Se han logrado mejoras notables en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer.[1] Entre 1975 y 2020, la mortalidad por cáncer infantil disminuyó en más del 50 %.[1-3] Entre 2013 y 2019, la tasa de supervivencia relativa a 5 años fue del 90 % en niños y adolescentes menores de 20 años con linfoma no Hodgkin (LNH).[3] En 2020, se calculó que en los Estados Unidos había 30 500 sobrevivientes de casos de LNH que se presentaron durante la niñez y la adolescencia.[4]
Los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer necesitan un seguimiento minucioso, ya que es posible que los efectos secundarios del tratamiento del cáncer persistan o se presenten meses o años después de este. Para obtener información sobre la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer, consultar Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez.
La mayoría de los casos de LNH en niños y adolescentes se clasifican en tres categorías de acuerdo con las características inmunofenotípicas y biología molecular del linfoma, además de la respuesta clínica al tratamiento:
Otros tipos infrecuentes de LNH que se presentan en pacientes pediátricos son los siguientes:
Los linfomas de Hodgkin (LH) y no Hodgkin (LNH) en conjunto constituyen la tercera neoplasia maligna infantil más común, y el LNH representa alrededor del 7 % de los casos de cáncer en personas menores de 20 años en los Estados Unidos.[3]
Los siguientes factores afectan la incidencia del LNH en niños y adolescentes:[2,3]
En el África subsahariana, la incidencia del linfoma de Burkitt causado por el virus de Epstein-Barr (VEB) es de 10 a 20 veces más alta que la de los Estados Unidos, lo que deriva en una incidencia mucho más alta de LNH.[6]
La incidencia de LNH está aumentando en general debido a un ligero incremento de la incidencia en pacientes de 15 a 19 años. Por el contrario, la incidencia de LNH en personas menores de 15 años se ha mantenido constante en las últimas décadas.[3]
La incidencia y distribución por edad de los tipos histológicos de LNH según el sexo se describe en el Cuadro 1.
Incidencia de linfoma no Hodgkin por millón de años-persona | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Varones | Mujeres | |||||||
LNH = linfoma no Hodgkin. | ||||||||
aAdaptación de Percy et al.[9] | ||||||||
bLos tipos histológicos de crecimiento lento (indolente) y de crecimiento rápido (agresivo) que son más frecuentes en pacientes adultos, suelen presentarse en adolescentes mayores. | ||||||||
Edad (años) | <5 | 5–9 | 10–14 | 15–19 | <5 | 5–9 | 10–14 | 15–19 |
Burkitt | 3,2 | 6 | 6,1 | 2,8 | 0,8 | 1,1 | 0,8 | 1,2 |
Linfoblástico | 1,6 | 2,2 | 2,8 | 2,2 | 0,9 | 1,0 | 0,7 | 0,9 |
Linfoma difuso de células B grandes | 0,5 | 1,2 | 2,5 | 6,1 | 0,6 | 0,7 | 1,4 | 4,9 |
Otro (principalmente el linfoma anaplásico de células grandes) | 2,3 | 3,3 | 4,3 | 7,8b | 1,5 | 1,6 | 2,8 | 3,4b |
Se han publicado relativamente pocos datos sobre la epidemiología del LNH infantil; sin embargo, se conocen los siguientes factores de riesgo:
A diferencia de los adultos con LNH, que suelen manifestar una enfermedad ganglionar, los niños suelen presentar enfermedad extraganglionar con compromiso del mediastino, el abdomen, la cabeza y el cuello, así como la médula ósea o el sistema nervioso central (SNC). En los países de ingresos altos, el linfoma de Burkitt surge en el abdomen en cerca del 60 % de los casos, y entre un 15 % a un 20 % de los casos aparecen en la cabeza y el cuello.[15,16] Esta incidencia alta de enfermedad extraganglionar justifica el uso del sistema de estadificación de Murphy, en lugar del sistema de estadificación de Ann Arbor para el LNH en pediatría.
Se utilizan las siguientes pruebas y procedimientos para diagnosticar el LNH infantil:
En los países de ingresos altos, gracias al uso de los tratamientos vigentes, más del 80 % de los niños y adolescentes con LNH sobreviven por lo menos 5 años, aunque el desenlace depende de varios factores, como el estadio clínico y el tipo histológico.[17]
Los factores pronósticos del LNH infantil son los siguientes:
Para obtener más información sobre las características biológicas y las alteraciones genómicas de cada tipo de LNH (algunas de las cuales se evalúan como como posibles biomarcadores pronósticos), consultar las siguientes secciones:
Los pacientes pediátricos con LNH resistente al tratamiento de primera línea tienen un pronóstico muy precario, sin importar el tipo histológico,[18-22] con excepción de los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes.[18,23] A diferencia de otras neoplasias malignas hematológicas, ha sido difícil corroborar la utilidad pronóstica de la respuesta temprana al tratamiento en pacientes pediátricos con LNH.
Se han propuesto criterios internacionales de respuesta al tratamiento para los pacientes pediátricos con LNH, pero estos criterios se deben someter a evaluación prospectiva. La utilidad clínica de estos nuevos criterios está en investigación.[28]
En contraste con la utilidad pronóstica de la enfermedad residual mínima (ERM) en los pacientes con leucemia aguda, la utilidad pronóstica de la ERM después de comenzar el tratamiento sigue sin determinarse y debe investigarse más para los pacientes pediátricos con LNH.
En general, los pacientes con enfermedad en estadio bajo (es decir, tumor único extrabdominal o extratorácico o tumor intrabdominal totalmente resecado) tienen un pronóstico excelente (tasa de supervivencia a 5 años de alrededor del 90 %), independientemente del tipo histológico.[24,27,33-35] Además de este hallazgo, el desenlace según el estadio clínico no difiere de manera significativa cuando se administra el tratamiento indicado según el riesgo.
Un criterio indirecto de valoración de la carga tumoral, específicamente la concentración de LDH, ha demostrado utilidad pronóstica en muchos estudios.[24,33,36]
Se considera que los pacientes con compromiso morfológico de la médula ósea que tienen más del 5 % de células de linfoma tienen una enfermedad en estadio IV. Por lo general, la enfermedad con diseminación mínima (EDM), también llamada enfermedad mínimamente diseminada, se define como la presencia de compromiso submicroscópico en la médula ósea en el momento del diagnóstico. La EDM suele detectarse con métodos sensibles como la citometría de flujo o la reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscripción (RT-PCR).
En un estudio de la Associazione Italiana Ematologia Oncologia Paediatrica (AIEOP), se utilizó un valor de corte de EDM por citometría de flujo del 3 %. En el estudio se observó una tasa de SSC a 5 años de un 60 % en los pacientes con un valor de EDM superior al 3 % versus un 83 % en el resto de los pacientes (P = 0,04).[40]
La experiencia más grande con el valor de EDM para el linfoma linfoblástico de células T (n = 273) proviene del estudio AALL0434 (NCT00408005) donde no se observó repercusión pronóstica de este valor. Los pacientes con un valor de EDM en la médula ósea inferior al 1 % tuvieron una tasa de SSC de un 82,4 % en comparación con un 89,5 % para aquellos con valor de EDM del 1 % o más (P = 0,3084).[41]
La presencia de EDM se relaciona de manera significativa con subtipos histológicos poco comunes que contienen células pequeñas o componente linfohistiocíticos.[42]
En pediatría, algunos sitios de presentación del LNH tienen valor pronóstico; entre ellos, los siguientes:
El LNH es raro en lactantes (1 % en los ensayos del grupo BFM de 1986 a 2002).[8] En esta revisión retrospectiva, el desenlace de los lactantes fue inferior en comparación con el desenlace de los pacientes de más edad.[8]
También se han notificado desenlaces inferiores en adolescentes en comparación con pacientes más jóvenes.[15,17,58] Este efecto adverso de la edad es más pronunciado en los adolescentes con linfoma difuso de células B grandes y, en menor grado, con linfoma linfoblástico de células T.[17,58] Por el contrario, en los pacientes con linfoma de Burkitt, la adolescencia (≥15 años) no fue un factor de riesgo independiente para un desenlace inferior.[26,36] Los adolescentes con linfoma de células B maduras tratados con protocolos pediátricos tienen un desenlace superior en comparación con aquellos tratados con regímenes para adultos (tasas de SSC, 88 vs. 66 %).[59][Nivel de evidencia C2]
La respuesta inmunitaria contra la proteína ALK (es decir, valores de anticuerpos anti-ALK) se relacionó con un estadio clínico más bajo y predijo el riesgo de recaída pero no la SG.[60] En un estudio del EICNHL, en el que se combinó la concentración de anticuerpos anti-ALK con el valor de EDM, se demostró que los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes recién diagnosticado se podían estratificar en tres grupos de riesgo, con las siguientes tasas de SSP:[53]
En una cohorte de pacientes japoneses con linfoma anaplásico de células grandes tratados en el estudio ALCL99 (NCT00006455), se obtuvieron resultados comparables con un algoritmo de clasificación de riesgo de tres categorías.[44] En una cohorte de 180 pacientes con linfoma anaplásico de células grandes tratados en varios estudios europeos, el valor bajo de anticuerpos anti-ALK conservó su importancia pronóstica en el análisis multivariante, junto con la EDM, la ERM y los tipos histológicos poco comunes (células pequeñas y otros).[32][Nivel de evidencia B4]
En los niños, el linfoma no Hodgkin (LNH) es diferente de las formas más comunes de linfoma observadas en adultos. Si bien los linfomas en los adultos suelen ser de grado bajo o intermedio, casi todos los LNH durante la niñez son de grado alto.[1,2] La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el LNH de acuerdo con las siguientes características:[2,3]
Según la clasificación de la OMS, la mayoría de los casos de LNH durante la niñez y adolescencia se clasifican en las siguientes tres categorías:
En comparación con los tratamientos para adultos, en pediatría se han utilizado los regímenes de tratamiento intensivos que se usan para el linfoma de Burkitt y los tipos histológicos de células B grandes, lo que no produce diferencia en el desenlace según el tipo histológico.[4-8] La excepción corresponde a los pacientes con linfoma mediastínico primario de células B que obtienen desenlaces inferiores con estos regímenes.[4-7,9]
Tradicionalmente, en los pacientes pediátricos con linfoma de Burkitt, las anomalías citogenéticas secundarias diferentes al reordenamiento MYC se relacionaron con un desenlace inferior;[10,11] las anomalías citogenéticas que abarcan la ganancia de 7q o deleción de 13q se relacionaron con un desenlace inferior en el protocolo de quimioterapia FAB/LMB-96.[11,12] En los pacientes pediátricos con linfoma difuso de células B grandes y reordenamiento cromosómico de MYC (8q24), los desenlaces a veces son peores.[11]
En los resultados del ensayo de fase III Inter-B-NHL Ritux 2010 (NCT01516580), se observó que la adición de rituximab a la quimioterapia para los pacientes con LNH de células B maduras de crecimiento rápido mejoró las tasas de supervivencia sin complicaciones (SSC), del 82 % al 94 %. El pequeño número de fracasos del tratamiento, como resultado de una tasa alta de SSC, dificulta la confirmación de utilidad de estos posibles biomarcadores pronósticos previamente identificados.[13]
El linfoma de células B grandes con reordenamiento de IRF4 se incluyó en la 5.ª edición de la clasificación de tumores hematolinfáticos de la OMS.[3,14] En los casos de linfoma de células B grandes con reordenamiento de IRF4 se observa una translocación que yuxtapone el oncogén IRF4 junto a uno de los locus de inmunoglobulina, lo que se ha vinculado con un pronóstico favorable en comparación con los casos de linfoma difuso de células B grandes que carecen de este hallazgo.[15,16]
Para obtener más información sobre las características biológicas y las alteraciones genómicas tumorales, consultar las secciones Características biológicas tumorales (Características genómicas del linfoma de Burkitt), Características biológicas tumorales (Características genómicas del linfoma difuso de células B grandes) y Características biológicas tumorales (Características genómicas del linfoma mediastínico primario de células B).
Para obtener más información sobre las características biológicas y las alteraciones genómicas tumorales, consultar la sección Características biológicas tumorales (Características genómicas del linfoma linfoblástico).
En los adultos, los pacientes con enfermedad negativa para ALK tienen un desenlace inferior. Sin embargo, en los niños, no se ha demostrado una diferencia en el desenlace entre los pacientes con enfermedad positiva para ALK y enfermedad negativa para ALK.[17-19] En una serie de 375 niños y adolescentes con linfoma anaplásico de células grandes positivo para ALK sistémico inscritos en el estudio ALCL99 (NCT00006455), se observaron células pequeñas o un componente linfohistiocítico en el 32 % de los pacientes. Este hallazgo se relacionó de manera significativa con un riesgo alto de fracaso en el análisis multivariante controlado por las características clínicas.[20] Con un seguimiento más prolongado, la presencia de células pequeñas y el componente linfohistiocítico mantuvo su importancia pronóstica en el análisis multivariante.[21]
En el estudio COG-ANHL0131 (NCT00059839), a pesar de una quimioterapia de base diferente, los pacientes con la variante de células pequeñas del linfoma anaplásico de células grandes, así como otras variantes histológicas, tuvieron un riesgo significativamente más alto de fracaso del tratamiento.[19]
Para obtener más información sobre las características biológicas y las alteraciones genómicas tumorales, consultar la sección Características biológicas tumorales (Características genómicas del linfoma anaplásico de células grandes).
La clasificación de la OMS es la más utilizada para el LNH. En el Cuadro 2 se describe esta clasificación así como el inmunofenotipo y los hallazgos clínicos y moleculares comunes en pacientes pediátricos con LNH.[1-3]
Clasificación de la OMS | Inmunofenotipo | Cuadro clínico inicial (ubicación) | Anomalías cromosómicas | Genes afectados | |
---|---|---|---|---|---|
SNC = sistema nervioso central; TdT = desoxinucleotidil–transferasa terminal; OMS = Organización Mundial de la Salud; + = positividad. | |||||
aAdaptación de Percy et al.[1] | |||||
Linfoma de Burkitt | Células B maduras | Intraabdominal (esporádico), de cabeza y cuello (esporádico, fuera del maxilar), maxilar (endémico), de médula ósea y SNC | t(8;14)(q24;q32), t(2;8)(p11;q24), t(8;22)(q24;q11) | MYC, TCF3, ID3, CCND3, TP53 | |
Linfoma de células B de grado alto con anomalías de 11q | Células B maduras | Ganglionar | Alteración de 11q, sin reordenamiento de MYC | ||
Linfoma de células B grandes con reordenamiento de IRF4 | Células B maduras | Ganglionar (normalmente, cabeza y cuello) | Reordenamiento críptico de IRF1 en el locus de IGH | IRF4 | |
Linfoma difuso de células B grandes | Células B maduras | Ganglionar, abdominal, óseo, primario en el SNC (cuando se relaciona con inmunodeficiencia) y mediastínico | No se ha identificado una anomalía citogenética uniforme | ||
Linfoma mediastínico (tímico) primario de células B grandes | Células B maduras, a menudo CD30+ | Mediastínico, pero a veces se observa otro tipo de enfermedad ganglionar o extraganglionar (por ejemplo, abdominal, y a menudo, renal) | Ganancias de 9p y 2p | CIITA, TNFAIP3, SOCS1, PTPN11, STAT6 | |
Linfoma de células B grandes positivo para ALK | Linfadenopatía generalizada, en la médula ósea en el 25 % | t(2;5)(p23;q35); variantes con translocaciones menos comunes que afectan ALK | ALK, NPM | ||
Leucemia o linfoma linfoblástico de células T | Linfoblastos T (TdT, CD2, CD3, CD7, CD4, CD8) | Masa mediastínica, en la médula ósea | |||
Leucemia o linfoma linfoblástico de células B | Linfoblastos B (CD19, CD79a, CD22, CD10, TdT) | Cutáneo, de tejidos blandos, óseo, ganglionar y de médula ósea | |||
Linfoma folicular de tipo pediátrico | Células B maduras | Ganglionar (normalmente, cabeza y cuello) | TNFRSF14, MAP2K1 | ||
Linfoma ganglionar de zona marginal en pediatría | Células B maduras | Ganglionar (normalmente, cabeza y cuello) |
Otros tipos de linfoma, como los linfomas periféricos de células T grandes no anaplásicos (entre estos, los linfomas de células NK-T), los linfomas cutáneos y los linfomas de células B de crecimiento lento (por ejemplo, el linfoma folicular y el linfoma de zona marginal) son más comunes en adultos y poco infrecuentes en niños. La clasificación de la OMS designó el linfoma folicular de tipo pediátrico y el linfoma de zona marginal ganglionar de tipo pediátrico como entidades distintas de las contrapartes observadas en adultos.[3]
Para obtener más información sobre el tratamiento del LNH en adultos, consultar los siguientes resúmenes:
El sistema de estadificación de Ann Arbor se utiliza para todos los linfomas en adultos y para el linfoma de Hodgkin en pacientes pediátricos. Sin embargo, el sistema de estadificación de Ann Arbor tiene menor valor pronóstico para el linfoma no Hodgkin (LNH) en pediatría, sobre todo por la incidencia elevada de enfermedad extraganglionar. Por lo tanto, el esquema de estadificación que más se utiliza para el LNH infantil es el del St. Jude Children’s Research Hospital (estadificación de Murphy).[1] Un nuevo sistema de estadificación define el compromiso de la médula ósea y el sistema nervioso central (SNC) mediante técnicas modernas para documentar la presencia de células malignas. Sin embargo, las definiciones básicas del compromiso de la médula ósea y el SNC son, en esencia, las mismas. La utilidad clínica de este sistema de estadificación está en investigación.[2]
Las imágenes radiográficas son fundamentales para la estadificación de pacientes con LNH. Si bien la ecografía es el método preferido para evaluar una masa abdominal, también se ha utilizado la tomografía computarizada (TC) y las imágenes por resonancia magnética (IRM) para la estadificación.
La función de las imágenes funcionales en pacientes pediátricos con LNH está evolucionando y aún se está refinando. En muchos centros, se dejaron de usar las gammagrafías con galio y ahora de manera rutinaria se obtienen tomografías por emisión de positrones (TEP) con flúor F 18-fludesoxiglucosa.[3] En una revisión de los International Workshop Criteria se comparó la TC sola o la TC junto con TEP, y se demostró que la combinación de imágenes por TC y TEP fue más exacta que la TC sola.[4,5]
Si bien los criterios de respuesta del International Working Group (antes llamado International Harmonization Project for PET) se han usado en adultos, el valor pronóstico de la TEP para la estadificación de los pacientes pediátricos con LNH sigue en investigación.[3,6,7] Los datos respaldan que la TEP identifica más anomalías que la TC;[8] sin embargo, no está claro si la TEP se debe usar para subir el estadio de pacientes pediátricos y cambiar el tratamiento. El International Working Group actualizó sus criterios de respuesta para el linfoma maligno con el fin de incluir datos de TEP, inmunohistoquímica y citometría de flujo.[5,9]
En el LNH infantil en estadio I, hay un tumor único o compromiso de una sola área ganglionar, fuera del abdomen y el mediastino.
En el LNH infantil en estadio II, la extensión de la enfermedad se limita a un tumor único con compromiso ganglionar regional; dos o más tumores o compromiso de dos o más áreas ganglionares en un lado del diafragma; o un tumor primario en el tubo gastrointestinal (completamente resecado) con compromiso ganglionar regional, o sin este.
En el LNH infantil en estadio III, hay tumores o compromiso de áreas ganglionares en ambos lados del diafragma. El LNH en estadio III también abarca cualquier tipo de enfermedad intratorácica primaria (mediastínica, pleural o tímica), enfermedad intraabdominal primaria extensa, o uno o más tumores paravertebrales o epidurales.
En el LNH infantil en estadio IV, hay tumores que comprometen la médula ósea o el SNC, independientemente del compromiso de otros sitios.
El compromiso de la médula ósea se definió como un 5 % o más de células malignas en la médula ósea, sin otras anomalías, con recuento y frotis de sangre periférica normales. Por lo general, se considera que los pacientes con linfoma linfoblástico que presentan más de un 25 % de células malignas en la médula ósea tienen leucemia, y es posible tratarlos de manera correcta en los ensayos clínicos de leucemia.
En el linfoma linfoblástico, la enfermedad en el SNC se define mediante criterios similares a los que se usan para la leucemia linfocítica aguda (es decir, número de glóbulos blancos de por lo menos 5/μl y células malignas en el líquido cefalorraquídeo [LCR]). En cualquier otro tipo de LNH, la enfermedad en el SNC se define como la presencia de cualquier célula maligna en el LCR, independientemente del número de células. El grupo Berlin-Frankfurt-Münster analizó la prevalencia de compromiso del SNC en más de 2300 pacientes pediátricos con LNH. En total, se diagnosticó compromiso del SNC en el 6 % de los pacientes. El compromiso del SNC (porcentaje de pacientes) según el subtipo de LNH fue el siguiente:[10]
Muchos de los avances en la supervivencia del cáncer infantil se han logrado mediante el uso de combinaciones de fármacos conocidos o nuevos desarrollados con el fin de mejorar la mejor terapia aceptada disponible. Los ensayos clínicos en pediatría se diseñan para comparar un tratamiento potencialmente mejor con el tratamiento estándar aceptado en la actualidad. Es posible realizar esta comparación en un ensayo aleatorizado con dos grupos de tratamiento o mediante la evaluación de un solo tratamiento nuevo que se compara con los resultados obtenidos antes con el tratamiento estándar.
Todos los niños con linfoma no Hodgkin (LNH) deben considerar la posibilidad de inscribirse en un ensayo clínico. Es muy recomendable que la planificación del tratamiento la efectúe un equipo multidisciplinario de especialistas en cáncer con experiencia en el tratamiento de tumores infantiles, con el fin de determinar, coordinar y poner en práctica un tratamiento que logre una supervivencia óptima. Los niños con LNH se deben derivar para su tratamiento a un equipo multidisciplinario de oncólogos pediatras en una institución con experiencia en tratar cánceres infantiles. La información sobre los ensayos clínicos en curso patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI.
Por lo general, se considera que el LNH en los niños está ampliamente diseminado en el momento del diagnóstico, incluso cuando el tumor está aparentemente localizado. Como resultado, se recomienda la quimioterapia combinada para la mayoría de los pacientes.[1] Las excepciones a esta estrategia de tratamiento son las siguientes:
En contraste con el tratamiento del LNH en adultos, el uso de radioterapia en niños con LNH es muy limitado. Los resultados de estudios indican lo siguiente:
Es posible que la radioterapia cumpla una función en el tratamiento de los pacientes que no lograron una respuesta completa a la quimioterapia. Los datos que sustentan la limitación del uso de la radioterapia en el tratamiento del LNH en pacientes pediátricos provienen del estudio Childhood Cancer Survivor Study.[7] El análisis de estos datos indicó que la exposición a la radiación fue un factor de riesgo significativo para las neoplasias subsiguientes y la muerte en los sobrevivientes a largo plazo.
Tradicionalmente el tratamiento del LNH durante la niñez y la adolescencia se ha basado en el subtipo histológico de la enfermedad. En un estudio del Children’s Cancer Group, se demostró que los pacientes con linfoma linfoblástico tuvieron un desenlace superior con un tratamiento similar al de la leucemia linfoblástica aguda más largo, mientras que los pacientes con LNH no linfoblástico (linfoma de Burkitt) tuvieron un desenlace superior con terapia corta intensiva en pulsos. Los pacientes con linfoma de células grandes presentaron desenlaces similares con cualquiera de los abordajes.[8]
El desenlace de los niños y adolescentes con LNH recidivante siguen siendo desfavorables, excepto en los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes.[9-14] Los pacientes o familiares que deseen explorar otras terapias dirigidas a la enfermedad deben contemplar la participación en ensayos con abordajes terapéuticos nuevos. Independientemente de si se decide continuar con una terapia dirigida a la enfermedad en el momento de la progresión, el objetivo principal del tratamiento siguen siendo los cuidados paliativos. Esto garantiza que se aumenta al máximo la calidad de vida mientras se intenta reducir el estrés de la enfermedad terminal.
En el Cuadro 3 se describen las opciones de tratamiento para el LNH recién diagnosticado y recidivante en pediatría.
Grupo de tratamiento | Opciones de tratamiento | ||
---|---|---|---|
CAR = receptor de antígeno quimérico; SNC = sistema nervioso central; VEB = virus de Epstein-Barr; TCMH = trasplante de células madre hematopoyéticas; MALT= tejido linfoide asociado a mucosas. | |||
Linfoma no Hodgkin de células B maduras: | |||
Linfoma de Burkitt | Recién diagnosticado | Cirugía (solo para estadios I y II) | |
Quimioterapia con rituximab o sin este | |||
Recidivante o resistente al tratamiento | Quimioterapia con rituximab o sin este | ||
TCMH alogénico o autógeno | |||
Terapia de células T con CAR | |||
Terapia con anticuerpo biespecífico | |||
Linfoma difuso de células B grandes | Recién diagnosticado | Cirugía (solo para estadios I y II) | |
Quimioterapia con rituximab o sin este | |||
Recidivante o resistente al tratamiento | Quimioterapia con rituximab o sin este | ||
TCMH alogénico o autógeno | |||
Terapia de células T con CAR | |||
Linfoma mediastínico de células B primario | Quimioterapia con rituximab o sin este | ||
Linfoma linfoblástico | Recién diagnosticado | Quimioterapia | |
Radioterapia craneal solo para la enfermedad manifiesta en el SNC | |||
Recidivante o resistente al tratamiento | Nelarabina o regímenes de quimioterapia con nelarabina | ||
Quimioterapia | |||
Bortezomib y quimioterapia | |||
TCMH alogénico | |||
Linfoma anaplásico de células grandes | Recién diagnosticado | Cirugía seguida de quimioterapia (para el estadio I) | |
Quimioterapia | |||
Recidivante o resistente al tratamiento | Quimioterapia, brentuximab o inhibidores de ALK (por ejemplo, crizotinib o alectinib) | ||
TCMH alogénico o autógeno | |||
Enfermedad linfoproliferativa relacionada con inmunodeficiencia: | |||
Enfermedad linfoproliferativa relacionada con inmunodeficiencia primaria | Quimioterapia con rituximab o sin este | ||
TCMH alogénico | |||
Linfoma no Hodgkin relacionado con síndromes de defectos en la reparación del DNA | Quimioterapia | ||
Linfoma no Hodgkin relacionado con infección por el VIH | Quimioterapia con rituximab o sin este | ||
Enfermedad linfoproliferativa postrasplante | Cirugía y disminución del tratamiento inmunodepresor, en lo posible | ||
Rituximab solo | |||
Quimioterapia estándar o ligeramente modificada con rituximab o sin este | |||
Quimioterapia de dosis bajas con rituximab o sin este | |||
Tipos raros de linfoma no Hodgkin: | |||
Linfoma folicular de tipo pediátrico | Cirugía sola | ||
Quimioterapia con rituximab o sin este | |||
Linfoma de zona marginal | Cirugía sola | ||
Radioterapia | |||
Rituximab con quimioterapia o sin esta | |||
Tratamiento con antibióticos para el linfoma MALT | |||
Linfoma primario del sistema nervioso central | Quimioterapia y rituximab | ||
Radioterapia | |||
Linfoma periférico de células T | Quimioterapia | ||
Radioterapia | |||
TCMH alogénico o autógeno | |||
Linfoma cutáneo de células T | No hay tratamiento estándar establecido | ||
Micosis fungoide | No hay tratamiento estándar establecido |
Las situaciones clínicas más comunes que podrían causar la muerte y que se observan con más frecuencia en pacientes con linfoma linfoblástico y linfoma de Burkitt son las siguientes:
Los pacientes con masas mediastínicas grandes tienen riesgo de compresión de la tráquea y la vena cava superior, derrames pleurales y pericárdicos grandes, así como obstrucción del flujo de salida del ventrículo derecho e izquierdo. Por lo tanto, hay un riesgo significativo de paro cardíaco o respiratorio, en especial, si el paciente se acuesta en decúbito supino durante procedimientos como tomografías computarizadas (TC) o ecocardiogramas.[15] La mayoría de estos procedimientos se pueden realizar con el paciente acostado de lado o en decúbito prono.
Debido al riesgo de complicaciones de la anestesia general o la sedación profunda, se debe completar una evaluación fisiológica y radiográfica minuciosa y se debe usar el procedimiento menos invasivo para establecer el diagnóstico de linfoma.[16,17] Se utilizan los siguientes procedimientos:
Cuando no se obtiene el diagnóstico con los procedimientos descritos, se debe considerar una biopsia con aguja gruesa guiada por TC. Este procedimiento a menudo se realiza con sedación superficial y anestesia local antes de pasar a procedimientos más invasivos. Se debe evitar que los pacientes estén acostados en decúbito supino. La mediastinoscopia, la mediastinotomía anterior o la toracoscopia son los procedimientos de elección cuando otros métodos diagnósticos fracasan. Es excepcional que se indique una toracotomía para el diagnóstico o tratamiento del linfoma infantil.
En ocasiones, no será posible llevar a cabo un procedimiento quirúrgico para confirmar el diagnóstico debido al riesgo de complicaciones de la anestesia general o la sedación profunda. En estos casos, se debe considerar administrar un tratamiento preoperatorio con corticoesteroides o, con menos frecuencia, de radioterapia localizada. Debido a que el tratamiento preoperatorio puede afectar la capacidad para obtener un diagnóstico tisular exacto, se debe obtener una biopsia diagnóstica tan pronto como se piense que el riesgo de complicaciones de la anestesia general o la sedación ha disminuido.
El síndrome de lisis tumoral se produce por la destrucción rápida de células malignas, lo que origina una serie de alteraciones metabólicas, en especial, hiperuricemia, hiperpotasemia e hiperfosfatemia. Es posible que los pacientes presenten síndrome de lisis tumoral antes del inicio del tratamiento.
La hiperhidratación, el alopurinol o la rasburicasa (urato-oxidasa) son componentes esenciales del tratamiento para todos los pacientes, excepto aquellos con enfermedad muy limitada.[19-24] En pacientes con deficiencia de G6PD, se debe evitar la rasburicasa que puede causar hemólisis o metahemoglobinuria. La administración de una prefase inicial con dosis bajas de ciclofosfamida y vincristina no elimina la necesidad de usar alopurinol o rasburicasa, ni de la hidratación.
La hiperuricemia y el síndrome de lisis tumoral, en especial, cuando hay obstrucción ureteral, pueden llegar a ser complicaciones potencialmente mortales.
Aunque el uso de la tomografía de emisión de positrones (TEP) para evaluar la rapidez de respuesta al tratamiento tiene valor pronóstico en casos de linfoma de Hodgkin y en algunos tipos de LNH en adultos, sigue en investigación para los casos pediátricos de LNH. Hasta la fecha, son insuficientes los datos que respaldan el valor pronóstico de la evaluación de la respuesta temprana al tratamiento mediante TEP para los pacientes pediátricos con LNH.
Se debe ejercer cautela al establecer un diagnóstico de recaída de la enfermedad solo con imágenes porque los resultados positivos falsos son comunes.[25-28] Los datos también demuestran que la TEP a veces produce resultados negativos falsos.[29] En un estudio de jóvenes con linfoma mediastínico primario de células B, se demostró que 9 de 12 pacientes con masas mediastínicas residuales al final del tratamiento tuvieron resultados positivos en la TEP. En 7 de estos pacientes se extirpó la masa residual, pero no se encontró tumor viable.[30] Antes de cambiar el tratamiento por la presencia de masas residuales en las imágenes, incluso si la TEP es positiva, se justifica obtener una biopsia para comprobar la enfermedad residual.[28]
El cáncer en niños y adolescentes es raro, aunque desde 1975 se ha observado un aumento gradual de la incidencia general.[1] Los niños y adolescentes con cáncer se deben derivar a centros médicos que cuenten con equipos multidisciplinarios de especialistas en oncología con experiencia en el tratamiento de los cánceres que se presentan en la niñez y la adolescencia. Este equipo multidisciplinario incorpora la pericia de los siguientes profesionales de atención de la salud y otros para asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados médicos de apoyo y la rehabilitación que les permitan lograr una supervivencia y calidad de vida óptimas:
Para obtener información específica sobre los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los resúmenes de Cuidados médicos de apoyo y cuidados paliativos.
La American Academy of Pediatrics estableció pautas para los centros de oncología pediátrica y su función en el tratamiento de los pacientes con cáncer infantil.[2] En estos centros de oncología pediátrica, se dispone de ensayos clínicos para la mayoría de los tipos de cáncer que se presentan en niños y adolescentes, y se ofrece la oportunidad de participar a la mayoría de los pacientes y familiares. Por lo general, los ensayos clínicos para los niños y adolescentes con cáncer se diseñan a fin de comparar un tratamiento que parece mejor con el tratamiento estándar actual. La mayoría de los avances en la identificación de tratamientos curativos para los cánceres infantiles se lograron mediante ensayos clínicos. Para obtener información sobre los ensayos clínicos en curso, consultar el portal de Internet del NCI.
En los Estados Unidos, el linfoma de Burkitt representa cerca del 40 % de los casos de linfoma no Hodgkin (LNH) infantil y su comportamiento clínico siempre es de gran malignidad.[1] La incidencia general del linfoma de Burkitt en los Estados Unidos es de 2,4 casos por 1 millón de años-persona y es más alta en los niños que en las niñas (3,8 vs. 0,9).[2,3] Para obtener más información sobre la incidencia del linfoma de Burkitt por edad y sexo, consultar el Cuadro 1.
Los sitios más comunes de enfermedad primaria son el abdomen y el tejido linfático del anillo de Waldeyer.[4] Otros sitios de compromiso son los testículos, los huesos, la piel, la médula ósea y el sistema nervioso central (SNC). Si bien el compromiso pulmonar no es frecuente, se ha observado diseminación pleural y peritoneal.[4]
Las células malignas del linfoma de Burkitt exhiben un fenotipo de células B maduras y no expresan la enzima desoxinucleotidil–transferasa terminal. Por lo general, estas células malignas expresan inmunoglobulina (Ig) de superficie; la mayoría tiene una IgM clonal de superficie con cadenas ligeras κ o λ. A menudo, también presentan otros marcadores de células B (por ejemplo, CD19, CD20, CD22) y la mayor parte de los linfomas de Burkitt infantiles expresan CD10.[1]
El linfoma de Burkitt expresa una translocación cromosómica característica, por lo general t(8;14) y con menor frecuencia t(8;22) o t(2;8). Cada una de estas translocaciones yuxtapone el oncogén MYC y los elementos reguladores del locus de la inmunoglobulina (IG, sobre todo el locus del gen IGH), lo que resulta en la expresión inapropiada de MYC, un gen que participa en la proliferación celular.[5,6] La presencia de una de las translocaciones variantes t(2;8) o t(8;22) no afecta la respuesta o el desenlace.[7,8]
El mapeo de los sitios de ruptura de translocación en IGH demostró que las translocaciones IG::MYC en el linfoma de Burkitt esporádico ocurren de manera más frecuente mediante la recombinación de cambio de clase anómala y en menor medida mediante hipervariante somática. Las translocaciones a partir de recombinaciones anómalas de segmentos génicos VDJ (variable, diversity, joining) son infrecuentes.[9] Estos hallazgos son compatibles con un origen de centro germinativo del linfoma de Burkitt.
Aunque hay translocaciones de MYC en todos los linfomas de Burkitt, se necesitan alteraciones genómicas cooperadoras para que se forme el linfoma. A continuación, se describen algunas de las variantes recurrentes más comunes en casos de niños y adultos con linfoma de Burkitt. La importancia clínica de estas variantes para el linfoma de Burkitt en pediatría todavía no se conoce.
En un estudio donde se comparó el panorama genómico del linfoma de Burkitt endémico con las características genómicas del linfoma de Burkitt esporádico se encontró la tasa alta de positividad para el virus de Epstein-Barr (VEB) esperada en los casos endémicos, y tasas mucho más bajas en los casos esporádicos. Hubo una similitud general entre los patrones de variantes para los casos endémicos y esporádicos y para los casos positivos para el VEB y negativos para el VEB. Sin embargo, en los casos positivos para el VEB se observaron tasas de variantes significativamente más bajas de ciertos genes o vías, incluso SMARCA4, CCND3, TP53 y apoptosis.[8]
La confirmación por análisis citogenético del reordenamiento de MYC es el método de referencia para el diagnóstico del linfoma de Burkitt. En los casos para los que no se cuenta con análisis citogenético, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que el diagnóstico del linfoma de tipo Burkitt se reserve para los linfomas que se parecen al linfoma de Burkitt o que tienen más polimorfismos, células grandes y una fracción de proliferación (es decir, inmunotinción de MIB-1 o Ki-67) del 99 % o mayor.[1] La tinción de BCL2 por inmunohistoquímica es variable. La ausencia de una translocación que afecta el gen BCL2 no excluye el diagnóstico del linfoma de Burkitt y no tiene implicaciones clínicas.[15]
El linfoma de tipo Burkitt con una anomalía de 11q se añadió como una entidad provisional en la revisión de 2017 de la WHO Classification of Tumors of Hematopoietic and Lymphoid Tissues.[16] En la 5.ª edición de la clasificación de la OMS, se cambió el nombre de esta entidad por linfoma de células B de grado alto con anomalías de 11q.[17] En esta entidad, no hay reordenamiento de MYC y el hallazgo característico del cromosoma 11q (detectado mediante pruebas citogenéticas o con matrices de DNA para número de copias) es la ganancia o amplificación de 11q23.2-q23.3, o la pérdida de 11q24.1-qter.[18,19]
Para obtener información sobre los factores pronósticos del linfoma de Burkitt, consultar la sección Pronóstico y factores pronósticos del linfoma no Hodgkin infantil.
El tratamiento del linfoma de Burkitt es el mismo que el tratamiento del linfoma difuso de células B grandes, y la siguiente discusión es pertinente para ambos tipos de linfomas.
A diferencia del LNH con linaje de células B maduras que se observa en pacientes adultos, los desenlaces en pacientes pediátricos no difieren según el tipo histológico (linfoma de Burkitt o linfoma difuso de células B grandes). El pediatría, el linfoma de Burkitt y el linfoma difuso de células B grandes tienen un comportamiento clínico de gran malignidad y los pacientes reciben regímenes de tratamiento muy intensivos.[21-26]
El síndrome de lisis tumoral suele presentarse en el momento del diagnóstico o después de comenzar el tratamiento. Se debe anticipar y atender esta situación clínica urgente antes de comenzar el tratamiento. Para obtener más información, consultar la sección Síndrome de lisis tumoral.
Las estrategias de tratamiento vigentes se basan en la estratificación del riesgo descrita en el Cuadro 4. El compromiso de la médula ósea a veces genera confusión al determinar si el paciente tiene un linfoma o una leucemia. Tradicionalmente, a los pacientes con más de un 25 % de blastocitos en la médula ósea se les asigna el diagnóstico de leucemia de células B maduras, mientras que a los pacientes con menos de un 25 % de blastocitos en la médula ósea se les asigna el diagnóstico de linfoma. No está claro si estas definiciones arbitrarias se corresponden con características biológicas distintas, pero no hay duda de que los pacientes con compromiso leucémico se deben tratar con los protocolos diseñados para el linfoma de Burkitt.[21,23,26]
Estrato | Manifestación de la enfermedad | |
---|---|---|
LLA = leucemia linfoblástica aguda; BFM = Berlin-Frankfurt-Münster; SNC= sistema nervioso central; FAB = French-American-British; LDH = lactato–deshidrogenasa; LMB = Lymphome Malins de Burkitt; LNH = linfoma no Hodgkin. | ||
aCon base en los resultados del estudio FAB/LMB-96, se utilizó una concentración sérica de LDH superior al doble del límite considerado normal para definir un grupo B de riesgo alto en el estudio internacional de LNH de células B ANHL1131 (NCT01516567).[22] | ||
COG-C5961 (FAB/LMB-96);[22,23,27] COG-ANHL1131 (Inter-B-NHL Ritux 2010) [26] | A | Estadio I y estadio II con compromiso abdominal completamente resecados |
Ba | Múltiples sitios extrabdominales | |
Los pacientes con LNH sin resección de la enfermedad estadios I, II III y IV (médula con <25 % de blastocitos y sin enfermedad en el SNC) con masas epidurales (estadio III de Murphy) se tratan en el grupo B a menos que se detecten indicios de invasión en la duramadre. | ||
C | Leucemia linfoblástica aguda de células B maduras (>25 % de blastocitos en la médula ósea) o enfermedad en el SNC | |
Grupo BFM [28] | R1 | Estadio I y estadio II con compromiso abdominal completamente resecados |
R2 | Estadio I o II no resecado, y estadio III con LDH <500 UI/l | |
R3 | Estadio III con LDH 500–999 UI/l | |
Estadio IV, LLA-B (>25 % blastocitos), sin enfermedad en el SNC y LDH <1000 UI/l | ||
R4 | Estadio III, IV, LLA de células B con LDH >1000 UI/l | |
Cualquier enfermedad en el SNC |
Los estudios que se resumen a continuación contribuyeron a la formulación de los regímenes de tratamiento vigentes para pacientes pediátricos con linfoma de Burkitt y linfoma difuso de células B grandes.
Evidencia (quimioterapia):
En los estudios BFM y FAB/LMB se demostró que la omisión de la irradiación craneoespinal, incluso en pacientes con enfermedad en el SNC, no afecta el desenlace (COG-C5961 [FAB/LMB-96] y NHL-BFM-90 [GER-GPOH-NHL-BFM-90]).[21-23,28]
Evidencia (rituximab):
Las opciones de tratamiento estándar del linfoma de Burkitt y el linfoma difuso de células B grandes se describen en el Cuadro 5.
Ensayo | Estrato | Manifestaciones de la enfermedad | Tratamiento |
---|---|---|---|
LLA = leucemia linfoblástica aguda; BFM = Berlin-Frankfurt-Münster; SNC= sistema nervioso central; COG = Children’s Oncology Group; FAB = French-American-British; LDH = lactato–deshidrogenasa; LMB = Lymphome Malins de Burkitt; LNH = linfoma no Hodgkin; POG = Pediatric Oncology Group. | |||
COG-C5961 (FAB/LMB-96) [22,27] COG-ANHL01 [31,32]; [24][Nivel de evidencia C1] COG-ANHL1131 (Inter-B-NHL Ritux 2010) [26] | A | Estadio I y estadio II con compromiso abdominal completamente resecados | Dos ciclos de quimioterapia [27] |
B | Múltiples sitios extrabdominales | Prefase con 4 ciclos de quimioterapia (grupo de intensidad reducida) [22,34] | |
Estadios I y II sin resección, estadio III (LDH normal) | |||
Estadio III (LDH elevada, médula <25 % blastocitos, estadio IV sin enfermedad en el SNC | Prefase con 4 ciclos de quimioterapia (grupo de intensidad reducida) y 6 dosis de rituximab [26] | ||
C | Leucemia linfoblástica aguda de células B maduras (>25 % blastocitos en la médula) o estadio IV con enfermedad en el SNC | Prefase con 6 ciclos de quimioterapia (grupo de intensidad completa) y solo 2 ciclos de mantenimiento con 6 dosis de rituximab [26] | |
GER-GPOH-NHL-BFM-95 [21] | R1 | Estadio I y estadio II con compromiso abdominal completamente resecados | Dos ciclos de quimioterapia |
R2 | Estadios I y II sin resección, y estadio III con LDH <500 UI/l | Prefase con 4 ciclos de quimioterapia (infusión de metotrexato de 4 horas) |
No hay una opción de tratamiento estándar para los pacientes con enfermedad recidivante o progresiva. Para los pacientes con LNH de células B maduras de células B maduras de crecimiento rápido recidivante o resistente al tratamiento, las tasas de supervivencia oscilan entre el 10 % y el 50 %. En la serie más grande, la tasa de supervivencia fue de alrededor del 20 %.[23,35,36]; [37][Nivel de evidencia C1] En tres análisis multivariantes retrospectivos se identificaron los factores pronósticos que se listan a continuación.
Las opciones de tratamiento del linfoma de Burkitt y el linfoma difuso de células B grandes recidivantes o resistentes al tratamiento son las siguientes:
La quimiorresistencia dificulta la remisión.
Evidencia (tratamiento del linfoma de Burkitt recidivante o resistente al tratamiento):
Si es posible lograr la remisión, la terapia de dosis altas con TCMH sigue siendo la mejor opción para la supervivencia. Los pacientes que no están en remisión en el momento del trasplante tienen una evolución significativamente más precaria.[38,41,46,48-50] El desenlace tan precario de los pacientes cuya enfermedad es resistente a la quimioterapia de rescate indica que no está indicado el trasplante no experimental como opción para estos pacientes.[41,49,50] Si se notificó una remisión completa, la supervivencia oscila entre un 30 % y un 75 %, aunque todas las series eran de pocos pacientes (es decir, menos de 40).[41,46,47,49,51] El beneficio del TCMH autógeno versus el TCMH alogénico sigue sin estar claro.[36,41,51,52]; [48][Nivel de evidencia B4]; [53][Nivel de evidencia C2]
Para obtener más información sobre el trasplante, consultar Trasplante autógeno de células madre hematopoyéticas en pediatría, Trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas en pediatría y Trasplante de células madre hematopoyéticas y terapia celular para el cáncer en pediatría.
Evidencia (terapia con TCMH):
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
El linfoma mediastínico primario de células B, que antes se consideraba un subtipo de linfoma difuso de células B grandes, ahora es una entidad separada en la clasificación de la OMS. Para obtener más información, consultar la sección Linfoma mediastínico primario de células B.
El linfoma difuso de células B grandes es una neoplasia de células B maduras de crecimiento rápido (agresiva) que representa entre el 10 % al 20 % de los casos pediátricos de LNH.[54,55] El linfoma difuso de células B grandes se presenta con más frecuencia durante la segunda década de vida que durante la primera década.[55,56] Para obtener más información sobre la incidencia del linfoma difuso de células B grandes por edad y sexo, consultar el Cuadro 1.
El linfoma difuso de células B grandes en pacientes pediátricos se manifiesta de una manera clínicamente similar al linfoma de Burkitt, aunque es más frecuente que sea localizado y es menos frecuente que afecte la médula ósea o el SNC.[54,56] Para obtener más información, consultar la sección Cuadro clínico inicial en la sección Linfoma de Burkitt.
El perfil de expresión génica del linfoma difuso de células B grandes en adultos permite dividirlo en subtipos moleculares basados en las presuntas células de origen que son las células B de centro germinativo y las células B activadas, y entre el 10 % al 15 % de los casos son inclasificables. El uso del perfil molecular integral vigente para el linfoma de células B grandes en adultos ha llevado a proponer una nueva subclasificación que abarca más que las células de origen y que se basa en las variantes genéticas y variaciones en el número de copias.[57,58] El linfoma difuso de células B grandes en niños y adolescentes tiene características biológicas diferentes a las de este linfoma en adultos, entre estas, las siguientes:
El linfoma de células B grandes con reordenamientos de IRF4 (LCBG-IRF4) es una entidad separada en la 5.ª edición de la clasificación de la OMS de las neoplasias linfoides.[67]
El linfoma de células B de grado alto, SAI, se define como un linfoma de células B de crecimiento rápido (agresivo) que carece de reordenamientos de MYC y BCL2 o reordenamientos de BCL6. Además, esta entidad no cumple con los criterios para el linfoma difuso de células B, SAI, ni el linfoma de Burkitt.[72]
Para obtener información sobre los factores pronósticos del linfoma difuso de células B grandes, consultar la sección Pronóstico y factores pronósticos del linfoma no Hodgkin infantil.
Al igual que para el linfoma de Burkitt, las estrategias de tratamiento vigentes se basan en la estratificación del riesgo, como se describe en el Cuadro 5. El tratamiento del linfoma difuso de células B grandes es el mismo que el del linfoma de Burkitt. Para obtener información sobre el tratamiento del linfoma difuso de células B grandes, consultar la sección Opciones de tratamiento estándar del linfoma de Burkitt.
El tratamiento del linfoma difuso de células B grandes recidivante es el mismo que el del linfoma de Burkitt recidivante. Para obtener más información, consultar la sección Opciones de tratamiento del linfoma de Burkitt recidivante o resistente al tratamiento.
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el NCI se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
En la población pediátrica, el linfoma mediastínico primario de células B se observa de manera predominante en adolescentes mayores, y representa entre el 1 % y el 2 % de todos los casos pediátricos de LNH.[56,73-75]
Como el nombre lo indica, el linfoma mediastínico primario de células B se presenta en el mediastino. El tumor puede ser invasor a nivel local (por ejemplo, diseminación pericárdica o pulmonar) y a veces produce síndrome de la vena cava superior. En ocasiones el tumor se disemina fuera de la cavidad torácica con compromiso ganglionar y extraganglionar, con predilección por los riñones. Sin embargo, el compromiso del SNC y la médula ósea es extremadamente infrecuente.[76]
El linfoma mediastínico primario de células B se consideraba un subtipo de linfoma difuso de células B grandes; sin embargo, ahora es una entidad clínica diferente en la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).[17] Estos tumores surgen en el mediastino y se derivan de células B del timo; presentan una proliferación difusa de células grandes con esclerosis que forma compartimientos de células neoplásicas.
El linfoma mediastínico primario de células B puede ser muy difícil de diferenciar de los siguientes tipos de linfoma de acuerdo con las características morfológicas:
El linfoma mediastínico primario de células B tiene perfiles de expresión génica y de variantes distintivos en comparación con el linfoma difuso de células B grandes. No obstante, estos perfiles se asemejan a los que se observan en el linfoma de Hodgkin.[78-80] El linfoma mediastínico primario de células B también se relaciona con un conjunto característico de anomalías cromosómicas cuando se compara con otros subtipos de LNH. El linfoma mediastínico primario de células B es, ante todo, un cáncer de adolescentes y adultos jóvenes, por lo tanto las observaciones genómicas se describen de manera independiente de la edad.
Para obtener información sobre los factores pronósticos del linfoma mediastínico primario de células B, consultar la sección Pronóstico y factores pronósticos del linfoma no Hodgkin infantil.
Hay pocos estudios en los que se evalúen los factores pronósticos de niños con linfoma mediastínico primario de células B.
Las opciones de tratamiento del linfoma mediastínico primario de células B son las siguientes:
En el estudio FAB/LMB-96 (NCT00002757), los pacientes pediátricos y adolescentes con linfoma mediastínico primario de células B grandes en estadio III tuvieron una evolución significativamente más precaria, con una tasa de SSC a 5 años del 66 %, en comparación con el 85 % en los adolescentes con linfoma difuso de células B grandes fuera del mediastino.[91][Nivel de evidencia B4] De manera similar, en el ensayo NHL-BFM-95, los pacientes con linfoma mediastínico primario de células B tuvieron una tasa de SSC del 50 % a los 3 años.[21] Sin embargo, en un estudio de jóvenes tratados con DA-EPOCH-R, se observaron tasas excelentes de supervivencia sin enfermedad.[92]
Evidencia (DA-EPOCH-R):
Evidencia (quimioterapia tipo LMB y rituximab):
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos otorgó la aprobación acelerada al pembrolizumab para usarlo en el tratamiento de pacientes adultos y pediátricos con linfoma mediastínico primario de células B grandes resistente al tratamiento o que recidivó después de dos o más líneas de tratamiento. La aprobación se basó en datos de 53 pacientes (mediana de edad, 33 años; intervalo, 20–61 años). La tasa de respuesta general fue del 41 %, que incluyó un 12 % de respuestas completas y un 29 % de respuestas parciales.[96]
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el NCI se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación, se presenta un ejemplo de un ensayo clínico nacional o institucional en curso:
El linfoma linfoblástico comprende aproximadamente el 20 % de los casos de linfoma no Hodgkin (LNH) infantil.[1,2] Para obtener más información sobre la incidencia del linfoma linfoblástico por edad y sexo, consultar el Cuadro 1.
Alrededor de un 75 % de los pacientes con linfoma linfoblástico de células T presentan una masa mediastínica anterior, que a veces se acompaña de disnea, sibilancias, estridor, disfagia o edema de la cabeza y el cuello.
Es posible que haya derrames pleurales o pericárdicos. El compromiso ganglionar, por lo general por encima del diafragma, a veces es una característica prominente. También puede presentarse compromiso de los huesos, la piel, la médula ósea, el sistema nervioso central (SNC), los órganos abdominales (muy pocas veces, el intestino) y, en ocasiones, otros sitios como el tejido linfoide del anillo de Waldeyer, los testículos o el tejido subcutáneo. El compromiso abdominal es menos común en el linfoma linfoblástico de células T que en el linfoma de Burkitt.
El compromiso de la médula ósea a veces genera confusión al determinar si el paciente tiene un linfoma con compromiso de la médula ósea o una leucemia con enfermedad extramedular. Tradicionalmente, a los pacientes con más de un 25 % de blastocitos en la médula ósea se les asigna el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células T, mientras que a los pacientes con menos de un 25 % de blastocitos en la médula ósea se les asigna el diagnóstico de linfoma linfoblástico de células T en estadio IV. La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el linfoma linfoblástico como la misma enfermedad que la LLA.[3] El debate se centra en si realmente representan la misma enfermedad.[4] Aún no está claro si estas definiciones arbitrarias corresponden a características biológicamente distintas o si son relevantes para el diseño del tratamiento.
El linfoma linfoblástico de células B suele ser una enfermedad ganglionar localizada, pero en ocasiones se presenta como una enfermedad extraganglionar (por ejemplo, enfermedad aislada testicular o cutánea).[5,6]
Los linfomas linfoblásticos suelen ser positivos para la desoxinucleotidil–transferasa terminal. Más del 75 % exhibe un inmunofenotipo de células T; el resto, exhibe un fenotipo de células B precursoras.[5]
Al contrario de la leucemia linfoblástica aguda de células T (LLA-T) infantil, las características biológico-moleculares y las anomalías cromosómicas del linfoma linfoblástico no están bien caracterizadas en pediatría. Muchas alteraciones genómicas que ocurren en la LLA-T también se presentan en el linfoma linfoblástico de células T. Entre los ejemplos se incluyen los siguientes:
En el caso de las alteraciones genómicas descritas antes, las variantes de NOTCH1 y FBXW7 quizás confieran un pronóstico más favorable en los pacientes con linfoma linfoblástico de células T. Por el contrario, la pérdida de heterocigosis en el cromosoma 6q, las variantes de PTEN y las variantes de KMT2D quizás confieran un pronóstico más precario.[8-12] Por ejemplo, en un estudio se observó que la presencia de una variante de KMT2D o PTEN se relacionó con un riesgo muy alto de recaída en pacientes con NOTCH1 o FBXW7 de tipo natural, pero estas variantes no se relacionaron con un aumento del riesgo en pacientes con variantes de NOTCH1 o FBXW7.[11] Se necesitan estudios con un gran número de pacientes para definir mejor los determinantes genómicos claves en el desenlace de pacientes con linfoma linfoblástico de células T.
Un subtipo genómico particular del linfoma linfoblástico de células T se caracteriza por fusiones en las que participa el gen NOTCH1. El compañero de fusión más común es TRB. Este subtipo no está presente, o es muy infrecuente, en la LLA-T.
De 192 pacientes pediátricos con linfoma linfoblástico de células T, 12 casos (6,3 %) tenían fusiones génicas TRB::NOTCH1. Estas fusiones no se identificaron en los 167 casos de LLA-T. Los 12 pacientes con fusiones TRB::NOTCH1 presentaron las siguientes características:[13]
En un segundo estudio se identificaron fusiones del gen NOTCH1 en 6 de 29 (21 %) pacientes pediátricos con linfoma linfoblástico de células T. Las fusiones génicas específicas fueron miR142::NOTCH1 (n = 2), TRBJ::NOTCH1 (n = 3) y IKZF2::NOTCH1 (n = 1).[14]
Se han llevado a cabo pocos estudios sobre las características genómicas del linfoma linfoblástico de células B. En un informe se describieron las alteraciones en el número de copias en casos pediátricos de linfoma linfoblástico de células B. En este estudio también se señaló que algunas deleciones génicas que son comunes en la LLA-B (por ejemplo, CDKN2A, IKZF1 y PAX5) se presentan con una frecuencia considerable en el linfoma linfoblástico de células B.[4]
Se sabe que las características morfológicas y el inmunofenotipo del linfoma linfoblástico de células B coinciden en forma parcial con las de la LLA-B, pero en pocos estudios se ha evaluado el panorama genómico del linfoma linfoblástico de células B, en parte por la falta de suficiente material para los análisis genómicos.[4] En un estudio se evaluaron mejor las alteraciones genómicas relacionadas con el linfoma linfoblástico de células B en pediatría.[15] En el estudio se analizaron 97 casos de linfoma linfoblástico de células B mediante una combinación de secuenciación dirigida al DNA, del exoma completo y del RNA. En general, los resultados mostraron similitudes importantes en el contexto de la transcripción y de las variantes entre el linfoma linfoblástico de células B y la LLA-B.
Para obtener información sobre los factores pronósticos del linfoma linfoblástico, consultar la sección Pronóstico y factores pronósticos del linfoma no Hodgkin infantil.
El linfoma linfoblástico en estadio bajo (estadio I o estadio II) es principalmente una enfermedad de células B. El tratamiento con quimioterapia corta pulsada (es decir, doxorrubicina, ciclofosfamida, vincristina, y prednisona [CHOP]) seguida de 6 meses de terapia de mantenimiento produce una tasa de supervivencia sin enfermedad (SSE) de alrededor del 60 % y una tasa de supervivencia general (SG) superior al 90 %.[16,17] Sin embargo, el uso de un abordaje de tratamiento de la LLA, que consiste en terapia de inducción, consolidación y mantenimiento durante 24 meses, produjo tasas de SSE superiores al 90 % en niños con linfoma linfoblástico en estadio bajo.[6,18,19]
Los pacientes con linfoma linfoblástico en estadio avanzado (estadio III o estadio IV), con mayor frecuencia una enfermedad de células T, tienen tasas de SSE superiores al 80 %.[18-20] El compromiso mediastínico es común, pero no es necesaria la radioterapia para los pacientes con masas mediastínicas, excepto en el tratamiento urgente de una obstrucción sintomática de la vena cava superior o de las vías respiratorias. En estos casos, se suelen administrar terapia con corticoesteroides o dosis bajas de radiación. Para obtener más información, consultar la sección Masas mediastínicas.
Los siguientes estudios han contribuido al desarrollo de regímenes de tratamiento actuales para pacientes pediátricos con linfoma linfoblástico.
El Pediatric Oncology Group condujo un ensayo para probar la eficacia de dosis altas de metotrexato en el tratamiento de pacientes con LLA de células T y linfoma linfoblástico de células T. En los pacientes con linfoma (n = 66), las dosis altas de metotrexato no mostraron un beneficio, con una tasa de supervivencia sin complicaciones (SSC) a 5 años del 88 %.[21][Nivel de evidencia A1] Cabe anotar que todos estos pacientes recibieron radioterapia craneal profiláctica, aunque en otros estudios se observó que no es necesaria para pacientes con linfoma linfoblástico de células T.[19,20] En este estudio, se puso a prueba de manera aleatorizada el beneficio de la adición del cardioprotector dexrazoxano. La adición de dexrazoxano no afectó el desenlace de los pacientes, pero proporcionó beneficios cardioprotectores, como se demostró en las evaluaciones ecocardiográficas y de laboratorio.[22][Nivel de evidencia B4]
En el estudio NHL-BFM-90, la tasa de SSE a 5 años fue del 90 % y no hubo diferencia en el desenlace entre los pacientes con enfermedad en estadio III y estadio IV.[18] Los pacientes con linfoma linfoblástico de células B precursoras mostraron resultados similares al usar la misma terapia.[2] Todos los pacientes recibieron radioterapia craneal profiláctica. En el estudio NHL-BFM-95, la cantidad de daunorrubicina y asparaginasa durante la inducción se redujo y los pacientes no recibieron radioterapia craneal profiláctica.[19] La tasa de SSE en este estudio fue similar a la tasa en el estudio NHL-BFM-90. Sin embargo, la tasa de SSC fue más baja, de un 82 %, debido a una incidencia más alta de neoplasias subsiguientes.[19] En un estudio de un solo centro, se notificó que los pacientes tratados por linfoma linfoblástico tuvieron una incidencia más alta de neoplasias subsiguientes que los pacientes pediátricos tratados por otro tipo de LNH.[23] Sin embargo, los estudios del Children's Oncology Group (COG) y del Childhood Cancer Survivor Study Group no respaldaron este hallazgo.[20,24-26]
Evidencia de la quimioterapia (regímenes de tratamiento para el linfoma linfoblástico en estadio bajo):
Evidencia de la quimioterapia (regímenes de tratamiento para el linfoma linfoblástico en estadio avanzado):
Se observaron desenlaces equivalentes en los pacientes tratados en los grupos A1, B1, A2 y B2. Las tasas de SSC a 5 años fueron del 81 %, 80 %, 84 % y 80 %, respectivamente. Las tasas de SG fueron del 84 %, 80 %, 85 % y 80 %, respectivamente. Los pacientes con enfermedad en el SNC en el momento del diagnóstico tuvieron una tasa de SSC a 5 años del 63 % y una tasa de SG del 81 %.
Las tasas de supervivencia de los pacientes con linfoma linfoblástico recidivante o resistente al tratamiento oscilan entre un 10 % y un 40 %.[24,28]; [29][Nivel de evidencia B4]; [30,31][Nivel de evidencia C1] Al igual que en los pacientes con linfoma de Burkitt, la enfermedad quimiorresistente es común.
No hay opciones de tratamiento estándar para los pacientes con enfermedad recidivante o progresiva.
Las opciones de tratamiento del linfoma linfoblástico recidivante o resistente al tratamiento son las siguientes:
Evidencia (tratamiento del linfoma linfoblástico recidivante o resistente al tratamiento):
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
El linfoma anaplásico de células grandes representa alrededor del 10 % de los casos de linfoma no Hodgkin infantil (LNH).[1] Para obtener más información sobre la incidencia del linfoma anaplásico de células grandes por edad y sexo, consultar el Cuadro1.
Desde el punto de vista clínico, el linfoma anaplásico de células grandes sistémico exhibe una serie amplia de manifestaciones clínicas iniciales. Estas incluyen compromiso ganglionar y de una variedad de sitios extraganglionares; en particular, la piel, los huesos y, con menos frecuencia, el tubo gastrointestinal, los pulmones, la pleura y los músculos. El compromiso del sistema nervioso central (SNC) o la médula ósea es infrecuente.
El linfoma anaplásico de células grandes suele producir síntomas sistémicos (por ejemplo, fiebre y pérdida de peso), además de una evolución prolongada de recrudescencia y remisión que dificulta el diagnóstico y, a menudo, lo demora. Los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes pueden presentar signos y síntomas compatibles con una linfohistiocitosis hemofagocítica.[2]
Hay un subgrupo de pacientes con linfoma anaplásico de células grandes que tienen compromiso leucémico en sangre periférica. Por lo general, estos pacientes presentan compromiso respiratorio importante con infiltrados pulmonares difusos o derrames pleurales y tienen hepatoesplenomegalia.[3,4]
Aunque el inmunofenotipo de células T maduras es predominante en el linfoma anaplásico de células grandes, también se presenta enfermedad de células nulas (es decir, que no expresan antígenos de superficie de células T, B ni de linfocitos citolíticos naturales). La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica el linfoma anaplásico de células grandes como un subtipo de linfoma de células T periféricas.[5,6]
Todos los casos de linfoma anaplásico de células grandes expresan CD30. Más del 90 % de los casos infantiles de linfoma anaplásico de células grandes tienen un reordenamiento cromosómico que compromete el gen ALK. Cerca del 85 % de estos reordenamientos cromosómicos serán t(2;5)(p23;q35), lo que conlleva la expresión de la proteína de fusión NPM::ALK. El otro 15 % de los casos se compone de variantes de translocaciones de ALK.[7] El patrón de tinción inmunohistoquímica anti-ALK es muy específico para el tipo de translocación de ALK. La tinción citoplásmica y nuclear de ALK se asocia a la proteína de fusión NPM::ALK, mientras que la tinción citoplásmica de ALK se asocia solo a las variantes de translocaciones de ALK, como se muestra en el Cuadro 6.[8]
Fusión génica | Localización de la pareja cromosómica | Frecuencia de la fusión génica |
---|---|---|
aAdaptación de Tsuyama et al.[8] | ||
NPM::ALK | 5q36.1 | Alrededor del 80 % |
TPM3::ALK | 1p23 | Alrededor del 15 % |
ALO17::ALK | 17q25.3 | Infrecuente |
ATIC::ALK | 2q35 | Infrecuente |
CLTC::ALK | 17q23 | Infrecuente |
MSN::ALK | Xp11.1 | Infrecuente |
MYH9::ALK | 22q13.1 | Infrecuente |
TFG::ALK | 3q12.2 | Infrecuente |
TPM4::ALK | 19p13 | Infrecuente |
TRAF1::ALK | 9q33.2 | Infrecuente |
En adultos, el linfoma anaplásico de células grandes que expresa ALK se considera diferente de otros linfomas de células T periféricas debido a que el pronóstico tiende a ser mejor.[9] Además, los pacientes adultos con linfoma anaplásico de células grandes que no expresan ALK tienen un desenlace más precario en comparación con los pacientes que tienen enfermedad que expresa ALK.[10] Sin embargo, en niños no se ha observado esta diferencia de los desenlaces entre la enfermedad que expresa ALK y la que no expresa ALK. Además, no se encontró correlación entre los desenlaces y el tipo específico de translocación de ALK.[11-13]
En una serie europea se incluyeron 375 niños y adolescentes con linfoma anaplásico de células grandes sistémico que expresa ALK, se observó un componente de células pequeñas o linfohistiocítico en el 32 % de los pacientes, que se relacionó de manera significativa con un riesgo alto de fracaso en el análisis multivariante controlado por las características clínicas (cociente de riesgos instantáneos, 2,0; P = 0,002).[12] También se observó el efecto pronóstico de la variante de células pequeñas del linfoma anaplásico de células grandes en el estudio COG-ANHL0131 (NCT00059839), a pesar de que se usó una quimioterapia de base diferente.[13]
Para obtener información sobre los factores pronósticos del linfoma anaplásico de células grandes, consultar la sección Pronóstico y factores pronósticos del linfoma no Hodgkin infantil.
Los niños y adolescentes con linfoma anaplásico de células grandes en estadios altos (estadio III o IV) tienen una tasas de supervivencia sin enfermedad de un 60 % a un 75 %.[14-19]
No se sabe cuál es la mejor estrategia de tratamiento para el linfoma anaplásico de células grandes. Los datos vigentes no indican superioridad de ningún régimen de tratamiento sobre otra de las opciones de tratamiento estándar.
Los regímenes de tratamiento que se usan con mayor frecuencia son los que se listan a continuación.
Evidencia (tratamiento del linfoma anaplásico de células grandes):
El compromiso del SNC en los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes es infrecuente en el momento del diagnóstico. En un estudio internacional sobre el linfoma anaplásico de células grandes infantil sistémico, 12 de 463 pacientes (2,6 %) tenía compromiso del SNC, 3 de ellos con enfermedad aislada en el SNC (linfoma primario del SNC). En el grupo con enfermedad en el SNC que recibió quimioterapia multifarmacológica con dosis altas de metotrexato, citarabina y terapia intratecal, la tasa de SSC fue del 50 % (IC 95 %, 25–75 %) y la tasa de SG fue del 74 % (IC 95 %, 45–91 %) después de una mediana de seguimiento de 4,1 años. La función de la radioterapia craneal ha sido difícil de evaluar.[27]
A diferencia del linfoma linfoblástico o el linfoma de células B maduras, las tasas de supervivencia en los pacientes con linfoma anaplásico de células grandes recidivante o resistente al tratamiento son del 40 % al 60 %.[28-31]
No hay un abordaje estándar para el tratamiento del linfoma anaplásico de células grandes recidivante o resistente al tratamiento.
Las opciones de tratamiento del linfoma anaplásico de células grandes recidivante o resistente al tratamiento son las siguientes:
Aunque se pueden lograr remisiones al administrar monoterapia (por ejemplo, vinblastina, brentuximab o crizotinib), se observaron progresiones en el SNC después de la terapia en pacientes con linfoma anaplásico de células grandes recidivante. En una revisión retrospectiva grande de una base de datos de estudios, se encontró que la incidencia de compromiso en el SNC en el momento de la recaída es de alrededor de un 4 %. La mediana de tiempo hasta la recaída con compromiso del SNC fue de 8 meses para 26 pacientes. La tasa de SG a 3 años después de la recaída fue de alrededor del 50 %.[42]
En este entorno se usa quimioterapia seguida de trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) autógeno o alogénico en pacientes que alcanzan la remisión.[29,30,39,40,43]
Evidencia (quimioterapia y terapia dirigida):
Evidencia (TCMH autógeno vs. alogénico):
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación, se presentan ejemplos de ensayos clínicos nacionales o institucionales en curso:
Los pacientes que presentan tumores con variantes moleculares comprendidas en los grupos de tratamiento del Pediatric MATCH podrán inscribirse para recibir tratamiento en este ensayo. Para obtener más información en inglés, consultar el portal de Internet del NCI y el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
La incidencia del linfoma o la enfermedad linfoproliferativa es 100 veces más alta en los niños con inmunodeficiencia en comparación con la población general. Las causas de estas deficiencias inmunitarias son las siguientes:
El linfoma no Hodgkin (LNH) relacionado con la inmunodeficiencia suele ser de gran malignidad. La mayoría de los casos se presentan en sitios extralinfáticos y tienen una incidencia más alta de compromiso primario del sistema nervioso central (SNC).[1-4]
La enfermedad linfoproliferativa que se observa en pacientes con inmunodeficiencia primaria exhibe un fenotipo de células B maduras muy malignas y un tipo histológico de células grandes.[2] También se ha observado linfoma de células T maduras y linfoma anaplásico de células grandes.[2] Es más probable que los niños con inmunodeficiencia primaria y LNH presenten enfermedad en estadio avanzado (estadio III o estadio IV) y síntomas relacionados con una enfermedad extraganglionar, en especial, en el tubo digestivo y el SNC.[2]
Las opciones de tratamiento de la enfermedad linfoproliferativa relacionada con inmunodeficiencia primaria son las siguientes:
Los pacientes con inmunodeficiencia primaria pueden lograr remisiones completas y duraderas con regímenes de quimioterapia estándar para el LNH, aunque la toxicidad aumenta.[2]; [5][Nivel de evidencia C1] Las recidivas en estos pacientes son comunes y tal vez no representen la misma enfermedad clonal.[6] La corrección inmunológica a través de un TCMH alogénico a menudo es necesaria para prevenir las recidivas.
La incidencia de LNH aumenta en los pacientes con síndromes de reparación del DNA, como la ataxia-telangiectasia, el síndrome de rotura de Nijmegen y la deficiencia constitucional en la reparación de errores de emparejamiento. El LNH de células B maduras de crecimiento rápido representa la mayoría de los casos de LNH observados en pacientes con ataxia-telangiectasia (84 %) y síndrome de rotura de Nijmegen (46 %), mientras que el linfoma linfoblástico de células T (81 %) se observa en pacientes con deficiencia constitucional de reparación de errores de emparejamiento.[5]
Los pacientes con alteración en la reparación del DNA son particularmente difíciles de tratar.[7,8] Las tasas de supervivencia general (SG) a 5 y 10 años son precarias, de un 40 % a un 60 %.[5,9]
Las opciones de tratamiento del linfoma no Hodgkin relacionado con síndromes de defectos en la reparación del DNA son las siguientes:
El LNH en niños con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se suele manifestar con fiebre, pérdida de peso y síntomas causados por una enfermedad extraganglionar, como dolor abdominal o síntomas en el SNC.[1] La mayoría de los casos pediátricos de LNH relacionado con el VIH exhiben un fenotipo de células B maduras, pero también se observan casos de linfoma primario de efusiones, linfoma primario del SNC, linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas (MALT), linfoma de Burkitt y linfoma difuso de células B grandes.[10,11]
El LNH relacionado con el VIH se agrupa en tres subcategorías grandes:
La terapia antirretrovírica de gran actividad ha disminuido la incidencia de LNH en personas positivas para el VIH, en especial, los casos de linfoma primario del SNC.[13,14]
Las opciones de tratamiento del linfoma no Hodgkin relacionado con el VIH son las siguientes:
En la era de la terapia antirretrovírica de gran actividad, los niños con infección por el VIH y LNH se tratan con regímenes de quimioterapia estándar para el LNH. Sin embargo, se justifica la prevención (profilaxis) y es importante la detección temprana de la infección.[1,13,14] Aunque el número de pacientes pediátricos con LNH relacionado con la infección por el VIH es muy pequeño para llevar a cabo ensayos clínicos representativos, los estudios en adultos respaldan la adición de rituximab a los regímenes de tratamiento estándar.[15] El tratamiento de la enfermedad recidivante se basa en el tipo histológico y se usan los abordajes estándar para cada tipo.
La enfermedad linfoproliferativa postrasplante (ELPT), también llamada trastorno linfoproliferativo posterior a un trasplante, abarca varios tipos de proliferaciones linfoides heterogéneas desde el punto de vista morfológico y clínico. En esencia, la ELPT después de un TCMH se relaciona con el VEB, pero es posible que se presente una ELPT positiva para el VEB después de un trasplante de órgano sólido.[3] Si bien la mayoría de las ELPT exhiben un fenotipo de células B, alrededor del 10 % son linfomas de células T maduras (periféricas).[16] La estimulación de las células B por el VEB puede producir múltiples clones de células B en proliferación. Un paciente puede presentar al mismo tiempo características histológicas polimórficas y monomórficas, incluso dentro de la misma lesión de la ELPT.[17] Por lo tanto, es posible que las características histológicas observadas en una biopsia de un solo sitio no representen el proceso completo de la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó la ELPT en los siguientes tres subtipos:[16]
La enfermedad linfoproliferativa postrasplante relacionada con el VEB a veces se manifiesta como hepatitis aislada, neumonitis intersticial linfoide, meningoencefalitis o un síndrome similar a la mononucleosis infecciosa. Es común que la definición del ELPT se limite a las lesiones linfomatosas (estadio temprano o estadio avanzado), que suelen ser extraganglionares (con frecuencia en el aloinjerto).[3] Aunque es menos frecuente, el ELPT también se puede presentar como una enfermedad en estadio avanzado de progresión rápida que se asemeja clínicamente a un choque séptico, y estos pacientes tienen un pronóstico precario. Sin embargo, el uso de rituximab y quimioterapia de dosis bajas puede mejorar los desenlaces en estos pacientes.[18,19] Los registros de trasplante y cáncer de los Estados Unidos indican que el ELPT corresponde a cerca del 3 % de todos los diagnósticos de LNH en pediatría; el 65 % de los ELPT son de tipo histológico de linfoma difuso de células B grandes y el 9 % de los ELPT son de tipo histológico linfoma de Burkitt.[20]
La enfermedad linfoproliferativa postrasplante (ELPT) representa una amplia gama de trastornos. El perfil de la variante se evaluó en 31 pacientes pediátricos con ELPT, incluso 7 casos con características histológicas de linfoma de Burkitt (ELPT-LB) y 24 casos de con características histológicas de linfoma difuso de células B grandes (ELPT-LDCB).[21] Si bien ambos grupos eran, en general, positivos para el VEB, los casos de ELPT-LB expresaban un patrón de latencia del VEB de tipo 1 y tenían variantes de MYC, ID3, DDXC3, ARID1A o CCND3, semejante al linfoma de Burkitt en niños inmunocompetentes. Por el contrario, los casos de ELPT-LDCB fueron más heterogéneos y se presentaron como un grupo con características moleculares inequívocas. En general, los casos de ELPT-LDCB en pacientes pediátricos fueron menos complejos desde el punto de vista genético que los casos de ELPT-LDCB en adultos y de linfoma difuso de células B grandes en pacientes pediátricos inmunocompetentes.
Las opciones de tratamiento de la enfermedad linfoproliferativa postrasplante son las siguientes:
La terapia de primera línea para los pacientes con ELPT es reducir el tratamiento inmunodepresor tanto como sea posible.[27,28] Sin embargo, quizás esto sea imposible debido al aumento del riesgo de rechazo de órgano o enfermedad de injerto contra huésped (EICH).
El rituximab, un anticuerpo anti-CD20, se ha utilizado después de un trasplante. Se demostró que el rituximab en monoterapia como tratamiento de la ELPT después del trasplante de un órgano es eficaz en pacientes adultos, pero los datos en pacientes pediátricos son insuficientes.
Evidencia (rituximab):
Para obtener más información, consultar la sección Trastorno linfoproliferativo postrasplante polimórfico en Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B.
La quimioterapia de intensidad baja ha sido eficaz en pacientes con ELPT de linaje B positivo para VEB y positivo para CD20.[19,29] En un estudio del Children's Oncology Group, se demostró una tasa de supervivencia sin complicaciones (SSC) del 67 % con rituximab, ciclofosfamida y prednisona en niños con ELPT después de un trasplante de órgano sólido en quienes se redujo la inmunodepresión.[19][Nivel de evidencia B4]
A partir de algunos estudios se indica que la terapia convencional para el linfoma modificada es eficaz para los pacientes con ELPT que tienen translocaciones de MYC y un tipo histológico de Burkitt.[24,25][Nivel de evidencia C2] En una revisión retrospectiva multicéntrica se resumieron los tratamientos y los desenlaces de 35 pacientes con TLPT-LB. Mediante hibridación fluorescente in situ (FISH), se detectó la translocación de MYC en el 95 % de los casos. Los tratamientos abarcaron desde el rituximab solo hasta la terapia con FAB/LMB. Las tasas de SSC y SG a 3 años en todos los pacientes fueron del 66,2 % y del 88,0 %, respectivamente. La terapia que se usó con más frecuencia fue un abordaje de quimioterapia de dosis bajas que es similar al del régimen del COG (ciclofosfamida, prednisona y rituximab [CPR]; n = 13). Con este abordaje, la tasa de SSC fue del 52,7 % y la tasa de SG del 84,6 %.[26]
Los pacientes con ELPT de células T o ELPT similar al linfoma de Hodgkin se suelen tratar con regímenes de quimioterapia estándar específicos para el linfoma.[30-33]
El tratamiento antirrechazo por lo general se disminuye o se suspende cuando se administra la quimioterapia con el fin de evitar toxicidad excesiva. No hay datos que orienten la forma de reiniciar el tratamiento inmunodepresor después de la quimioterapia. Hay poca evidencia sobre el beneficio de la quimioterapia después de un TCMH.
La inmunoterapia adoptiva con linfocitos de donantes o linfocitos T citotóxicos específicos para el VEB generados ex vivo ha sido eficaz para tratar a los pacientes con ELPT después de un trasplante de sangre o médula ósea.[34,35] Para hacer que este enfoque sea más aplicable, se han desarrollado bancos de linfocitos citotóxicos específicos para el VEB alogénicos obtenidos de donantes sanos.[36,37] Los linfocitos T citotóxicos específicos para el VEB se evaluaron en 46 pacientes con ELPT que progresaron durante el tratamiento con rituximab, no reaccionaron por completo al tratamiento con rituximab o que presentaron una recidiva después de una respuesta anterior. Se observaron los siguientes resultados:[38]
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación, se presenta un ejemplo de un ensayo clínico nacional o institucional en curso:
En una colaboración internacional se identificaron 95 casos de neoplasias linfoides después del diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda (LLA).[39] De estos casos, 52 fueron característicos de una enfermedad linfoproliferativa relacionada con el VEB en el entorno de una inmunodeficiencia. Se analizaron estos 52 casos, junto con otros 14 casos identificados en la bibliografía (n = 66). Todos los casos se presentaron en la fase de mantenimiento o dentro de los 6 meses posteriores a la finalización del mantenimiento (mediana, 14 meses después de comenzar la terapia de mantenimiento). Las estrategias de tratamiento variaron, pero dos tercios de los pacientes fueron sobrevivientes sin complicaciones a los 5 años.
Los linfomas de células B maduras de grado bajo o intermedio, como el linfoma linfocítico de células pequeñas, el linfoma del tejido linfoide asociado a mucosas (MALT), el linfoma de células del manto, el mieloma o el linfoma de células foliculares, son muy infrecuentes durante la niñez. La clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó el linfoma folicular de tipo pediátrico y el linfoma de zona marginal ganglionar de tipo pediátrico como entidades separadas de sus contrapartes adultas.[1]
El Children's Oncology Group (COG) abrió un estudio de registro (COG-ANHL04B1) para obtener más información sobre las características clínicas y patológicas de estos tipos raros de linfoma no Hodgkin (LNH) en pediatría. En este estudio se almacena tejido para estudios patobiológicos y se recopilan datos limitados sobre el cuadro clínico inicial y el desenlace del tratamiento.[2]
Los linfomas de la zona gris representan una neoplasia maligna híbrida entre un linfoma de células B inclasificable y un linfoma de Hodgkin clásico, que se observan al mismo tiempo en una biopsia inicial o que se observan secuencialmente durante una recaída.[3]
En un estudio de serie de casos retrospectivos se evaluaron las características clínicas y los desenlaces de 6 pacientes con linfoma de zona gris en Austria. Participaron 3 varones y 3 mujeres con edades entre 15 y 17 años. De 6 pacientes, 2 presentaron síntomas B y concentraciones altas de lactato–deshidrogenasa (LDH). Todos los pacientes tenían masas mediastínicas, y 5 de 6 pacientes presentaban compromiso ganglionar cervical o supraclavicular. El compromiso extraganglionar en la pleura y el pulmón fue común. Se administró tratamiento de linfoma no Hodgkin de células B a 5 pacientes lo que produjo una respuesta completa (RC) en un paciente, y enfermedad progresiva y muerte en otro paciente. Los otros 3 pacientes recayeron con un tipo histológico de linfoma de Hodgkin primariamente clásico y necesitaron tratamiento de rescate. Todos estos pacientes sobrevivieron después de tratamientos de dosis altas y trasplantes de células madre hematopoyéticas (TCMH). Un paciente que inicialmente recibió terapia para el linfoma de Hodgkin logró una RC y sobrevivió.[4]
El linfoma folicular de tipo pediátrico es una enfermedad que se diferencia clínica y genéticamente de su contraparte en la adultez, y se reconoce en la clasificación de la OMS como una entidad diferente al linfoma folicular que suele observarse en adultos.[5] La característica genética distintiva del linfoma folicular en adultos es la t(14;18)(q32;q21) que compromete BCL2. Sin embargo, esta translocación se debe excluir para diagnosticar el linfoma folicular de tipo pediátrico.[5-8]
El linfoma folicular de tipo pediátrico se presenta de manera predominante en varones, se relaciona con una tasa de proliferación alta y es más probable que sea enfermedad localizada.[6,9,10] En el linfoma folicular de tipo pediátrico, durante el diagnóstico inicial se suele detectar un componente de grado alto (es decir, grado 3 con un índice proliferativo alto como una expresión de Ki-67 >30 %) que se parece a un linfoma difuso de células B grandes; sin embargo, esto no indica una evolución clínica más maligna en los niños. A diferencia del linfoma folicular. en adultos, el linfoma folicular de tipo pediátrico no se transforma en linfoma difuso de células B grandes.[5,6,8,10,11] En el linfoma folicular de tipo pediátrico se observa enfermedad en estadio limitado. Los ganglios linfáticos cervicales y las amígdalas son sitios comunes, pero también se presenta enfermedad en sitios extraganglionares, como los testículos, riñones, tubo gastrointestinal y glándulas parótidas.[6-8,11-14]
El linfoma folicular de tipo pediátrico y el linfoma ganglionar de zona marginal son linfomas de células B raros de crecimiento lento (indolentes) que, desde el punto de vista molecular y clínico, son distintos de los tipos de esos mismos tumores que se observan en adultos.
El linfoma folicular de tipo pediátrico es raro en niños; solo hay informes de casos y series de casos pequeñas para guiar el tratamiento. El desenlace de los pacientes con linfoma folicular de tipo pediátrico es excelente con una tasa de supervivencia sin complicaciones (SSC) de alrededor del 95 %.[6,8-11,13] A diferencia del linfoma folicular que se presenta en adultos, la evolución clínica de los pacientes pediátricos no está dominada por recaídas.[6,8,11,12]
Las opciones de tratamiento del linfoma folicular de tipo pediátrico son las siguientes:
En los estudios se indica que, en los niños con enfermedad en estadio I con resección completa, es posible emplear un abordaje de conducta expectante sin quimioterapia. Los pacientes con enfermedad en estadio más avanzado también tienen un desenlace favorable con quimioterapia de intensidad baja e intermedia, con una tasa de SSC del 94 % y una tasa de supervivencia general (SG) del 100 % (mediana de seguimiento a 2 años).[2,6,9,10] Aunque el número de pacientes pediátricos con linfoma folicular de tipo pediátrico es demasiado pequeño para llevar a cabo ensayos clínicos significativos, los estudios en pacientes adultos con linfoma folicular respaldan la adición de rituximab a los regímenes de tratamiento estándar.
Para los pacientes que tienen tumores con reordenamiento de BCL2, se administra un tratamiento similar al de los pacientes adultos con linfoma folicular.
Para obtener más información, consultar la sección Linfoma folicular (grados 1–3a) en Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B.
El linfoma de zona marginal es un tipo de linfoma de crecimiento lento (indolente) que es raro en pacientes pediátricos. El linfoma de zona marginal se manifiesta como enfermedad ganglionar o extraganglionar, y casi siempre se diagnostica como enfermedad en estadio temprano (estadio I o estadio II). No está claro si el linfoma de zona marginal que se observa en pacientes pediátricos es diferente desde el punto de vista clinicopatológico de la enfermedad que se observa en adultos. La mayoría de los linfomas de zona marginal extraganglionar en pediatría se presentan como linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas (MALT) y a veces se asocian con infección por Helicobacter pylori (gastrointestinal) o Chlamydophila psittaci (conjuntival), antes conocida como Chlamydia psittaci.[22,23]
Opciones de tratamiento del linfoma de zona marginal (incluso el linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas)
La mayoría de los pacientes pediátricos con linfomas de zona marginal no necesitan más que la terapia local que implica cirugía curativa o radioterapia.[22,24] El tratamiento de los pacientes con linfoma MALT en la mucosa gástrica a veces incluye antibióticos, que se considera el tratamiento estándar en adultos. Sin embargo, la administración de antibióticos no se ha estudiado en los niños porque hay muy pocos casos.
Evidencia (tratamiento del linfoma de zona marginal):
Aunque el número de pacientes pediátricos con linfoma MALT es demasiado pequeño para llevar a cabo ensayos clínicos significativos, los estudios de pacientes adultos apoyan el uso de rituximab con quimioterapia o sin esta. Para obtener más información, consultar la sección Linfoma de zona marginal en Tratamiento del linfoma no Hodgkin de células B.
En ensayos clínicos se estudió el interferón alfa intralesional para el linfoma MALT conjuntival.[26]
Otros tipos de LNH que son raros en adultos y muy infrecuentes en pacientes pediátricos son los linfomas primarios del sistema nervioso central (SNC). Debido al reducido número de pacientes, es difícil asegurar si la enfermedad que se observa en los niños es la misma que se observa en los adultos.
En los informes se indica que el desenlace de los pacientes pediátricos con linfoma primario del SNC (tasa de SG, 70–80 %) es superior al de los adultos con linfoma primario del SNC.[27-30]
La mayoría de los niños tienen linfoma difuso de células B grandes, aunque a veces se identifican otros tipos histológicos.
Las opciones de tratamiento del linfoma primario del sistema nervioso central (SNC) son las siguientes:
El tratamiento con dosis altas de metotrexato intravenoso y arabinósido de citocina es el más exitoso, y es posible que se necesite quimioterapia intratecal solo cuando hay células malignas en el líquido cefalorraquídeo.[31]
Hay informes de casos en los que se describe la administración de dosis repetidas de rituximab intraventricular en pacientes con linfoma primario del SNC resistente al tratamiento, con resultados excelentes.[32,33] Este aparente desenlace favorable se debe corroborar; no se han observado resultados semejantes en adultos. En términos generales se cree que el rituximab no atraviesa la barrera hematoencefálica.
Entre los pacientes que tienen una respuesta parcial a la terapia de inducción y, en particular, aquellos que no son aptos para un trasplante, la radioterapia dirigida a todo el encéfalo en dosis reducidas y un refuerzo dirigido a la enfermedad residual puede ser un abordaje de tratamiento viable que amerita una investigación más profunda.[34,35]
Para obtener más información sobre las opciones de tratamiento del linfoma primario del SNC no relacionado con el SIDA, consultar Tratamiento del linfoma primario del sistema nervioso central.
El linfoma periférico de células T, excepto el linfoma anaplásico de células grandes, es raro en los niños.
El linfoma de células T maduras o células citolíticas naturales (NK) o linfoma periférico de células T tiene un fenotipo postímico (por ejemplo, es negativo para la desoxinucleotidil–transferasa terminal), suele expresar CD4 o CD8 y tiene reordenamientos en los genes del receptor de células T, ya sea en las cadenas α y β o γ y δ. El fenotipo más común que se observa en los niños es el linfoma periférico de células T, sin otra indicación (SAI), aunque se han notificado casos de linfoma angioinmunoblástico, linfoma asociado a enteropatía (relacionado con enfermedad celíaca), linfoma subcutáneo similar a la paniculitis, linfoma angiocéntrico y linfoma periférico extraganglionar de células T-NK.[36-40]
El linfoma extraganglionar de células T-NK es un subtipo raro de LNH, que constituye entre el 0,2 % y el 1,6 % de los casos recién diagnosticados de LNH en niños y adolescentes y se relaciona estrechamente con el virus de Epstein-Barr (VEB).[41] La incidencia varía según la región. Oscila entre un 3 % y un 10 % en los países asiáticos hasta un 1 % en los países occidentales.[42] Los sitios comunes del tumor primario son la cavidad nasal y los senos paranasales.[43] No se ha establecido un tratamiento estándar para los pacientes pediátricos. Una serie de 34 pacientes recibió quimioterapia con asparaginasa o sin esta. Al cabo de una mediana de seguimiento de 54 meses, los pacientes con enfermedad en estadio inferior (I/II) presentaron tasas de SSC y SG a 5 años de un 66,2 % y un 94,7 %, respectivamente, en comparación con un 26,0 % y un 42,3 % en los pacientes con enfermedad en estadio III/IV. Para todos los pacientes, no hubo diferencia estadísticamente significativa en los desenlaces entre aquellos que recibieron regímenes con asparaginasa y los que no los recibieron. Todos los pacientes con enfermedad en estadio I/II recibieron radioterapia, mientras que solo 4 de 13 pacientes con enfermedad en estadio más avanzado recibieron radioterapia. La tasa de SSC a 5 años fue del 66,7 % en los pacientes en estadio III/IV que recibieron un trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) y del 11,1 % en los pacientes que no recibieron dicho trasplante (P = 0,054).[44][Nivel de evidencia C1]
Aunque es muy raro, es posible que el linfoma hepatoesplénico de células T γ-δ se observe en niños.[39] Este tumor también se relacionó con niños y adolescentes que tienen enfermedad de Crohn y que se trataron con terapia inmunodepresora. Este linfoma ha sido mortal en todos los casos.[45]
No está claro cuál es el tratamiento óptimo del linfoma periférico de células T en adultos y pacientes pediátricos.
Las opciones de tratamiento del linfoma periférico de células T son las siguientes:
Se han llevado a cabo 4 análisis retrospectivos sobre el tratamiento y el desenlace de pacientes pediátricos con linfoma periférico de células T.
Evidencia (tratamiento del linfoma periférico de células T):
Para obtener más información sobre el tratamiento de los adultos, consultar Tratamiento del linfoma no Hodgkin periférico de células T.
Los linfomas cutáneos primarios son muy raros en pacientes pediátricos (1 caso por millón de años-persona), pero la incidencia aumenta en adolescentes y adultos jóvenes. Se ha observado que todos los tipos histológicos de LNH comprometen la piel. Más del 80 % de los linfomas cutáneos exhiben un fenotipo de células T o células NK.[47]
Los linfomas subcutáneos paniculíticos de células T son linfomas muy raros que presentan una infiltración de células T citotóxicas en el tejido subcutáneo similar a una paniculitis. Estos tipos de linfomas representan menos del 1 % de todos los linfomas periféricos de células T.[48-50] Los linfomas subcutáneos paniculíticos de células T pueden contener células T malignas que expresan reordenamientos del receptor de células T en la cadena α-β o la cadena γ-δ.
En adultos, el subtipo γ-δ se relaciona con una evolución de gran malignidad y un pronóstico más precario que el subtipo α-β.[51] Con frecuencia, la morbilidad y la mortalidad se relacionan con un síndrome hemofagocítico, que se notificó en el 17 % de los pacientes con el subtipo α-β y en el 45 % de los pacientes con el subtipo γ-δ en una serie de adultos. La tasa de SG a 5 años es del 82 % en los pacientes con el subtipo α-β y del 11 % en los pacientes con el subtipo γ-δ.[51]
El linfoma subcutáneo paniculítico de células T es heterogéneo en el grupo de edad pediátrico y no necesariamente sigue la misma evolución que se observa en los adultos. En una serie retrospectiva de 18 niños (mediana de edad, 11,1 años; intervalo, 0,52–14,7 años, con 3 niños de <1 año), la mayoría presentó nódulos subcutáneos únicos o múltiples, o lesiones cutáneas irregulares en las extremidades o el tronco. La mayoría de los pacientes también presentaron fiebre, astenia y pérdida de peso. De 5 pacientes analizados, 4 fueron positivos para la variante del gen HAVCR2, en los linajes de células T con dominio de inmunoglobulina y dominio de mucina 3 (TIM-3).[52][Nivel de evidencia C3] Se encontró una relación con un síndrome hemofagocítico en 7 casos, similar a lo notificado en otra serie para 7 de 11 casos pediátricos.[53]; [52][Nivel de evidencia C3]
En el momento del diagnóstico del linfoma anaplásico de células grandes cutáneo primario, a veces es difícil establecer la diferenciación patológica de otras enfermedades más benignas como la papulosis linfomatoide.[54] Ahora se cree que los linfomas cutáneos primarios representan un conjunto de trastornos que se distinguen por su cuadro clínico inicial.
No se ha establecido un tratamiento estándar debido a que el linfoma cutáneo de células T es infrecuente. El abordaje de atención y el tratamiento de los pacientes con linfoma cutáneo de células T se deben personalizar, y en algunos casos lo más adecuado es una conducta expectante. Es posible que el tratamiento solo sea necesario si se presenta síndrome hemofagocítico.[55]
No hay un régimen de tratamiento estándar para el linfoma subcutáneo paniculítico de células T. Se han observado remisiones espontáneas, en particular en niños más pequeños. Sin embargo, es posible que los niños más grandes tengan una evolución de enfermedad que se complica por la aparición del síndrome hemofagocítico. El tratamiento de primera línea consiste en quimioterapia o fármacos inmunomoduladores. La quimioterapia fue la base del tratamiento antes de 2019. La terapia inmunomoduladora o el seguimiento observacional son ahora la base del tratamiento. Los fármacos inmunomoduladores incluyen corticoesteroides combinados con ciclosporina A o ruxolitinib. En una serie de 18 pacientes, la tasa de RC fue del 71,4 % en los pacientes tratados con estos fármacos inmunomoduladores.[52][Nivel de evidencia C3]
En una serie de 15 pacientes de 3 instituciones, se notificó que un retinoide oral (bexaroteno) es activo contra el linfoma subcutáneo paniculítico de células T.[56] En una serie de 11 pacientes pediátricos, se usó poliquimioterapia intensiva en todos los pacientes. De los 11 pacientes, 9 presentaron remisiones clínicas continuas tras una mediana de seguimiento de 3,5 años.[53] Otras opciones de tratamiento incluyen dosis altas de corticoesteroides, bexaroteno, denileucina diftitox, quimioterapia multifarmacológica y TCMH.[50,55-60]
El linfoma anaplásico de células grandes cutáneo primario por lo general no expresa ALK y se puede tratar eficazmente con resección quirúrgica o radioterapia local sin quimioterapia sistémica.[61] Hay informes de que la cirugía sola también es curativa para los pacientes con linfoma anaplásico cutáneo de células grandes positivo para ALK, pero se requiere una evaluación extensa para la estadificación y un seguimiento cercano.[62,63]
Rara vez se notifica micosis fungoide en niños y adolescentes;[64-67] esta representa alrededor del 0,5 % al 7 % de todos los casos de linfoma en esta edad. En una revisión sistemática de 571 niños y adolescentes con micosis fungoide, la media de edad del diagnóstico fue de 12,2 años y la media de edad al inicio fue de 8,6 años.
En comparación con los adultos, los pacientes pediátricos reciben el diagnóstico de la micosis fungoide en un estadio más temprano y tienen una tasa más alta de presentaciones atípicas, en particular, de la variante hipopigmentada.[66] Una de las series más grandes de pacientes pediátricos con micosis fungoide (n = 71; edad de diagnóstico <18 años) se siguió durante una media de 9,2 años (intervalo, 1–24 años).[66]
Los factores relacionados con una peor supervivencia general a 10 años fueron el retraso del diagnóstico correcto, la piel granulomatosa laxa, la micosis fungoide granulomatosa, el antecedente de trasplante de órgano y la enfermedad en estadio 2 en el momento del diagnóstico.[68][Nivel de evidencia científica C3] Para obtener información sobre el tratamiento de los adultos, consultar Tratamiento de la micosis fungoide y otros linfomas cutáneos de células T.
La micosis fungoide en pacientes pediátricos puede responder a varias terapias, como corticoesteroides tópicos, retinoides, radioterapia o fototerapia (por ejemplo, tratamiento con UVB de banda estrecha), pero es posible que la remisión no sea duradera.[69-72] En una serie retrospectiva de 71 pacientes pediátricos con micosis fungoide, la tasa de respuesta general (RC y remisión parcial) fue del 88 %. Sin embargo, inicialmente la RC solo se había logrado en el 40 % de los pacientes.[66][Nivel de evidencia C3]
Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Aspectos generales de las opciones de tratamiento del linfoma de Hodgkin infantil
Se revisó el Cuadro 3 para incluir la terapia con anticuerpo biespecífico como una opción de tratamiento para el linfoma de Burkitt recidivante o resistente al tratamiento.
Linfoma no Hodgkin de células B maduras de crecimiento rápido
Se añadió texto para indicar que los reordenamientos estructurales también se observan en otros genes que participan en la evasión del sistema inmunitario (CTIIA, DOCK8 y CD83) (se citó a Noerenberg et al. como referencia 84).
Se añadió texto para indicar que hay pocos estudios en los que se evalúen los factores pronósticos de niños con linfoma mediastínico primario de células B.
Se añadió texto para indicar que, en series de adultos con linfoma mediastínico primario de células B, el puntaje alto en el International Prognostic Index (IPI), una lactato deshidrogenasa elevada y la enfermedad extraganglionar se relacionan con desenlaces adversos (se citó a Hang et al. como referencia 89). También se añadió texto para indicar que, en adultos, la variante de CD58 se relaciona con un pronóstico adverso en los pacientes que se trataron con regímenes menos intensivos. Sin embargo, esta relación no se observa en los pacientes que se tratan con regímenes más intensivos, como dosis ajustadas de etopósido, doxorrubicina, ciclofosfamida, vincristina, prednisona y rituximab. Las variantes de DUSP2 se asocian con desenlaces favorables en los pacientes que se trataron con regímenes de intensidad baja o alta.
Se añadió a Yanagi et al. como referencia 32.
Enfermedad linfoproliferativa relacionada con inmunodeficiencia en niños
Se añadió Características genómicas de la enfermedad linfoproliferativa postrasplante como subsección nueva.
Se añadió a Afify et al. como referencia 26.
Se añadió texto sobre los resultados de una revisión retrospectiva multicéntrica en la que se resumieron los tratamientos y los desenlaces de 35 pacientes con enfermedad linfoproliferativa postrasplante con características histológicas de linfoma de Burkitt.
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