El cáncer de tiroides en los niños es un tipo de cáncer raro que se forma en la tiroides, una glándula con forma de mariposa en la base de la garganta, cerca de la tráquea. La glándula tiroidea tiene un lóbulo derecho y un lóbulo izquierdo que están conectados por un trozo delgado de tejido llamado istmo. Aunque el cáncer de tiroides afecta a niños de todas las edades, es más común en adolescentes y niñas. Asimismo, se presenta con más frecuencia en las personas blancas que en las personas negras.
Los niños también pueden tener nódulos tiroideos. Un nódulo tiroideo es un bulto que se forma por la multiplicación anormal de células tiroideas en la tiroides. Los nódulos pueden ser sólidos o estar llenos de líquido. Por lo general, no causan síntomas ni necesitan tratamiento, a menos que sean tan grandes que sea difícil tragar o respirar. Solo uno de cada cinco nódulos tiroideos se convierten en cáncer.
La tiroides usa yodo, un mineral presente en algunos alimentos, y en la sal yodada, para elaborar varias hormonas. Las hormonas tiroideas controlan la frecuencia cardíaca, la temperatura del cuerpo y la rapidez con la que los alimentos se convierten en energía (metabolismo); también controlan la cantidad de calcio en la sangre.
Hay cuatro tipos de cáncer de tiroides:
El cáncer de tiroides papilar y el cáncer de tiroides folicular también se llaman cáncer de tiroides diferenciado. El cáncer de tiroides medular y el cáncer de tiroides anaplásico a veces se llaman cáncer de tiroides poco diferenciado o cáncer de tiroides indiferenciado.
Los adenomas son un tipo de nódulo tiroideo que crece mucho y, a veces, produce hormonas. Los adenomas no son cancerosos, pero en raras ocasiones se convierten en cáncer y se diseminan a los pulmones o los ganglios linfáticos del cuello.
Ciertos cambios en el funcionamiento de las células de la tiroides, en especial cómo se desarrollan y se dividen para formar nuevas células, causan cáncer de tiroides. A menudo se desconoce la causa exacta de estos cambios en las células. Para obtener más información sobre cómo se forma el cáncer, consulte ¿Qué es el cáncer?
Un factor de riesgo es cualquier cosa que aumenta la probabilidad de presentar una enfermedad. No todos los niños con uno o más factores de riesgo presentarán cáncer de tiroides. Además, es posible que algunos niños sin factores de riesgos conocidos lo presenten.
A continuación se indican los factores de riesgo del cáncer de tiroides infantil.
Consulte con el médico si piensa que su niño está en riesgo de presentar cáncer de tiroides.
Al estudiar la historia médica familiar, no siempre queda claro si una afección es hereditaria. Mediante el asesoramiento genético se evalúa si es probable que el cáncer de su hijo sea hereditario y si es necesario hacer pruebas genéticas. Las pruebas genéticas a veces ayudan a explicar la causa de un cáncer infantil raro, o de un cáncer que aparece durante la niñez, pero que suele presentarse en la edad adulta. Los asesores genéticos, así como otros profesionales de la salud con entrenamiento especial en genética, pueden conversar con usted sobre el diagnóstico y la historia médica familiar del niño para ayudarle a entender los siguientes aspectos:
Los asesores genéticos también le ayudarán a afrontar los resultados de las pruebas genéticas de su hijo y ofrecerán recomendaciones sobre cómo comunicar estos resultados a los familiares. Asimismo, pueden indicar si otros miembros de la familia deben someterse a pruebas genéticas.
Si se encontró que su hijo tiene un cambio en el gen RET, es posible que también se hagan pruebas a otros familiares para determinar si tienen un riesgo mayor de cáncer de tiroides medular. Los familiares, incluso los niños pequeños, que tienen el cambio en el gen en ocasiones se someten a una tiroidectomía (cirugía para extirpar la tiroides). Esta cirugía disminuye la probabilidad de que se forme un cáncer de tiroides medular.
Para obtener más información, consulte Pruebas genéticas para síndromes hereditarios de predisposición al cáncer.
A menudo, el cáncer de tiroides se encuentra cuando se realiza un examen físico o una prueba con imágenes para detectar otro problema de salud. Pero algunas veces, este cáncer causa síntomas. Es importante consultar con el médico si su niño presenta alguno de los síntomas que se mencionan a continuación:
Es posible que los niños con cambios en el gen RET presenten síntomas que pueden llevar a un diagnóstico temprano del síndrome de neoplasia endocrina múltiple de tipo 2A o 2B. Es importante consultar con el médico si su niño presenta alguno de los síntomas que se mencionan a continuación:
Es posible que otros problemas de salud, que no son cáncer de tiroides, causen estos síntomas. La única manera de saberlo es mediante una consulta médica.
Si su niño presenta síntomas que indiquen un posible cáncer de tiroides, el médico deberá determinar si estos síntomas se deben a un cáncer o a otro problema. Le preguntará cuándo empezaron los síntomas y cuán a menudo se presentan. En la consulta médica también le preguntarán sobre la historia médica familiar y los antecedentes médicos personales del niño, y le harán un examen físico. A partir de estos resultados, es posible que se indiquen pruebas adicionales. Si el niño tiene este tipo de cáncer, los resultados de estas pruebas también ayudarán a planificar el tratamiento.
Las siguientes pruebas se usan para diagnosticar el cáncer de tiroides:
Mediante la prueba del funcionamiento de la tiroides se examina la sangre con el fin de detectar concentraciones anormales de la hormona estimulante de la tiroides (TSH). La hipófisis en el encéfalo elabora la TSH. Esta hormona estimula la liberación de la hormona tiroidea y controla la rapidez con la que se multiplican las células foliculares de la tiroides. A veces, también se analiza la sangre para determinar si hay concentraciones altas de calcitonina (hormona elaborada por la tiroides que disminuye la cantidad de calcio en la sangre).
Mediante la prueba de la tiroglobulina se examina la sangre para determinar la cantidad de tiroglobulina, una proteína que produce la glándula tiroidea. Las concentraciones de tiroglobulina son bajas o inexistentes cuando la tiroides funciona con normalidad, pero pueden ser elevadas cuando hay un cáncer de tiroides u otras afecciones.
Mediante una prueba genética de RET, DICER1 o APC se examina una muestra de sangre, saliva o tejido para determinar si hay ciertos cambios en estos genes.
La ecografía es un procedimiento para el que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos del cuello a fin de producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. Este procedimiento muestra el tamaño de la masa y permite saber si es sólida o si es un quiste lleno de líquido. A veces, la ecografía se usa para guiar una biopsia por aspiración con aguja fina. Antes de la cirugía, se realiza una ecografía completa del cuello.
La gammagrafía tiroidea es un procedimiento para el que se usa una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva que se ingiere o inyecta. El material radiactivo se acumula en las células de la glándula tiroidea. Una cámara especial conectada a una computadora detecta la radiación que se emite y forma imágenes que muestran el aspecto y el funcionamiento de la tiroides y si el cáncer se diseminó más allá de la glándula tiroidea. Si la cantidad de TSH en la sangre del niño es baja, a veces se hace una gammagrafía para obtener imágenes de la tiroides antes de la cirugía.
La tomografía computarizada (TC) es un procedimiento para el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo, como el cuello, el tórax, el abdomen o el encéfalo, desde ángulos diferentes. A partir de estas imágenes se crean vistas tridimensionales (3D) de tejidos y órganos. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere para que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. También se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC. Para obtener más información, consulte Exploraciones con tomografía computarizada (TC) para el cáncer.
Las imágenes por resonancia magnética (IRM) son un procedimiento para el que se usan un imán, ondas de radio y una computadora a fin de crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo, como el cuello o el tórax. Se inyecta en una vena una sustancia que se llama gadolinio. El gadolinio se acumula alrededor de las células cancerosas y las hace aparecer más brillantes en la imagen. Este procedimiento también se llama imágenes por resonancia magnética nuclear (IRMN).
La radiografía es un procedimiento para el que se usan rayos X, un tipo de radiación que puede atravesar el cuerpo, con el fin de crear imágenes. En una radiografía del tórax se crean imágenes de los órganos y huesos del interior del tórax.
La biopsia es un procedimiento por el que se obtiene una muestra de tejido del tumor para que un patólogo los observe al microscopio y determine si hay signos de cáncer.
Una gammagrafía tiroidea de cuerpo entero es un procedimiento en el que se usa una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva que se ingiere o inyecta. El material radiactivo se acumula en el tejido tiroideo o las células cancerosas que quedan después de la cirugía. Se usa yodo radiactivo porque solo las células de la tiroides absorben yodo. Una cámara especial detecta la radiación que emite el tejido tiroideo o las células cancerosas. Este procedimiento también se llama gammagrafía con yodo radiactivo o gammagrafía con RAI.
Quizás usted quiera una segunda opinión para confirmar el diagnóstico del niño y el plan de tratamiento. Para esto, necesitará los resultados de las pruebas y los informes del primer médico a fin de compartirlos con el profesional médico a quien usted vaya a pedir una segunda opinión. Durante la cita para obtener una segunda opinión, se revisarán los informes de las pruebas genéticas y de patología, las preparaciones de laboratorio y las pruebas por imágenes antes de darle una recomendación. Es posible que esta coincida con las recomendaciones iniciales, se sugieran cambios al plan de tratamiento, o se le proporcione más información sobre el cáncer de su niño.
Para obtener más información sobre cómo elegir profesionales médicos y obtener una segunda opinión, consulte Búsqueda de servicios médicos. Para obtener información sobre profesionales médicos u hospitales que pueden proporcionar una segunda opinión, comuníquese por teléfono, chat o correo electrónico con el Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer. Para obtener información sobre preguntas que tal vez quiera hacer durante esta cita, consulte Preguntas para el médico sobre el cáncer.
El oncólogo pediatra, un médico que se especializa en tratar el cáncer en la niñez, es quien supervisa el tratamiento de los niños con cáncer de tiroides. El oncólogo pediatra trabaja con otros proveedores de atención de la salud expertos en el tratamiento de los niños con cáncer y que se especializan en ciertos campos de la medicina. Otros especialistas son los siguientes:
Hay diferentes tipos de tratamiento para el cáncer de tiroides en la niñez y la adolescencia. El equipo de atención del cáncer le ayudará a decidir el plan de tratamiento para su hijo. Se tendrán en cuenta muchos factores, como el estado general de salud del paciente y si el tumor es nuevo o volvió.
El plan de tratamiento incluirá información sobre el tipo de cáncer, además de las opciones, objetivos, y posibles efectos secundarios del tratamiento. Hablar con el equipo de atención del cáncer antes de comenzar el tratamiento para saber qué sucederá puede ser útil. Para obtener información en inglés sobre el cáncer infantil, consulte Children with Cancer: A Guide for Parents (Niños con cáncer: Guía para padres).
El tratamiento del cáncer de tiroides incluye las siguientes opciones:
La cirugía es el tratamiento más común para el cáncer de tiroides y se suele utilizar uno de los procedimientos que se indican a continuación.
En los niños por lo general se hace una tiroidectomía total.
Para obtener más información, consulte Cirugía para tratar el cáncer.
El cáncer de tiroides folicular y el cáncer de tiroides papilar a veces se tratan con terapia con yodo radiactivo (RAI). En los niños, la terapia con RAI quizás se administre después de la cirugía para destruir cualquier célula de cáncer de tiroides que no se extirpó; también se usa para los niños que tienen un tumor que no se puede extirpar con cirugía. El RAI se toma por la boca y se acumula en el tejido tiroideo que queda, incluso en las células de cáncer de tiroides que se diseminaron a otras partes del cuerpo. El RAI destruye el tejido de la tiroides y las células de cáncer de tiroides sin dañar otros tejidos porque solo la tiroides absorbe yodo. Antes de administrar una dosis completa de tratamiento con RAI, se prueba una dosis baja para determinar si el tumor absorbe yodo.
En la terapia dirigida se usan medicamentos u otras sustancias que bloquean la acción de enzimas específicas, proteínas y otras moléculas que participan en la multiplicación y diseminación de células cancerosas. Los medicamentos de terapia dirigida que se usan para el cáncer de tiroides son los siguientes:
La terapia dirigida está en estudio para el tratamiento del cáncer de tiroides infantil que recidivó (volvió).
Para obtener más información, consulte Terapia dirigida para tratar el cáncer.
Es posible que el paciente tenga la opción de participar en un ensayo clínico. Hay diferentes tipos de ensayos clínicos para el cáncer infantil. Por ejemplo, en un ensayo de tratamiento se prueban opciones terapéuticas nuevas o formas novedosas de usar los abordajes existentes. Por otro lado, en los ensayos de cuidados médicos de apoyo y cuidados paliativos se analiza la manera de mejorar la calidad de vida, en especial, de quienes presentan efectos secundarios del cáncer y su tratamiento.
Puede usar el buscador de ensayos clínicos en inglés para encontrar los ensayos clínicos que el NCI patrocina y que aceptan pacientes en este momento. Las opciones de búsqueda le permiten encontrar ensayos según el tipo de cáncer, la edad del niño y el lugar donde se realizan.
Para obtener más información sobre ensayos clínicos, consulte Información sobre estudios clínicos para pacientes y cuidadores.
El tratamiento del carcinoma de tiroides papilar y el carcinoma folicular en los niños incluye las siguientes opciones:
El tratamiento del cáncer de tiroides medular en los niños incluye las siguientes opciones:
El tratamiento del carcinoma de tiroides papilar y el carcinoma de tiroides folicular progresivo o recidivante en los niños incluye las siguientes opciones:
El tratamiento del cáncer de tiroides medular progresivo o recidivante en los niños incluye las siguientes opciones:
Si su niño recibe un diagnóstico de cáncer de tiroides es posible que usted tenga preguntas sobre la gravedad del cáncer y la probabilidad que tiene de sobrevivir. El pronóstico es el resultado o la evolución probable de una enfermedad y
depende de los siguientes factores:
El pronóstico para la mayoría de los niños con cáncer de tiroides papilar y cáncer de tiroides folicular es muy bueno.
Todas las personas son diferentes, por lo que la respuesta al tratamiento varía mucho. Los miembros del equipo de atención del cáncer que atiende al niño son las personas más capacitadas para hablar con usted sobre el pronóstico.
Los tratamientos contra el cáncer pueden causar efectos secundarios. Los efectos secundarios que pueda presentar el niño dependerán de aspectos relacionados con el tratamiento, como el tipo y la dosis, y de cómo reaccione su cuerpo. Hable con el equipo de tratamiento sobre los posibles efectos secundarios y cómo controlarlos.
Para obtener más información sobre los efectos secundarios que causa el tratamiento para el cáncer, consulte nuestra página sobre efectos secundarios.
Los problemas del tratamiento del cáncer que empiezan a los 6 meses o más después de que terminó el tratamiento, y continúan durante meses o años, se llaman efectos a largo plazo o tardíos. Los efectos tardíos del tratamiento del cáncer de tiroides infantil son los siguientes:
Algunos efectos tardíos se pueden tratar o controlar. Es importante hablar con los médicos sobre los posibles efectos de algunos tratamientos en su niño. Para obtener más información, consulte Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez.
Es común que el cáncer de tiroides recidive (vuelva), en especial en los niños menores de 10 años y en aquellos con cáncer en los ganglios linfáticos. Es posible que se hagan ecografías, gammagrafías de cuerpo entero y pruebas de tiroglobulina cada tanto para determinar si el cáncer recidivó. Es necesario realizar un seguimiento de las concentraciones de la hormona tiroidea en la sangre durante toda la vida para asegurar que se administra la cantidad apropiada de terapia de reemplazo hormonal (TRH). Consulte con el médico de su niño para saber con qué frecuencia necesita estas pruebas.
Cuando un niño tiene cáncer, todos los miembros de la familia necesitan de apoyo. Es importante cuidar de uno mismo durante este momento difícil. Busque el apoyo de personas dentro del equipo de tratamiento, su familia y su comunidad. Para obtener más información, consulte Papás que tienen a un niño con cáncer, así como la información en inglés Children with Cancer: A Guide for Parents (Niños con cáncer: Guía para padres).
Para obtener más información sobre el cáncer infantil y otros recursos generales sobre el cáncer, consulte los siguientes enlaces:
La información que se presenta a continuación solo está disponible en inglés:
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PDQ® sobre el tratamiento pediátrico. PDQ Cáncer de tiroides infantil. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/tiroides/paciente/tratamiento-tiroides-infantil-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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