La leucemia linfoblástica aguda (también llamada leucemia linfocítica aguda o LLA) es un tipo de leucemia muy maligna que se caracteriza por la presencia de demasiados linfoblastos o linfocitos en la médula ósea y la sangre periférica. Es posible que se disemine a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, el sistema nervioso central (SNC), los testículos u otros órganos. Sin tratamiento, la LLA suele evolucionar de forma rápida.
Entre los signos y síntomas de LLA se encuentran los siguientes:
La LLA se presenta tanto en niños como en adultos. Es el tipo de cáncer más común en los niños y el tratamiento produce una buena probabilidad de curación. Para los adultos, el pronóstico no es tan optimista. En este resumen se analiza la LLA en personas adultas. Para obtener más información, consultar Tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda infantil.
Número estimado de casos nuevos y defunciones por LLA en los Estados Unidos en 2024:[1]
Se piensa que la LLA surge de la transformación maligna de las células progenitoras B o T.[2] Se observa con mayor frecuencia en los niños, pero es posible que se presente a cualquier edad. La enfermedad se caracteriza por la acumulación de linfoblastos en la médula o en varios sitios extramedulares, con frecuencia acompañada de supresión de la hematopoyesis normal. Las células leucémicas linfoblásticas B y T expresan antígenos de superficie muy similares a los característicos del desarrollo de sus respectivos linajes. Por lo general, las LLA de células precursoras B expresan CD10, CD19 y CD34 en su superficie junto con la desoxinucleotidil–transferasa terminal (TdT) nuclear, mientras que la LLA de células precursoras T expresan CD2, CD3, CD7, CD34 y TdT en la mayoría de los casos.
Es posible que algunos pacientes que presentan leucemia aguda tengan una anomalía citogenética que no se puede distinguir de manera citogenética del cromosoma Filadelfia (Ph).[3] El Ph se presenta solo en el 1 % al 2 % de los pacientes con leucemia mieloide aguda (LMA), pero se presenta en cerca del 20 % de los adultos y en un porcentaje pequeño de niños con LLA.[4] En la mayoría de los niños, y en más de la mitad de los adultos con LLA positiva para el cromosoma Ph, la anomalía molecular es diferente de la que se presenta en la leucemia mielógena crónica (LMC) positiva para Ph.
Muchos pacientes con constancia molecular del gen de fusión BCR::ABL, que caracteriza el Ph, no exhiben ningún cromosoma anormal en el análisis citogenético. Es posible que el gen de fusión BCR::ABL solo se detecte mediante hibridación fluorescente in situ (FISH) o reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RCP-RT), debido a que muchos pacientes tienen una proteína de fusión diferente de la que se encuentra en la LMC (p190 vs. p210). Estos exámenes se deberán llevar a cabo cuando sea posible en pacientes con LLA, en especial aquellos con enfermedad de linaje de células B.
La LLA L3 está relacionada con una variedad de translocaciones que incluye el protooncogén MYC y el locus del gen de inmunoglobulina t(2;8), t(8;12) y t(8;22).
Los pacientes con LLA tal vez presenten varias alteraciones hematológicas, que oscilan de pancitopenia a hiperleucocitosis. Además de los antecedentes y del examen físico, la evaluación diagnóstica inicial debe incluir los siguientes procedimientos:
Con frecuencia, se lleva a cabo de forma rutinaria una biopsia de la médula ósea y un aspirado, incluso en las LLA de células T, para determinar la extensión del compromiso medular. Se debe realizar un estudio citogenético convencional de las células malignas, ya que la detección de Ph t(9;22), los reordenamientos génicos de MYC (en la leucemia de Burkitt) y los reordenamientos génicos de MLL añaden información pronóstica importante. La citometría de flujo se debe llevar a cabo para caracterizar los antígenos que definen la expresión de linaje y determinar los subtipos específicos de la LLA. Además, para la enfermedad de células B, las células malignas se deben analizar por medio de RCP-RT y FISH para detectar el gen de fusión BCR::ABL. Este último punto es de suma importancia, ya que un diagnóstico a tiempo de la LLA Ph cambiaría el abordaje terapéutico de manera significativa.
Es posible que confunda el diagnóstico con el de la leucemia mielocítica aguda (LMA), la leucemia de células pilosas y el linfoma maligno. Es de suma importancia efectuar un diagnóstico adecuado debido a las diferencias en el pronóstico y el tratamiento entre la LLA y la LMA. El análisis inmunofenotípico es esencial porque las leucemias que no expresan mieloperoxidasa son las LMA M0, LMA M7 y LLA.
El examen de los aspirados de médula ósea o de las piezas de biopsia lo debe efectuar un oncólogo, un hematólogo, un hematopatólogo o un patólogo general experto y capaz de interpretar piezas convencionales y, en especial, piezas teñidas.
Entre los factores relacionados con el pronóstico de pacientes con LLA se encuentran los siguientes:
Otras dos anomalías cromosómicas relacionadas con un pronóstico precario son t(4;11), que se caracteriza por reordenamientos del gen MLL y que también es posible que se encuentre reordenado a pesar de otras características citogenéticas normales, y t(9;22). Además de t(4;11) y t(9;22), se ha informado que los pacientes con deleción del cromosoma 7 o trisomía 8 tienen menos probabilidades de supervivencia a 5 años cuando se les compara con pacientes que presentan cariotipo normal.[13] En un análisis multivariante, el cariotipo fue el factor pronóstico más importante de supervivencia sin enfermedad.[13][Nivel de evidencia C2]
En un seguimiento a largo plazo de 30 pacientes con LLA en remisión durante al menos 10 años se observaron 10 casos de neoplasias malignas secundarias. De 31 mujeres con supervivencia prolongada con LLA o LMA menores de 40 años, 26 continuaron con menstruación normal después de terminar el tratamiento. Entre los 36 hijos de estas sobrevivientes que nacieron vivos, se presentaron dos problemas congénitos.[14]
Las siguientes características celulares leucémicas son importantes:
En las personas adultas, el tipo morfológico L1 de la clasificación French-American-British (FAB) (linfoblastos de aspecto más maduro) está presente en menos del 50 % de los pacientes y predomina el tipo histológico L2 (más inmaduros y polimorfos).[1] La leucemia linfoblástica aguda (LLA) L3 (Burkitt) es mucho menos común que los otros dos subtipos FAB. Se caracteriza por blastocitos con vacuolas citoplasmáticas y expresión de inmunoglobulina de superficie, y con frecuencia, la médula ósea presenta una apariencia que se describe como cielo estrellado lo que se debe a la presencia de muchas células apoptósicas. La LLA L3 se relaciona con una variedad de translocaciones que incluye el protooncogén MYC y el locus del gen de inmunoglobulina t(2;8), t(8;12) y t(8;22).
Es posible que algunos pacientes que presentan leucemia aguda tengan una anomalía citogenética que no se puede distinguir morfológicamente del cromosoma Filadelfia (Ph).[2] El Ph se presenta solo en el 1 % al 2 % de los pacientes con leucemia mieloide aguda (LMA), pero se presenta en cerca del 20 % de los adultos y en un porcentaje pequeño de niños con LLA.[3] En la mayoría de los niños, y en más de la mitad de los adultos con LLA positiva para Ph, la anomalía molecular es diferente de la que se presenta en la leucemia mielógena crónica (LMC) positiva para Ph.
Muchos pacientes con constancia molecular del gen de fusión BCR::ABL, que caracteriza el Ph, no exhiben ningún cromosoma anormal en el análisis citogenético. Es posible que el gen de fusión BCR::ABL solo sea detectable mediante electroforesis en gel de campo pulsado o reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción, debido a que muchos pacientes tienen una proteína de fusión diferente de la que se encuentra en la LMC (p190 vs. p210).
Es posible dividir las células de LLA en diferentes subtipos mediante el uso de heteroantisueros y anticuerpos monoclonales (ver el Cuadro 1).[1,4-6]
Subtipo celular | Frecuencia aproximada |
---|---|
Linaje de células B tempranas | 80 % |
Células T | 10–15 % |
Células B con inmunoglobulinas de superficie | <5 % |
Cerca del 95 % de todos los tipos de LLA (excepto la de Burkitt que, por lo general, tiene un tipo morfológico L3 según la clasificación FAB) tienen una expresión elevada de desoxinucleotidil–transferasa terminal (TdT). Esta elevación es extremadamente útil en el diagnóstico; si las concentraciones de la enzima no son elevadas, entonces es posible sospechar que el diagnóstico sea LLA. Sin embargo, el 20 % de los casos de LMA expresan TdT; por lo tanto, su utilidad como marcador de linaje es limitada. Debido a que las leucemias de Burkitt se tratan de acuerdo con diferentes algoritmos de tratamiento, es importante identificar prospectivamente estos casos de forma específica por su tipo morfológico L3, ausencia de TdT y la expresión de la inmunoglobulina de superficie. Por lo general, los pacientes con leucemias de Burkitt tendrán 1 de las 3 translocaciones cromosómicas siguientes:
No hay ningún sistema de clasificación específico para esta enfermedad; se clasifica como no tratada, en remisión o recidivante.
En un paciente recién diagnosticado sin tratamiento previo, la LLA no tratada se define de la manera siguiente:
Un paciente que ha recibido tratamiento de inducción de la remisión por una LLA está en remisión si se cumplen los criterios que siguen.
El tratamiento exitoso de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) consiste en controlar la enfermedad sistémica y en la médula ósea, así como el tratamiento (o prevención) de los sitios santuarios, en particular, el sistema nervioso central (SNC).[1,2] La piedra angular de esta estrategia es la quimioterapia combinada administrada de forma sistémica con tratamiento preventivo en el SNC. La profilaxis del SNC se logra con quimioterapia (intratecal o terapia sistémica con dosis alta) y, en algunos casos, radioterapia craneal.
El tratamiento se divide en las siguientes tres fases:
La duración promedio del tratamiento para la LLA varía entre 1,5 y 3 años en el esfuerzo de erradicar la población de células leucémicas. Los adultos más jóvenes con LLA tal vez sean idóneos para participar en ciertos ensayos clínicos de LLA infantil. Para obtener más información, consultar la sección Adolescentes y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda en Tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda infantil.
La participación en un ensayo clínico es muy conveniente, a fin de asegurar un tratamiento adecuado para el paciente y obtener la mayor cantidad de información del tratamiento de esta enfermedad que, si bien responde muy bien a los tratamientos, suele ser mortal.
Estado de la enfermedad | Opciones de tratamiento |
---|---|
TMO = trasplante de médula ósea; SNC = sistema nervioso central. | |
Leucemia linfoblástica aguda no tratada | Terapia de inducción de la remisión |
Terapia profiláctica del sistema nervioso central | |
Leucemia linfoblástica aguda en remisión | Terapia de posremisión |
Terapia profiláctica del sistema nervioso central | |
Leucemia linfoblástica aguda recidivante | Quimioterapia de reinducción seguida de TMO alogénico |
Blinatumomab seguido de trasplante de médula ósea alogénico | |
Inotuzumab ozogamicina seguido de trasplante de médula ósea alogénico | |
Radioterapia paliativa | |
Dasatinib |
Entre las opciones de tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda (LLA) no tratada se incluyen las siguientes:
Es posible que entre el 60 % y el 80 % de los adultos con LLA alcancen un estado de remisión completa después del tratamiento de inducción apropiado, que consiste, por lo general, en un régimen que incluye una combinación de vincristina, prednisona y antraciclinas con asparaginasa o sin esta, lo que produce una tasa de respuesta completa de hasta el 80 %. En pacientes con LLA positiva para Ph, la tasa de remisión es, por lo general, superior al 90 % cuando los regímenes de inducción estándar se combinan con los inhibidores de tirosina–cinasas de BCR::ABL. En el estudio más grande de pacientes con LLA positiva para Ph publicado hasta la fecha, la supervivencia general (SG) a 5 años de 1913 pacientes adultos con LLA fue del 39 %.[1]
Es habitual que los pacientes que sufren una recaída después de la remisión mueran en el trascurso de 1 año, aun cuando se logre una segunda respuesta completa. Si se dispone de donantes adecuados, y si el paciente es menor de 55 años, tal vez se considere el trasplante de médula ósea para tratar esta enfermedad.[2] Por lo general, los centros de trasplantes que realizan 5 o menos trasplantes al año tienen resultados más precarios que los centros grandes.[3] En lo posible, si se contempla un trasplante alogénico, se recomienda evitar las transfusiones con hemoderivados de un posible donante.[4-10]
La mayoría de los regímenes actuales de inducción para adultos con LLA incluyen prednisona, vincristina y una antraciclina. Algunos regímenes, como aquellos que se usan en el estudio CLB-8811 del Cancer and Leukemia Group (CALGB), también añaden otros fármacos, como la asparaginasa o la ciclofosfamida. Los regímenes de inducción multifarmacológica producen tasas de respuesta completa, que van del 60 % al 90 %.[5,11]; [4,12][[1]]
Por lo general, el mesilato de imatinib se incorpora en el plan terapéutico en pacientes con LLA positiva para Ph. El mesilato de imatinib, un inhibidor de tirosina–cinasas de BCR::ABL disponible en forma oral, ha mostrado tener actividad clínica en monoterapia para la LLA positiva para Ph.[13,14][Nivel de evidencia C3] Con mayor frecuencia, en particular en pacientes más jóvenes, el imatinib se incorpora en regímenes de quimioterapia combinada. Se han publicado varios estudios de un solo grupo en los que las tasas de respuesta completa y supervivencia se comparan con controles históricos.
Evidencia (mesilato de imatinib):
En varios estudios se indica que añadir imatinib a los regímenes de inducción con quimioterapia convencional combinada da como resultado tasas de respuestas completas, tasas de supervivencia sin complicaciones y tasas de SG más altas que en los controles históricos.[15-17] En la actualidad, no es posible llegar a ninguna conclusión a partir de estos estudios, con relación a qué dosis o programa de imatinib resulta óptima.
Entre los efectos tóxicos comunes de cada uno de estos estudios se encontraron las náuseas y las anomalías en las enzimas hepáticas, por lo que se necesitó interrumpir o reducir la dosis de imatinib.[13,14] Los trasplantes alogénicos posteriores no se ven afectados de forma adversa por la adición de imatinib al régimen de tratamiento. Para obtener más información, consultar Náuseas y vómitos relacionados con el tratamiento del cáncer.
El imatinib se incorpora, por lo general, al tratamiento de los pacientes con LLA positiva para Ph debido a las respuestas observadas en los ensayos de monoterapia. Si se encuentra un donante adecuado disponible, se deberá considerar el trasplante alogénico de médula ósea porque las remisiones son en general cortas con los ensayos clínicos convencionales de quimioterapia para la LLA.
Ya que la mielodepresión es una consecuencia prevista tanto de la leucemia como de su tratamiento quimioterapéutico, los pacientes se deberán vigilar de cerca durante el tratamiento de inducción de la remisión. Deberá haber instalaciones disponibles para apoyo hematológico, así como para el tratamiento de complicaciones infecciosas.
Los cuidados médicos de apoyo durante el tratamiento de inducción de la remisión deberán incluir de forma rutinaria transfusiones de glóbulos rojos y plaquetas cuando resulte apropiado.[19,20]
Evidencia (cuidados médicos de apoyo):
La terapia antimicrobiana empírica de amplio espectro es una necesidad definitiva para los pacientes febriles con neutropenia pronunciada.[23,24] Las instrucciones cuidadosas de higiene personal, cuidado dental y reconocimiento de signos precoces de infección son apropiadas en todos los pacientes. Las instalaciones completas de aislamiento, incluso aire filtrado, comida estéril y esterilización de la flora intestinal no se indican de forma habitual, pero es posible que beneficien a los pacientes que se someten a un trasplante.[25,26]
La ablación rápida de la médula con la consiguiente regeneración temprana de la médula reduce la morbilidad y la mortalidad. Las transfusiones de glóbulos blancos quizás seas beneficiosas para algunos pacientes con médula aplásica e infecciones graves que no responden a los antibióticos.[27] Es posible que los antibióticos orales profilácticos sean apropiados en pacientes en los que se espera una granulocitopenia prolongada y profunda (<100/mm3 durante 2 semanas), aunque son necesarios más estudios.[28] En tales pacientes, es posible que los cultivos de vigilancia en serie sean útiles para detectar la presencia o adquisición de organismos resistentes.
Según se indica en el estudio CALGB (CLB-9111), el uso de factores de crecimiento mieloides durante la terapia de inducción a la remisión disminuye el tiempo para la reconstitución hematopoyética.[29,30]
La institución temprana de profilaxis del SNC es de suma importancia para lograr el control de la enfermedad que afecta un sitio santuario.
Hay otros dos subtipos de LLA que requieren una consideración especial. La LLA de células B (que expresa inmunoglobulina de superficie y anomalías citogenéticas, como t(8;14), t(2;8) y t(8;22)), por lo general no se cura con los regímenes típicos para la LLA. Los regímenes radicales muy intensivos de corta duración, como los que se usaron antes en el estudio CLB-9251 (NCT00002494), que son similares a los que se usan en el linfoma no Hodgkin de crecimiento rápido, han mostrado tasas de respuesta y curación elevadas (75 % de respuesta completa; 40 % de supervivencia sin fracaso).[31-33] De manera semejante, la LLA de células T, como el linfoma linfoblástico, ha exhibido tasas elevadas de curación cuando se trata con regímenes que contienen ciclofosfamida.[4]
Siempre que sea posible, los pacientes con LLA de células B o células T deben registrarse en ensayos clínicos diseñados para mejorar los resultados en estos subgrupos. Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento del linfoma linfoblástico de células B y la leucemia linfocítica aguda de células B en Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Entre las opciones de tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda (LLA) en remisión se incluyen las siguientes:
Los abordajes actuales para la terapia de posremisión para la LLA incluyen quimioterapia breve relativamente intensiva, seguida de cualquiera de los siguientes procedimientos:
Debido a que la terapia óptima de posremisión para pacientes con LLA aún no está clara, se debe considerar la participación en ensayos clínicos. Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento del linfoma difuso de células pequeñas no hendidas o linfoma de Burkitt en Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B.
Evidencia (quimioterapia):
La administración de los programas de dosis intensivas más nuevos puede ser difícil y se debe efectuar por médicos expertos en estos regímenes en centros equipados para tratar posibles complicaciones. Los estudios en los que se eliminó la quimioterapia de continuación o de mantenimiento tuvieron resultados inferiores a aquellos con duraciones prolongadas de tratamiento.[8,9] El imatinib se ha incorporado en los regímenes de mantenimiento de pacientes con LLA positiva para Ph.[10-12]
Evidencia (TMO alogénico y autógeno):
El TMO alogénico produce una incidencia más baja de recaída leucémica, aunque se compare con el trasplante de médula ósea de un gemelo monocigótico (TMO singénico). Este resultado ha conducido al concepto de un efecto inmunológico de injerto contra leucemia, similar a la enfermedad de injerto contra huésped (EICH). La mejoría en cuanto a la SSE en pacientes que se someten a TMO alogénico como terapia primaria posremisión se ve afectada, en parte, por el aumento de la morbilidad y la mortalidad de EICH, enfermedad venooclusiva del hígado y neumonitis intersticial.[13]
El uso de donantes compatibles no emparentados para un TMO alogénico se encuentra en evaluación, pero debido a la alta morbilidad y mortalidad relacionas con el tratamiento, se reserva para los pacientes en segunda o posteriores remisiones. La dosis administrada de irradiación corporal total se relaciona con la incidencia de EICH crónica y aguda, y es posible que sea un predictor independiente de la supervivencia sin leucemia.[18][Nivel de evidencia C1]
Evidencia (LLA de células B):
Los regímenes intensivos a base de ciclofosfamida similares a los que se usan en el linfoma no Hodgkin de crecimiento rápido han mostrado una mejoría en los resultados de la SSE para pacientes con LLA de células B (tipo morfológico L3, positiva para la inmunoglobulina de superficie).[19]
La institución temprana de profilaxis del SNC es de suma importancia para lograr el control de la enfermedad que afecta un sitio santuario. Algunos autores han indicado que hay un subgrupo de pacientes con riesgo bajo de recaída en el SNC para quienes es posible que la profilaxis del SNC no sea necesaria. No obstante, este concepto no se ha probado de manera prospectiva.[20]
La profilaxis intensiva del SNC sigue siendo un componente prominente del tratamiento.[19] Este informe, que requiere confirmación en otros entornos de grupos cooperativos, es alentador para los pacientes con LLA L3. Los pacientes con inmunoglobulina de superficie y tipo morfológico L1 o L2 no se beneficiaron de este régimen. En forma semejante, los pacientes con tipo morfológico e inmunofenotipo L3, pero con características citogenéticas atípicas, no se curaron con este abordaje. En un análisis univariante, un recuento de glóbulos blancos de menos de 50 000 por microlitro predijo una mejora de la supervivencia sin leucemia.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Entre las opciones de tratamiento para la leucemia linfoblástica aguda (LLA) recidivante se incluyen las siguientes:
Los pacientes con LLA que presentan recidiva después de la quimioterapia y el tratamiento de mantenimiento son difíciles de curar mediante quimioterapia adicional sola. Estos pacientes se deben considerar para la quimioterapia de reinducción seguida de TMO alogénico.
El blinatumomab es un anticuerpo biespecífico dirigido a CD19 y CD3. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el uso de blinatumomab en pacientes con LLA de células B en recaída o resistente al tratamiento.
Evidencia (blinatumomab):
El blinatumomab se debe considerar como terapia estándar de reinducción para aquellos pacientes con enfermedad primaria resistente al tratamiento, que es resistente a la terapia de rescate, con una primera recaída que duró menos de 12 meses, una segunda o posteriores recaídas, o cualquier recaída tras un trasplante alogénico.[9][Nivel de evidencia A1]
El inotuzumab ozogamicina es un conjugado anticuerpo-fármaco dirigido a CD22 que contiene caliqueamicina, una toxina conjugada. La FDA ha aprobado el inotuzumab ozogamicina para su administración a pacientes con LLA de células B que expresan CD22, en recaída o resistente al tratamiento.
Evidencia (inotuzumab ozogamicina):
El inotuzumab ozogamicina se debe considerar como una opción para la reinducción en pacientes con LLA con expresión de CD22 recidivante o resistente al tratamiento.[10][Nivel de evidencia B1]
Se podrían considerar dosis bajas de radioterapia paliativa entre los pacientes con recidiva sintomática, ya sea dentro o fuera del sistema nervioso central.[11]
Con frecuencia, los pacientes con LLA positiva para Ph reciben imatinib en el momento de la recaída y, por tanto, tendrán enfermedad resistente a este fármaco. El dasatinib es un nuevo inhibidor de tirosina–cinasas con eficacia contra varias mutaciones de genes de fusión BCR::ABL. Se ha aprobado su uso en pacientes con LLA positiva para Ph que son resistentes o intolerantes al imatinib. Dicha aprobación se basó en una serie de ensayos con pacientes con leucemia mielógena crónica, uno de los cuales incluyó un número pequeño de pacientes con crisis blástica linfoide o LLA positiva para Ph.
Evidencia (dasatinib):
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