Algunos tratamientos del cáncer causan neuropatía periférica, debida al daño de los nervios periféricos. Estos nervios llevan información desde el cerebro a otras partes del cuerpo. Los efectos secundarios dependen de cuáles nervios periféricos (sensoriales, motores o autónomos) están afectados.
El daño a los nervios sensoriales (nervios que ayudan a que sienta dolor, calor, frío y presión) puede causar:
hormigueo, entumecimiento o una sensación de agujas y alfileres en sus pies y manos que puede extenderse a las piernas y a los brazos
incapacidad para sentir calor o frío, como sentir una estufa caliente
incapacidad para sentir dolor, como el dolor de una cortada o herida en un pie
El daño a los nervios motores (nervios que ayudan a los músculos a moverse) puede causar:
músculos débiles o adoloridos. Por ejemplo, usted puede perder el equilibrio o tropezarse con facilidad. Puede ser difícil abotonarse las camisas o abrir frascos.
problemas para ingerir o para respirar (si los músculos del pecho o de la garganta están afectados)
El daño a los nervios autónomos (nervios que controlan funciones automáticas como la presión arterial, la digestión, el ritmo cardíaco, la temperatura y la orina) puede causar:
mareos o sensación de desvanecimiento, debido a la baja presión arterial
latidos más acelerados o más lentos que antes
problemas sexuales en los que los hombres no pueden tener una erección y las mujeres no pueden lograr un orgasmo
problemas de sudor (transpiración) (ya sea demasiado sudor o muy poco sudor)
problemas para orinar, como fugas de orina o dificultad para vaciar la vejiga
Si empieza a notar alguno de los problemas que se mencionan arriba, diga a su doctor o a su enfermera. Obtener pronto un diagnóstico de estos problemas es la mejor manera de controlarlos, de prevenir mayores daños, así como también de reducir el dolor y otras complicaciones.
Cómo evitar o controlar los cambios en los nervios
Es posible que le recomienden tomar estas medidas:
Evite las caídas. Haga que alguien le ayude a evitar las caídas en su casa. Quite los tapetes de su paso para no tropezarse con ellos. Ponga barras de apoyo en las paredes y en el baño, para que pueda asirse a ellas y mantener el equilibrio. Ponga tapetes de baño (bathmats) en la ducha, en la tina o en la pila. Use zapatos resistentes con suelas blandas. Levántese lentamente de la silla o de la cama, especialmente si siente mareos.
Tenga más cuidado en la cocina y en la ducha. Use agarraderas (potholders) en la cocina para protegerse las manos de quemaduras. Tenga cuidado cuando manipula cuchillos y objetos filosos. Pida a otra persona que revise la temperatura del agua, para asegurarse que no esté demasiado caliente.
Protéjase sus manos y pies. Use zapatos, tanto dentro como fuera de la casa. Revise todos los días sus brazos, piernas y pies para ver que no tenga cortes ni rasguños. Cuando hace frío, use ropa de abrigo para protegerse las manos y los pies.
Pida ayuda y haga las cosas en forma más lenta. Otras personas pueden ayudar con las tareas difíciles. Vaya más despacio y dése más tiempo para hacer las cosas.
Aprenda sobre medicinas para el dolor y prácticas de medicina integrativa. Es posible que le receten medicina para el dolor. Algunas veces, prácticas como la acupuntura, los masajes, la fisioterapia, el yoga y otras pueden ser recomendables para mitigar el dolor. Hable con su equipo de atención de salud para saber lo que es más aconsejable para usted.
Preguntas para su equipo de atención de salud
Prepárese para su visita con una lista de preguntas para hacer. Piense en agregar estas preguntas a su lista:
¿Qué síntomas o problemas podría tener? ¿Qué problemas debo reportarles?
¿Cuándo comenzarán estos problemas? ¿Cuánto podrían durar?
¿Qué medicamentos, tratamientos y prácticas complementarias podrían ayudar a sentirme mejor?
¿Qué indicaciones debo seguir para sentirme mejor? ¿Qué precauciones debo tomar para cuidarme?
¿Podría recomendarme a un especialista que pueda darme más consejos al respecto?