Número estimado de casos nuevos y defunciones por la leucemia linfocítica crónica (LLC) en los Estados Unidos en 2024:[1]
La LLC es un trastorno de linfocitos morfológicamente maduros pero inmunológicamente inmaduros, que se manifiesta por la acumulación progresiva de estas células en la sangre, la médula ósea y los tejidos linfáticos.[2]
La evolución clínica de esta enfermedad progresa desde una linfocitosis de escasa malignidad sin otros indicios de enfermedad hasta una hiperplasia linfática generalizada con pancitopenia simultánea. Las complicaciones de la pancitopenia incluyen hemorragia e infección, que son unas de las causas principales de muerte en estos pacientes.[3] La alteraciones inmunológicas, como la anemia hemolítica con resultado positivo en la prueba de Coombs, la trombocitopenia inmunitaria y las concentraciones bajas de inmunoglobulinas, complican el tratamiento de la LLC.[4]
Las pruebas y procedimientos que se usan para el diagnóstico de la LLC son los siguientes:[5]
En este trastorno, el recuento de linfocitos en sangre a menudo supera o iguala 5000/mm3 de células que exhiben un inmunofenotipo característico (células B positivas para CD5 y DC23 [CD5+ y CD23+]).[6,7] A medida que se dispone de pruebas más sensibles para la detección en la sangre periférica de células B monoclonales parecidas a las de la LLC, los investigadores han logrado detectar linfocitosis monoclonal de células B en el 3 % de los adultos mayores de 40 años y en el 6 % de los adultos mayores de 60 años.[8] Es posible que dicha detección y diagnóstico tempranos indiquen una falsa mejora de la supervivencia en este grupo de pacientes, y quizás generen preocupaciones innecesarias o conlleven a tratamiento de algunos pacientes que permanecerían sin diagnóstico durante toda su vida, esta situación se conoce como sobrediagnóstico o pseudoenfermedad.[9,10]
La confusión con otras enfermedades a veces se evita mediante la determinación de los marcadores de superficie celular. Los linfocitos de la LLC coexpresan los antígenos CD19 y CD20 de las células B, y el antígeno CD5, que es propio de las células T.[11] Esta coexpresión solo sucede en otra enfermedad: el linfoma de células de manto. Las células B de la LLC expresan concentraciones relativamente bajas de inmunoglobulina de membrana (en comparación con las células B en sangre periférica normal) y una cadena ligera única (κ o λ).[12] La LLC se diagnostica cuando hay un incremento absoluto en la linfocitosis o hay infiltrado en la médula ósea que se acompañan de características morfológicas e inmunofenotípicas propias confirmatorias de una población clonal específica. En un análisis de una base de datos, casi todos los pacientes con diagnóstico de LLC exhibían clones de células B prediagnósticos en sangre periférica (en las muestras disponibles) hasta 77 meses antes del diagnóstico.[7,13]
Cerca del 1 % de los casos de LLC morfológicos expresan marcadores de células T (CD4 y CD7) y reordenamientos clonales de los genes del receptor de células T. Estos pacientes tienen una frecuencia más alta de lesiones cutáneas, linfocitos con formas variables y una mediana de supervivencia más corta (13 meses) con respuestas mínimas a la quimioterapia y a los inhibidores de los receptores de células B.[14]
El diagnóstico diferencial debe excluir las siguientes entidades:
La cladribina (2-clorodeoxiadenosina) es un fármaco activo (tasa de remisión completa del 60 %) en pacientes con LPL de células B de nueva aparición.[22][Nivel de evidencia C3] Se han notificado respuestas esporádicas a venetoclax.[23][Nivel de evidencia C3] El alemtuzumab, un anticuerpo monoclonal humanizado anti-CD52, se utilizó en 76 pacientes con LPL de células T después del fracaso de la quimioterapia previa (por lo general, de pentostatina o cladribina). La tasa de respuesta fue del 51 % (intervalo de confianza 95 %, 40–63 %) y la mediana de tiempo hasta la progresión fue de 4,5 meses (intervalo, 0,1–45,4 meses).[24][Nivel de evidencia C3] Otros investigadores confirmaron estas tasas de respuesta.[25] Los pacientes con LLC que exhiben transformación prolinfocitoide mantienen el fenotipo clásico de la LLC y tienen un pronóstico más precario que los pacientes de LPL.
Los marcadores pronósticos ayudan a clasificar a los pacientes en los ensayos clínicos, también sirven para evaluar la necesidad de tratamiento y seleccionar el tipo de tratamiento.[2,35,36] Los factores pronósticos que quizás ayuden a predecir el desenlace clínico son el subgrupo citogenético, el estado mutacional de la inmunoglobulina y el inmunofenotipo de CD38.[2,37-45]
Los factores pronósticos son los siguientes:
Estos hallazgos ponen énfasis en la necesidad de estudios prospectivos de las combinaciones de estos marcadores pronósticos.[52]
Otros factores pronósticos son los siguientes:
Un índice pronóstico internacional (IPI) para la LLC (LLC-IPI) permitió identificar 4 subgrupos pronósticos a partir del estado mutacional de IGH, el estadio clínico, la edad (≤65 vs. >65 años), y el estado de TP53 (sin anomalías vs. del(17p) o mutación en TP53 o ambas).[66] Mediante un sistema de clasificación para predecir el tiempo hasta el primer tratamiento de la LLC en estadio temprano, se identificaron tres factores de riesgo adverso: IGH sin mutación, recuento absoluto de linfocitos superior a 15 × 10 9 / l y ganglios linfáticos palpables.[67] Todos los modelos pronósticos nuevos, incluso el LLC-IPI que se usa a menudo, es posible que estén desactualizados debido al uso de terapias de primera línea muy efectivas, como los inhibidores de BCL2 y los inhibidores de BTK.[68] Será necesario revalidar dichos modelos pronósticos.
Las TC tienen una utilidad muy limitada para el seguimiento de los pacientes luego de completar el tratamiento. En solo 2 de 176 pacientes en 3 ensayos prospectivos del German CLL Study Group se decidió tratar la recaída a partir de los resultados de la TC o la ecografía.[69]
No hay un sistema de estadificación estándar para la leucemia linfocítica crónica (LLC). El sistema de estadificación Rai (Cuadro 1) y la clasificación de Binet (Cuadro 2) se describen a continuación.[1,2] Un grupo de trabajo auspiciado por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) formuló directrices estandarizadas para determinar los criterios a partir de la aplicabilidad, la respuesta y los efectos tóxicos, con el fin de usarlos en los ensayos clínicos de LLC en el futuro.[3]
Estadio | Criterios de estadificación |
---|---|
Estadio 0 | Linfocitosis absoluta (>15 000/mm3) sin adenopatías, hepatoesplenomegalia, anemia ni trombocitopenia. |
Estadio I | Linfocitosis absoluta con linfadenopatías, sin hepatoesplenomegalia, anemia ni trombocitopenia. |
Estadio II | Linfocitosis absoluta, con hepatomegalia o esplenomegalia, y linfadenopatías o sin estas. |
Estadio III | Linfocitosis absoluta y anemia (hemoglobina <11 g/dl) con linfadenopatías, hepatomegalia, esplenomegalia o sin estas. |
Estadio IV | Linfocitosis absoluta y trombocitopenia (<100 000/mm3) con linfadenopatías, hepatomegalia, esplenomegalia o anemia, o sin estas. |
Estadio | Criterios de estadificación |
---|---|
aLas áreas linfoides son cervical, axilar, inguinal y esplénica. | |
Estadio clínico Aa | Ausencia de anemia o trombocitopenia y menos de 3 áreas de compromiso linfoide (estadios Rai 0, I, y II). |
Estadio clínico Ba | Ausencia de anemia o trombocitopenia, y 3 o más áreas de compromiso linfoide (estadios Rai I y II). |
Estadio clínico C | Anemia o trombocitopenia independientemente del número de áreas con hiperplasia linfoide (estadios Rai III y IV). |
La estadificación de Binet integra el número de grupos ganglionares comprometidos por la enfermedad con la insuficiencia medular. El principal beneficio de esta clasificación se deriva del reconocimiento de una forma de la enfermedad con predominio esplénico que quizás acarrea un mejor pronóstico que lo considerado en la estadificación Rai, y el reconocimiento de que la presencia de anemia o trombocitopenia tiene un pronóstico similar y no amerita estadios separados. Ninguno de los sistemas divide las causas de citopenia en inmunitarias y no inmunitarias. Los pacientes con trombocitopenia o anemia, o ambos, como resultado de una infiltración extensa de la médula ósea con afectación de la producción celular (Rai III/IV, Binet C) tienen un pronóstico más precario que los pacientes con citopenias inmunitarias.[4]
Durante el International Workshop de LLC se recomendó la integración de los sistemas de clasificación Rai y Binet de la siguiente manera: A(0), A(I), A(II); B(I), B(II); y C(III), C(IV).[5] El grupo de trabajo auspiciado por el NCI publicó directrices para el diagnóstico y tratamiento de la LLC en el entorno de ensayos clínicos y de la práctica general.[3] El uso de estos sistemas permite la comparación de resultados clínicos y la formulación de directrices terapéuticas.
El tratamiento de los pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) se debe personalizar a partir del comportamiento clínico de la enfermedad.[1] A menudo se hace un tratamiento conservador porque esta enfermedad por lo general es incurable, se presenta en una población mayor y suele progresar muy lento.[2]
En los ensayos más antiguos de análisis de datos recabados desde los años 70 hasta los años 90, se observó que la mediana de supervivencia para todos los pacientes osciló de 8 a 12 años.[3,4] Sin embargo, con la adopción de los inhibidores del receptor de células B y la terapia dirigida a BCL2, la mediana de supervivencia de todos los pacientes no se ha alcanzado y el seguimiento supera los 10 años.
El tratamiento de los pacientes con LLC abarca observación, tratamiento de las complicaciones infecciosas, hemorrágicas o inmunológicas y varias opciones terapéuticas en monoterapia o combinación. En los pacientes asintomáticos, es posible diferir el tratamiento hasta que el paciente se torne sintomático conforme la enfermedad progresa.[3] Se requiere una observación rigurosa y citas frecuentes para controlar la evolución clínica porque la tasa de progresión varía entre pacientes, hay amplios períodos de estabilidad y algunas veces regresiones espontáneas.[5] Se necesita el seguimiento frecuente para evitar una progresión rápida, incluso en los pacientes asintomáticos que exhiben una del(17p) en el análisis de hibridación fluorescente in situ (FISH) (o mutación en TP53). En un metanálisis de ensayos aleatorizados no se observó beneficio de supervivencia del uso de una terapia inmediata versus una terapia diferida en pacientes con enfermedad en estadio temprano.[6][Nivel de evidencia A1] En la mayoría de los pacientes con LLC progresiva el tratamiento no logra curar la enfermedad. Algunos pacientes que recibieron un trasplante alogénico de células madre lograron una supervivencia sin enfermedad (SSE) prolongada, en ocasiones de más de 20 años.[7-11] También se observó una SSE prolongada en pacientes más jóvenes (<60 años) que presentaban hipermutación en IGH y que recibieron el régimen de fludarabina, ciclofosfamida y rituximab (FCR).[12-14]
Los siguientes factores clínicos quizás sean útiles para predecir la progresión de la enfermedad:[2]
En el International Workshop on Chronic Lymphocytic Leukemia se definió la LLC sintomática o progresiva de la siguiente manera:[15]
A continuación, se exponen los principios generales para establecer la secuencia de uso de las opciones terapéuticas disponibles:
Las complicaciones infecciosas durante la enfermedad avanzada son, en parte, consecuencia de la hipogammaglobulinemia y de la incapacidad de lanzar la defensa humoral contra bacterias o virus. El herpes zóster causa una infección viral frecuente en estos pacientes, pero también hay infecciones por Pneumocystis carinii y Candida albicans. El reconocimiento temprano de las infecciones y el inicio de un tratamiento apropiado son elementos importantes de la supervivencia a largo plazo en estos pacientes. En un estudio aleatorizado sobre el uso de inmunoglobulina intravenosa (400 mg/kg cada 3 semanas por 1 año) en pacientes con LLC e hipogammaglobulinemia, se encontró un número significativamente inferior de infecciones bacterianas y se produjo un retraso significativo hasta el comienzo de la primera infección durante el período de estudio.[19] Sin embargo, no hubo efecto en la supervivencia. La administración intravenosa crónica de inmunoglobulina de manera rutinaria es costosa, y no se ha comprobado el beneficio a largo plazo (>1 año).[20,21]
En 2 informes retrospectivos, los pacientes con LLC que tuvieron que ser hospitalizados por COVID-19 antes de la inducción de las vacunas obtuvieron resultados precarios, con independencia del estadio.[22,23] En 1 de los estudios se observó un efecto protector de los inhibidores de la tirosina–cinasa de Bruton (BTK) (normalmente ibrutinib),[23] pero esto no se observó en el otro informe.[22] La tasa de letalidad de los pacientes con LLC se redujo del 35 %, a principios de 2020, al 11 %, a finales de 2020 y principios de 2021 (P < 0,001) debido a la mejora de las pruebas y la aparición de múltiples estrategias terapéuticas para la prevención y el tratamiento de la COVID-19.[22] En el caso de los pacientes que necesitan hospitalización, la tasa de letalidad se redujo del 40 % al 20 % (P = 0,003).
La anemia hemolítica autoinmunitaria o la trombocitopenia se presentan en pacientes con LLC en cualquier estadio.[24] El tratamiento inicial es corticoesteroides con alquilantes o sin estos (la fludarabina podría empeorar la anemia hemolítica). A menudo se necesita el uso de corticoesteroides para atenuar la destrucción autoinmunitaria, en lo posible antes de la quimioterapia mielosupresora, porque esto dificulta la administración exitosa de transfusiones de glóbulos rojos o plaquetas. Las alternativas de tratamiento son dosis altas de globulina, rituximab, ciclosporina, azatioprina, esplenectomía y dosis bajas de radioterapia dirigida al bazo.[3,25] El síndrome de lisis tumoral es una complicación infrecuente (1 de cada 300 pacientes) de la quimioterapia en pacientes que exhiben una enfermedad con gran masa tumoral.[26]
Un porcentaje pequeño de pacientes también presentan segundas neoplasias malignas y leucemias agudas a causa del tratamiento.[27] La transformación de la LLC en linfoma difuso de células B grandes (LDCBG) (conocido como síndrome de Richter) se produce en el 3 % de los pacientes con LLC en el transcurso de 5 años y en el 5 % al 10 % de los pacientes con LLC durante toda la vida. Los factores de riesgo de transformación incluyen la ausencia de mutaciones en IGH, mutaciones en TP53 o NOTCH1, pérdida de CDKN2A/B y cariotipo complejo.[28] Entre el 60 % y el 70 % de los pacientes presentan un LDCBG relacionado de forma clonal con el LLC y tienen un pronóstico significativamente más precario que los pacientes con LDCBG de novo.[29-31] Los pacientes con un LDCBG no relacionado de forma clonal con el LLC tienen un pronóstico mucho mejor, similar al del LDCBG de novo.[29] Sin embargo, la disponibilidad de secuenciación real de las cadenas pesadas de inmunoglobulina en la muestra original de LLC para compararla con la muestra transformada es limitada. Es posible que las firmas moleculares características sirvan como forma alternativa de evaluar el pronóstico.[32] Hasta el 20 % al 40 % de los pacientes con síndrome de Richter relacionado de forma clonal no presentan enfermedad más de 5 años después de recibir quimioterapia combinada intensiva, normalmente R-CHOP (rituximab, ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona) o Pola-R-CHP (polatuzumab, rituximab, ciclofosfamida, doxorrubicina y prednisona), a menudo seguida de un trasplante de células madre autógeno o alogénico.[33-35] Para obtener más información, consultar Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B. En dos informes retrospectivos, el LLC con transformación en linfoma de Hodgkin tuvo el mismo pronóstico que las presentaciones de novo de linfoma de Hodgkin a una edad equivalente.[36,37][Nivel de evidencia C3]
Los inhibidores de la BTK aumentaron el riesgo de hemorragia que requiriere hospitalización (riesgo a 3 años para los pacientes que recibieron ibrutinib, 8,8 % [intervalo de confianza (IC) 95 %, 6,5–11,7 %]) y de fibrilación auricular (incidencia a 3 años para los pacientes que recibieron ibrutinib, 22,7 % [IC 95 %, 19,0–26,6 %]).[38] En un ensayo aleatorizado con una mediana de seguimiento de 41 meses se observó menos fibrilación auricular en los pacientes con LLC que recibieron acalabrutinib en comparación con ibrutinib (9,4 vs. 16 %; P = 0,02).[39]
Debido a la naturaleza poco activa de la leucemia linfocítica crónica (LLC) en pacientes asintomáticos o con afectación mínima, no se aconseja el uso de quimioterapia y el abordaje más aceptado es la observación.[1] Se requieren controles frecuentes con observación cuidadosa para vigilar la evolución clínica porque la tasa de progresión varía con largos períodos de estabilidad y, algunas veces, regresiones espontáneas. Un nomograma que predice el tiempo hasta el primer tratamiento se basa en el número de sitios de ganglios linfáticos, el tamaño de los ganglios linfáticos cervicales, la concentración de lactato-deshidrogenasa, el estado mutacional de IGH y la presencia de la del(11q) o la del(17p) determinadas mediante análisis de hibridación fluorescente in situ.[2] La regresión espontánea que se manifiesta por una reducción sostenida del clon maligno sin tratamiento, se observa en menos del 5 % de los pacientes. Estos pacientes tienen casi exclusivamente una hipermutación en IGH.[3]
Evidencia (observación):
Pese a la existencia de muchas opciones terapéuticas, se debe considerar la observación en los pacientes asintomáticos o con afectación mínima, incluso si tienen factores de pronóstico adverso. El tratamiento se inicia cuando los pacientes exhiben citopenias pronunciadas o los síntomas deterioran la calidad de vida.
No se han publicado resultados de ensayos clínicos en los que se corrobore la superioridad del tratamiento inmediato con inhibidores del receptor de células B o inhibidores BCL2 en comparación con la observación en los pacientes asintomáticos o con afectación mínima.
Antes de dejar de lado la observación o la conducta expectante, se necesitan ensayos clínicos para establecer si los desenlaces mejoran cuando se usan las nuevas terapias biológicas en pacientes asintomáticos.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
A continuación, se indican los regímenes que se consideran abordajes de tratamiento de primera línea en pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) que presentan progresión sintomática:
Estos abordajes se compararon en varios ensayos clínicos prospectivos. En la mayoría de los pacientes se prefiere un abordaje de tratamiento de primera línea sin quimioterapia, pero esta es preceptiva en los pacientes con enfermedad positiva para del(17p) o una mutación en TP53.[1-5]
Evidencia (ibrutinib vs. zanubrutinib):
Evidencia (ibrutinib vs. acalabrutinib):
Evidencia (ibrutinib vs. ibrutinib y rituximab vs. bendamustina y rituximab):
Evidencia (ibrutinib vs. rituximab e ibrutinib):
El ibrutinib es un inhibidor selectivo irreversible de la BTK, una molécula de señalización que participa en la primera parte de la cadena de señalización del receptor de células B.
Evidencia (ibrutinib vs. fludarabina, ciclofosfamida y rituximab):
Evidencia (zanubrutinib vs. bendamustina y rituximab):
El acalabrutinib es un inhibidor covalente irreversible y muy selectivo de la BTK que se diseñó para reducir la toxicidad gastrointestinal y el riesgo de fibrilación atrial del ibrutinib.
Evidencia (acalabrutinib y obinutuzumab vs. acalabrutinib vs. clorambucil y obinutuzumab):
Evidencia (venetoclax y obinutuzumab vs. clorambucilo y obinutuzumab):
Evidencia (venetoclax y rituximab versus bendamustina y rituximab):
Evidencia (bendamustina y rituximab versus fludarabina, ciclofosfamida y rituximab):
El régimen de fludarabina, ciclofosfamida y rituximab (FCR) se usa en pacientes con hipermutación en IGH.
Evidencia (FCR):
Evidencia (inhibidor de la tirosina–cinasa de Bruton [ibrutinib o acalabrutinib] y venetoclax):
En resumen, en estos estudios se estableció el uso del venetoclax con obinutuzumab o rituximab, o el uso del ibrutinib, el acalabrutinib o el zanubrutinib, como terapia de primera línea en pacientes de LLC que no recibieron tratamiento previo. Una menor tasa de fibrilación auricular tal vez favorece el uso del acalabrutinib o el zanubrutinib frente al ibrutinib.[6,7,34,35] A diferencia del ibrutinib o del acalabrutinib, que se administran de manera continua hasta la recaída, es posible suspender el venetoclax al cabo de 12 meses, y mantener una remisión duradera. Cuando es necesario, el venetoclax, el ibrutinib, el acalabrutinib o el zanubrutinib se administran de nuevo y de manera exitosa.[35,36] Estos fármacos dirigidos también son eficaces en pacientes con mutaciones en TP53.[37] Los diferentes regímenes de estos medicamentos, como en monoterapia o en combinación, con obinutuzumab o sin este, se deben evaluar en ensayos prospectivos aleatorizados. Varios ensayos provocativos de fase II y fase III con estas combinaciones han dado lugar a tasas sin precedentes de enfermedad sin ERM que parecen más duraderas;[30,38-41] para saber si esto se traduce en un beneficio clínico respecto a un abordaje más secuencial son necesarios ensayos prospectivos aleatorizados. Estas combinaciones acarrean bastante toxicidad financiera, lo que exige verificación de la superioridad en la eficacia. Estos ensayos justifican aún más el uso de un abordaje sin quimioterapia durante la terapia de primera línea de la LLC en lugar del estándar anterior de usar el régimen BR y el régimen FCR (que probaron ser más eficaces que los regímenes de clorambucilo). Los pacientes con mayor riesgo de recaída presentan múltiples factores de pronóstico precario, como anomalías en TP53, deshidrogenasa láctica (LDH) elevada, microglobulina beta-2 elevada y tratamiento previo.[42] Estos pacientes de mayor riesgo deben considerar la participación en ensayos clínicos.
La ERM indetectable (células de LLC en muestras aspiradas de sangre periférica o médula ósea, ≤1 × 10-4) puede confirmarse mediante citometría de flujo o secuenciación de última generación. El logro de una ERM indetectable indica una remisión completa más rigurosa , la cual funcionó como factor pronóstico de la mejora de la SSP y la SG en muchos estudios.[19,23,43,44] El uso de una terapia de tiempo limitado no es tan valioso en la práctica clínica habitual; su uso con venetoclax, o la combinación en investigación de venetoclax y un inhibidor de la tirosina–cinasa de Bruton, han producido respuestas completas, e incluso ERM indetectable, en la mayoría de los pacientes.[23,43,45]
La evaluación de la ERM indetectable se ha convertido en un parámetro estándar para definir las respuestas en todos los ensayos clínicos modernos de LLC. La ERM indetectable tiene valor pronóstico, pero no está clara su condición de marcador predictivo. El valor potencial de las pruebas de ERM en la práctica clínica habitual depende de si se puede utilizar para la toma de decisiones clínicas, como suspender, cambiar o continuar el tratamiento. Para obtener evidencia contundente sobre esta intervención se necesitaría un ensayo clínico aleatorizado prospectivo en el que se use la ERM como biomarcador predictivo para un grupo que logre una ventaja en la SG, en comparación con un grupo de control que no tenga en cuenta el estado de la ERM. Dicha evidencia aún no se ha obtenido. La SSP mejorada en pacientes con LLC no predice de manera directa la SG, de manera similar a los resultados observados en el linfoma folicular y otras neoplasias linfoides de crecimiento lento.
En un ensayo de fase II se usó una combinación de venetoclax e ibrutinib en pacientes con ERM indetectable después de 1 año de tratamiento. Los pacientes se asignaron al azar a recibir terapia de mantenimiento con ibrutinib o interrupción del tratamiento.[45] Todos los pacientes positivos para ERM siguieron recibiendo ibrutinib. Al cabo de una mediana de seguimiento de 34,4 meses, las tasas de SSP a 1 año fueron del 98 % en los pacientes con ERM indetectable que interrumpieron el tratamiento, del 96 % en los pacientes con ERM indetectable que continuaron recibiendo ibrutinib y del 97 % en los pacientes con ERM positiva que siguieron recibiendo ibrutinib. Todos los pacientes evolucionaron bien a los 12 meses. Conocer el estado de la ERM para indicar la suspensión del tratamiento no influyó en el desenlace.[45]
En otro ensayo de fase II se incluyó a 70 pacientes no tratados previamente que recibieron 1 año de venetoclax y obinutuzumab. Los pacientes se asignaron al azar a recibir otro año de venetoclax, con independencia del estado de ERM, u otro año de venetoclax solo si eran positivos para ERM. Al cabo de una mediana de seguimiento de 35,2 meses, las tasas de ERM fueron idénticas en ambos grupos aleatorizados, lo que indica que este abordaje no mejora la eficacia, aunque se notificó un aumento de los eventos adversos con un año adicional de venetoclax.[46]
Antes de usar la ERM fuera del entorno de un ensayo clínico, se necesita evidencia concluyente que indique que la ERM es un biomarcador predictivo que puede guiar la toma de decisiones en la práctica clínica.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Es posible administrar de nuevo y en forma secuencial los mismos regímenes que se usan para la terapia de primera línea en los pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC). Estos regímenes se describen en detalle en la sección sobre el tratamiento de primera línea. Para obtener más información, consultar la sección Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica sintomática o progresiva.
En el entorno de una recaída, el venetoclax exhibió similaridad en la eficacia y la inocuidad, incluso después del tratamiento previo con ibrutinib o idelalisib (inhibidor de la fosfatidilinositol 3 cinasa [PI3K] δ).[1,2]
Asimismo, en un ensayo publicado como resumen, el ibrutinib y el acalabrutinib exhibieron similaridad en la eficacia y la inocuidad después del antecedente de terapia con venetoclax.[3] La administración en secuencia de estos nuevos fármacos demostró eficacia en el entorno de recaída o resistencia al tratamiento.[4]
A diferencia de otros inhibidores de la tirosina–cinasa de Bruton (BTK), como ibrutinib, acalabrutinib y zanubrutinib, pirtobrutinib se une a la BTK mediante un enlace no covalente.[5]
Las células T autógenas se pueden modificar mediante vectores virales para incorporar un receptor específico del antígeno de células B CD19 y, luego, se administran mediante infusión a pacientes que recibieron tratamiento previo.[7] La respuesta sorprendente, que duró 6 meses, dio lugar a ensayos más grandes a partir de este concepto. En ensayos clínicos en curso se está probando este concepto de usar células T dirigidas a CD19 mediante la administración de células T con CAR genotecnológicos.[8-10]
El idelalisib es un fármaco de uso oral que actúa como inhibidor de la isoforma δ de la PI3K, que participa en la secuencia en cadena de señalización del receptor de células B. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) retiró la indicación del idelalisib debido a su toxicidad y ya no está disponible. El duvelisib es un fármaco de uso oral que actúa como inhibidor doble de las isoformas δ y γ de PI3K.[11]
La lenalidomida es un inmunomodulador oral con tasas de respuesta superiores al 50 % cuando se usa con rituximab o sin este, en pacientes con enfermedad tratada o sin tratar.[14-20][Nivel de evidencia C3] Al usar este fármaco, se recomiendan abordajes de dosis bajas prolongados y poner atención en la prevención del síndrome de lisis tumoral.[14,21] En los pacientes con LLC todavía no se ha definido la terapia combinada y los efectos tóxicos a largo plazo cuando se usa la lenalidomida (como un aumento de la mielodisplasia, que se observa en los pacientes de mieloma).
En un ensayo prospectivo aleatorizado, 241 menores de 65 años que no recibieron tratamiento previo y que tenían enfermedad en estadio avanzado recibieron una terapia de inducción con un régimen a base de ciclofosfamida, doxorrubicina, vincristina y prednisona (CHOP) seguido de fludarabina.[22] Los pacientes que presentaron una respuesta completa (105 pacientes) se asignaron al azar a recibir un trasplante de células madre (TCM) autógeno u observación, mientras que los otros 136 pacientes se asignaron al azar a recibir una reinducción con dexametasona, dosis altas de citarabina y cisplatino, seguida de TCM autógeno o fludarabina con ciclofosfamida (FC). Si bien la supervivencia sin complicaciones (SSC) a 3 años favoreció el uso de TCM autógeno en los pacientes con respuesta completa, no hubo diferencia de SG en ninguna de las comparaciones aleatorizadas.[22][Nivel de evidencia B1] El trasplante autógeno de médula ósea o de células madre se emplea con poca frecuencia para los pacientes con LLC en recaída.
Los pacientes con factores de pronóstico adverso tienen muchas probabilidades de morir por la LLC. Estos pacientes son aptos para participar en ensayos clínicos en los que se emplean dosis altas de quimioterapia e inmunoterapia con TCM de sangre periférica alogénico mielosupresor y no mielosupresor .[23-28] Aunque la mayoría de los pacientes que logran una remisión completa luego de un TCM autógeno recaen con el tiempo; la meseta de supervivencia del TCM alogénico indica un efecto adicional de injerto contra leucemia.[28] En una serie (NCT00281983) de 90 pacientes con LLC en recaída o resistente al tratamiento que recibieron un TCM alogénico, se notificó una tasa de SG a 6 años del 58 % y una tasa de SSC a 6 años del 38 %. Este grupo incluyó pacientes con los peores factores pronósticos (como una mutación en el gen TP53).[29][Nivel de evidencia C2]
El ofatumumab es un anticuerpo monoclonal humanizado anti-CD20.
Evidencia (ofatumumab solo y en combinación con clorambucilo):
Es posible administrar dosis relativamente bajas de radioterapia para las linfadenopatías que causan problemas por el tamaño o la invasión de órganos adyacentes. Algunas veces la radioterapia dirigida a un área ganglionar o al bazo produce un efecto abscopal (es decir, achicamiento de ganglios linfáticos en sitios no tratados).
El alemtuzumab ya no está a la venta en los Estados Unidos para indicaciones neoplásicas, pero es posible obtenerlo de la compañía farmacéutica para uso compasivo (Lemtrada REMS [Risk Evaluation and Mitigation Strategy] Program).
El alemtuzumab, un anticuerpo monoclonal dirigido a CD52, exhibe actividad en el entorno de la enfermedad resistente a la quimioterapia, o en pacientes no tratados de riesgo alto que tienen del(17p) o una mutación en TP53.[32-34] Cuando se administra en monoterapia, la vía de administración subcutánea se prefiere a la vía intravenosa porque su eficacia es similar, pero con menos efectos adversos, por ejemplo, menos reacciones alérgicas graves según se observó en algunos informes de estudios no aleatorizados.[34-38]
Usado en un régimen combinado, el alemtuzumab subcutáneo y la fludarabina (con ciclofosfamida o sin esta) o el alemtuzumab intravenoso acompañado de alquilantes, produjo demasiada toxicidad infecciosa y mortalidad, sin mejoría compensatoria en la eficacia en 3 ensayos de fase II y en un ensayo aleatorizado.[39-41][Nivel de evidencia C3]; [42][Nivel de evidencia B1]
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Los miembros del Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos seleccionaron estas referencias bibliográficas por su importancia en el entorno del tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC). Esta lista se proporciona para informar a los interesados sobre estudios importantes que han ayudado a conformar la comprensión actual sobre las opciones de tratamiento para la leucemia linfocítica crónica. A continuación, se indican las secciones del resumen en las que se citaron las referencias.
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Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos a este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Elección del tratamiento de la leucemia linfocítica crónica
Se revisó el texto sobre la transformación de la LLC en linfoma difuso de células B grandes para incluir factores de riesgo y pronóstico (se citó a Visentin et al., Rossi et al., Chigrinova et al., Parry, Leshchiner et al. y Parry, Ten Hacken et al. como referencias 28–32, respectivamente, y a Stephens et al. y Al-Sawaf et al. como referencias 36–37, respectivamente).
Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica sintomática o progresiva
Se añadió texto sobre un ensayo prospectivo aleatorizado en el que se incluyó a 523 pacientes con LLC que no recibieron tratamiento previo. Los pacientes recibieron ibrutinib y venetoclax durante un máximo de 6 años, o fludarabina, ciclofosfamida y rituximab durante 6 ciclos (se citó a Munir, Cairns et al. como referencia 28 y un nivel de evidencia A1).
Se añadió texto sobre el ensayo prospectivo aleatorizado GLOW en el que se incluyó a 211 pacientes con LLC que no recibieron tratamiento previo. Los pacientes se asignaron al azar a recibir ibrutinib y venetoclax de duración fija o clorambucilo y obinutuzumab (se citó a Munir, Moreno et al. como referencia 29 y un nivel de evidencia B1).
Se revisó el texto para indicar que una menor tasa de fibrilación auricular tal vez favorece el uso del acalabrutinib o el zanubrutinib frente al ibrutinib como terapia de primera línea en pacientes de LLC que no recibieron tratamiento previo (se citó a Hillman et al. and Shadman et al. como referencias 34–35, respectivamente).
El Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos es responsable de la redacción y actualización de este resumen y mantiene independencia editorial respecto del NCI. El resumen refleja una revisión independiente de la bibliografía médica y no representa las políticas del NCI ni de los NIH. Para obtener más información sobre las políticas relativas a los resúmenes y la función de los consejos editoriales del PDQ responsables de su actualización, consultar Información sobre este resumen del PDQ e Información del PDQ® sobre el cáncer dirigida a profesionales de la salud.
Este resumen de información del PDQ sobre el cáncer dirigido a profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y basada en la evidencia sobre el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica. El objetivo es servir como fuente de información y ayuda para los profesionales clínicos durante la atención de pacientes. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.
El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos, que mantiene independencia editorial respecto del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa este resumen de manera periódica y, en caso necesario, lo actualiza. Este resumen es el resultado de una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de política del NCI ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Cada mes, los integrantes de este consejo revisan los artículos publicados recientemente para determinar lo siguiente:
Los cambios en los resúmenes se deciden mediante consenso de los integrantes del consejo después de evaluar la solidez de la evidencia de los artículos publicados y determinar la forma de incorporar el artículo en el resumen.
El revisor principal del sumario sobre Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica es:
Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este resumen se debe enviar al Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer. Por favor, no enviar preguntas o comentarios directamente a los integrantes del consejo, ya que no responderán consultas de manera individual.
Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos emplea un sistema de jerarquización formal para asignar los niveles de evidencia científica.
PDQ (Physician Data Query) es una marca registrada. Se autoriza el uso del texto de los documentos del PDQ; sin embargo, no se podrá identificar como un resumen de información sobre cáncer del PDQ del NCI, salvo que el resumen se reproduzca en su totalidad y se actualice de manera periódica. Por otra parte, se permitirá que un autor escriba una oración como “En el resumen del PDQ del NCI de información sobre la prevención del cáncer de mama se describen, de manera concisa, los siguientes riesgos: [incluir fragmento del resumen]”.
Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre el tratamiento para adultos. PDQ Tratamiento de la leucemia linfocítica crónica. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/leucemia/pro/tratamiento-llc-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
Las imágenes en este resumen se reproducen con autorización del autor, el artista o la editorial para uso exclusivo en los resúmenes del PDQ. La utilización de las imágenes fuera del PDQ requiere la autorización del propietario, que el Instituto Nacional del Cáncer no puede otorgar. Para obtener más información sobre el uso de las ilustraciones de este resumen o de otras imágenes relacionadas con el cáncer, consultar Visuals Online, una colección de más de 2000 imágenes científicas.
Según la solidez de la evidencia, las opciones de tratamiento se clasifican como “estándar” o “en evaluación clínica”. Estas clasificaciones no se deben utilizar para justificar decisiones sobre reembolsos de seguros. Para obtener más información sobre la cobertura de seguros, consultar la página Manejo de la atención del cáncer en Cancer.gov/espanol.
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