Mejor atención para niños con cáncer resulta en vidas más largas
, por Equipo del NCI
Las mejoras graduales en el tratamiento de muchos cánceres de la niñez durante las últimas décadas han ayudado a extender la esperanza de vida de muchos supervivientes de cáncer, según lo indica un nuevo estudio. Un análisis de datos de más de 34 000 supervivientes de cánceres de la niñez mostró que el índice de mortalidad entre los supervivientes 15 años después de su diagnóstico, bajó de 12,4 por ciento a 6 por ciento entre principios de 1970 e inicios de 1990.
El doctor Gregory Armstrong, del St. Jude Children’s Research Hospital, presentó los resultados del Estudio sobre supervivientes de cánceres de la niñez (Childhood Cancer Survivor Study, CCSS) durante una sesión plenaria que tuvo lugar el 31 de mayo en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago.
A pesar de que ha habido enormes avances en el tratamiento de cánceres de la niñez, algunas terapias pueden causar problemas de salud que aparecen meses o años después de diagnosticada la enfermedad o después de que el tratamiento ha terminado. Estos efectos, llamados tardíos, pueden ser un segundo cáncer primario, enfermedades del corazón o de los pulmones, así como otros problemas de salud tales como disminución de la capacidad cognitiva y pérdida de la fecundidad.
En comparación con la población general, los supervivientes de cánceres de la niñez tienen un riesgo 15 veces mayor de morir de un segundo cáncer y un riesgo 7 veces más alto de muerte relacionada con incidentes cardíacos, resaltó el doctor Armstrong.
El nuevo estudio encontró que, entre principios de 1970 e inicios de 1990, la incidencia acumulada de muerte por "otras causas relacionadas de salud”—una categoría que principalmente consiste de mortalidad debida a efectos tardíos del tratamiento del cáncer—disminuyó de 3,1 por ciento a 1,9 por ciento. Y los supervivientes diagnosticados en los años 1990 tuvieron un menor riesgo de morir de causas como segundos cánceres, enfermedades cardíacas y enfermedades de pulmón que aquellos diagnosticados en los años 1970.
La reducción en mortalidad fue más notable en supervivientes de tumor de Wilms, linfoma de Hodgkin y leucemia linfoblástica aguda (LLA).
Los cambios en los tratamientos ocurridos durante el período del estudio comprendieron reducciones de las dosis de quimioterapia y radioterapia que recibían los pacientes jóvenes. Estas mejoras se pusieron a prueba en estudios clínicos llevados a cabo por el Grupo de Oncología Infantil (Children's Oncology Group) financiado por el NCI, y los resultados mostraron que, en muchos casos, podría reducirse la intensidad del tratamiento sin afectar la eficacia de la terapia.
Por ejemplo, en los años 1970, 85 por ciento de pacientes con LLA recibieron radiación craneal, en comparación con solo 19 por ciento en los años 1990. Las dosis de radiación usadas para tratar pacientes con linfoma de Hodgkin y tumor de Wilms también se han reducido sustancialmente. La exposición acumulada a las antraciclinas, una clase de fármacos quimioterapéuticos que pueden tener graves efectos secundarios cardíacos, también se han reducido para todas estas tres enfermedades.
Los resultados demuestran el papel importante que desempeña la terapia adaptada al riesgo, dijo Malcolm A. Smith, M.D., Ph.D., de la División de Diagnóstico y Tratamiento del Cáncer del NCI (NCI's Division of Cancer Treatment and Diagnosis). "Previamente, se había mostrado que esta estrategia generaba mayores índices de supervivencia debido a un mejor control de la enfermedad, y ahora sabemos que la mortalidad causada por efectos tardíos también se reduce por el uso de la terapia adaptada al riesgo", dijo el doctor Smith.
Las mejoras en los exámenes de detección, la detección y el tratamiento de los efectos tardíos, así como los cuidados médicos de apoyo, también han jugado un papel importante para extender la esperanza de vida de estas personas, resaltó el doctor Armstrong.
Los supervivientes de cánceres de la niñez "tienen toda la vida para padecer efectos tardíos", dijo el doctor Michael Link, M.D., de Lucile Packard Children's Hospital Stanford al hablar sobre estos resultados durante la sesión plenaria de ASCO. La reducción de la mortalidad por los efectos de salud relacionados con el tratamiento confirma que cuando se trata a niños con cáncer, "algunas veces menos es más", dijo.
Aun si el tratamiento de los cánceres de la niñez se mueve en la dirección del uso de terapias dirigidas, continuó el doctor Link, todavía persisten las preocupaciones sobre los efectos secundarios y los efectos tardíos. Él hizo un llamado para que continúen las investigaciones que ayuden a los médicos a aprender sobre factores, tales como las variantes genéticas, que pueden predecir cuáles pacientes tienen el mayor riesgo de padecer efectos tóxicos del tratamiento y efectos tardíos.