¿Por qué hay un aumento rápido en el cáncer colorrectal en los adultos jóvenes?
, por el Equipo del NCI
Doug Dallmann tenía treinta y tantos años la primera vez que notó sangre en la materia fecal.
“Pero, como solo pasaba de vez en cuando y no me dolía, no le presté mucha atención y nunca se lo mencioné al médico”, escribió en un relato personal de su experiencia.
Unos años después, cuando el sangrado se volvió más frecuente e intenso, decidió hacerse una revisión. Le dijeron que la causa eran lesiones diminutas en los intestinos y que no se podían tratar.
“Pensé que me tocaba vivir con sangre en la materia fecal y dejé de prestarle atención”, escribió.
Pero luego, empezó a sentir dolores agudos en la pelvis y supo que algo andaba muy mal. En su examen físico anual, el médico no tardó mucho en encontrar el tumor. Con apenas 40 años de edad, recibió un diagnóstico de cáncer de recto en estadio 3.
Por desgracia, la experiencia de Dallmann refleja una tendencia en aumento en todo el país. Desde los años noventa, la tasa de cáncer colorrectal (que incluye el cáncer de colon y el cáncer de recto) ha aumentado a más del doble en los adultos menores de 50 años. No solo eso, sino que más jóvenes mueren por la enfermedad.
Este aumento rápido es desconcertante, en especial, porque la tasa de cáncer colorrectal cayó muchísimo en los adultos mayores, en gran parte por las colonoscopias periódicas y la disminución en las tasas de tabaquismo.
“No entendemos mucho las causas, las características biológicas o la forma de evitar el inicio temprano de la enfermedad”, comentó Phil Daschner, director de programas en la División de Biología del Cáncer del NCI. “Y es importante aprender más sobre eso porque puede afectar [los enfoques para] el tratamiento del cáncer de colon de inicio temprano y la supervivencia a la enfermedad”.
En septiembre, más de 400 científicos destacados de universidades, la industria y el gobierno, junto con defensores del paciente, se reunieron en línea para intercambiar ideas e información sobre el cáncer colorrectal en los adultos más jóvenes. El objetivo del grupo de estudio, organizado por el NCI y el Instituto Nacional de las Ciencias de Salud Ambiental (NIEHS), era identificar prioridades de investigación que respondan a preguntas importantes sobre la enfermedad.
Aunque los participantes debatieron varios aspectos del cáncer colorrectal de inicio temprano (que incluyeron la prevención, el tratamiento y la supervivencia), la prioridad principal que surgió fue la identificación de factores de riesgo y causas del cáncer colorrectal en los adultos más jóvenes.
Tasas en aumento en todo el mundo
Casi 18 000 personas menores de 50 años recibirán un diagnóstico de cáncer colorrectal este año en los Estados Unidos, comentó Rebecca Siegel, máster en Salud Pública, de la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS). Pero la enfermedad aún es poco frecuente, ya que afecta a mucho menos del 1 % de los adultos más jóvenes.
Algunos grupos se han visto afectados más que otros por el aumento en esta tendencia. Por ejemplo, aunque las personas de todas las razas presentan cáncer colorrectal cuando son jóvenes, el aumento repentino se observa sobre todo en los nativos de Alaska, los indígenas americanos y los blancos.
Sin embargo, las personas de raza negra, aún tienen más probabilidad que las de raza blanca de presentar cáncer colorrectal a una edad joven, aunque la diferencia está desvaneciendo, señaló el doctor Nathan Ellis, del Centro Oncológico de la Universidad de Arizona.
Los Estados Unidos no son el único país que enfrenta el aumento alarmante en el cáncer colorrectal de inicio temprano, indicó el doctor Jeffrey K. Lee, de Kaiser Permanente en California del Norte. También se han documentado tendencias parecidas en Canadá, Nueva Zelanda, Australia y en algunas partes de Europa y Asia. En la mayoría de estos lugares, el número de casos en los adultos más jóvenes comenzó a aumentar en alrededor de 1995.
Causas del cáncer colorrectal en los adultos jóvenes
Los expertos no saben qué causó el aumento en el cáncer colorrectal en los adultos jóvenes. Sin embargo, conocen algunos de los factores que aumentan el riesgo de cáncer colorrectal en los adultos mayores, que incluyen la obesidad, la inactividad física y el tabaquismo.
“Algunos de esos [factores de riesgo] se han vuelto más comunes en los últimos 45 años, al mismo tiempo que aumentaron los casos de inicio temprano”, comentó Daschner, quien ayudó a planificar el grupo de estudio. Por lo tanto, indicó que, es posible que algunos de los mismos factores causen el aumento en la enfermedad de inicio temprano.
Agregó que, por otro lado, tal vez haya un conjunto de factores de riesgo únicos para el cáncer colorrectal en los adultos más jóvenes que los investigadores no han identificado todavía.
Aunque ciertas afecciones genéticas, como el síndrome de Lynch y la poliposis adenomatosa familiar, suben el riesgo de tener cáncer colorrectal a una edad joven, los factores hereditarios solo causan del 10 % al 20 % de los cánceres colorrectales de inicio temprano, explicó la doctora Kimmie Ng, del Instituto Oncológico Dana-Farber.
Cuando la incidencia de una enfermedad cambia de una generación a otra, es indicación de que la causa es ambiental, en vez de biológica, agregó la doctora Ng, una idea con la que muchos participantes de la reunión estuvieron de acuerdo.
Alimentación, bacterias intestinales e inflamación
La mayoría de los debates sobre las posibles causas de la enfermedad de inicio temprano se centran en tres factores relacionados entre sí: la alimentación, las bacterias en el intestino y la inflamación.
Cada vez hay más indicios que relacionan una alimentación poco saludable (sobre todo, una con muchas carnes procesadas y grasas, con pocas frutas y verduras) con el cáncer colorrectal de inicio temprano.
Asimismo, en varios estudios se llegó a la conclusión de que tener sobrepeso o estar obeso a veces aumenta las probabilidades de presentar cáncer colorrectal de inicio temprano. A partir de datos de expedientes médicos electrónicos, el doctor Nathan Berger, del Centro Oncológico Integral Case, determinó que la mitad de los adultos más jóvenes con cáncer colorrectal tenían sobrepeso y el 17 % eran obesos.
Los investigadores señalaron que la alimentación poco saludable se ha vuelto más común en las últimas décadas. Y el número de niños y de adultos que tienen sobrepeso o que están obesos continúa en aumento.
Además, las personas en los Estados Unidos pasan más tiempo sentadas y menos tiempo en movimiento. En distintos estudios, se llegó a la conclusión de que pasar más tiempo viendo televisión también se relaciona con un riesgo mayor de cáncer colorrectal de inicio temprano, comentó la doctora y máster en Salud Pública Yin Cao, de la Universidad de Washington en St. Louis. Pero no queda claro si eso se debe a que ser menos activo puede llevar a tener sobrepeso.
Otros científicos se concentran en estudiar las bacterias que viven en el intestino, también llamada flora microbiana intestinal. A ciertos tipos de bacterias se las llama cómplices en la multiplicación y la diseminación del cáncer colorrectal, y algunas afectan la eficacia de ciertos tratamientos del cáncer.
En los estudios de laboratorio, las toxinas de varios tipos de bacterias que se suelen encontrar en el intestino humano causaron cáncer en los intestinos de ratones, explicó la doctora Cynthia Sears, una experta en enfermedades infecciosas de la Universidad Johns Hopkins.
Tal vez no sea sorprendente que las bacterias intestinales se vean afectadas por los alimentos y los productos químicos que comemos, bebemos y respiramos. En varios estudios se demostró que la alimentación, la obesidad, el ejercicio y algunos medicamentos (como los antibióticos) cambian el número y los tipos de bacterias en el intestino.
La alimentación poco saludable y las bacterias intestinales también se relacionan de otra manera. Es posible que ambas causen inflamación, que es la reacción del cuerpo a una lesión, enfermedad o irritación. En un estudio de ratones, una dieta rica en grasas activó la inflamación intestinal y aceleró el crecimiento de tumores en los intestinos.
En cuanto a las bacterias intestinales, algunas toxinas bacterianas intensifican la inflamación, comentó la doctora Sears. En algunos estudios, también se demostró que ciertas bacterias intestinales reclutan a células inmunitarias que ayudan a multiplicar el cáncer, o a inhibir células inmunitarias que combaten el cáncer. La inflamación también genera sustancias químicas dañinas que causan mutaciones del ADN y estimulan el cáncer, explicó la doctora Ng.
Además, hay enfermedades crónicas que causan inflamación intestinal, como el síndrome de colon irritable, la enfermedad de Crohn y la diabetes. La mitad de los adultos más jóvenes con cáncer colorrectal también tienen una afección crónica que causa inflamación intestinal.
Los efectos de estos factores podrían comenzar muy temprano en la vida (en la niñez, la primera infancia o incluso en el vientre materno), indicó la doctora y máster en Salud Pública Caitlin Murphy, del Centro Médico del Sudoeste de la Universidad de Texas.
Productos químicos en el ambiente
Los científicos también examinan factores en el ambiente como posibles causas del cáncer colorrectal de inicio temprano. Esos factores incluyen, por ejemplo: la contaminación del aire y el agua, los productos químicos en el suelo y los alimentos, y el uso de plaguicidas.
En el Programa Nacional de Toxicología, dirigido por el NIEHS, se identificaron 18 productos químicos que causan cáncer en los intestinos de los ratones o las ratas, comentó el doctor Rick Woychik, director del NIEHS, que también está a cargo del Programa Nacional de Toxicología. Algunos de estos productos químicos podrían dañar el ADN y es posible que causen mutaciones dañinas en las células del colon y el recto.
Otros productos químicos tal vez tengan efectos más indirectos, señaló la doctora y máster en Salud Pública Barbara Cohn, del Instituto de Salud Pública. Señaló que un ejemplo son las mezclas de ciertos productos químicos ambientales (a veces llamados obesógenos y disruptores endocrinos) que alteran el metabolismo del cuerpo y causan obesidad. La doctora Cohn explicó que, a pesar de que algunos de esos productos químicos están prohibidos ahora, su uso en décadas anteriores podría tener efectos más tarde en la vida de las personas que nacieron en esa época.
Además, es posible que algunos productos químicos ambientales tengan efectos dañinos en la compleja variedad de bacterias en el intestino, indicó el doctor Woychik.
Agregó que, las personas se exponen a muchos productos químicos al mismo tiempo, algunos de los cuales interactúan de distintas maneras. Así que, es importante considerar todas las exposiciones ambientales de una persona a lo largo de la vida, incluso las que ocurren en el vientre materno, comentó el doctor Woychik. Comentó además que es importante la manera en que esos productos químicos interactúan con las características genéticas y epigenéticas de una persona.
Fundamentar enfoques para la prevención y el tratamiento
Definir las causas y los factores de riesgo del cáncer colorrectal de inicio temprano tal vez ayude a fundamentar los enfoques para la prevención, los exámenes de detección y el tratamiento, comentó Daschner.
Por ejemplo, los profesionales médicos podrían recomendar cambios en el estilo de vida o exámenes de detección más frecuentes para las personas que, debido a sus exposiciones, tienen un riesgo mayor de presentar cáncer colorrectal a una edad joven.
Algunas organizaciones médicas recomiendan o recomendarán pronto iniciar los exámenes de detección de cáncer colorrectal antes, a los 45 años en vez de los 50 años. Para quienes son menores de 45 años, la personalización de los enfoques de detección del cáncer colorrectal según sus factores de riesgo (llamados exámenes de detección de precisión) tal vez mejore la eficacia y la rentabilidad de los exámenes de detección, explicó el doctor Lee.
Descubrir las causas y los factores de riesgo también ayudará a los científicos a conocer las características biológicas del cáncer colorrectal de inicio temprano. En particular, ayudaría a los científicos a identificar con precisión las moléculas específicas que impulsan el crecimiento del cáncer colorrectal en los jóvenes. Esto a su vez podría generar nuevas ideas para la detección y el tratamiento del cáncer colorrectal.
Por ejemplo, con algunos exámenes de detección se buscan moléculas específicas que son producto del cáncer colorrectal o los pólipos (bultos que se pueden convertir en cáncer). Saber qué moléculas son clave para el crecimiento de los tumores de inicio temprano podría ayudar a los investigadores a diseñar exámenes de detección o pruebas diagnósticas personalizadas para los adultos más jóvenes. También podría ayudarlos a diseñar tratamientos que se dirijan a esas moléculas clave (un enfoque conocido como terapia dirigida).
Primero, más conciencia
Aunque por la pandemia de la COVID-19 este grupo de estudio, planeado desde hace tiempo, se vio obligado a reunirse en línea, de todos modos participaron expertos en muchos campos, comentó Daschner.
Agregó que, “esperamos que la reunión estimule colaboraciones de investigación en esta variedad de campos” para lograr más avances. Para continuar el fomento de la investigación en esta área, el NCI publicó una oportunidad de financiamiento para investigación sobre las causas de los cánceres de inicio temprano.
Pero por ahora, muchos de los participantes de la reunión estuvieron de acuerdo con que hay un paso aún más apremiante: crear conciencia sobre las señales de alerta tempranas del cáncer de colon en los adultos más jóvenes.
Varios participantes de la reunión enfatizaron que, tanto los jóvenes como los médicos necesitan abandonar la idea de que el cáncer colorrectal es una “enfermedad de viejos”. Asimismo, señalaron que, las personas deberían acostumbrarse a mirar su materia fecal y notar si hay cambios.
“En retrospectiva, ojalá hubiera prestado más atención a los síntomas”, señaló Dallmann, el joven que pasó por alto los síntomas y que tuvo un diagnóstico equivocado por años. Por eso sigue contando su historia. Comentó que inspiró a que varios familiares y amigos se hicieran los exámenes de detección, y a algunos de ellos les encontraron pólipos.
Agregó que, “se siente como una contribución pequeña por la cantidad de apoyo increíble que recibí de mis amigos, compañeros de trabajo, familiares, mi grupo de apoyo del cáncer y de aquellos en la comunidad del cáncer en línea que tal vez nunca conoceré en persona". “Espero seguir ayudando a los demás contando mi experiencia”.