Cuando la pareja ayuda a examinar la piel, la detección temprana de melanomas nuevos es mayor
, por Equipo del NCI
Las personas que han sido tratadas previamente para melanoma— y que tienen, por lo tanto, un riesgo alto de presentar un segundo melanoma— pueden buscar la compañía de su cónyuge, de un familiar o de una persona amiga y recibir entrenamiento para encontrar nuevos melanomas con éxito, mostró un nuevo estudio clínico.
En el estudio, los pacientes y sus parejas de exámenes de la piel que recibieron entrenamiento para encontrar y vigilar lunares sospechosos por algún tiempo encontraron sustancialmente más melanomas en estadio inicial que los pares de personas que recibieron solo recordatorios de sus doctores de hacerse exámenes regulares de su piel.
El entrenamiento también redujo la preocupación que sienten los pacientes con frecuencia cuando se les dice que vigilen su piel, pero no se les ofrece una guía detallada, explicó la doctora June Robinson, de la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste y autora principal del estudio.
“Puesto que tenían un entrenamiento muy específico y reglas para consultar sobre los exámenes de lunares, los [pares] se sentían cómodos en vigilar los cambios en zonas sospechosas por un tiempo”, y no sintieron la necesidad de consultar frecuentemente con sus doctores para asegurarse, dijo ella.
Los descubrimientos fueron publicados el 29 de junio en JAMA Dermatology.
Aprendizaje de sus ABCDE
El estudio inscribió a 494 personas que se habían sometido a cirugía para melanoma de estadio 0 a estadio IIB. Para poder inscribirse en el estudio, los participantes necesitaban tener una pareja regular para revisar la piel. Para muchas personas que se inscribieron, la pareja fue su cónyuge o la persona más cercana, pero algunos participantes eligieron a un amigo íntimo o hijo adulto. Tener a una pareja para revisar la piel ayuda a la gente a vigilar regularmente las zonas que son difíciles de ver de la propia persona, como la espalda, la coronilla o las nalgas.
Los investigadores asignaron a los pares a uno de los cuatro grupos. Tres grupos recibieron entrenamiento en cómo hacerse un autoexamen de la piel que se dio en persona (165 pares), en una computadora tableta (71 pares) o en un manual impreso (159 pares). El cuarto grupo (99 pares) era el control; estos pares recibieron educación normal en su oficina que enfatizó el riesgo de presentar un segundo melanoma y dirigió a los pacientes a material en Internet sobre autoexámenes de la piel pero no enseñó habilidades específicas. Para los tres grupos que recibieron el entrenamiento, un dermatólogo proporcionó un refuerzo de habilidades y comentarios durante visitas trimestrales.
Los materiales de entrenamiento para habilidades recomendaban autoexámenes de la piel mensuales y enseñó a los participantes a reconocer características preocupantes de lunares usando una tarjeta de puntuación según el método ABCDE de evaluación de lunares de apariencia anormal.
Comparados con los del grupo de control, los pacientes y sus parejas que recibieron entrenamiento de habilidades efectuaron más autoexámenes de la piel durante cada periodo anterior de 4 meses medido a 4 meses (un promedio de 1,57 más), 12 meses (un promedio de 0,72 más), y 24 meses (un promedio de 0,94 más).
Durante los 4 años del estudio, los participantes en los tres grupos de intervención identificaron un total de 43 nuevos melanomas, y sus doctores identificaron 10 más. Tres de los 10 melanomas encontrados por los doctores ocurrieron en pacientes cuya pareja había muerto durante el estudio.
Al contrario, ninguno de los pares del grupo de control identificó un nuevo melanoma, y sus doctores identificaron 16. (El grupo de control comprendía solo cerca de un cuarto de los participantes del estudio). Muy pocas visitas extra al dermatólogo—es decir, citas solicitadas fuera de las visitas trimestrales regulares— por lunares preocupantes ocurrieron ya sea en el grupo de control o en los grupos de intervención.
“Hemos estado diciendo por mucho tiempo que los individuos de un riesgo alto pueden beneficiarse de los autoexámenes hechos por la persona misma o por un ayudante si saben qué es lo que están buscando, dijo la doctora Margaret Tucker de la División de Epidemiología y Genética del Cáncer del NCI, quien no formó parte del estudio.
Aunque se necesita un estudio grande para determinar si el planteamiento es éxitoso a través de muchos centros con un rango más amplio de participantes, continuó la doctora Tucker, “Estos son datos importantes para que la Brigada de Servicios Preventivos de los Estados Unidos incluya en deliberaciones futuras acerca del papel del examen de detección de melanoma”.
“Con el aumento proyectado de melanoma en la próxima década, tal examen podría tener un impacto mayor en el costo del tratamiento del melanoma debido a la detección temprana de melanomas subsiguientes”, añadió ella. La enfermedad en estadio inicial es más fácil y menos cara para tratar que la enfermedad en estadios últimos. Sin embargo, ella advirtió también que el entrenamiento en autoexámenes de la piel no es probable que sea efectivo económicamente en la población en general, que no tiene un riesgo alto de melanoma.
También es importante que los pacientes entiendan que el entrenamiento fue diseñado para aumentar la detección temprana de melanomas nuevos, no para disminuir el riesgo de recurrencias distantes —metástasis— desde sus melanomas originales, explicó la doctora Robinson.
“Estas son dos cosas separadas, pero, puesto que estos pacientes tienen un alto riesgo [de segundos melanomas]...vale la pena que pongamos atención a lo que podemos hacer para eso”, dijo ella.
La doctora Robinson y sus colegas tienen planes de seguir a los participantes durante varios años más, para ver si los grupos de intervención siguen efectuando los autoexámenes de la piel sin el refuerzo de las visitas regulares al dermatólogo, y si la detección temprana contribuye a mejores resultados, dijo ella.
Los investigadores tienen planes también de llevar a cabo un estudio piloto para ver si la intervención del manual, entregado por correo sin un refuerzo de entrenamiento durante citas con el dermatólogo, puede ayudar a aumentar la frecuencia y efectividad de los autoexámenes de la piel.