Número estimado de casos nuevos y defunciones por leucemia mieloide crónica (LMC) en los Estados Unidos en 2024:[1]
La LMC, también llamada leucemia mielógena, granulocítica o mielocítica crónica, forma parte de un grupo de enfermedades llamadas trastornos mieloproliferativos. Otras entidades relacionadas con la LMC son las siguientes:
Para obtener más información, consultar Tratamiento de las neoplasias mieloproliferativas crónicas.
La LMC se identifica por la presencia de demasiados mieloblastos en la sangre y la médula ósea, y la enfermedad empeora a medida que aumenta el número de mieloblastos.
Este tipo de leucemia es un trastorno clonal de diagnóstico sencillo porque las células leucémicas de más del 95 % de los pacientes exhiben una anomalía citogenética distintiva, el cromosoma Filadelfia (Ph).[2]
El cromosoma Filadelfia es el resultado de una translocación recíproca entre los brazos largos de los cromosomas 9 y 22, y es identificable en todos los precursores hematopoyéticos.[3] Esta translocación produce la transferencia del oncogén ABL en el cromosoma 9 a un área del cromosoma 22 denominada región de ruptura (dentro del gen BCR).[3] Esto, a su vez, produce un gen de fusión BCR::ABL a partir del que se elabora una proteína tirosina–cinasa anormal que causa la mielopoyesis desordenada propia de la LMC. La translocación 9;22 se detecta en sangre periférica mediante análisis molecular.
Aunque la LMC puede ser asintomática, la esplenomegalia es el hallazgo más frecuente durante el examen físico en el momento del diagnóstico.[4] En ocasiones, el bazo es enorme, ocupa la mayor parte del abdomen, causa dolor o sensación de saciedad y puede llegar a producir un problema clínico importante; en otras ocasiones, el bazo está solo un poco agrandado. El bazo no se puede palpar ni se observa un aumento de tamaño en la tomografía computarizada (TC) de cerca del 10 % de los pacientes.
Otros síntomas que presentan algunos pacientes son los siguientes:
La transición entre las fases crónica, acelerada y blástica a veces ocurre de manera gradual durante 1 año o más, pero otras veces es abrupta (crisis blástica). Los pacientes con LMC en fase acelerada muestran signos de progresión sin cumplir los criterios de crisis blástica (leucemia aguda). Los signos y síntomas que indican un cambio de la LMC a la fase acelerada son los siguientes:
Los signos y síntomas que indican un cambio a una crisis blástica, además de los síntomas de la LMC en fase acelerada, son los siguientes:
En la fase acelerada, las células diferenciadas persisten, aunque a menudo exhiben anomalías morfológicas en aumento. El paciente presenta empeoramiento de la anemia, la trombocitopenia y la fibrosis medular.[4]
Los factores de riesgo de la LMC son los siguientes:
Además de la historia clínica y el examen físico, la evaluación diagnóstica inicial incluye los siguientes procedimientos:
La mediana de edad de los pacientes con LMC positiva para el cromosoma Filadelfia es de 67 años.[9] Con la llegada de los inhibidores de tirosina–cinasas (ITC) orales, se proyecta que la mediana de supervivencia se aproxime a la esperanza de vida normal para la mayoría de los pacientes.[10]
La LMC negativa para el cromosoma Filadelfia es una entidad poco definida que se distingue de manera menos clara de otros síndromes mieloproliferativos. Los pacientes con LMC negativa para el cromosoma Filadelfia por lo general tienen una respuesta más precaria al tratamiento y una supervivencia más corta que los pacientes positivos para el cromosoma Filadelfia.[11] Los pacientes negativos para el cromosoma Filadelfia, pero que tienen reordenamientos génicos BCR::ABL detectables mediante la técnica de Southern, presentan un pronóstico equivalente a los pacientes positivos para el cromosoma Filadelfia.[6,12]
El examen histopatológico del aspirado de médula ósea de pacientes con leucemia mieloide crónica (LMC) demuestra un cambio de la serie mieloide a formas inmaduras que aumentan en número a medida que los pacientes progresan a la fase blástica de la enfermedad. La médula es hipercelular y los recuentos diferenciales de médula ósea y sangre muestran una combinación de granulocitos maduros e inmaduros, como los que se encuentran en la médula ósea normal. A menudo aumenta el número de eosinófilos o basófilos y, a veces, se observa monocitosis. Muchas veces aumenta la cantidad de megacariocitos en la médula ósea y, a veces, hay fragmentos de núcleos megacariocíticos en la sangre, en especial cuando el recuento plaquetario es muy alto. El porcentaje de linfocitos se reduce tanto en la médula como en la sangre, en comparación con las muestras normales. La proporción mieloide:eritroide en la médula ósea suele ser muy elevada. La enzima fosfatasa alcalina leucocitaria está ausente, o se reduce de manera importante, en los neutrófilos de los pacientes con LMC.[1]
La mayoría de los pacientes no requieren examen de médula ósea. Sin embargo, se indican los análisis de la médula ósea en pacientes con fiebre, malestar general, esplenomegalia progresiva rápida y más de un 10 % de blastocitos circulantes. En los pacientes con LMC, se usan muestras de médula ósea para evaluar la celularidad, la fibrosis y las características citogenéticas. Las pruebas con reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) o hibridación fluorescente in situ (FISH) en aspirados de sangre o médula ósea sirven para demostrar la presencia de la translocación 9;22.[1]
La LMC en fase crónica se caracteriza por los hallazgos de la médula ósea y las características citogenéticas que se enumeran a continuación, pero con menos de un 10 % de blastocitos y promielocitos en la sangre periférica y la médula ósea.[2] Los siguientes factores predicen una fase crónica más corta después del tratamiento con inhibidores de tirosina–cinasas.
Con estas características se han formulado análisis multivariantes para usar en modelos predictivos.[5-7]
La tasa de progresión desde la fase crónica hasta la crisis blástica es de un 5 % a un 10 % en los primeros 2 años y de un 20 % en los años siguientes.[5]
Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento de la leucemia mieloide crónica en fase crónica.
La LMC en fase acelerada se caracteriza por un 10 % a un 19 % de blastocitos en sangre periférica o médula ósea.[2]
Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento de la leucemia mieloide crónica en fase acelerada.
La LMC en fase blástica se caracteriza por un 20 % o más blastocitos en sangre periférica o médula ósea.
Cuando hay un 20 % o más de blastocitos junto con fiebre, malestar general y esplenomegalia progresiva, el paciente ha entrado en crisis blástica.[2]
Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento de la leucemia mieloide crónica en fase blástica.
El tratamiento de los pacientes con leucemia mieloide crónica (LMC) suele iniciar en el momento del diagnóstico, que se basa en la presencia de un recuento elevado de glóbulos blancos, esplenomegalia, trombocitosis e identificación de la translocación BCR::ABL.[1]
Fase | Opciones de tratamiento |
---|---|
LMC = leucemia mieloide crónica. | |
LMC en fase crónica | Terapia dirigida con inhibidores de tirosina–cinasas |
Trasplante alogénico de médula ósea o células madre | |
LMC en fase acelerada | Terapia dirigida con inhibidores de tirosina-cinasas |
Trasplante de células madre alogénico | |
LMC en fase blástica | Terapia dirigida con inhibidores de tirosina–cinasas |
Trasplante alogénico de médula ósea o células madre | |
LMC en recaída | Terapia dirigida con inhibidores de tirosina–cinasas |
El tratamiento óptimo de primera línea para los pacientes con LMC en fase crónica incluye inhibidores específicos de la tirosina–cinasa BCR::ABL. Aunque el mesilato de imatinib se ha estudiado ampliamente en pacientes con LMC, también se han evaluado otros inhibidores de tirosina–cinasas (ITC) de mayor potencia y selectividad para BCR::ABL que el imatinib.[1-4] La cirugía bariátrica impide la correcta absorción de los ITC orales, lo que produce respuestas subóptimas.[5]
El trasplante alogénico de médula ósea (TMO) o de células madre (TCM) también se han utilizado con intención curativa.[6] Se dispone de datos a largo plazo de más de 10 años de tratamiento y la mayoría de los sobrevivientes a largo plazo no muestran indicios de la translocación BCR::ABL en ninguna prueba disponible (por ejemplo, análisis citogenético, reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa o hibridación fluorescente in situ). Sin embargo, algunos pacientes no son aptos para este abordaje debido a la edad, las condiciones comórbidas o la falta de un donante adecuado. Además, hay gran morbilidad y mortalidad derivada del TMO o TCM alogénico; se anticipa una mortalidad relacionada con el tratamiento del 5 % al 10 %, según la disponibilidad de donante emparentado y la presencia de antígenos incompatibles.[6]
Evidencia (TCM alogénico vs. tratamiento farmacológico):
Se observaron desenlaces similares en los pacientes sometidos a un TCM alogénico debido a intolerancia o incumplimiento con el ITC.[7]
También se dispone de datos a largo plazo para los pacientes tratados con interferón α.[8-10] Alrededor del 10 % al 20 % de estos pacientes presentan una respuesta citogenética completa sin indicios de la translocación BCR::ABL en las pruebas disponibles, y la mayoría de ellos están libres de enfermedad después de 10 años. Sin embargo, se requiere terapia de mantenimiento con interferón y algunos pacientes experimentan efectos secundarios que impiden continuar el tratamiento.
La hidroxiurea es superior al busulfano en la fase crónica de la LMC, con una mediana de supervivencia significativamente más larga y menos efectos adversos graves.[11] A menudo se usa una dosis de 40 mg/kg por día al principio y, con frecuencia, se reduce rápidamente el recuento de glóbulos blancos (GB). Cuando el recuento de GB cae por debajo de 20 × 109/l, se suele reducir y ajustar la dosis de la hidroxiurea para mantener un recuento de GB entre 5 × 109/l y 20 × 109 /l.
La hidroxiurea se usa de manera primaria para estabilizar a los pacientes con hiperleucocitosis o como terapia paliativa cuando no hay respuesta a otras terapias.
Las opciones de tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC) en fase crónica son las siguientes:
El tratamiento inicial preferido para los pacientes con LMC en fase crónica recién diagnosticada podría ser cualquiera de los inhibidores específicos de la tirosina–cinasa BCR::ABL (como nilotinib, dasatinib, bosutinib o imatinib).[1] Con cualquiera de estos fármacos, las tasas a 10 años de supervivencia sin complicaciones y de supervivencia general (SG) superan el 80 %.[2-4]
Las siglas para las tasa de respuesta de LMC utilizadas en esta sección son las siguientes:
Una concentración de transcritos BCR::ABL del 10 % o inferior en pacientes después de 3 meses de tratamiento con un ITC específico (se considera RMT) se relaciona con mejor pronóstico en términos de supervivencia sin fracaso, supervivencia sin progresión (SSP) y SG.[5-10] Sin embargo, en un análisis retrospectivo, incluso los pacientes con una concentración de transcritos BCR::ABL superior al 10 % después de 3 meses de tratamiento tuvieron buenos resultados cuando el tiempo de reducción a la mitad fue inferior a 76 días.[11]
Es problemático exigir un cambio de terapia basado en esta concentración de transcritos del 10 % a los 3 a 6 meses porque el 75 % de los pacientes evolucionan bien, incluso con una respuesta subóptima.[12] Después de 1 año, el objetivo de respuesta ideal es obtener una RMM, que se define como una concentración de BCR::ABL inferior o igual al 0,1 %. El objetivo ideal es una RMP, que se define por reducción de 4 en escala logarítmica (BCR::ABL ≤ 0,01 %) o que la concentración se torne indetectable, lo que suele suceder cuando la concentración de BCR::ABL ≤ 0,001 % (RM 5).[13]
Evidencia (terapia dirigida con ITC):
En ensayos prospectivos aleatorizados, el nilotinib, el dasatinib y el bosutinib mostraron tasas más altas de RMM más tempranas, en comparación con el imatinib. No está claro si esto se traducirá en mejores resultados a largo plazo.[8,9,17][Nivel de evidencia B3] En un estudio de fase II con varias dosis de dasatinib en pacientes mayores de 70 años, se observó una respuesta óptima y una reducción de la toxicidad a partir de 20 mg una vez al día, con aumento de la dosis de ser necesario, en comparación con la dosis estándar de 100 mg al día.[19][Nivel de evidencia C3]
No está claro si se puede interrumpir el tratamiento con ITC en los pacientes que obtienen una RMP. Varios informes no aleatorizados se resumen de la siguiente manera:[20-24][Nivel de evidencia C3]
No obstante, se desconoce la duración de la remisión y la profundidad de la respuesta después de la reinducción de un ITC previo. Los datos para recomendar la interrupción universal de los ITC son insuficientes, incluso en los pacientes con una remisión molecular profunda o completa. Es necesario realizar un seguimiento (es decir, al menos cada 3 meses inicialmente, aunque el intervalo preciso no está bien definido) después de suspender el tratamiento porque se han observado recaídas incluso después de 2 a 3 años. Se notificó síndrome de abstinencia con mialgias y artralgias después de suspender el tratamiento con ITC.[26] Las evaluaciones de la calidad de vida indican que hay mejoras en el funcionamiento social, la diarrea y la fatiga después de suspender el tratamiento con ITC.[27][Nivel de evidencia C1]
El único tratamiento curativo de manera uniforme para los pacientes con LMC ha sido el trasplante alogénico de médula ósea (TMO) o células madre (TCM).[28-30] Los pacientes menores de 60 años con un gemelo idéntico, o con donantes fraternos compatibles según los antígenos leucocitarios humanos (HLA), se pueden considerar para recibir un TMO temprano en la fase crónica de la enfermedad. Aunque el procedimiento se relaciona con morbilidad y mortalidad agudas considerables, de un 50 % a un 70 % de los pacientes que reciben el trasplante en la fase crónica de la enfermedad se curan. Los resultados son mejores en los pacientes más jóvenes, en especial en los menores de 20 años. Los desenlaces de los pacientes que se someten a un trasplante en las fases acelerada y blástica de la enfermedad son progresivamente peores.[31,32] La mayoría de las series de pacientes receptores de trasplantes indican una mejora de la supervivencia cuando el procedimiento se realiza en el transcurso de 1 año después del diagnóstico.[33-35][Nivel de evidencia C1] Sin embargo, los datos que respaldan el trasplante temprano no se han confirmado en ensayos controlados.
Evidencia (TCM alogénico):
Aunque la mayoría de las recaídas se presentan en el transcurso de los 5 años del trasplante, hay casos donde se han presentado hasta 15 años después del TMO.[39] En un análisis molecular de 243 pacientes sometidos a TMO alogénico durante un intervalo de 20 años, solo el 15 % tenían resultados de transcritos de BCR::ABL indetectables mediante análisis de PCR.[40] El riesgo de recaída es menor en los pacientes que recibieron un trasplante temprano y en los pacientes que presentaron EICH crónica.[32,41] En una revisión retrospectiva, los pacientes con enfermedad en recaída después de un trasplante alogénico que recibieron ITC tuvieron una tasa de SG a 3 años del 60 %.[42][Nivel de evidencia C1]
Con la introducción de la terapia con imatinib, dasatinib, bosutinib y nilotinib, se ha cuestionado el momento oportuno y la secuencia de los trasplantes de médula ósea (TMO) o de células madre (TCM) alogénicos.[43] El TCM alogénico es la opción preferida para los pacientes que presentan enfermedad en fase blástica, los que tienen mutación en el gen T315I resistente al ponatinib (un ITC oral) y aquellos pacientes con intolerancia completa a las opciones farmacológicas.[44] Se observaron desenlaces similares en los pacientes sometidos a un TCM alogénico debido a intolerancia o incumplimiento del ITC.[45]
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Las opciones de tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC) en fase acelerada son las siguientes:
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó el bosutinib como tratamiento de primera línea para los pacientes con LMC en fase acelerada. Estos pacientes se incluyeron en el ensayo inicial de fase I/II en el que se observó una mejora de la eficacia, en comparación con el imatinib, en función de las tasas de respuesta y la respuesta molecular mayor a los 5 años de seguimiento.[1][Nivel de evidencia C3]
La inducción de la remisión con un ITC y la consideración de un TCM alogénico para los pacientes con respuestas precarias, cuando es posible, es un abordaje estándar para los pacientes con LMC en fase acelerada.[2]
Evidencia (imatinib vs. TCM alogénico):
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Las opciones de tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC) en fase blástica son las siguientes:
El bosutinib, el mesilato de imatinib, el dasatinib y el nilotinib demostraron actividad en pacientes con crisis blástica mieloide y crisis blástica linfoide o leucemia linfoblástica aguda (LLA) positiva para el cromosoma Filadelfia (Ph).[1-3]
Evidencia (terapia dirigida con ITC):
Se debe considerar el trasplante de médula ósea (TMO) o de células madre (TCM) alogénico cuando sea posible, según la respuesta y la durabilidad de la respuesta.[8-12]
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Las opciones de tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC) en recaída son las siguientes:
La LMC en recaída se caracteriza por cambios que indiquen progresión de la enfermedad desde un estado de remisión estable, como los siguientes:
La detección de la translocación BCR::ABL mediante prueba de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RT-PCR) durante remisiones prolongadas no constituye una recaída por sí sola. Sin embargo, la reducción exponencial en la medida cuantitativa de la RT-PCR durante 3 a 12 meses se correlaciona con el grado de respuesta citogenética, de la misma manera que el aumento exponencial se puede relacionar con una medida cuantitativa de RT-PCR estrechamente relacionada con la recaída clínica.[1] El fracaso del tratamiento evidente se define como una pérdida de la remisión hematológica o progresión a una LMC en fase acelerada o crisis blástica. Un aumento constante de las concentraciones de BCR::ABL en la RT-PCR indica una recaída de la enfermedad.
En caso de fracaso del tratamiento o respuesta subóptima, los pacientes se deben someter a un análisis de la mutación del dominio de cinasa en BCR::ABL para ayudar a guiar el tratamiento con los ITC más nuevos o con un trasplante alogénico.[2,3]
Las mutaciones del dominio de tirosina–cinasa pueden conferir resistencia al mesilato de imatinib. En este entorno se ha estudiado el uso de otros ITC, como dasatinib, nilotinib o bosutinib, dosis más altas de mesilato de imatinib y trasplante de células madre (TCM) alogénico.[4-16] En particular, la mutación en T315I caracteriza la resistencia al imatinib, dasatinib, nilotinib y bosutinib.
El ponatinib es un ITC oral que tiene actividad en pacientes con mutaciones en el gen T315I o en quienes fracasó el tratamiento con otro ITC.[17-19] En múltiples estudios de fase II, se concluyó que la administración de una dosis inicial de 45 mg, con una disminución a 15 mg en el momento de la respuesta resulta en una respuesta óptima (≤ 1 % BCR::ABL) y menor toxicidad.[20,21][Nivel de evidencia C3] El ponatinib se relaciona con un aumento de los eventos adversos cardiovasculares. Los pacientes con enfermedad cardiovascular significativa, hipertensión o diabetes mellitus se excluyeron de los ensayos clínicos.[20,21]
Evidencia (ponatinib):
El asciminib es un inhibidor alostérico de BCR::ABL que actúa en el bolsillo miristoilo de ABL, un sitio distinto de los que usan los ITC.
Evidencia (asciminib):
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Los miembros del Consejo editorial del PDQ® sobre el tratamiento para adultos seleccionaron estas referencias bibliográficas por su importancia en el entorno del tratamiento de la leucemia mieloide crónica (LMC). Esta lista se proporciona para informar a los interesados sobre estudios importantes que han ayudado a conformar la comprensión actual sobre las opciones de tratamiento para la LMC. A continuación, se indican las secciones del resumen en las que se citaron las referencias.
Citada en:
Citada en:
Citada en:
Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Aspectos generales de las opciones de tratamiento de la leucemia mieloide crónica
Se revisó el Cuadro 1, Opciones de tratamiento según la fase de la leucemia mieloide crónica.
Se añadió a Hochhaus et al. como referencia 4.
Tratamiento de la leucemia mieloide crónica en fase crónica
Se añadió texto sobre un estudio prospectivo en el que se incluyó a 405 pacientes con LMC recién diagnosticada. Los pacientes se asignaron al azar a recibir asciminib, mesilato de imatinib, nilotinib, dasatinib o bosutinib (se citó a Hochhaus et al. como referencia 18 y nivel de evidencia C1).
Se añadió Mahon et al. como referencia 20.
Se añadió texto para indicar que en otro informe retrospectivo con una mediana de seguimiento de 3 años se encontraron 3 factores medibles predictivos del mantenimiento de la RMM: mayor duración del tratamiento con inhibidores de tirosina–cinasas (ITC), mayor duración de la respuesta molecular profunda en el tratamiento con ITC y ausencia de células blásticas en sangre periférica en el momento del diagnóstico.
Se revisó el texto para indicar que no hay suficientes datos para recomendar la interrupción universal de los ITC, incluso en este grupo de pacientes con una remisión profunda o completa.
Tratamiento de la leucemia mieloide crónica en recaída
Se añadió texto para indicar que el ponatinib se relaciona con un aumento de los eventos adversos cardiovasculares. Los pacientes con enfermedad cardiovascular significativa, hipertensión o diabetes mellitus han sido excluidos de los ensayos clínicos.
El Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos es responsable de la redacción y actualización de este resumen y mantiene independencia editorial respecto del NCI. El resumen refleja una revisión independiente de la bibliografía médica y no representa las políticas del NCI ni de los NIH. Para obtener más información sobre las políticas relativas a los resúmenes y la función de los consejos editoriales del PDQ responsables de su actualización, consultar Información sobre este resumen del PDQ e Información del PDQ® sobre el cáncer dirigida a profesionales de la salud.
Este resumen de información del PDQ sobre el cáncer dirigido a profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y basada en la evidencia sobre el tratamiento de la leucemia mieloide crónica. El objetivo es servir como fuente de información y ayuda para los profesionales clínicos durante la atención de pacientes. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.
El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos, que mantiene independencia editorial respecto del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa este resumen de manera periódica y, en caso necesario, lo actualiza. Este resumen es el resultado de una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de política del NCI ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Cada mes, los integrantes de este consejo revisan los artículos publicados recientemente para determinar lo siguiente:
Los cambios en los resúmenes se deciden mediante consenso de los integrantes del consejo después de evaluar la solidez de la evidencia de los artículos publicados y determinar la forma de incorporar el artículo en el resumen.
Los revisores principales del sumario sobre Tratamiento de la leucemia mieloide crónica son:
Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este resumen se debe enviar al Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer. Por favor, no enviar preguntas o comentarios directamente a los integrantes del consejo, ya que no responderán consultas de manera individual.
Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos emplea un sistema de jerarquización formal para asignar los niveles de evidencia científica.
PDQ (Physician Data Query) es una marca registrada. Se autoriza el uso del texto de los documentos del PDQ; sin embargo, no se podrá identificar como un resumen de información sobre cáncer del PDQ del NCI, salvo que el resumen se reproduzca en su totalidad y se actualice de manera periódica. Por otra parte, se permitirá que un autor escriba una oración como “En el resumen del PDQ del NCI de información sobre la prevención del cáncer de mama se describen, de manera concisa, los siguientes riesgos: [incluir fragmento del resumen]”.
Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre el tratamiento para adultos. PDQ Tratamiento de la leucemia mieloide crónica. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/leucemia/pro/tratamiento-lmc-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
Las imágenes en este resumen se reproducen con autorización del autor, el artista o la editorial para uso exclusivo en los resúmenes del PDQ. La utilización de las imágenes fuera del PDQ requiere la autorización del propietario, que el Instituto Nacional del Cáncer no puede otorgar. Para obtener más información sobre el uso de las ilustraciones de este resumen o de otras imágenes relacionadas con el cáncer, consultar Visuals Online, una colección de más de 2000 imágenes científicas.
Según la solidez de la evidencia, las opciones de tratamiento se clasifican como “estándar” o “en evaluación clínica”. Estas clasificaciones no se deben utilizar para justificar decisiones sobre reembolsos de seguros. Para obtener más información sobre la cobertura de seguros, consultar la página Manejo de la atención del cáncer en Cancer.gov/espanol.
Para obtener más información sobre las opciones para comunicarse con el NCI, incluso la dirección de correo electrónico, el número telefónico o el chat, consultar la página del Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer.