Nota: En esta sección, se resume la evidencia científica publicada sobre la detección de este tipo de cáncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.
También están disponibles otros resúmenes del PDQ relacionados: Tratamiento del neuroblastoma y Niveles de evidencia de los estudios sobre los exámenes de detección y la prevención del cáncer.
Con frecuencia se realiza un examen a los 6 meses de edad para detectar el ácido vanililmandélico y el ácido homovanílico en la orina, que son metabolitos de las hormonas norepinefrina y dopamina.
Sobre la base de evidencia sólida, la detección del neuroblastoma no disminuye la mortalidad.
Descripción de las pruebas
Sobre la base de evidencia sólida, la detección del neuroblastoma en los lactantes aumenta la incidencia de neuroblastoma en estadio temprano. No hay una disminución simultánea de la incidencia en los niños que se someten a exámenes de detección para la enfermedad en estadio avanzado, la cual por lo general tiene un desenlace adverso, o en los niños mayores de 1 año. Los casos identificados casi exclusivamente mediante exámenes de detección presentan propiedades biológicas favorables.
A partir de evidencia sólida, la detección del neuroblastoma en los lactantes conduce al sobrediagnóstico (diagnóstico de algunos neuroblastomas que se identifican mediante detección masiva, que no se hubieran diagnosticado mediante evaluación clínica más adelante). Esto conduce a procedimientos terapéuticos y de diagnóstico innecesarios con morbilidad física y psicológica resultante, como la muerte a causa de complicaciones del tratamiento.
Descripción de la evidencia
Alrededor de 7 % de todas las neoplasias malignas en niños menores de 15 años son neuroblastomas. Cerca de un cuarto de los cánceres en el primer año de vida son neuroblastomas, lo que hace que este cáncer sea el tipo histológico más frecuente en los lactantes.[1,2] La tasa de incidencia de enfermedad en los niños menores de 1 año es de alrededor de 35 por millón, pero disminuye rápidamente con la edad hasta alrededor de 1 millón entre los 10 y 14 años de edad.[3] Los hombres parecen verse un poco más afectados que las mujeres: se presentan alrededor de 5 casos en niños por cada 4 en niñas.
No se han establecido los factores de riesgo o las causas del neuroblastoma y, por lo tanto, no es posible proporcionar información o recomendaciones sobre la prevención primaria de esta enfermedad. Por lo general, se piensa que muchos neuroblastomas están presentes y se pueden identificar en el momento del nacimiento, lo que permite entonces la detección de tumores mediante un solo examen de por vida, como los que se usan en la detección de afecciones no cancerosas (por ejemplo, fenilcetonuria) en los neonatos. Los exámenes de detección se realizan mediante pruebas bioquímicas para identificar metabolitos de la norepinefrina y la dopamina (por ejemplo, ácido vanililmandélico [VMA], y ácido homovanílico [HVA]). En el 75 % al 90 % de los casos, los neuroblastomas liberan estas sustancias, las cuales pueden medirse en las muestras de orina.[4] No hay una edad óptima conocida para el examen de detección, pero la edad que más se ha considerado y estudiado para el examen único son los 6 meses. En un estudio poblacional en Alemania, también se evaluó realizar el examen de detección a los 12 meses.[5] Aproximadamente el 65 % de los casos se presenta antes de los 6 meses.[6] Asimismo, la importancia clínica de los neuroblastomas identificados mediante exámenes de detección está en tela de juicio ya que, en un estudio de observación, se mostró que los tumores localizados menores de 5 cm en estadio l y ll presentaron remisión sin necesidad de tratamiento.[7]
Es posible examinar muestras líquidas de orina o muestras recolectadas en papel filtro para determinar la presencia de VMA y HVA.[8] El primer intento de realizar exámenes de detección masivos mediante análisis urinarios fue en Japón a principios de la década de 1970.[9] Las concentraciones de VMA y HVA, por lo general, se miden mediante cromatografía de gas, cromatografía de lámina fina o cromatografía líquida de alto rendimiento.
No hay valores de corte estándar para determinar las concentraciones positivas y negativas de las pruebas de VMA y HVA. Una recomendación es la de usar valores de corte de VMA con concentraciones de 25 μg/mg y 32 μg/mg de creatinina. Por otro lado, los laboratorios particulares usan una concentración con dos desviaciones estándar por encima de la media específica de edad en ese laboratorio para identificar especímenes a fin de volver a analizarlos.[10] En el reanálisis, se usa una concentración de tres desviaciones estándar por encima de la media para determinar la necesidad de una evaluación diagnóstica.
La sensibilidad del procedimiento de detección que se usa en varios estudios oscila entre el 40 % y el 80 %.[10-13] Una alimentación que incluya banano y vainilla puede producir un resultado positivo falso,[14] pero es poco frecuente con ensayos cuantitativos, como la cromatografía de gases (la especificidad se aproxima al 99,9 %).[12,15] Debido a la prevalencia baja de la enfermedad, aun en el Quebec Neuroblastoma Screening Project, en el cual la especificidad de la prueba fue extremadamente alta, el valor pronóstico positivo fue de solo del 52 %,[11] por ejemplo, de cada dos niños identificados mediante exámenes de detección como propensos a presentar neuroblastoma, solo uno estuvo, de hecho, afectado. En el German Neuroblastoma Screening Project, se informó que el valor pronóstico positivo fue del 8,4 %.[5] Los casos positivos falsos se siguen, por lo general, durante períodos prolongados con una serie de pruebas no invasivas antes de que se pueda proporcionar a los padres un diagnóstico definitivo que no sea cáncer.[16]
La evidencia de los efectos de los exámenes de detección provienen de estudios descriptivos de programas locales y nacionales en Japón, de proyectos piloto sin controles en varios sitios de Europa y Estados Unidos, y de estudios poblacionales en Canadá y Alemania.[1-7]
Se esperaría un aumento de las tasas de supervivencia en los casos detectados mediante exámenes si, por medio de estos, se detectara el neuroblastoma en un estadio más temprano, con mayores probabilidades de curación. Si bien se ha informado de mejores tasas de supervivencia luego del inicio de los exámenes de detección,[8,9] estas observaciones se deben tomar con cautela porque la mejora puede ser a causa del sesgo de tiempo de anticipación diagnóstica, el sesgo de duración y la identificación de casos mediante exámenes de detección con regresión espontánea.
Los exámenes de detección aumentan la incidencia de enfermedad en estadio temprano. Los casos identificados casi exclusivamente mediante exámenes de detección tienen propiedades biológicas favorables (oncogén N-myc sin amplificación, casi triploide y con características histológicas favorables); este tipo de neuroblastoma favorable tiene una tasa de supervivencia alta, sin importar si se identifica mediante exámenes de detección o evaluación clínica.[1,6,7,10-17] Hay evidencia de que algunos tumores presentan regresión espontánea sin tratamiento.[18-21]
Algunos autores opinan que la experiencia japonesa muestra que el número de niños mayores de 1 año con diagnóstico de neuroblastoma puede haber disminuido desde la introducción de los exámenes de detección [22] y que la mortalidad general se redujo en este período.[12,23] Es posible que una verdadera reducción de la mortalidad por neuroblastoma se deba a mejoras en la eficacia del tratamiento, un beneficio que resulta de tratar la enfermedad en estadio temprano. La mortalidad ha disminuido en otros países donde no se realizan exámenes de detección.[24] En otro estudio de comparaciones regionales, se compararon las tasas de enfermedad entre Osaka (Japón), donde se iniciaron estudios en 1985, y el Reino Unido, donde no se realizaron estudios de detección.[25] Hubo pocos cambios durante este período en las tasas de mortalidad acumulada en las dos regiones; 52 vs. 57,5 por millón entre 1970 y 1979 vs. 1991 y 1994 en Osaka, comparadas con 78,6 vs. 70,1 en los períodos correspondientes en el Reino Unido. En cualquier caso, la mayoría de los casos identificados mediante exámenes de detección a los 6 meses parecen tener un pronóstico biológicamente favorable sin importar el estadio.[1,26-29] Además, a pesar del cambio en la distribución de los estadios de los casos identificados mediante exámenes de detección en comparación con aquellos que se detectan de forma rutinaria, la evidencia de esta reducción de la incidencia de cánceres en estadio avanzado, según la experiencia japonesa, han generado polémica;[3,11,30] en el Quebec Project, como se menciona más adelante, no se observó dicha reducción.[1]
En un estudio sobre las tendencias de mortalidad antes y después del programa nacional de detección masiva de neuroblastoma en Japón, se analizaron las tasas de mortalidad específica por edad desde 1980 a 2006. Los exámenes de detección se iniciaron a mitad de los ochenta y se suspendieron en 2003. Las tasas de mortalidad se mantuvieron estables durante todo el período en los grupos etarios de 5 a 9 años y de 10 a 14 años, o disminuyeron antes de iniciar los exámenes de detección y continuaron así hasta 2006 para los grupos etarios menores de 1 año y de 1 a 4 años. Debido a que el año más reciente de muerte que se analizó fue 2006, se hubiera esperado que cualquier aumento de la mortalidad específica por edad, relacionada con la suspensión de los exámenes de detección masiva en 2003, ocurriera en los niños menores de 1 año o entre 1 y 4 años. No se observó tal aumento. Este es el primer análisis posdetección que proporciona evidencia de que los exámenes de detección no tuvieron efecto en las tasas de mortalidad y de que la suspensión de dichos exámenes no tuvo efectos adversos.[31]
En un estudio realizado en Japón, se compararon la incidencia y las tasas de mortalidad del neuroblastoma en tres cohortes: niños que nacieron antes de la implementación de los exámenes de detección entre 1980 y 1983, y quienes nacieron durante la puesta en práctica de los exámenes de detección entre 1986 y 1989, y entre 1990 y 1998.[32] La incidencia acumulada fue mayor en las cohortes que se sometieron a exámenes de detección (21,56–29,80 casos por 100 000 nacimientos) comparada con la cohorte predetección (11,56 casos). La mortalidad acumulada fue menor en las cohortes sometidas a exámenes de detección que en las cohortes predetección (2,83–3,90 vs. 5,38 muertes por 100 000 nacimientos). No es claro el efecto de los cambios de tratamiento en estas tasas.
Antes y después de la suspensión en 2003 del programa de detección masiva de neuroblastoma en Japón, se realizó otro estudio sobre la incidencia y la mortalidad del neuroblastoma en cinco prefecturas (incidencia) y en todo el país (mortalidad). En el estudio se continuó el seguimiento tras la suspensión de la detección por varios años más de los mencionados en publicaciones anteriores.[33] La tasa de incidencia para niños menores de 1 año (el grupo etario de detección) disminuyó de forma notable cuando acabó el programa de detección, mientras que la tasa para los niños mayores de esa edad se mantuvo similar. La tasa de mortalidad en cada grupo etario fue muy similar durante el período estudiado (1993–2014). Además, los niños se dividieron en dos cohortes de nacimiento: los nacidos antes de la suspensión de la detección (2003 o antes) y los nacidos en 2004 o después. La incidencia acumulada hasta 5 años fue más baja después de la suspensión de la detección, pero no se observaron cambios importantes en la mortalidad. Los resultados del programa de detección masiva en Japón son congruentes con la ausencia de efecto en la mortalidad por neuroblastoma y documentan que el programa causó un sobrediagnóstico considerable sin que se compensara con algún beneficio.[33]
En el Quebec Neuroblastoma Screening Project, se comparó la incidencia y mortalidad por neuroblastoma en una cohorte de nacimiento de 5 años (n = 476 603) en Quebec (a la que se le ofrecieron exámenes de detección urinarios a las 3 semanas y a los 6 meses [cumplimiento general, 92 %]) con varias cohortes de nacimiento en América del Norte, en las cuales no se realizaron exámenes de detección. En este estudio, la incidencia de enfermedad en estadio temprano de niños menores de 1 año en la población que se sometió a exámenes de detección aumentó más del doble de lo previsto; mientras que en la población de control se aproximó a lo previsto (razón de incidencia estandarizada, 3,03; intervalo de confianza [IC] 95 %, 2,30–3,86) en Quebec vs. 0,82 en Minnesota (IC 95 %, 0,41–1,38) y en Ontario (IC 95 %, 0,53–1,17).[1] La incidencia de la enfermedad en estadio avanzado (estadio III y estadio IV) en niños grandes en Quebec, no mostró un aumento estadísticamente significativo sobre lo que se esperaba (razón de incidencia estandarizada,1,52; IC 95 % 0,95–2,23).[1] Luego de aproximadamente 8 años de seguimiento (intervalo 6–11 años) la tasa de mortalidad por neuroblastoma en la población que se sometió a exámenes de detección no fue significativamente diferente de las tasas de poblaciones que no se sometieron a estos exámenes (cociente de mortalidad estandarizado, 1,11 [IC 95 %, 0,64–1,92] en la cohorte de Quebec comparada con los niños de Ontario).[7] Se observaron datos similares en el estudio alemán sobre neuroblastoma.[34] Si bien en el 2008 se esperan las tasas de mortalidad definitivas, un análisis interino muestra que la tasa de mortalidad del neuroblastoma es similar tanto en la población que se sometió a exámenes de detección como en la de control (1,6 vs. 1,9 muertes por cada 100 000 niños). En un estudio en Australia, se llegó a una conclusión similar, aunque los exámenes de detección se realizaron a una edad de 7 a 12 meses. En la cohorte de exámenes de detección, la incidencia de neuroblastoma tuvo una mayor importancia estadística que en los niños que no se sometieron a estos exámenes (18,2 vs. 11,2 por cada 100 000 nacimientos); mientras que la mortalidad no tuvo importancia estadística diferente (0,96 vs. 1,57 por cada 100 000 nacimientos).[35]
No hay evidencia a partir de estudios controlados o ensayos aleatorizados de una disminución de la mortalidad relacionada con los exámenes de detección.
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Se añadió texto para indicar que en la sección Resumen de la evidencia se resume la evidencia científica publicada sobre la detección del neuroblastoma. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.
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PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Exámenes de detección del neuroblastoma. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/neuroblastoma/pro/deteccion-neuroblastoma-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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