Más de 300 millones de personas consumen tabaco sin humo en al menos 70 países
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El primer informe sobre el consumo mundial del tabaco sin humo y sus consecuencias en la salud pública reveló que más de 300 millones de personas en al menos 70 países usan estos productos dañinos. Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) y el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) dieron a conocer hoy el informe en inglés titulado El tabaco sin humo y la salud pública: Una perspectiva global (Smokeless Tobacco and Public Health: A Global Perspective) durante la Conferencia Nacional de Tabaquismo y Salud en Mumbai, India. El informe incluye la colaboración de los principales 32 expertos a nivel mundial.
Se han documentado las graves consecuencias que tiene el tabaco sin humo en la salud. Según lo explica el informe, existe evidencia suficiente para concluir que el tabaco sin humo causa cáncer de la boca, cáncer de esófago y cáncer de páncreas en las personas. Se han identificado más de 30 carcinógenos en los productos derivados del tabaco sin humo. El consumo de tabaco sin humo también genera consecuencias adversas para la salud de la boca, entre ellas lesiones en la mucosa, leucoplasia y periodontopatías. Asimismo, los productos derivados del tabaco sin humo contienen nicotina, y los consumidores de estos productos demuestran tener signos y síntomas de dependencia similares a los de los fumadores de cigarrillos, incluida la tolerancia con el consumo repetido y los síntomas de abstinencia al interrumpir el uso.
Además de enumerar los graves y bien documentados efectos en la salud de los productos derivados del tabaco sin humo, el informe también analiza los retos específicos y las soluciones a nivel de políticas para reducir la carga que representa el consumo de tabaco sin humo. Por ejemplo, en el mundo entero se consume una amplia variedad de productos derivados del tabaco sin humo que tienen diferentes características; sin embargo, existe escasa información que detalle los contenidos de estos productos, cómo se usan, y cuál es su prevalencia en diferentes grupos de la población. También se sabe que existen grandes diferencias en la manera en que los productos derivados del tabaco sin humo se producen, se comercializan, se consumen y se regulan en condados y regiones.
"Es fundamental que en el sur de Asia consideremos la prevención y el control del tabaco sin humo una absoluta prioridad a fin de salvar vidas y evitar muertes y enfermedades por el tabaco", dijo Samira Asma, D.D.S., M.P.H., jefa de la Subdivisión de Control Mundial del Tabaco en la Oficina de Tabaquismo y Salud de los CDC. "Debemos tomar medidas de acción urgentes en los países donde el consumo de tabaco sin humo tiene mayor prevalencia. La reducción del consumo de tabaco sin humo debería ser un componente integral de las estrategias nacionales para la prevención y el control del tabaco".
El informe indica que la mayoría de los consumidores de tabaco sin humo (89 por ciento) se encuentran en el sureste de Asia, región que presenta los índices más elevados de cáncer de boca en el mundo. Los consumidores en India y Bangladesh constituyen el 80 por ciento del total de los usuarios de tabaco sin humo en el mundo. La prevalencia en los hombres es elevada en la mayor parte de la región, y varía entre 25 y 51 por ciento en cinco países. Sin embargo, el consumo en mujeres adultas es similar o mayor que en los hombres en algunos países con economías de ingreso bajo y mediano. En las personas jóvenes entre 13 y 15 años de edad, la prevalencia es también elevada en toda la región, y es equivalente a la del consumo de cigarrillos.
"Si bien las consecuencias adversas en la salud del tabaco sin humo están bien documentadas, existe una necesidad fundamental de ampliar los esfuerzos de investigación y vigilancia a fin de respaldar acciones eficaces para reducir la carga del tabaco sin humo a nivel mundial", manifestó el doctor Mark Parascandola, Ph.D., M.P.H., epidemiólogo de la Subdivisión de Investigaciones sobre el Control del Tabaquismo del Instituto Nacional del Cáncer.
En comparación con los cigarrillos y otros productos de tabaco para fumar, en los países con mayor prevalencia de consumo de tabaco sin humo, los precios de estos productos son más bajos, las etiquetas de advertencia son menos enfáticas, la vigilancia está menos avanzada, existen menos intervenciones disponibles basadas en evidencia científica y hay menos recursos dedicados a programas de prevención y control. A fin de crear e implementar estrategias eficaces, se va a necesitar un aumento de la capacidad de salud pública, en particular en los países con economías de ingreso bajo y mediano donde la carga del tabaco sin humo es alta.
El consumo de tabaco sin humo puede derivar en una adicción a la nicotina, lo cual puede complicar aún más la interrupción del hábito. Además de causar cáncer, los productos derivados del tabaco sin humo pueden tener consecuencias adversas en la reproducción y el desarrollo, por ejemplo, muerte fetal, partos prematuros y bajo peso al nacer. Algunos productos derivados del tabaco sin humo, aunque no todos, están relacionados con un aumento del riesgo de cardiopatía isquémica mortal, diabetes tipo 2 y accidente cerebrovascular mortal.