la fecha para estudiar hasta qué punto el sangrado vaginal está asociado con el cáncer de endometrio en mujeres que han pasado por la menopausia, 90 % de las mujeres que recibieron el diagnóstico de cáncer de endometrio notificaron la presencia de sangrado antes del diagnóstico. Aproximadamente 9 % de las mujeres en etapa posmenopáusica que consultaron a un doctor debido al sangrado, más tarde recibieron el diagnóstico de cáncer de endometrio.
A diferencia de muchos otros tipos de cáncer, el índice de cáncer de endometrio ha aumentado en años recientes, y se anticipa que seguirá aumentando durante la próxima década a nivel mundial. Se piensa que este aumento se debe en gran parte a factores que afectan las hormonas, como el aumento de los índices de obesidad y los cambios que probablemente haya en el número de hijos que tendrán las mujeres.
Si el cáncer de endometrio se detecta en la etapa inicial, la mujer tiene un 95 % de posibilidad de sobrevivir al menos 5 años. Por el contrario, cuando las mujeres reciben el diagnóstico después de que el cáncer se ha diseminado fuera del útero, la posibilidad de supervivencia de 5 años por lo menos es mucho menor, varía entre 16 a 45 %.
En la mayoría de los cánceres, cuando la persona presenta síntomas, generalmente la enfermedad está avanzada y es más difícil de tratar, explicó la doctora Megan Clarke, de la División de Epidemiología y Genética del Cáncer (DCEG) del NCI, quien dirigió el análisis. "Con el cáncer de endometrio las cosas son bien diferentes, y [el reconocimiento de los síntomas] nos da la oportunidad de intervenir" y aumentar la probabilidad de supervivencia a largo plazo, agregó la doctora.
Generalmente, cuando las mujeres en etapa posmenopáusica tienen sangrado se las remite para hacerse más pruebas a fin de descartar o diagnosticar cáncer de endometrio. Si bien se sabe que el sangrado vaginal es un síntoma de cáncer de endometrio, este estudio grande corrobora la práctica de remitir a las mujeres para hacerse más pruebas, explicó la doctora Christina Chu, del Centro Oncológico Fox Chase, quien no participó en la investigación.
"Si usted tiene sangrado después de la menopausia, debe llamar al doctor e informárselo", dijo la doctora Chu. "Para la mayoría de las mujeres, se trata de un problema benigno, pero hay cosas simples que pueden hacerse para descartar cáncer de endometrio".
Estudio del cáncer de endometrio a nivel mundial
Para tener una visión integral de la relación entre el cáncer de endometrio y el sangrado vaginal posmenopáusico, investigadores dirigidos por los doctores Clarke y Nicolas Wentzensen de la DCEG, llevaron a cabo un metanálisis de 129 estudios que incluyeron a más de 40 000 mujeres. Los datos para los estudios (que se realizaron en Europa, Norteamérica y Asia) se obtuvieron entre 1977 y 2017.
Los investigadores calcularon la prevalencia general de cáncer de endometrio entre mujeres con sangrado posmenopáusico de todos los estudios combinados y en diferentes zonas del mundo. Determinaron también si factores como el uso de terapias de reemplazo hormonal afectan la prevalencia de cáncer de endometrio.
En general, el resultado del análisis mostró que, al igual que se había observado en estudios anteriores, 90 % de las mujeres con diagnóstico de cáncer de endometrio tuvieron sangrado posmenopáusico.
El número de mujeres con sangrado posmenopáusico con diagnóstico de cáncer de endometrio tuvo variaciones alrededor del mundo. Aunque el índice general fue 9 %, varió de 5 % en Norteamérica a 13 % en Europa Occidental.
Entre los estudios que se incluyeron en el análisis, el riesgo de cáncer de endometrio en mujeres con sangrado posmenopáusico fue menor en estudios que incluyeron mujeres que usaban terapia de reemplazo hormonal. Esto puede ser debido, en parte, al hecho de que la terapia de reemplazo hormonal en sí misma puede causar sangrado, en particular durante los primeros seis meses de uso, explicó la doctora Clarke.
"Solo si el sangrado persiste después de los 6 meses iniciales [de reemplazo hormonal] podría ser más preocupante" y debería poner en marcha la realización de pruebas de detección de cáncer de endometrio, dijo la doctora.
Respaldo de las prácticas actuales de realización de pruebas
En la actualidad, las pruebas de detección de cáncer de endometrio para mujeres que tienen sangrado vaginal anormal consisten en exploraciones por imágenes con ecografía transvaginal, biopsia, o ambos procedimientos.
Si bien las personas tienden a pensar que las biopsias son invasivas y alarmantes, la biopsia de endometrio es un procedimiento sencillo similar al frotis de Papanicolaou, explicó la doctora Chu. Al igual que el frotis de Papanicolaou, puede realizarse en el consultorio del doctor y no es necesario recibir anestesia.
En su estudio, basándose en los diferentes niveles de riesgo y las diferentes estrategias de pruebas, los investigadores realizaron simulaciones en las que calcularon cuántas mujeres con sangrado posmenopáusico deberían realizarse pruebas adicionales para detectar un caso de cáncer de endometrio. Basándose en los supuestos de que el riesgo de cáncer de endometrio es 10 % (similar al observado en el metanálisis), y de que las mujeres se sometieron a pruebas subsecuentes con ecografías, los investigadores determinaron que 7 mujeres deberían hacerse la biopsia para encontrar 1 caso de cáncer.
Antes de recomendar pruebas a una mujer, los doctores deberán preguntarse lo siguiente: "Si la persona tiene sangrado posmenopáusico, ¿cuánto es su riesgo de cáncer?", explicó el doctor Wentzensen. "Nuestro cálculo de 10 % respalda la práctica actual de que estas mujeres se realicen más evaluaciones".
Ampliación del beneficio
Los hallazgos confirman que "las mujeres en etapa posmenopáusica que presentan sangrado [vaginal], tienen un riesgo bajo de padecer cáncer de endometrio, pero la gran mayoría de las mujeres con cáncer de endometrio presentan sangrado. Solo se trata de razonar el problema desde dos ángulos diferentes", explicó la doctora Chu.
Si bien no desean alarmar a nadie con estos resultados, agregó la doctora Clarke, las mujeres deben saber que hacerse las pruebas si tienen sangrado posmenopáusico "nos da la oportunidad de [posiblemente] detectar el cáncer de endometrio en estadios iniciales, lo cual brinda una gran probabilidad de cura".
El equipo de la DCEG actualmente está realizando otro estudio en colaboración con la Clínica Mayo, en el cual están observando en forma prospectiva al número de diagnósticos de cáncer de endometrio en mujeres con sangrado posmenopáusico. Esperan también usar datos del estudio para identificar marcadores moleculares de riesgo y elaborar mejores modelos que puedan determinar con mayor precisión cuáles son las mujeres que deben hacerse pruebas.
Además, los investigadores han iniciado un estudio en la Universidad de Alabama para analizar disparidades raciales en el diagnóstico de cáncer de endometrio. "Actualmente, las mujeres afroamericanas tienen una mayor probabilidad de recibir el diagnóstico de una enfermedad agresiva y una mayor probabilidad de morir por cáncer de endometrio que las mujeres blancas", explicó la doctora Clarke.
Dadas estas disparidades y el aumento de la incidencia de la enfermedad, "es un problema creciente, pero el aumento de la concientización y una mejor detección temprana pueden reducir la mortalidad por cáncer de endometrio en el futuro", concluyó el doctor Wentzensen.